Hermione miraba por la ventana mientras lloraba en silencio. La batalla había sido terrible. Los mortífagos habían invadido el colegio y había puesto el Morsmordre, su sello. Eso solo significaba una cosa. Alguien había muerto. Harry, Draco y Teddy no habían llegado aún y cada segundo que pasaba sentía que algo dentro de ella se hacía pedazos
Blaise los había llevado a una cabaña en el bosque aledaño a una casa que había pertenecido a su segundo padrastro. Reviso los estantes de la cocina y encontró muy poco para comer cuando sintió que alguien estaba parado detrás suyo, por instinto giro con la varita en alto
- ¿Necesitas ayuda? – dijo Ron. Su cabello estaba revuelto, su cara sucia y su ropa algo chamuscada
- Quiero hacer algo de comer, pero no soy un desastre en la cocina – dijo Blaise mirando a su alrededor
- Yo lo hago – dijo Ron sonriendo
- ¿sabes cocinar? – dijo Blaise sorprendido
- A diferencia de ustedes, yo no tengo elfo domésticos que hagan las cosas por mí – dijo Ron
- No quise… – dijo Blaise nervioso
- Tranquilo – dijo el Gryffindor sonriendo –, es la verdad ¿no? Así que si quieres aprender no vayas al mundo Muggle y tires tu dinero, yo te puedo enseñar… gratis
- Ron… sé que este no es un buen momento para esto – dijo Blaise – pero… yo… – pero un beso suave en los labios lo silencio
- Tienes razón – dijo Ron apoyando su frente en la de Blaise – no es un buen momento para esto, pero no por eso quiere decir que no es hermoso
- ¡Harry! – grito Luna
- ¡Teddy! – grito Hermione
- ¡Lo chicos! – dijo Ron sonriendo
- Vamos – dijo Blaise y corrieron hacia el lugar
- ¡Draco! – dijo Ron lanzándose a abrazar al rubio que lo recibió feliz
- ¿Están bien? – dijo Pansy y los recién llegados se miraron entre si
- ¿Qué pasa? – dijo Hermione
- ¿Están heridos? – pregunto Luna
- Ya… sabemos quién es Voldemort – dijo Draco
- ¿Qué? – dijeron todos al unísono
- Y sigue vivo – dijo Teddy abrazando a Hermione aun
- ¡Hay que denunciarlo cuanto antes! – dijo esta. Draco y Harry se miraron entre si
- Mi papá…, Tom Ryddle es Voldemort – dijo Harry con un hilo de voz
- ¿Es broma? – dijo Pansy
- La aurora Evans se lo dijo a él – dijo Draco – y no lo pudo negar
- Harry – susurro Hermione
- Eso… – dijo Blaise
- ¿Estás loco? – dijo Draco – ¡Es tu padre!
- ¡Es un asesino! – dijo Harry – ¡mato a miles!
- Al menos dale el beneficio de la duda – le dijo Draco
- ¿te queda duda de algo? – dijo Harry levantando la voz
- ¡A mí no me grites, Riddle! – dijo Draco en el mismo tono
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James lloraba en la sala mientras Severus y sus padres trataban de tranquilizarlo, Lucius, Remus y Sirius revisaban las barreras de la casa cuando sintieron una alteración
- ¡Alto ahí! – dijo Sirius con su varita en alto – identifíquese
- Albus Dumbledore, profesor y actual director del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería – dijo este – Orden de Merlín, Jefe Supremo de Wizengamont, Jefe Supremo de la confederación Internacional de Magos, Orden de Merlín de Primera Clase
- ¿Qué te envió cada primero de septiembre? – dijo Sirius sin bajar la varita
- Una carta donde me pides regresar al colegio – dijo Albus – junto a mis caramelos de limón favoritos
- ¡Albus! – dijo Remus desesperado – ¿sabes algo de los chicos?
- ¿No están aquí? – dijo Albus sorprendido
- Vinieron – dijo Sirius – pero se fueron cuando se dieron cuenta que sabíamos quién era realmente Voldemort
- ¿Y Tom? – dijo Lucius – ¿él…?
- No, no, no – dijo Albus – pero la batalla lo debilito mucho. Necesitam…
- ¡Tom! ¡Tom! – dijo James saliendo de la casa – ¿Dónde está? ¿Dónde está mi marido?
- Tranquilízate – le suplico el director
- ¿Dije dónde está mi marido? – exigió James
- Sufrió un desequilibrio en su núcleo mágico – dijo Albus y James se cubrió la boca empezando a llorar – Tranquilo, tranquilo. Pomfrey dijo que estará bien. Está en el ala de Slytherine, ahí siempre se manejó mucha Magia Negra y eso lo ayudara. Su alma está casi unida
- ¿quiero verlo? – dijo James
- Pomfrey dijo que aún es muy peligroso para el bebé – dijo Albus
- Es mi… – grito James pero se mareo
- ¡James! – dijo Sirius agarrándolo antes que se cayera
- Llévalo adentro – dijo Remus
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Harry se había alejado de la cabaña en la que se estaban para calmar la vorágine que era su mente en ese momento y que estaba tratando de controlar para que Draco no lo sintiera. Su padre, el hombre que más admiraba y respetaba, su ejemplo a seguir en todo, ¡su ídolo!, no era otro que el monstruo que años atrás había sembrado el terror, asesino descontroladamente magos y muggles que se atravesaban en su obsesión por llegar al poder.
