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Entre Letras por Marieene

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Notas del capitulo:

Perdon la demora. :v

Maldijo para sí mentalmente y apretó los puños con excesiva fuerza blanqueando sus nudillos de forma doloroza. ¿Por que su pasado lo perseguía y amenazaba con lastimar a los que lo rodeaban? Su relación anterior había terminado en un desastre con peleas, llantos, incomodidad y malestar. Había sido una relación de esas enfermas, que por mucho que todo fuera violento, desequilibrado y cada vez mas despasional, aún se mantenía pendiendo de un hilo, con idas y vueltas, sin cortarse completamente. Una relación que no había terminado cuando debía haber sido, y al continuar solo habían conseguido herirse más y formar lo que ahora sucedía, una obsesión por parte de su ex amante. Terapia, llamadas recurrentes a la policía y denuncias habían alejado lo suficiente a esa persona tóxica, pero las sombras lo perseguían y no lo dejaba tranquilo. Ya era suficiente, había límites y él, su ex, había sobrepasado hace tiempo la línea de la cordura.


La realidad era que en su momento se había enamorado locamente y de forma ciega había mantenido una relación inestable pero con fuerza, creyendo que todo terminaria, decidió darle fin, sin saber que llegaría a ese punto en el que se encontraba, actualmente acosado.


Sí, lo había amado, y su corazón sufrió una herida que aún no podía sanar por completo, él había sacado lo peor de su personalidad, lo había transformado en un ser del que no estaba orgulloso, obsesionado de igual forma. Pero ya era el pasado, había superado su locura al amar erróneamente, al aferrarse a las extravagancias y exigencias que su ex pareja le demandaba. No deseaba que nadie supiera, quería olvidar lo sufrido, lo vivido y principalmente olvidarlo a él. Nunca pensaba en ello, lo había superado. No obstante, el amor ya no era algo posible para su lastimado corazón, ahora frío y seco, remachado y abandonado, el amor ya no existía más que en sus libros y sus novelas.


Lo había amado, y mucho. Se había obsesionado, y mucho. Pero aquello era inaudito, intolerable. Las acciones superaban lo racional, lo lógicamente racional y ya estaba en un área completamente ilegal. Esa tal vez era la gota que rebalsaba su tolerancia. Cerró los ojos intentando calmar su acelerado corazón, su hirviente sangre que fluía calentaba su cuerpo, y la adrenalina adormecía sus miembros brindándole una extraña sensación en el estómago. Estaba enfurecido.


- ¿Te encuentras bien Sasuke? -Preguntó preocupado el rubio a su lado, atento a todas las reacciones corporales del menor. Estaba tenso y sus puños comenzaban a temblar con insistencia. Colocó la palma de su mano en la espalda de éste e hizo pequeños movimientos, acariciando con suavidad.


-Esto es ridículo. -Dijo manteniendo los ojos cerrados. Naruto quitó la mano y esperó unos segundo para que el escritor consiguiera calmar sus ánimos. Lo notaba ansioso, y su voz delataba que contenía con fuerzas su ira.


-No te preocupes, de seguro ya se ha ido. Solo ha querido amedrentarnos. Pero no lo logrará. -Intentó animas Naruto, intentando creer que lo que acababa de decir podría ser verdad. No estaba bien, y tenía una sensación sobre su espalda que lo hacía mirar a su alrededor con desconfianza, sintiéndose asechado y amenazado, pero no deseaba transmitir su inquietud. -No ha pasado nada, y no pasará. Así que tomemos un café ¿Quieres? -Sus hombros descendieron un poco, aflojando algo de tensión. Realmente sentía que un café no alcanzaría, tal vez una bebida más fuerte sería más apropiado dada la situación. Inconscientemente asintió a su idea.


-¡Ya es suficiente! Deja las bromas infantiles y de mal gusto. Lo que estás haciendo no solo es acoso, desacato a una orden judicial, sino también allanamiento. Los delitos no te quedan bien. Pero si continuas con tus juegos de intimidación solo conseguirás terminar mal. -Naruto lo miró sin entender de qué hablaba, pero permaneció en silencio al ver que Sasuke hablaba sin dejar de mirar a su alrededor. El menor giró sobre sus talones y se enfocó hacia la parte de las habitaciones y al pasillo que daba al jardín. Dio un paso y suspiró. -Me conoces lo suficiente para saber que no gastaré más palabras. No te daré más advertencias, y no seguiré permitiendo que sigas con esta estupidez. ¡Deja a Naruto en paz! No lo repetiré. -Luego miró a Naruto y éste comprendió que probablemente la ex pareja estaría escuchando lo que sucedía dentro con micrófonos u otros métodos. Si había sido capaz de entrar y tenia el dinero para conseguir una cámara con la calidad y resolución con la que habían sido tomadas las fotos, significaba que aún podría estár cerca. La sensación de ser una presa aumentó y se estremeció al ver la oscuridad de su habitación de un lado y de la cocina del otro lado.


