Después de aquella conversación donde ha aceptado ayudar al rubio mimado en este caso y darle su palabra al Rey de Francia en resolver este caso a las últimas consecuencias. En estos momentos se encuentra leyendo varios periódicos con respecto al tema de los niños desaparecidos, aunque hay algo que le llama la atención es que siempre esta ese circo presente en alguna ciudad de Londres cuando desaparecen los niños. En los periódicos que ha leído no toman en cuenta aquello de darle la duda al circo, pero él lo ha notado. Ash le menciona que simplemente el circo es sospechoso y con una excusa de que los niños aman los circos y por ello la gente aprovecha para secuestrarlos en el momento. Sin embargo, él piensa que no sean otras personas quienes secuestren a los niños, sino el mismo circo con los dueños, pero aquí debe buscar el motivo de que secuestren a estos niños. Toda persona tiene un motivo para cometer algún delito.
Deja de pensar en eso por momentos y decide abrir la carta con el sello real que le llegó hace una hora. Lo abre encontrándose con boletos del circo y una carta de Ash comentando que son cuatro entradas ya que será acompañado por su perro guardián con su respectivo mayordomo y espera tenga éxito en averiguar quiénes son los responsables de secuestrar a los niños. Termina de leer la carta y la rompe para seguido tirarla a la basura. Como le desagrada aquel ángel, pero no tiene otra opción que seguir mintiendo que es otra persona. Pronto llegara el momento donde deje caer toda esta farsa, por mientras debe soportar todo. Da un suspiro y decide continuar con su trabajo de revisar papeleo que le llega por correo respecto a su país Francia donde las cosas van mejorando y no ha surgido ningún problema.
Ahora que lo piensa mejor, al culminar su venganza contra Ash y Sebastián entregara su alma a Claude junto con la otra clausula y sabe que Francia se quedara sin príncipe, la otra razón es que no dejara heredero que continúe con su linaje y podría gobernar mejor en aquel país que regresar a Inglaterra como el hijo de Ciel Phantomhive, es considerado un traidor y por ello descarta que vuelva a esas tierras. Además, es hombre y no se siente atraído por ninguna mujer, ni si quiera se sintió alguna vez atraído por Elizabeth cuando era su prometida... de niño quizás si cuando... los tres estaban juntos, pero después llegó a Sebastián a su vida cambiando todo por completo. A pesar de siempre estar indiferente con él o hasta enojado... sintió algo profundo con ese demonio y estuvo decidido a que cuando terminara lo de Ash se declararía con su demonio tragándose su propio orgullo, sin embargo, las cosas serán completamente diferentes y eso ya es un sueño imposible. Quien alguna vez fue su servidor “fiel” y el amor de su vida esta con otro contrato y a él lo abandono. Ahora sólo le corresponderá a únicamente a un demonio... Claude Faustus. Quizás el único que le podrá...
— ¿Qué tanto piensa, amo? —Indaga el demonio quien lleva unos momentos ahí, pero al no tener la atención de su amo sabe que algo lo tiene pensativo.
— No es nada sin importancia. —Salió de sus pensamientos manteniéndose serio por fuera, pero por dentro su corazón late rápido de que lo halla tomado por sorpresa— Pensando algunas cosas del caso.
— No será que ha estado pensando en eso situación de nuevo. —Comenta serio.
— N-No... es por eso...
— Sabe que a mí no me puede engañar con facilidad. —Medio sonríe— Si tanto desea podemos cumplir el contrato de una vez. —En un movimiento veloz lo toma de la cintura hasta pegarlo a su cuerpo.
— N-No... —Se ruboriza porque sabe a lo que trata de decir— En el contrato nunca decía nada de sobre ese estado.
— Lo sé, pero no estaría mal dejar una parte nuestra en este mundo y digamos que sería una especie ya extinta en este mundo... Me pregunto... ¿Será demonio completo, un hibrido o un humano completo?
— N-No quisiera saberlo... —Trata de quitárselo, pero tiene más fuerza que él.
Claude se va acercando y cuando estuvo por darle su segundo beso fueron interrumpidos. Se escuchó un toque de la puerta y el demonio no tuvo otra opción que separarse, aunque se quedó con las ganas de besar a su joven amor, sin que el joven lo note sonríe ligeramente por verlo con un rubor ligero y respirando profundamente. Ciel sin más se tranquiliza para que no noten lo que estuvo por ocurrir ahí. Suspira y sólo da un pase. Entra Hannah quien hace una leve reverencia y después menciona que en la sala los espera el joven Trancy junto con el mayordomo ya que desean hablar con él. Sin más Ciel agradece y la chica sale de la habitación cerrando la puerta dejando solos de nuevo al demonio con al joven. El chico voltea y sin esperar un momento más le suelta una bofetada a Claude por su osaría de haberlo tocado, aunque parece que Claude es un masoquista ya que simplemente sonríe y eso molesto a un más al joven.
