~ Capítulo 3: Reencuentro y Dudas. ~
Por fin llegaron a Inglaterra, siendo de noche es difícil que lo vean y puede que lo confundan, aunque quiere ver la cara de todos cuando lo confundan con Ciel Phantomhive, no estarán equivocados, pero él hará que les llegue el recuerdo de un traidor al país. Se alistó de lo más elegante, pero no uso el típico traje color azul por la misma razón de que puede que su plan caiga y por aquel detalle, eligió color blanco que significa la paz y tranquilidad del ser humano. Un color perfecto para lo ocasión. Durante el viaje hizo el plan perfecto para la venganza contra Ash y buscara de todos las personas cercanas a él. Sabe que Sebastián no estará ahí presente por regresar al inframundo, no se vengara de él, por suerte, pero no obtendría su preciada alma que ahora es tan impura y exquisita para los demonios.
El mayordomo se acercó y le dijo algo en el oído. Él pidió en ese momento una capucha negra que lo cubriera completamente, una sonrisa pareció en su rostro por la hermosa bienvenida, pero dará la mayor sorpresa, además le llegó otro informe y es que Sebastián tiene nuevo amo y se encuentra en Inglaterra, eso le alegra mucho podrá vengar el abandono de aquel cuervo demonio.
Llegaron al muelle, ahí muchas personas de Inglaterra recibiendo al príncipe de Francia. Proclamaban ¡Viva el Príncipe de Francia! Nadie sabe el nombre, pero decían aquello y quedar bien ante su Rey, en lo profundo hay resentimiento por los franceses porque piensan que tienen la culpa de lo ocurrido en Inglaterra cuando seguía con vida la Reina Victoria.
Valois saluda a todos sin mostrar el rostro. Baja del barco y camina hacia el carruaje junto a su mayordomo quien observa en cada momento, sabe el peligro que hay alrededor. Entre la multitud pudo notar que una persona porta un arma y trata de matar a su amo. Sin que nadie se diera cuenta se separó con la excusa que se lo olvidó la basura en el barco, a lo que Ciel comprendió; Se dirigió hacia el hombre y sin que nadie viera lo mató lanzándole un cuchillo a una distancia lejana y nadie notó la presencia. La gente de los alrededor trata de no hacer escándalo por el deceso seguía festejando sin importarles el cuerpo tirado.
El demonio regresó al lado de su amo. Ambos subieron al magnifico carruaje. El tiempo que vieran a Ciel Phantomhive se acerca en cada segundo y minuto que pasa. En poco tiempo estarán ante las puertas del palacio y ante el Rey de Inglaterra. Los dos conversaban del tema y sobre algunas cuestiones de como estarán vigilando en toda la estadía en Inglaterra y unos cuantos consejos de Claude no son nada malos y bueno para evitar error alguno.
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El palacio de Inglaterra muchas familias prestigiosas se reúnen para conocer al Rey de Francia, saben de todo lo que ha hecho en pocas semanas que tomó el cargo de los Reyes fallecidos. Algunos asintieron por órdenes de su señor, pero en realidad no quisieron estar por odio hacia los Franceses y por la situación de hace años atrás.
Ash con su típico traje blanco de pureza divina, una capa igual del color y la corona que lo hace superior a todos. Hace presencia ante todos y saludando a cada uno de los invitados especiales. En compañía de su prometida, Lizzy. Hace tiempo que salen juntos, la eligió por tener una belleza y pureza diferente a los demás humanos, muchos la recomendaron y ella tuvo que aceptar para limpiar su nombre que cayó en la desgracia. Los aplausos se hicieron presentes y acercándose felicitaron a alteza.
El baile da comienzo, Ash se dirige junto con su acompañante donde la corte se encuentra. Toman asiento y dan inicio a la conversación de futuros proyectos con los franceses y su Rey. Muchos comentaban que el príncipe de Francia es incompetente en su trabajo, además que debe de ser alguien sin educación, un joven mimado y sin proyectos que ayuden. No faltan los comentarios de Ash, quien también habla mal de su invitado de honor. Durante tiempo estuvieron hablando del joven Rey hasta que hizo presencia el nuevo perro Guardián del Rey.
—Buenas noches, caballeros. —Saludó— Majestad. —se arrodilla, toma la mano y besa un anillo que posee. Terminando la acción se levanta y toma asiento al igual que el acompañante.
—Me alegra verte por aquí, Alois Trancy. —dijo Ash.
