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La Venganza del Amor por Natali de Piscis

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Notas del capitulo:

Holi (n.n)/ Perdón por la tardarme en actualizar, pero por entregar proyectos no me daba tiempo de escribir y la inspiración no ayuda. Pero en un día logré escribir el capítulo, la inspiración me iluminó. Muchas gracias por todos los comentarios. 

~ Capítulo 4: Reto. ~

 

La cena y el vals transcurrían normal. La conversación entre varios de la corte de Inglaterra sobre los trataros sobre volverse socios de Francia les cuesta trabajo y todo por el príncipe que se presenta enfrente de ellos. Valois no acepta cualquier contrató, escucha y busca desventajas hacia el reino de Inglaterra, sabe que perderá una oportunidad de vengarse si termina sin hacer algún acuerdo, pero algo que aprendió del pasado es ser paciente con sus presas, no debe dejarse llevar por los sentimientos impuros que guarda en su corazón.

Los de la corte se quedaron sin ideas para convencer al príncipe de Francia de un tratado entre reinos importantes. Miraron en varias ocasiones a su soberano, dándose la idea que les irá ml al terminar el vals, si el príncipe termina regresando esa misma noche a su país natal, ellos pagarán el precio caro. El rey de Inglaterra busca la manera de tener a Marius Valois en el país por un tiempo, le entera mucho en ganarse al príncipe y lograr su objetivo de ser Rey de otro país. Sólo quiere asesinar al joven y quedarse en el cargo.

Al tiempo comenzaron el vals entre varias damiselas que se dirigieron a la mesa y bailar con alguien importante. Ash bailó con su prometida, Lizzy. Alois rechazó a cuanta damisela se acerca a él, decidió bailar con su mayordomo, se fueron al centro de la pista donde dieron sus mejores pasos, mostrando algo aceptable para el guardián del Rey de Inglaterra.

Pensar que no le molesta es mentirle a sus sentimientos. Le desagrada el hecho que tenga una nueva víctima y que baile con él. Los recuerdo llegaron y una tristeza que no mostro con gesto se dio, aquella vez que averiguaban del caso de Jack el destripador, en aquel baile, donde existió Lady Ciel fue un momento que le agrado, estar en los brazos de Sebastián, sentir su manos en caderas y entrelazar sus manos derechas le hizo conocer la sensación que oculto durante el tiempo. El mayordomo sabe los sentimientos de su amo hacia el otro demonio, no va permitir que por aquellos sentimientos tan vanos le quitan lo que desea, el alma de Ciel y más allá de ello. El contrincante poderoso, Sebastián Michaelis.

Sebastián danza al lado de su amo, pero se da cuenta de la mirada del príncipe de Francia. Sabe que no mira a Ash sino a dirección de su amo y él, aunque al verlo recargar su codo en la mesa y su cabeza en su mano le hizo recordar a su antiguo amo, Ciel. El niño con sentimientos impuros de saciarse, quien nunca le importó matar. Dejó de mirar, pero le es inevitable recordar a Ciel. Tan sólo han pasado diez años desde que Ash le entregó su cuerpo, pero el por orgullo lo rechazó, no sabe que pasó con el cuerpo, sólo sabe de la mansión, pero nada más. Desconoce todo lo demás.

La pieza de vals terminó y nuevos bailes se dieron. Valois rechaza a todas las mujeres u hombres que desean llevarlo a la pista. Llegó a rechazar al mismo Rey, quien se sintió ofendido, poco le importa, quiere salir de aquel lugar, no soporta estar entre las multitudes, el ruido y tanta luz. Levantándose de su asiento, llamado la atención de los presentes de la mesa, sin decir ni si quiera adiós caminó con rumbo a la salida, seguido por su mayordomo, nadie los detuvo y ellos continuaron normal, como si nunca hubiera una visita importante. Al estar afuera vieron que nadie está en la zona, sólo ellos. Los carruajes de familias importantes siguen ahí, buscaron entre todos, lograron encontrar el suyo, antes de subir el mayordomo acorralo a su amo entre él y el carruaje.

—Dígame amo. —Dijo serio— ¿Por qué la repentina ida? —preguntó curioso en la respuesta, sospecha de una opción que tiene que ver con Sebastián.

—Estoy cansado. —contestó tranquilo. Sabe los celos del demonio— Mañana regresaremos a temprana hora.

—Yo creí que se retira por no querer ver a Sebastián con ese joven rubio. —susurró en el oído. Ciel se estremeció con el contacto tan cercano— Estamos aquí por la venganza con ese ángel y no recordar el pasado amo.

