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La sombra de nuestros secretos por Kokoro Yolotzin

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Notas del fanfic:

¡Hola!


Esta historia ya la había subido hace algunos años y hasta hoy la vuelvo a retomar. El título inicial era Antes de conocerte pero la historia tomó un giro de 180° y por lo tanto decidí cambiarlo. El primer capítulo lo edité y mejoré. La verdad, estoy bastante contenta con el resultado. Espero que a ustedes también les guste este proyecto y le den mucho apoyo.


Atte. Kokoro Yolotzin.

Notas del capitulo:

¡Hola a todos y todas! Sé que he estado ausente mucho pero mucho tiempo y tengo que ofrecerles una gran disculpa por ello. Pero eso no quiere decir que vaya a desaparecer por completo. De alguna manera u otra siempre estaré aquí. También quiero decirles que mañana mismo comenzaré a leer todas las historias para ponerme al día y dejar mis comentarios. Sé que todos son excelentes trabajos y estoy ansiosa por leerlos.  Y no crean que voy a dejar Reinado del Amor a un lado, lo voy a finalizar después de concluir con esta historia corta que escribí para ustedes. Espero que les guste mucho. Y sin más, comencemos a leer. 

I

Otra oscura y gélida madrugada se asomaba por la ventana. El cielo encubría cientos de emociones vacías y huecas. Era como realizar un grito en medio de la soledad… De este modo se sentía el enigmático y extravagante millonario Asami Ryuichi después de tener intimidad con su hermosa novia modelo Aika, pero solo era eso; sexo. No existía ningún sentimiento de por medio. Asami nunca había amado a alguien. No le importaban las relaciones afectivas en absoluto. Era indiferente al tema del amor. Pero había aceptado a Aika como su novia ya que el padre de esta era un empresario importante y tenía que ganárselo a como diera lugar y que mejor comprometiéndose a sostener una relación formal con su hija. Prácticamente había vendido sus sentimientos aunque Asami sabía que estos no existían en él. Por lo general, eran una persona de carácter fuerte que no se doblegaba ante nada y ante nadie. Sus objetivos siempre eran precisos y de esta manera obtenía lo que deseaba.

Asami estaba de pie junto a la gran ventana que daba hacia la ciudad de Tokio. La vista era estupenda. Se podía observar las luces a lo lejos y el ruido precipitado de los automóviles era escandaloso.

—Ryu, cariño, ¿por qué no vuelves a la cama? —preguntó Aika al darse cuenta que su “amado” ya no estaba a su lado. Asami en el fondo sabía que estar con ella era como permanecer en un lugar lúgubre y verdaderamente friolento. Ni con el calor de su cuerpo podía descongelar su corazón.

—En un momento. —Fue lo único que sus labios pronunciaron. Tomó un cigarrillo, como era habitual, de la mesita que se encontraba a un lado de él. Lo encendió cuidadosamente, como si se tratara del último que fumaría en toda su vida.

La noche transcurría sigilosa. Asami pensaba en la junta que tendría al día siguiente con un conjunto de idiotas que solo querían apoderarse de sus bienes. Tenía que ver como se los quitaría de encima.

—Ryu, he dicho que vuelvas a la cama —otra vez esa voz chillona y prepotente tratando de dar órdenes. Al parecer no se había dado cuenta que quien daba las órdenes era él.

—Y yo he dicho que en un momento voy. —El entrecejo de Asami se marcó más de lo normal. Algo que le molestaba de sobremanera era que alguien intentara manejarlo a su antojo. Lo detestaba a más no poder.

—Pero es que yo quiero que estés aquí conmigo —ella poseía una cabellera larga y pelirroja. Para el medio artístico, era una debilidad candente. El movimiento de sus caderas al caminar enloquecía a cualquiera, menos a Asami. Él sabía que no todo lo que brilla es oro, y Aika no era excepción. Bastaba con el tiempo que había permanecido a su lado para percatarse que era una chiquilla caprichosa. Si lo que ella deseaba no se cumplía al instante, armaba un escándalo a nivel nacional. Tal vez si despertaba la pasión en muchos hombres y la envidia en mujeres pero para Asami solo era una chica tonta, algo que se podía desbaratar en cualquier momento. No tenía los cimientos necesarios para valerse por sí misma. Lo único que poseía era una cara bonita y una autoestima que estaba sobrevalorado.