— Que sea la primera y última vez que me tocas de esta manera. —Dice fríamente— No quiero que te rebajes y recuerda que tenemos un contrato que estoy dispuesto a cumplir. Él día que yo quiera hacer eso entonces con gusto te diré, por el momento deseo seguir como todo normal. —Deja su rostro frío y ahora se pone sereno— ¿Conseguiste los papeles que encargue? —Indaga.
— Así es. —Le hace entrega de los documentos que sacó de su saco— Los expedientes de los niños desaparecidos y ninguno encontrado por ningún lado. La policía ha archivado algunos ya que no hay pruebas contundentes que los lleve algún lado. Hacen un patético trabajo en no hallar pistas que los lleven a los criminales. Sólo dan simples sospechosos que por falta de pruebas dejan salir de inmediato.
— Concuerdo contigo. —Comentó— Mejor vamos a la sala donde nos esperan nuestras dos visitas y espero te comportes enfrente de ellos. —Lo mira— He visto que le tienes odio al otro demonio y no sé la razón, pero espero no lo veas de mala gana.
— Yes, my Lord. —Hizo una leve reverencia.
El primero en salir fue Ciel quien prefiere mantenerse un poco alejado de su mayordomo. Desde la llegada a Inglaterra ha estado muy posesivo con él y se volvió mucho más cuando fue su secuestro y lo ayudo Sebastián. Quizás se debe a esa razón que esta celoso de que conoce su pasado y sintió alguna vez algo por Sebastián que por ello se pone de esa manera pensando que romperán su contrato para ir a los brazos del demonio. La verdad él no haría eso y mucho menos con quien alguna vez fue su “fiel” ayudante. Lo ha dicho y repetido miles de veces, cuando termine su venganza contra el asesino de sus padres se irá contra Sebastián para hacerle pagar todo lo ocurrido en el pasado. Llega a la sala principal donde ya hace ese niño rubio mimado que le cae mal junto con el demonio que “odia”, finge una sonrisa y lo saluda de manera cortes. Posteriormente entra su mayordomo, Claude, a la sala para ya estar los cuatro presentes que deben hablar de este caso.
Ciel entrega los documentos que encontró y comienzan a leer cada uno de ellos mientras que los mayordomos están atentos enviándose miradas de desprecios sin que sus jóvenes amos se den cuenta de la situación. Cuando terminaron de leer los expedientes tienen las mismas conclusiones de que los niños deben seguir con vida en alguna parte y si es el circo debe ser un lugar en específico donde nadie los halla notado o puede ser que ese circo venda a niños con hombres tratándose de una red de pedofilia o algo así son sus teorías de los dos jóvenes que se aguantaron por tiempo récord. Aunque, el joven rubio sugirió un lugar que posiblemente les brinde un poco más de información para saber si están bien en su hipótesis de que los niños están vivos o definitivamente están muertos y no sólo deben verificar a los criminales, sino que también buscar los cadáveres para que se hagan entrega de sus familias y darles un santo entierro.
Así se dirigieron a los bajos fondos donde verían a una persona que ha trabajado y colaborado bien con Sebastián y Alois. Ciel sabe de quien se trata y quiere evitarlo, pero no tiene opción y espera no lo eche de cabeza ante los demás sino su plan caerá. Así llegaron hasta el sitio, bajaron del carruaje y los primeros en entrar fueron Alois con Sebastián y por último Claude y Ciel.
— ¿Estás ahí, Undertaker? —Pregunta Alois.
Parece que todo el lugar este vacío, sin embargo, unas velas se encienden alumbrando ese lugar oscuro, unas velas se hayan como si fueran un camino hacia un ataúd y otras encimas del mismo objeto ya mencionado. Se escucharon unas risas características de él y se oye por fin unas palabras del hombre que buscan.
— Bienvenido, conde Trancy. —El hombre apareció detrás de los visitantes que voltearon para ver cara a cara con el hombre que les puede brindar la información— ¿Por fin has decidido entras en mi ataúd especial? —Indaga.
— Todavía no es mi momento así que te quedaras con las ganas. —Dijo el joven rubio serio— Necesitamos que...
— Así que es verdad. —Comentó el hombre de cabellera plateada— El príncipe de Francia está aquí presente. —Vuelve a reír con su sonrisa característica— Quizás a él lo podría meter un ataúd muy especial.
— No estoy en mi tiempo. —Respondió Ciel— Requerimos de tu ayuda para un caso en especial.
— Bueno, siéntense. Justo acaban de hacer las galletas.
Así se sientan en unos ataúdes y comienzan a explicarle la situación de estos niños esperando alguna leve esperanza.
— ¿Cadáveres de unos niños? —Indaga y los demás asienten.