—Lo sé. Terminando la misión haremos el acuerdo que queramos hace cinco años.

El mayordomo esbozó una sonrisa. Separándose de su amo y abrió la puerta. Phantomhive subió y seguido el demonio. El cochero se puso en marcha dejando el castillo del Rey. Sin embargo dos personas escondidas presenciaron el momento tan cercano entre un príncipe y un mayordomo, parece extraño que se cercanía fuese tan profunda, no escucharon con precisión lo que decía, pero sospechan que la relación es más comprometedora y eso lo pueden usar a su favor.

— ¿Qué piensas, Sebastián? —preguntó Alois.

—Ellos tienen algo más profundo. —Contestó serio. En lo profundo de su interior le molesto la escena. Algo no le gusto que se le acercara tanto al príncipe, pero tuvo que contenerse.

—Quiero que los vigiles. El Rey quiere saber sus pasos, no confía en un francés y menos tratándose de un príncipe con el parecido de un traidor.

—Entendido, señorito. —hizo una leve reverencia.

De ahí se retiraron con dirección a la mansión Trancy. Deben de hablar de muchas cosas en la cama.

~~~~~~~~

Por la mañana Claude con el mismo trabajo de siempre aseó, vistió e hizo los deberes de su amo. Terminaron durmiendo en un hotel de lujo, ahora deben de ir al palacio de Rey para seguir con la visita que está planeada por un tiempo de tres meses. Estando listos salieron, subieron al carruaje y siguieron el camino a dirección al palacio. El príncipe ve por las ventanas el paisaje y recuerdos regresaron por ver aquellos lugares donde solía frecuentar en casos siendo investigados por Sebastián y él. Cada uno donde vivieron aventuras, tragedias y presenciaron la muerte de muchas personas que estuvieron en el momento equivocado. Suspiró, olvidada aquellos recuerdos por la dignidad y orgullo. Siguió observando lugares, pero dio la orden de detener el carruaje cuando reconoció un lugar. Al bajar se quedó sorprendido por no creer lo que veía ahí.

El lugar donde era la mansión Phantomhive es completamente un lugar desolado, no existe nada de naturaleza en el lugar, todos los árboles que existían ahí fueron cortados, por lo que se observa, y sólo quedan cenizas de la mansión. Cayó de rodillas y apretó los puños, una ira lo invadió, en lo profundo de su corazón sintió la sensación de querer acabar con todo lo de su alrededor, sacar el inmenso odio que acaba de poseer. Claude se acercó hasta su señorito y lo tranquilizó.

—Claude. —Articulo— Este lugar debe quedar como antes, pero mucho más hermosa que antes. Quiero que sea la enviaría de toda Inglaterra. ¡Es una orden! —elevó la voz.

Los ojos del mayordomo brillaron a ese tono rosado que le caracteriza como un demonio. Tan sólo pronuncio:

—Yes, mi Lord.

Ciel se levantó del suelo, sacudió la tierra que quedó en su ropa. No subió al carruaje, sólo soltó a uno de los caballos y lo montó, él se fue sólo al castillo del Rey, dejó al mayordomo que hiciera el trabajo. En el camino logró olvidad el momento incómodo de hace unos instantes. Vio la hora y se dio cuenta que ya es tarde, pasan de las diez y debió estar presente en el desayuno, se imagina que no lo esperaron. Llegó por fin al castillo del Rey, bajó de su caballo y entró con elegancia al castillo, una de las sirvientas lo guio hacia una parte. Se detuvieron en una de las puertas, estás se abrieron y sin mostrarse sorprendido vio como personas especiales sentaras en la mesa. Lo esperaron para el desayuno.

—Buenos días, príncipe Marius. —Dijo Ash sonriente— Lo esperamos y desayunara con nosotros.

En la mesa se encontraban personas conocidas del pasado y sirviendo otros que recordaba por sus desastres. Sentados se hayan Alois, Soma, Aleister,  Lau, Lizzy y Ash. Mientras que los que están de servicio son Sebastián, Agni, Mey, Finnian, Bard y Tanaka. Muchos de ellos eran sus amigos y otros sirvientes de la mansión. Sin decir nada toma asiento, pero se siente incómodo por estar rodeado de todos ellos que lo miran de una manera extraña, excepto Soma quien le trata de hacer plática de una manera amable. Pero se rindió cuando el príncipe no decía nada o simplemente lo ignoraba. Nadie dice una palabra, el desayuno se lleva en silencio y sólo escucha el sonido de las tazas o cubiertos.