—Tengo negocios que atender. —La única comunicación que entre ellos había era por medio del sexo. Pero ni con eso bastaba. Había veces que no lo satisfacía a pesar de que la televisión la proclamaba una diosa del sexo. Algunos de sus movimientos eran muy torpes y no tenía un muy buen rendimiento que digamos.

— ¿Acaso no te gustó lo que hicimos anoche? —preguntó con una mirada lujuriosa.

Asami se dirigió hacia la puerta para salir hacia la sala cuando escuchó esas palabras. No quería herir su ego aunque ganas no le faltaban. Su voz se mantuvo firme y gruesa —Ya te dije que tengo negocios que atender. —

En el rostro de Aika se dibujó una mueca de disgusto. Sus cejar se arquearon y se levantó de la cama rápidamente para detenerlo del brazo. Por nada del mundo iba a permitir que se fuera dejándola de esa manera.

— ¿Por qué no te quedas un rato? Aún es muy temprano —trató de convencerlo pero Asami negó con la cabeza.

Tomó sus manos e hizo que las bajara lentamente. —Tengo que tomar un baño —fue lo único que salió de sus labios.

Aika se molestó y se fue directo a la cama de nuevo. Asami tan solo salió de la habitación para dirigirse al baño. Una vez ahí cerró la puerta fuertemente y se miró al espejo. Tenía treinta y cinco años pero su semblante reflejaba más edad. Su fiel trabajador Kirishima le había recomendado que dejase de trabajar en exceso así como dejar de preocuparse por cosas banales, él quiso decir: disfrutar la vida más plenamente. Pero no había tiempo de eso, según Asami. Nunca había tiempo de disfrutar, de soñar, de vivir… De amar.

°°°°°°°°°°°°°°°

En otra parte de Tokio, un joven de densos cabellos rubios acababa de despertar. Era un fotógrafo que trabajaba para una revista muy importante de todo Japón. Sus días estaban llenos de eventos importantes a los que él tenía que asistir. Y en uno de esos eventos conoció a la famosa actriz llamada Yuko. El romance fue casi inmediato y los dos congeniaron muy bien. Aunque en los medios se decía que esa relación no iba a ser duradera, ellos siguieron. Ya llevaban más de cinco meses saliendo y hasta ese momento eran felices.

—Akihito, mi amor, ¿qué tal amaneciste? —preguntó Yuko desde el otro lado de la puerta con la dulce voz que la caracterizaba. El rubio abrió los ojos lentamente y vio entrar a su hermosa novia a la habitación. Su cabello eran oscuro al igual que sus ojos y su piel parecía nieve, completamente blanca y fresca. Cumplía con los estándares de belleza perfectos.

—Muy bien, gracias por preguntar —Akihito soltó una risilla nerviosa mientras se incorporaba. Él era un chico en verdad encantador. A sus veintitrés años era un fotógrafo profesional y exitoso. Pero no solo eso sino que también poseía una picardía que conquistaba a cualquiera.

—Me alegro mucho mi amor —Yuko besó los labios de Akihito con delicadeza. Entrelazó sus manos con las de ella para unirse después en un fogoso abrazo. Las mejillas de Yuko se tornaron de un color carmesí intenso. Ella lo siguió besando y encaminó sus manos hacia la parte baja de Akihito pero él en un rápido movimiento las detuvo.

—Aún no es momento —dijo Akihito con una voz tormentosa. Sus ojos se posaron sobre los de Yuko y notó la decepción de la chica. Desde que había comenzado la relación, Akihito había aclarado que no todo se basaría en sexo, que primero tendrían que conocerse para poder hacerlo.

