Al escapar, Thor había tomado el primer tren que saliera del país, pagando su boleto con sus ahorros. El único que había conseguido tenía dirección a Rusia. Mientras el tren avanzaba el veía por la ventana hermosas casas rusticas y afuera de estas niños jugando; lo que le hizo reafirmarse por milésima vez que las cosas hubieran sido diferentes si su madre estuviera viva. Se obligó a dejar de pensar en el pasado y a enfocar su vida al presente y futuro.
-Adiós para siempre Noruega-pensó con melancolía.
El tren llego a su destino a medio día dándole oportunidad de explorar un poco la ciudad en la que estaba. Se colocó una capa negra junto con una capucha, ocultando la mitad de su rostro para pasar inadvertido.
Comenzó a caminar por una de las calles céntricas adentrándose lentamente a las más alejadas. Después de casi una hora de caminar Thor paro abruptamente su recorrido y poso sus ojos en una joven, nunca había visto alguien como ella.
La joven, que no tendría más de 16 años, tenía piel morena, el cabello lleno de trenzas y adornos, un pañuelo rojo en la cabeza , una falda larga de muchos colores, una blusa holgada, tatuajes en las manos y una pandereta.
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Valkiria se encontraba bailando en las calles, como siempre lo hacía desde que llegaron a Rusia hace 6 meses, para tener algunas monedas. Después tendría que encontrarse con Clint y el resto de la caravana. Estaba esperanzada en que por fin discutirían su regreso a Persia. Cuando recogía las monedas se topó con que un joven la estaba mirando. Un lado de su cara estaba cubierto, pero aun así se veía muy apuesto. También tenía cabello rubio, ojos azules y llevaba una capa negra.
-Hola- saludo con una sonrisa – siempre estoy aquí y nunca te he visto, ¿eres extranjero?
Thor no entendió nada de lo que la chica le había dicho, y era porque lo había hecho en Ruso. Con un leve moviente de su cabeza le dio a entender que no había la había entendido.
-oh ya entiendo, ¿hablas español?, ¿alemán?-empezó a decir idiomas cambiando el lenguaje en cada uno para que así la entendiera -¿francés?
- sí, francés si – respondió un poco tímido, nunca había tenido una conversación amable con alguien que no fuera su madre o Sif.
- Bueno entonces te lo diré de nuevo, siempre estoy aquí y nunca te he visto ¿eres extranjero?
- pues sí, acabo de llegar de Noruega.
- oh valla!, me han dicho que es tan hermoso
Continuaron hablando por un tiempo hasta que un estruendoso grito se oyó del otro lado de la calle.
-VALKIRIAAA – grito Clint corriendo hacia ella
-POR EL AMOR DE... ¡CLINT NO VUELVAS A GRITAR ASI!-dijo la adolescente molesta.
Thor vio al muchacho que había gritado, se veía más joven que la chica, llevaba pantalones sueltos, camisa holgada un chaleco morado y tenía un extraño sombrero de tela en la cabeza.
-Llevamos un buen tiempo esperándote –volteo a ver a Thor- Por Azer… es que nunca dejaras de coquetear…
-OH CALLATE, Thor es un amigo y es nuevo aquí, no conoce a nadie.
- ¿Es cierto eso? ¿Entonces por qué viniste aquí?
-yo…vine escapando, mi madre murió y no tengo a nadie… – dijo bajando la mirada
Clint y Valkiria se miraron tristes
-Oye, lo hubieras dicho antes – dijo Clint- yo escape de mi casa hace algunos años, mi padre me golpeaba y a mi madre no le importaba.
A Thor le sorprendió la simpleza con la que el joven hablaba de un caso tan triste.
-Lo…lamento – dijo casi en un susurro.
-Ahh no te preocupes, uno aprende a seguir adelante. Valkiria por ejemplo, iba a ser vendida por sus padres a un viejo adinerado. Por suerte logro escapar.
-¡¿cómo que por suerte?! , yo tuve un plan muy elaborado -dijo la muchacha con indignación.
- si…si… claro… -dijo riéndose-en fin, como no teníamos a donde ir decidimos unirnos a una caravana de gitanos. Así logramos salir de Persia. Pero lamentablemente ahora vamos a regresar
- habla por ti, yo ya estaba extrañado mi hogar, no soporto este frio
-Bueno como digas, ya es hora de irnos. Y tu grandulón, ¿vienes con nosotros?
-¿Qui… quieren que vaya con ustedes?
