Los días pasaron muy rápido, pronto llegó el jueves, el día asignado para la cena de Hiroki. Habían quedado con Akihiko de salir por unos tragos después del trabajo para poder charlar un poco más separados de sus parejas.
-Kamijou querido,¿Ya estás listo? Se nos hará tarde-
-Enseguida voy profesor, le recuerdo que no podemos irnos aún por que estoy archivando el trabajo que usted no hizo- Después de haber dejado la oficina en orden llegaron al restaurante en donde el peliplata ya los estaba esperando, cenaron y ya entrados en copas decidieron trasladarse a un bar que se encontraba a unas cuadras cercanas; al pasar por ahí en unas de las calles había un pequeño local, se podía observar que se trataba de un taller de tatuajes. Hiroki se quedó un momento observando a través del cristal todos los diseños que yacían en las fotografías de las vitrinas.
-¿Acaso ya estás pensando tatuarte “Nowaki” por todas partes?- comentó el escritor con gracia.
-No seas tonto, sólo observaba- el escrito enarcó una ceja en respuesta -De pronto recordé nuestra adolesencia, ¿Recuerdas qué quería uno de estos? No se sí decir que estoy totalmente arrepentido de no haberlo hecho, ni si quiera puedo recordar por que no lo hice en un principio-
-Fue por que eres un gallinas para las agujas- El maestro más alto regresó algunos pasos al darse cuenta que los otros dos hombres habían dejado de caminar a su lado. Regresó con los otros y lanzó al aire el comentario de las agujas para unirse a la conversación.
¿A quién llamas gallina? Te recuerdo que yo no soy el que le tiene miedo a su compañero-
-Bueno, es que en realidad a Shinobu si hay que tenerle miedo-
-Le doblas la edad, ¡y es de tamaño bolsillo!-
-No se necesita más para domar a un hombre, uno debe conocer sus propios límites- contestó el pelinegro encogiendo los hombros. Hiroki sólo negó con la cabeza y siguió su trayecto al lado de los dos hombres más altos.
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Nowaki escuchó un golpe, frunció el ceño entre sus sueños y se concentró en seguir durmiendo, pero le fue inútil al escuchar más golpes en la cocina y el estrepitoso golpe de la puerta que provocó Hiroki al abrirla.
Este último se dirigió al baño de la habitación para lavar sus dientes. Se despojó de toda su ropa quedando únicamente en bóxer, después se recostó en la cama al lado de su novio.
- Hiro-san- Nowaki enfocó la vista al reloj de la mesita de noche, las 3 de la mañana.
-¿mmm?- el mencionado emitió un gemido en señal de que estaba escuchando, al tiempo que abrazaba a Nowaki por el costado.
-Hueles a alcohol Hiro-san-
-Pero si solo me tomé una cerveza-
-¿Una?- exclamó el pelinegro.
¿Cuál es la queja? Mañana tenemos el día libre-
-Sí pero...- Nowaki se vio interrumpido debido a los labios del maestro que se posaron sobre los de él. Era un beso suave, sus labios se movían de una manera tan lenta y delicada que el beso comenzó a volverse erótico y sumamente sensual para ambos.
Nowaki se posicionó encima de Hiroki, entre sus piernas moviendo sus caderas contra las del otro, disfrutando de la fricción de sus necesitados miembros. El maestro recorrió sus manos hasta los glúteos del más alto y los apretó con lujuria mientras gemía contra la boca del otro.
-Nowaki aguarda...- el doctor aumentó el ritmo en sus caderas mientras le besaba el cuello al otro - Espera, espera, espera- continuó Hiroki - Sí comenzamos con movimientos bruscos voy a vomitar-
El maestro se sentó en la cama cerrando sus ojos para calmar el mareo, Nowaki solo sonrió mientras besaba la cabeza del castaño, luego se recostó en la cama.
Hiroki se quedó algunos segundos en la misma posición pero después se recostó, abrazando a Nowaki por detrás en una “little spoon”
- Hiro-san -
-¿Ahora qué?-
-Es que...- Nowaki se sonrojó un poco -Tienes algo entre las piernas presionando contra mi trasero-
-Sólo ignóralo, ya bajara- gruñó el castaño con fastidio.
-Amm, claro- parpadeó rápidamente tratando de enfocar la mirada en algún punto, ahora ya estaba despierto y no tenia ninguna intensión de seguir durmiendo.
- Hiro-san -
¡-¿Qué?!-
-¿Crees qué...-
-Nowaki, tienes una oportunidad más para que cierres la boca y te duermas ya-
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