—Para ti nunca es el momento —le reprochó Yuko con una mirada fulminante, de esas que intimidan a cualquiera… A cualquiera menos a Akihito. El chico de igual forma era de carácter fuerte y algunas veces explosivo. No por nada había comenzado su carrera desde abajo, tratando de conseguir premisas a como diera lugar.

—En serio, perdón… —esto no quería decir que Akihito fuera virgen y que por esa razón no quisiera tener ningún contacto sexual con Yuko. Lo que sucedía iba más allá de eso, era un secreto que tenía Akihito.

Yuko se levantó y salió de la habitación sin decir más. Akihito se sintió mal consigo mismo por unos instantes pero es que en verdad aún no era el momento.

El rubio se vistió con unos jeans desgastados y una playera descolorida. Akihito, a pesar de tener fama y dinero, no creía que fuera importante. Se sentía como una persona común y corriente. Y creía que de ese modo se tenían que sentir todos. Akihito perteneció a una familia humilde pero que le inculcó grandes valores. Ahora, él estaba solo en el mundo ya que sus padres murieron cuando él era muy joven.

De la nada entró Yuko interrumpiendo sus pensamientos. —Amor, tengo que salir con una amiga pero volveré en la tarde para cambiarme de ropa —dijo mientras sostenía un lápiz labial entre sus manos.

— ¿Y eso? —su rostro era de absoluta confusión.

— ¿Acaso no te lo he dicho? —dijo Yuko. Akihito negó con la cabeza, verdaderamente extrañado—. Ah, pues nos invitaron a una fiesta de un magnate. Dicen que será la fiesta del siglo. Creo que es por la inauguración de su nuevo hotel aquí en Tokio, o algo así escuché —con delicadeza, comenzó a delinear sus labios y a rellenarlos con un color rojo intenso.

— ¿Nos invitaron? —

—Por supuesto, obviamente tú irás conmigo. No puedo presentarme sin mi querido novio —por lo visto, Yuko aún no estaba muy contenta con Akihito por el incidente de hace unos momentos. Se podía notar en su  intenso y constante sarcasmo.

—Está bien, iré contigo. Nos vemos aquí a las 06:00 pm, ¿qué te parece? —preguntó Akihito tratando de complacer a Yuko en todo lo que quisiera. No quería herirla más.

—De acuerdo cariño —Yuko se acercó a la mejilla de Akihito y le otorgó un beso cariñoso—. Bueno, tengo que irme, mi amiga debe de estar impaciente esperando.

Yuko salió del departamento dejando a Akihito solo con el remordimiento que guardaba en su alma. Tan solo al recordar las circunstancias en las que se habían conocido, su corazón se estremecía y un fuerte dolor de estómago lo invadía por completo. Esto siempre sucedía cada vez que Yuko intentaba tener algún ace5rcamiento sexual con él.

°°°°°°°°°°°°°°°

Asami ya se había ido a su oficina para trabajar. Tenía una pila de papeles sobre el escritorio que debía de firmar inmediatamente. No era fácil ya que tenía que leer documento tras documento. La mayoría de ellos eran convenios entre compañías.

—Kirishima, tráeme un café con muy poca azúcar —ordenó Asami desde el escritorio. Estaba tan concentrado que no despegó en ningún momento los ojos del papel que estaba leyendo.

—De inmediato señor Asami —dijo su fiel empleado y rápidamente fue por el pedido de su jefe.

De pronto, el teléfono de Asami comenzó a sonar. Fastidiado, él levantó la bocina y escuchó la voz chillona e irritante de Aika.

—Estoy ocupado así que dime que quieres —ordenó con voz altanera.

—No tienes por qué actuar como un ogro Ryuichi. —este comentario molestó bastante a Asami. Lo único que quería era hacer que se callara de una vez por todas—, solo quería decirte que mi papi nos acaba de invitar a una fiesta que organizó esta noche. Cuenta con nuestra agradable presencia —Asami se tocó la sien en señal de desesperación. Ya no aguantaba más a esa mujer. Era cierto que tenía un compromiso muy importante que ejecutar con su padre, la suma que ambos realizarían eran de billones y no podía perder esa perfecta oportunidad. Después de eso pensaba hundirlo y romper toda relación con Aika y su estúpida familia.