Sasuke le dio un codazo y le mostró su teléfono. En la pantalla había una frase que Naruto leyó con suma lentitud asimilando cada palabra.


"No digas nada. Cuando suene mi teléfono, llamá a la policía"


Su cuerpo se sacudió en un nuevo temblor y comenzó a sentir un sudor helado en su espalda. Aun así intentó ignorar su reaccion y metió la mano en el bolsillo de su pantalón, manteniendo su celular aferrado, esperando que pasara lo que Sasuke predecía y hacer lo ordenado. El menor también guardó su teléfono y esperaron. Cuando sus miradas chocaron, los ojos negros de Sasuke se abrieron con la intensidad de un descubrimiento desagradable, y negando mecánicamente la cabeza, miró por detrás del hombro del rubio, hacia el oscuro pasillo que daba al jardín trasero de la casa. Sin poder contenerse, sacó del bolsillo su celular para comprobar la hora.


-No puede ser. -Susurró el escritor sintiéndose engañado y derrotado. Habían pasado ya demasiados minutos desde que llegaron, y no había notado que todo estaba demasiado silencioso a su alrededor. En ese momento Naruto lo comprendió pero antes de que pudiera decir algo, el sonido de una llamada entrante resonó con un eco lejano en el ambiente. Nuevamente se miraron sin decirse nada y de forma conjunta suspiraron cortamente, Sasuke miró la pantalla y se horrorizó al ver el nombre. Esperó a que el rubio metiera las manos en el bolsillo y tomando una postura dura, de espalda recta y mentón elevado, prosiguió a atender la llamada.


-Al fin atiendes mi llamado. Comenzaba a creer que no deseabas hablar más conmigo y eso, debo serte sincero, me ponía muy triste. -Al instante Sasuke reconoció la voz, el tono y la forma de sisear las palabras. Sabía que estaba sonriendo, sabía que estaba lleno de una excitación infantil. Arrugó la frente y se mordió el labio inferior. Llevaba todo un año evitando su contacto y su comunicación. Quería olvidar su rostro y su voz. Pero ahí estaba, escuchando del otro lado de la línea su respiración, se lo podía imaginar a la perfección, de pie en la distancia, mirando hacia el interior de la casa de Naruto, con su cabello pulcramente peinado y su cuerpo perfumado. Odiaba recordar tanto de él, tener la idea de que podría personificarlo con la mente lo desesperaba y hasta sentía que podría describir su vestimenta. Cerró los ojos con fuerza y el tacto de la mano de Naruto sobre su hombro lo sobresaltó. El rubio le regaló una sonrisa débil, pero segura. Eso bastaba para renovar sus fuerzas.


-¿Dónde están Jugo y Suigetsu? -Preguntó lo más calmado posible, no quería mostrarle su ansiedad y el peligro que sentía al haber sido tomado por sorpresa y sin la certeza de que sus guardaespaldas y amigos estuvieran bien, porque sabía que si demostraba debilidad, él se aprovecharía. Escuchó una pequeña risa que lo enfureció pero cerrando los ojos contó hasta diez, calmando su respirar y su impulso de estrangular a su ex amante. -Solo respondeme si están bien o no.


-Ellos estarán bien, mientras tu nuevo amiguito no haga una estupidez. Dile que deje de seguir intentando vanamente ocultar que tiene en su mano su teléfono, y no sería un buen adivino si no predijera que está por llamar a la policía. Entre nosotros Sasuke, ¿Crees que llegarán a tiempo antes de que tus dos amigos sufran heridas cortantes? Tal vez logren detenerles las hemorragias, pero ¿Será la ambulancia aún más veloz para evitar que ambos mueran desangrados? -Su cuerpo se petrificó al escuchar aquellas palabras y el sujeto del otro lado de la línea lo supo, pues comenzó una sonata de risas y sonidos guturales. Moviendo su cabeza, le dio a entender a Naruto que detuviera su acción.