-Pues claro, siempre hay espacio para un amigo más – dijo Clint de manera amigable
Thor los siguió con una enorme sonrisa los muchachos se dirigieron a las afueras de la ciudad, donde muchas carpas de todos los colores se alzaban.
Los gitanos se quedarían dos semanas más antes de regresar a Persia y Thor había decidido acompañarlos. Listo para comenzar una nueva vida.
1872
Howard siempre había sido un padre sobreprotector desde que María murió .Por eso siempre velaba por la seguridad de Anthony, su travieso hijo de 10 años. De alguna u otra manera el pequeño siempre conseguía burlar a las niñeras para escabullirse y jugar libremente. No había vuelto a los estados unidos por miedo a una recaída ante los recuerdos de su esposa. Había vendido su casa y comprado una hermosa mansión en Paris, así podría vigilar más de cerca sus negocios. Sin embargo, por el momento solo quería relajarse y cuidar de su hijo .Siendo Inglaterra el lugar ideal. Tenía una casa enorme, un tanto rustica pero aun así muy hermosa. Un día decidió salir a pasear por la playa con su hijo, de paso se distraería un poco pintando.
Mientras su padre estaba ocupado con los lienzos Anthony empezó a correr y a jugar con la arena, cuando de repente se quedó paralizado y una boba expresión de asombro se formó en su rostro.
Había un hombre de contextura delgada, alto que vestía negro y llevaba un violín en la mano. Pero lo que llamo su atención fue un precioso niño de piel blanca, cabello negro corto y los ojos más hermosos que alguna vez hubiera visto, que sujetaba la otra mano del hombre. Vestía de negro al igual que el hombre solo que llevaba una hermosa chalina verde en el cuello.
Estaba tan metido en un trance que no noto cuando una fuerte ráfaga de viento golpeo a todos, llevándose la chalina del niño.
-¡Mi chalina!-grito el pequeño corriendo inútilmente tras ella
En ese momento Anthony regreso a la realidad y quiso ayudar a que la recuperara; cuando la prenda cayó al mar, él se lanzó con ella. Atrapándola pero empapándose completamente.
-¿Estas bien?-pregunto el niño preocupado, corriendo a auxiliarlo
-si si si, no te preocupes –dijo Anthony dándole la chalina empapada.
-Muchas gracias, lo que hiciste fue muy valiente – dijo el niño con un sonrojo en sus mejillas-¿Cómo te llamas?
-Anthony Edward Stark –dijo con una leve reverencia.
-¿Tú eres hijo de Howard Stark? –respondió el pequeño con asombro
-pues sí, ¿conoces a mi padre?
-bueno no, pero lo he visto en muchas portadas de diarios
- si así es mi padre y…. bueno ¿Cuál es tu nombre?
-A si disculpa por no presentarme antes, mi nombre es Loki Laufeyson.
-Espera… eres hijo de Laufey ¡¡ el violinista¡ ,es increible
-si –respondió más sonrojado – mi padre y yo…
-ANTHONYYY –grito Howard- hijo, ¿estás bien? ¿No te paso nada? ¿Pero por qué hiciste algo así?
-yo…
-LOKII , hijo que fue lo que paso –dijo Laufey acercándose
-papa lo siento es que un viento muy fuerte vino y se llevó la chalina de mama…
Howard que se había sacado el saco y había abrigado a su hijo reconoció al hombre que hablaba con el niño.
-Disculpe, ¿es usted Laufey?
El hombre lo miro y con una sonrisa respondió –Si, mucho gusto –dijo extendiéndole mano
-Soy un gran admirador de su música, Howard Stark – respondió estrechándosela
-¿Howard Stark? ¿de empresas Stark?- dijo con asombro
-Así es , pero debo preguntarle que lo trae por aquí
-Pues vine aquí para conseguir trabajo .Hace un tiempo murió mi esposa fue muy duro para y para mi hijo.
-¿El pequeño es su hijo? – dijo señalando a Loki
-Sí, ven aquí Loki, saluda – llamándolo
-Mucho gusto, mi nombre es Loki Laufeyson, tengo 8 años.
-El gusto es mío pequeño –respondió amablemente.- y si usted necesita empleo, estaba buscando a alguien que pudiera darle clases de violín y piano a mi hijo.
-Sería un placer enseñarle
-Pues bien podría venir las tardes y….
Mientras los adultos hablaban los niños no dejaban de mirarse. Los hermosos ojos avellanas de Anthony habían llegado a tocar el joven corazón de Loki, experimentando algo que nunca antes había sentido y estaba seguro, nunca podría olvidar.