Alois Trancy, se encarga de resolver los casos de Inglaterra tiendo muchos en resueltos en un tiempo corto, llevándose un tres días como máximo en resolver el caso. Reconocido y querido por todas las familias importantes de Inglaterra. Sus cabellos rubios claros, ojos azules pálidos, piel clara y una estatura de 1.77, portando vestimentas como un abrigo largo de color violeta sobre un chaleco verde con bordes negros y una camisa blanca; además de llevar un gran lazo oscuro atado al cuello, pantalones y unas botas de tacón largas con cordones purpuras. Una belleza de hombre sin dudas, pero lo que opaca la hermosura es su comportamiento infantil, hiperactivo, caprichoso e irrespetuoso.
Viene acompañado por alguien que es su mayordomo, pero es algo más allá de eso, comparten un contrato. Sebastián Michaelis firmó un contrato con aquel joven que posee, hasta el momento, un alma como las que le agradan, aunque le molesta verlo sonreír y ver su comportamiento tan infantil, pero no puede negar una sola cosa y es muy bueno en otras artes como la música, el baile y la actuación, y por ahí otra cosa que le gusta hacer a veces con él a escondidas.
Saludó de la misma manera al Rey, le molesta, no le queda opción. Escucha la conversación de su amo y los otros presentes, le parece de lo aburrido. Aunque, volteo de igual manera cuando escuchó las tropas dando el aviso de la llegada y entrada del Rey. Las puertas se abrieron y cuando entró las personas quedaron sorprendidos, algunas copas se cayeron porque esa persona tiene un parentesco a alguien ya muerto hace años atrás.
En las afueras del castillo, un carruaje baja a un soberano quien mira aquel reino, le llegaron recuerdos del pasado, pero su mirada seguía seria. Suspiró. Tomó el valor y junto a su mayordomo caminaron a la entrada, afuera no hay nadie para recibirlos, así que se quitó la capa, pero vio a uno de los sirvientes correr, lo más rápido que puede, sabe que dará aviso. Fingió una felicidad en su rostro. Es hora de comenzar el teatro.
Las puertas se abrieron delante de él, escuchó las trompetas que anuncian su llegada. Entra y ve los rostros de los presentes, el sonido de las copas caer al suelo rompiéndose en miles de pedazos. Siguió su recorrido sin prestar la atención a los demás, camina con dirección a la mesa donde visualizó al Rey de Inglaterra, pero su sorpresa es ver a alguien más ahí presente, Sebastián. Todos los de quien se va vengar presentes en una mesa. Un exquisito manjar. Estando enfrente se encontraron miradas.
—Buenas noches. —Saludó el príncipe— Mi nombre es Marius Valois y soy el nuevo Rey de Francia.
—Buenas noches. —Reaccionó Ash— Es un placer conocerlo.
Ciel Phantomhive ahora es diferente a lo que es antes, tras la cara de amabilidad que muestra se encuentra una doble vida y sed de venganza. Da cordialmente su mano dando saludo con amabilidad, pero en el fondo se maldecía a si mismo por tener que dar respeto a su peor enemigo. Sus manos se soltaron. Ash le ofreció asiento a su lado, al lado de aquel joven quedó su mayordomo que le daba todo. Está siendo atendido de lo mejor, pero rechaza todo y prefiere que la mano derecha le lleve lo que le ofrecieron anteriormente.
Sebastián observa al príncipe que se encuentra enfrente de él. Recuerda ese parentesco, es completamente igual a Vincent Phantomhive, el padre de Ciel, su antiguo amo, Ciel. Lo recuerda por las pinturas que el señorito tenía antes de quitarlas de la mansión. Aunque, admira la belleza, cabello negro entre azulado, ojos azules, estrecha cintura, una altura de 1.70, delgado y piel blanca, es simplemente bello de verlo y esa sonrisa tan sencilla que lo caracteriza, pero nota algo extraño como si ya sintiera la sensación que lo conociera de alguna parte. Tiene dudas de aquel príncipe, es casualidad que las personas se parezcan, pero que tengan el padecido al antiguo señor Phantomhive y al hijo es algo completamente extraño y dudoso para él. Vigilada aquel joven por las dudas que surgen y preguntada a unos cuantos conocidos del pasado que no ha visto en mucho tiempo, ellos sabrán responder a sus preguntas.
Dudas de un demonio.
La Sospecha de un parentesco.