Cerraba los ojos y todo lo que escuchaba era la voz de su padre que decía: “no importa lo que descubras, nada, escúchame bien Harry, nada, te hará irte contra alguien que no sea Voldemort”. Luego venia la voz de Evans que repetía una y otra vez “eres un asesino, Lord Voldemort, y siempre lo serás” y la facilidad con las que su padre las había asesinado era alarmante. Sus lágrimas cayeron en una cascada descontrolada. ¿Qué debía hacer? ¿Ir ante las autoridades y la prensa y confesarle al Mundo Mágico que su más temido terror se había vuelto real, y Lord Voldemort aún vivía? ¿O debía hacerle caso a Draco y buscar a…, ya no sabía quién era el hambre que lo había engendrado? ¿Era correcto escuchar las mentiras que le iba a decir? ¿Por qué eran mentiras, o no? ¿Y su papi? ¿Desde cuando él era cómplice de esa mentira? ¿En verdad sabía que Voldemort seguía vivo y que él dormía cada noche en su cama? ¿Y sus abuelos sabían a quien le habían entregado el poder de su emporio? ¿Qué hacer? ¿A quién acudir? ¡Eran tantas preguntas!
Unos bazos delgados y blancos se envolvieron a su cintura mientras unas manos traviesas se colaban bajo su sweater, mientras unos labios se presionaban suavemente en la parte trasera de su cuello
- Deja de pensar – le susurro el rubio al oído
- No puedo – dijo Harry exhalando – Meses enteros buscando una pista, un solo indicio… y siempre estuvo todo frente a mi
- Basta – dijo suavemente Draco parándose frente a él – hoy no podrás sacar nada en limpio. Deja de pensar. Los dos estamos lastimados. Los dos necesitamos huir un par de horas de esta locura
- ¿Dónde? ¡No hay escapatoria! – dijo Harry – si me odias y quieres que todo termine… – pero un beso suaves en los labios lo acallo
- Te prometí que estaríamos juntos en lo bueno y en lo malo ¿lo recuerdas? – dijo Draco uniendo sus frentes – y eso no va cambiar
- Tu suegro será Lord Voldemort – dijo Harry – si te quedas a mi lado
- Y el tuyo será un mortífago – dijo Draco mientras sus lágrimas caían – ¿aun así me amaras? – las manos de Harry alrededor de su cintura
- Creo que ni aunque fueras… Voldemort dejaría de amarte – dijo Harry limpiándole las lágrimas y besándolo nuevamente mientras lo estrecha entre sus brazos, bajando su mano hacia su espalda baja –. Lo siento, no pienses que...
Pero los labios de Draco asaltaron los suyos, después de un momento se separó dando un paso hacia atrás. Llevando sus manos hacia adelante empezó lentamente a desabotonar su camisa dejándola caer si ningún miramiento. Harry lo miraba extasiado a medida que se acerca como si fuera un gato listo para saltar sobre su presa.
Sin levantar la vista para que no se vea su rostro totalmente sonrojado llevo sus manos hacia su pantalón, pero se sobresaltó cuando fue detenido por el toque suave del moreno, que sintió detener su corazón cuando sus miradas se cruzaron
Harry tomo suavemente la pretina del pantalón y lo abrió lentamente. Escucho como la respiración del rubio se contenía, por lo que empezó a dejar besos suaves sobre el cuello de su compañero que de a poco se fue relajando a medida que las manos se recorrían los cuerpos mutuamente
- ¿Nos… acostamos… en el piso? – dijo Harry nervioso
- Creo… creo… creo… que es lo… mejor – dijo Harry con voz temblorosa –, bueno, ósea me refiero a que será más cómodo para ambos
- Bueno… creo… que tienes razón – dijo Draco sentándose en el suelo
- Amor… yo… no quiero que te sientas presiona… – dijo Harry
- A veces, cuando yo era más pequeño – dijo Draco –, a veces papá olvidaba poner el hechizo insonoro… y bueno…
- ¿escuchabas a tus padres cuando…? – dijo Harry con tono burlesco y Draco enrojecía completamente
- No es mi culpa que hicieran tanto ruido – se defendió el rubio
- ¿Y nosotros también haremos mucho ruido? – dijo Harry con picardía
- ¿quieres que hagamos ruido? – dijo Draco sonriendo
- Depende de tu garganta – dijo Harry
- Dirás de tu resistencia – dijo Draco mientras Harry le besaba el pecho y le acariciaba los muslos desnudos
- ¿Quieres poner a prueba mi resistencia? – dijo el peli negro y ambos sonrieron
Suavemente se acomodó entre las piernas del rubio y siguió besándolo lentamente mientras le recorría su espalda. Oír los gemidos del hombre que amaba mientras entraba en su cuerpo era lo más excitante que había vivido
- ¡Harry…! – suplicaba el Gryffindor mientras su cuerpo era invadido a medida del mundo estalla en millones de sensaciones que no había vivido jamás
- Te amo mi hermoso Dragón – dijo Harry mientras apoyaba su frente en la de este
- ¿Estas más tranquilo? – dijo el rubio
- Ya sé que tenemos que hacer – dijo Harry
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