—Estaremos allí, cuenta con ello —Aika se emocionó de sobremanera.

—Me alegro mucho. Bueno, iré a comprar un vestido para esta noche. Te dejo cariño —fue lo último que dijo antes de colgar. Asami dio un suspiro y se acomodó en la silla. ¿En verdad tenía razón Kirishima? ¿Tenía que darse una oportunidad para encontrar el amor verdadero? Tonterías, pensaba Asami. Él no tenía tiempo para esas niñerías. Su tiempo como adolescente ya había finalizado.

Kirishima entró con el café de su jefe y lo depositó en el escritorio.

—Gracias Kirishima —tomó un folder que contenía varios papeles importantes—, por favor, lleva esto al tercer piso y termina de firmar todos los papeles. Yo tengo que atender otro asunto muy importante —sin decir nada más se marchó con las manos metidas dentro de los bolsillos de su traje de lujo.

Kirishima se quedó verdaderamente extrañado. Muy pocas veces había visto a su jefe tan pensativo. Se asustó un poco por él. A pesar de ser solo un empleado, le tenía un aprecio muy especial. Lo consideraba un amigo. Pero él dudaba de que Asami Ryuichi tuviera un amigo en el que pudiera confiar… Lo dudaba infinitamente. Así como dudaba de que tuviera a alguien a quien amar.

°°°°°°°°°°°°°°°

Como Akihito lo había prometido, llegó a su apartamento cerca de las seis de la tarde. Yuko todavía no llegaba así que comenzó por darse una ducha y escoger la ropa adecuada para el evento. Era lo menos que podía hacer por ella.

Cuando él estaba frente al espejo tratando de arreglar su cabello para no parecer un completo holgazán, ella entró. Portaba un vestido rosa entallado y escotado. No dejaba nada a la imaginación. Tenía un peinado alto y sus pendientes estaban conformados por auténticos diamantes.

—Perdón por llegar tarde, es que me arreglé en casa de mi amiga —mostró esa sonrisa que le transmitía una paz infinita a Akihito.

—No te preocupes —dijo Akihito y volvió a mirarse al espejo. Su cabello parecía una enmaraña pero así se sentía bien. ¿Por qué aparentar algo que no era?—, estoy listo, podemos irnos —y le devolvió la sonrisa.

Ella lo hizo de igual forma y ambos se marcharon del apartamento rumbo a la fiesta… Aquella bendita fiesta que no sabía que cambiaría sus vidas para siempre.

°°°°°°°°°°°°°°°

Asami y Aika habían llegado a la fiesta en una limusina negra. Todos los fotógrafos se arremolinaron y comenzaron a fotografiarlos. Para los medios, eran la pareja del año a pesar de durar muy poco. Se podría decir que Aika era la mujer más bonita de la fiesta. Su padre la recibió con júbilo y cuando vio a Asami, su alegría incrementó. Era públicamente su yerno. El anciano tenía la esperanza de unificar sus empresas para ambos hacerse los hombres más ricos y poderosos en el mundo.

—Padre, ¿invitaste a mi buena amiga Yuko? Hace mucho que no la veo —dijo con esa voz chillona que tanto molestaba a Asami.

—Sí, dijo que vendría con su novio, ese tal fotógrafo de pacotilla. Yo que tú, le decía que se alejara de él. Es bien sabido que solo la quiere para ganar más fama en el medio, hija. Y si la consideras tú amiga es lo menos que deberías de hacer por ella —habló su padre. Era un anciano cruel y hasta cierto punto extremista. No tenía nada de bondadoso.