— ¿Dónde se encuentra su mayordomo? —Preguntó Alois seriamente— Ayer lo acompañaba y hoy lo deja solo. —Muestra una sonrisa— ¿Qué le ocurrió? —habló con intenciones de humillar o hacer molestar al príncipe.

—Se está encargando de unos asuntos personales. Ya no soy un niño que debe de estar acompañado por su mayordomo en todo momento. Yo soy un príncipe maduro y capaz de estar solo sin necesidad de un niñero que me hostigue en todo momento. —Sonríe— Alois Trancy, ¿No se cansaría de estar acompañado por su niñero? —preguntó con las mismas intenciones, pero la diferencia es que él si logró callar al joven Trancy y molestarlo.

Desde esa conversación no se dijo otra palabra. Se siente una tensión a partir de ahora. Siguen viendo al joven príncipe de una manera extraña. Terminaron el desayuno. Ciel se levantó de su asiento y se dirigió hacia la salida.

—No piensa quedarse. —habló Ash— Debería de acompañarnos en nuestra conversación.

—Por mí no hay problema, pero… —giró para ver a los presentes— Sé que no soy bienvenido en Inglaterra. Lo noté desde el primer momento que pise estás tierras. Puedo notar las miradas de todos sus súbditos. Lo que pasó hace diez años sigue doliendo en lo profundo a los ingleses por pensar que el incendio fue nuestra culpa. Mis padres trataron de un acuerdo, pero nunca fueron recibidos, en cambio, yo soy recibido en el palacio, pero no de una buena gana. Lo hacen por obligación y por mi parentesco al asesino de la Reina.

— ¿Cómo sabe toda la información? —preguntó el Rey.

—Antes de venir a Inglaterra mande investigar y me llevaron la información. —Sonríe— No se preocupe, Rey de Inglaterra. Estaré un corto tiempo y regresaré a mi reino. Un tiempo es lo que voy a estar en Inglaterra y si desea hablar conmigo no se va poder. Yo soy un joven ocupado en muchas cosas. El día que me busque para hablar de nuestros reinos es cuando lo voy a escuchar, en cambio, si lo único es quedar bien por su imagen ante los demás no se moleste en aparecerse frente a mí porque no será recibido.

— ¡¿Cómo puedes ser irrespetuoso?! —Elevó la voz Alois— ¡Nadie rechaza las ordenes de su majestad!

—Yo sólo digo la verdad. Sea sincero conmigo, Rey.

—Tienes razón. —Lo aceptó— Yo lo invite por obligación y por la presión de la corte de quedar bien en la imagen de Inglaterra.

—Gracias por su sinceridad. Un mes es lo que estaré en Inglaterra y no lo quiero ver y ni si quiera espero una visita de un inglés. —Hace una leve reverencia— Fue un gusto en conocerlo. Yo sólo quería arreglar los problemas de Inglaterra con Francia, pero tendré que regresar sin éxito.

Se retira de ahí con una satisfacción de haber dejado humillado al ángel. Su plan es tan sencillo sólo tiene que esperar a que el enemigo se acerque a él. Mientras tanto, en el comedor se hizo una escándalo donde le reclaman a su majestad por no defenderse en ningún momento, pero éste no escucha nada a su alrededor. Sólo recuerda las palabras del joven. Sonrió, lo sintió como un reto. Esas palabras tan maduras le encantaron, es perfecto. Nadie en su reino lo había dejado callado, ni si quiera los reyes de otros países que lo visitan. Únicamente aquel príncipe tan parecido a Ciel Phantomhive. Sus ojos brillaron, ya tiene su plan. Alzo la mano y todos guardaron silencio.

—No se preocupen. —Dijo sin quitar la sonrisa— Veremos qué tan persistente es el príncipe. Trancy… — pronuncio el apellido del rubio— Busca a los mejores asesinos de Inglaterra. Si sale vivo de todos los ataques hablaré con él y haré la paz con Francia, en caso de que muera daremos aviso a Francia que yo seré su nuevo rey.

Ash sabe que aquel príncipe no podrá soportar varios ataques en un mes. Le da como mínimo una semana de vida. Sin embargo, un demonio escuchó las órdenes de su majestad, se puso en marcha y darle aviso a su amo. Además, llamara a unas personas que le serán de ayuda. El demonio sabe que con él no basta para protegerlo de un ataque masivo, pero con ayuda de otros sirvientes mejores logrará el objetivo.

Claude se prepara para el ataque.

Su objetivo: Salvar a su amo de una muerte segura.

Notas finales:

Haré lo posible por no tardar. Sayorana (n.n)/


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