-¿Que quieres? -Preguntó con los dientes apretados, soltando en un siseo venenoso la cuestión. Su mente no dejaba de repetir lo absurdo y las pocas ganas que tenía de intercambiar palabras con ese sujeto, no quería escucharlo, pero sabía que no podía cortar la llamada hasta asegurarse el bienestar de sus compañeros. Y en el silencio previo a una respuesta Sasuke escuchó el fuerte latido de su corazón alterado por la inesperada situación. Con impaciencia y estrés, miró a Naruto, y comprendió que él era responsable por la seguridad del rubio, un peso demasiado pesado sobre su cuerpo. No lo permitiría. Debía detener toda esa locura. -¿Y bien? -Insistió al no escuchar nada.


-Es que son tantas las cosas que deseo, que se me estaba haciendo largo el listado. -Contestó burlonamente.


-¿Qué quieres de mí? -Dijo, reformulando la pregunta anterior. Realmente no quería saberlo, pero debía preguntar.


-Si tanto quieres saber, te lo diré. Pero primero tienes que decirle a tu nuevo amigo que salga al jardín. Así charlaremos a solas.


-Pudrete. -Insultó con el ferviente impulso de ira. -Sabes que me aburro rápidamente, y que este tipo de jueguito no es de mi agrado. Responde con claridad o colgare.- Escuchó una risa.


-¿Y dejarás a tus dos guardianes conmigo? Que mal amigo eres. -Frunció la frente y arrugó la nariz. Obvio que no dejariá a sus amigos, pero también era consciente de que ellos sabían defenderse y era algo realmente extraños que ambos hubieran sido atrapados y trasladados hacia otro lugar. Si ese no era el caso, tal vez solo estaban inconscientes en alguna parte del jardín o muy cerca de ellos. Ante su silencioso pensamiento, el sujeto del otro lado de la línea suspiró con aburrimiento. -No me agrada el tipo ese que está contigo. -Soltó con resignación. -Si me dejaste, por lo menos hazlo por alguien adecuado, que esté a la altura. -Eso sí que le resultó histéricamente gracioso. Sasuke sonrió de costado soltando una carcajada inconsciente, eso molestó a su interlocutor, lastimando su orgullo.


-¿Porque no hacemos lo siguiente? Deja a mis compañeros o dime donde están, y luego nos reuniremos en ese bar que frecuentabamos, ¿Te parece? -Al mirar a Naruto, éste no dejaba de negar con la cabeza y Sasuke le devolvió una corta sonrisa para tranquilizarlo. Con el teléfono bien pegado a la oreja, comenzó a caminar hacia el jardín, donde había visto por última vez a Jugo. Sabía que era muy probable que estuvieran drogados allí fuera y que su ex se encontrara en un vehículo a un par de calles de allí. Había estado ahí, pero ya debería de haberse ido a la seguridad de la distancia. Moviéndose como estaba haciendo, lograría saber si él los estaba mirando en tiempo real o si ya se había ido y no tenía forma de verlos. Cuando se asomó a la puerta trasera, lo sorprendió la oscuridad. No conseguía distinguir nada relevante. Desde el umbral, con la espalda pegada al marco de la puerta abierta, asomó la cabeza hacia el exterior adaptando sus ojos a la poca luz.


- Me gusta la idea de verte. - Escuchó que le respondía con suavidad, reconociendo ese tono sumiso que antaño le había encantado.


- Te estaré esperando mañana a las 20 hs, en la mesa de siempre. - Aseguró Sasuke mirando todo lo que podía, buscando a sus compañeros y viendo a lo lejos un bulto grande. Estrechando la mirada consiguió enfocar a sus amigos, uno apoyado en la espalda del otro, aparentemente inconscientes. Sabías que era todo una mala broma. Sin reparar en más cuidados, salió con rapidez para asegurarse de que los dos guardaespaldas estuvieran sanos. Se arrodilló frente a ellos y suspiró aliviado al ver que tan solo estaban dormidos. - Eres un bastardo. - Le dijo, pero no obtuvo respuesta. Extrañado por no obtener respuesta, dio por terminada la llamada y comenzó a marcar el 911. Esto no quedaría impune.


- Tal vez podríamos adelantar la reunión. - Lo sorprendió una vos demasiado conocida por detrás, tomándolo completamente desprevenido. Cuando se volteó para mirar a su ex, sintió un pinchazo en su cuello. Su mano subió hasta la zona adolorida mientras que su cuerpo seguía el movimiento inicial, quedando definitivamente frente a frente con lo que resultaba ser su agresor.