—Ya se lo he dicho muchas veces pero parece que está idiotizada con. Yo no lo conozco en persona pero creo que por fin hoy lo haré — esbozó una media sonrisa y mostró su perfecta dentadura. Después se dirigió a Asami y le dio un apasionado beso en los labios. Inmediatamente los fotógrafos tomaron esa imagen. Era un hecho que encabezaría el periódico semanal.

—Mi amor, ¿quieres que te traiga una copa? —preguntó Aika con una dulzura fingida. Asami solo asintió y Aika rápidamente se marchó.

—Y después de todo esto Asami, creo que tenemos que aclarar el compromiso de mi hija contigo. Ella se quiere casar… —pero el sonido del celular interrumpió al padre de Aika— Disculpa —y se alejó por unos momentos.

Para Asami ese era un ambiente al que debía estar acostumbrado pero en esos momentos no se sentía cómodo y más por lo que el padre de su “novia” le acababa de confesar.  En sus planes no existía la palabra matrimonio. No podía existir.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se dio cuenta que un joven de ojos azules y pelo rubio estaba detrás de él. Por accidente, ambos chocaron y Akihito sufrió un susto.

—Oh, disculpe señor… en verdad, disculpe —la angustia se delataba en cada palabra que pronunciaba Akihito.

Asami volteó para encarar al muchacho pero sin querer quedó hipnotizado por sus ojos. Parecía que a través de ellos observara el mar… El azul y tranquilo mar.

—No te disculpes, la culpa fue mía —dijo con un tono tan sensual que la piel de Akihito se erizó sin motivo alguno. Eso hizo que se ruborizara inmediatamente.

De pronto, unas voces los interrumpieron de su “interesante” charla.

—Asami, mira a quien me encontré en las bebidas. Te presentó a mi amiga Yuko. Yuko te presentó a mi prometido Asami Ryuichi —Aika hizo una pausa y vio que un joven estaba al lado de Asami. Iba a decir algo cuando Yuko interrumpió.

—Y yo te presentó a mi novio, Aika. Se llama Takaba Akihito. ¿Acaso no es realmente guapo? —preguntó ella mientras se mordía el labio inferior. Miró a Akihito de arriba hacia abajo para darse cuenta que lucía exaltado y verdaderamente ruborizado, como si hubiese visto una chica más guapa que ella. Tal vez su amiga Aika lo había impresionado de más. Y eso hizo que ella se pusiera un poco celosa. Pero trató de tranquilizarse. No quería hacerle un escándalo a su amiga.

—En gustos se rompen géneros —pronunció Aika con desdén hacia Akihito. No toleraba su presencia. Ella pensó que solo era un chico que disfrutaba de sus cinco minutos de fama, como cualquier otro. Un aprovechado de su amiga.

—Y finalmente —agregó Asami—, mi nombre es Asami Ryuichi. Es un placer conocerte, Takaba Akihito —su nombre al ser pronunciado por ese hombre le causo un cúmulo de sentimientos. Un escalofrío recorrió cada parte del cuerpo de Akihito. No podía creer que sintiera eso… ¿Qué era lo que le sucedía?

—Igual, es un gusto conocerlo señor Asami —Akihito se inclinó haciendo una reverencia como si Asami se tratase de un príncipe. Aunque parecía uno con ese cabello perfectamente negro y engominado. Las facciones de su rostro eran perfectas. Era como si los mismos ángeles las hubiera tallado.

—Como todos ya nos conocemos —dijo Aika emocionada pero a la vez aprensiva—, creo que es momento de tomar asiento y comenzar a charlar un rato — todos asintieron y fueron hacia la mesa decorada con unos manteles color rosa pastel.

Sin duda, ni Akihito ni Asami, sabían lo que el destino les depara a ambos...

Notas finales:

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gusta esta nueva propuesta? Dejen sus comentarios para saber que opinan acerca de este nuevo proyecto ..Y com odije antes, lo siento por no haber estado activa por mucho tiempo. Saben que las quiero y que ustedes son como otra familia. En serio, seré lo más puntual que mi prepa me lo permita. 

Espero que les haya gustado. Les mando muchos besos apretados y muchos abrazos. Las amodoro.


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