De aquel banco mágico salieron unos renovados Harry, Severus, Sirius y Remus, los cuatro con ansias de venganza. Y sin que ellos supieran el tercer bando de la guerra.
E iban a comenzar ahora con la ayuda de cierto escarabajo verde insoportable.
Al día siguiente...
Se podía ver a una muy emocionada Rita Skeeter caminando hacia el Caldero Chorreante.
La razón: La verdad de lo que pasó en el torneo de los cuatro magos.
Contando por nada más y nada menos que Severus Snape. Y todo el mundo sabía que ese hombre odiaba al chico.
Aquello olía a primicia, ya podía ver los jugosos secretos detrás de las calumnias de Potter.
Pero cuando llegó al cuarto lo que vio la dejó muda y aterrorizada allí en frente suyo estaba nada más y nada menos que el prófugo Sirius Black.
A la derecha de este Harry Potter y detrás de este Remus Lupin antiguo profesor y por lo que sabia un licántropo.
_Hola Rita_ dijo Harry _ Siéntate.
Y su cuerpo reaccionó al instante.
Una cosa interesante que había descubierto Harry era que si aplicaba una cierta cantidad de magia mientras hablaba las personas harían lo que el dijese.
_Dime Rita ¿qué harías si pudieras destruir y humillar a Dumbledore? _ preguntó Snape fríamente_ (solo espero que Potter tenga razón, quiero que ese maldito pague por separarme de MI esposo)
_Eso ¿Sería posible?_ preguntó asombrada_ (por culpa de ese maldito mi hermano pequeño murió. El sabía cosas sobre ese maldito y sé que fue él quien lo mató no un mortífago; pero claro quién culparía al líder de la luz)_ su aura se volvió negra y roja; Dolor e ira.
_Digamos que tenemos muchos informes donde se le acusan de tantas cosas que lo podrían condenar al beso_ informó Remus con un brillo malicioso en sus ojos_ (huelo su ira, ella ya sufrió por culpa de la cabra no dudará en unirse y con ello tendremos a alguien en el Profeta que nos ayude)
Rita pensó, aquello si era cierto podría haber justicia por la muerte de su hermano.
No le tomó mucho pensar su decisión.
_Aceptó _ y con ello se formó una alianza muy peligrosa.
Durante las siguientes horas le fueron hablando de lo que realmente pasó aquel 31 de octubre, como la cabra lo dejo con los Dursley, como vivió allí, como no supo de la magia hasta que cumplió los once, lo que pasa cada curso, las pruebas de Herencia etc...
Decir que Rita estaba furiosa era un eufemismo y fue en ese momento que Harry recordó el único consejo que le dio Vernon: Escúchame muchacho: si haces enfadar a una mujer dale la razón en todo aunque no la tenga, consientela, regálale algo y siempre estate atento con ella. Pero si haces enojar a más de una mujer... Solo te diré huye a otro país cambia tu aspecto, consigue un trabajo y reza para que no te encuentren.
Ese consejo era excelente... con mujeres muggles pero las brujas eran muy peligrosas por sí solas y la que tenían delante de ellos haría correr hasta al mismísimo Voldemort.
Después de un rato Rita salió con un brillo tenebroso en sus ojos... pobre, pobre Albus Dumbledore.
Nadie sabrá que lo golpeó hasta que sea demasiado tarde.
Su final se acercaba...
Mientras en el cuarto Harry acababa de escribir cinco cartas para: William, Charlie, Percy, Fred y George y Arthur Weasley.
Cada una con un objetivo.
Bill y Charlie que vinieran lo más rápido posible al banco, el primero con una carta adjunta del director Gringest; Percy sobre unos asuntos legales y financieros y lo necesitaba allí; Arthur, de parte de Remus para que no sospechase, para quedar en el callejón y este lo llevaría al banco; los gemelos para darles el dinero del premio y que trajeran a Ron con él.
Había estado pensando la noche pasada y se dió cuenta de que siempre estaba como algo ido y que hacía caso a lo que su madre o Ginny ordenaron junto con Hermione.
Sospechaba que ellos no fueron los únicos manipulados y lo iban a averiguar si o si.
El plan había comenzado la llama de la venganza encendida y ellos la avivaría.