- Carajo. - Alcanzó a maldecir, antes de comenzar a sentir que su lengua y su cuerpo completo comenzaba a perder fuerza, adormeciéndose y perdiendo los sentidos. El maldito acababa de drogarlo y con algo sorprendentemente efectivo y poderoso. Lo miró a los ojos y solo pudo pensar en darle un golpe en el rostro, pero su puño no se cerró y su brazo no se elevó. Sus ojos seguían fijos en los opuestos y en la sonrisa socarrona y triunfal de su ex amante. Su mente comenzó a perder conciencia, al igual que su cuerpo que ya no aguantaba su peso, fue entonces cuando sintió que aquel sujeto que tanto dolor le había causado estiraba sus propios brazos y los colocaba debajo de sus axilas, sosteniéndolo de forma que evitara su caída. Sasuke no pudo hacer otra cosa, ni oponerse ni mandarlo al demonio. Su cuerpo se dejó hacer, como si estuviera completamente dispuesto. Los brazos opuestos lo arrimaron a su cuerpo, y lo acunaron sobre el pecho fuerte de su anterior pareja, para luego abrazarlo con fuerza, dándole pequeños besos en la frente, con cariño cínico.


-Todo volverá a la normalidad, como antes, cuando eramos felices. Lo único que necesito es una última oportunidad. - Inspiró el perfume del cabello negro y acarició la espalda, apretando con más fuerza el cuerpo delgado del escritor, acurrucándose en el cuerpo inmóvil y paralizado del amor de su vida. - Ahora iremos a casa. - Le dijo sonriendo con alegría.


- Ey Sasuke ¿Todo en orden? Acabo de hablar con la policía, están en camino. - Los ojos azules y los de color café se unieron. Los cuerpos de ambos quedsron duros por la repentina sorpresa. El primero en reaccionar fue el extraño sujeto que sostenía el cuerpo del menor ya completamente inconsciente.


- No se te ocurra mover un músculo. - Naruto asintió, sin dejar de mirar el cuerpo flácido de Sasuke. Elevó las manos y volvió a mover la cabeza de forma afirmativa, demostrando que no haría ningún movimientos. - Esto es lo que haremos. Tu volverás a entrar, y en 20 segundos saldrás, si tienes alcohol, puedes untar un poco en un algodón y traerlo afuera. El olor podría despertar a los dos que están detrás. Atiéndelos y espera a la policía. ¿Vas entendiendo? - El rubio movió la cabeza, pensando en mil maneras de detener al loco demente que tenía frente a sus ojos, pero sin dejar de escuchar atentamente sus palabras. - Bien. Tienes pinta de no ser tan estúpido, así que no te diré que no digas nada sobre mí, sé que le dirás a la policía todo. Me da igual. Yo me iré con Sasuke. Eso seria todo. - Sonrió mostrando sus dientes blancos, y su cabello se sacudió con una pequeña corriente de aire, sacudiendo los castaños mechones. Naruto respiró calmadamente y sin decir palabra alguna tomo una postura defensiva. Sus brazos en alto, con los puños cerrados y su rostro tras sus antebrazos. Su torso levemente hacia un lado, con su pierna derecha adelantada y sus rodillas levemente flexionadas.


- Me importa una mierda si logras salir de aquí, pero a Sasuke lo dejas inmediatamente. - Naruto apretó con más fuerza los puños y no apartó su mirada de los ojos opuestos, castaños y dilatados por la adrenalina. Su cuerpo dejó de tensarse cuando se preparó para la lucha. Sus ojos azules destellaban con la insistencia de su reto. Se movió hacia los lados con suavidad, preparándose para avanzar con la guardia alta. - Deja a Sasuke en el suelo y vete corriendo como la rata que eres. - Su seriedad transformaba su rostro en uno agresivo, mostrando el conocimiento y la preparación que tenia para enfrentar una situación como aquella sin titubear y sin dudar en ningún punto.


El sujeto chasqueó la lengua y lo miró con furia. Con sumo cuidado, recostó a su amado en el suelo, con el cuerpo hacia un lado. Se quitó la chaqueta, la abultó y se la colocó en la nuca. Luego, bajo la intensa mirada azul del rubio, se paró de forma similar frente a él. Movió la cabeza deconstracturando su cuello y sonrió al tomar posición.


- Tú lo pediste. Se ve que no eres tan inútil como pareces. - Rio con sonoro entusiasmo, estrechó la mirada y se relamió los labios. Miró hacia atrás y hacia abajo, donde había dejado al joven escritor. Luego volvió a mirar a Naruto y se balanceó con destreza.- Esto será divertido.


Ambos chocaron sus miradas, demostrando cada uno su intención, su capacidad y la furia que corría por sus venas. Estaban preparados para defender lo que creían correcto y justo. Estaban listos para pelear por Sasuke.


 
Notas finales:

¿Que les va pareciendo? 


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