— Ante el público estos niños están desaparecidos. —Explicó Sebastián— Y parece que no han descubierto ningún cadáver.
— En los bajos fondos, los cadáveres de niños son algo cotidiano y ustedes saben que son varios factores para encontrarlos.
— Trajimos unos documentos. —Dijo Ciel— ¿Hay algún niño del que tú te encargaste ahí? —Indaga para entregar los documentos dejándolos y Undertaker mira únicamente el primer papel.
— ¿Habrá alguno? ¿Quién sabe? —Dijo sin quitar su sonrisa, pero con un tono aburrido— Recordaría si veo algo divertido. Ya sabes lo que hay que hacer, ¿No, conde Trancy?, Dame unas buenas carcajadas y entonces te contare lo que sea.
Los presentes se quedaron con una gota al estilo anime por tal pedido, aunque ya conociendo siempre hace lo mismo. La verdad Ciel no quiere enviar a Claude porque siempre ha sido serio y no cree que cuente buenos chistes y le haga sacar una carcajada.
— Me gustaría que el joven príncipe me haga reír. —Lo señala.
— No lo hará. —Dijo Claude muy serio— No sabe con quién...
— ¡Lo haré! —Dijo el joven príncipe con mucha determinación e interrumpiendo a su mayordomo— No voy a depender de nadie. —Temblaba y un leve rubor hay en sus mejillas— Váyanse de aquí y ni se les ocurra mirar adentro. —Volteo a verlos señalándolos y con una vena estilo anime en su frente... ¡Es una orden!
— Sí, joven amo. —Dijo Claude haciendo una reverencia.
Salen del lugar esperando en la entrada. Así pasan segundos, minutos, horas y no hay señal de que salga y es una señal que no ha logrado hacer reír aquel hombre. La gente viene y va en el día y la noche se hizo presente, ya se les hace tarde y deben descansar porque les falta un día largo donde pensaron muchas teorías y ahora esperan a que salga el príncipe que no puede hacer reír aquel hombre. Hasta que escuchan una carcajada es cuando se dignan a entrar donde ven al joven príncipe todo desalineado y respirando profundamente por el cansancio que provocó en buscarle sacar una risa.
— Y pensar que el famoso príncipe Valois llegaría hasta ese punto. —Dijo con un dedo en su barbilla y un poco de saliva que cae por la comisura derecha de su labio.
Se acercaron hasta el joven y Claude pidió explicación, pero no recibió ninguna, comienza a arreglar a su joven amo para dejarlo como antes de manera impecable.
— Ya pagamos tu recompensa... Ahora háblanos de los niños. —Dice Ciel.
— No están. —Fue su respuesta dejando sorprendidos a todos hasta el mismo Claude— Estos niños no están entre mis clientes y tampoco hay rumores en los bajos fondos.
— Quiere decir que nadie mato a los niños en los bajos fondos. —Dijo Sebastián tomando su barbilla y analizando el caso.
— Si no hay cadáveres en ninguna parte, los niños siguen con vida dando por acertada a nuestra primera hipótesis. —Dijo Alois.
— Tendremos que investigar el circo. —Dijo Claude.
— Entonces hay que descansar y mañana tendremos que partir al lugar para asistir a la función. —Comentó Alois— Undertaker, si recibes algo de información, avísanos. —Estuvieron por salir cuando el de cabellos plateados dijo unas palabras extrañas.
— Joven príncipe... Una persona tiene una sola alma, será mejor que la cuide. —Ríe.
Así se marcharon todos extrañados por lo mencionado por aquel shinigami y este sólo con su mano dice adiós. La puerta se cierra y el de cabellos plateados sonríe porque finalmente regreso el joven conde Phantomhive para cumplir con su venganza o lo que quiere hacer y esta vez con un nuevo demonio. De una de las puertas salió un joven de la misma edad que Ciel, cabello color azul oscuro, ojos azul cielo y la pupila siendo un tono más oscuro, piernas delgadas, cintura estrecha, cuerpo proporcionado y unas ropas como las que usaba su difunto padre.
— Me alegra de haberlo visto, aunque fuese oculto. —Sonríe tristemente— Me alegra que se encuentre con vida. —Estuvo por caer, pero fue sostenido por Undertaker— Quiero verlo.
— Será pronto. —Dijo sereno y con una sonrisa— Estás débil. Ya casi completaremos para que estés en mejor condición y reclames lo que es tuyo.
— Sí. —Afirma— Pronto nos veremos... hermanito...
El shinigami se llevó al joven a la habitación donde ha estado por muchos años esperando a la llegada de su hermanito. Aquella persona no es otro que el verdadero Ciel y heredero de la fortuna Phantomhive que en su momento va a reclamar todo lo que pertenece con derecho y cumplir con sus propios propósitos.
ESTÁ HISTORIA CONTINUARÁ...