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Mi Secreto por princesadehielo

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El sol pegaba de lleno en su rostro, los árboles, que los cubrían con su sombra, habían quedado atrás, el pasto era cada vez más escaso y la llanura era cada vez más rocosa.

— ¡Qué calor! — exclamó el de cabello blanco, sudando a mares.

— No exageres, no es tanto — le regaño la pelirroja, sudando igual o más que su compañero.

El chico se disponía a contestar, más una mirada de advertencia del Uchiha le impidió hacerlo.

La rubia se mantuvo firme en su caminata, ignorando totalmente sus protestas por el clima.

La cima estaba cada vez más cerca, así como la vegetación era más y más escasa. Acalorada, saco la botella de agua qué horas atrás le dió Hinata, y  sin detenerse, tomo un poco.

La cima finalmente llegó, revelando un abismo, el único paso eran pilares de roca, delgados y separados unos de otros. La oscuridad del gran abismo impedía ver el fondo.

Suigetsu, pateo una pequeña piedra, que callo por la gran brecha, se oyó como chocaba con algunas rocas y seguía cayendo,  hasta que después de unos segundo, callo al fondo, revelando su profundidad.

—  Es muy profundo, si alguien cae seguro se matará — dijo Shikamaru analizando la situación.

— Todos aquí somos ninjas así que no debe haber problema — contrarestó el Uchiha.

— Naruko-chan — le llamó la Hyuga.

— Es el camino más rápido, no podemos seguir tardando tanto en llegar — contestó la rubia, sabiendo lo sobreprotectora que era su amiga.

— Pero…

— Estaré bien Hina — le sonrió de esa forma que solo ella sabía, transmitiendo confianza a la chica de ojos blancos.

— En ese caso, te llevo— se ofreció el Hozuki, para sorpresa de la rubia — Puede ser peligroso si caes — hablo con una sonrisa.

— No hace … — intento decir la rubia

— La puedo llevar yo, soy parte de su equipo — le respondió Nara.

— Pero no es … — nuevamente interumpida.

— Yo la llevaré — se ofreció el de cabellos naranjas — soy más fuerte, ustedes podrían tirarla — aseguró el mayor.

— Yo puedo … — el mismo resultado.

— Yo la llevaré — dijo Shino, sin dar explicación o alegar algo.

Naruko se quedó callada, viéndolos discutir sobre quién la llevaría através de esa gran brecha.
La observó un momento, era ancha, mucho y ciertamente, si caía, se llevaría algún daño severo, un error los dañaría. 
Vio de reojo al Uchiha, el cual parecía fastidiado con la discusión, él aún no sabía nada, por lo cual le era difícil comprender el porqué de aquella insistencia por sobre protegerla.

— ¡Ya! Callense — ordenó el Uchiha.

Los chicos lo vieron, molestos, dando a entender que no pararian hasta que alguno llevará a la rubia.

— Yo la llevaré y fin de la discusión — dijo el Uchiha ya arto de todo.

La aludida se sorprendió, normalmente, los actos de bondad del mayor eran por obligación, no por voluntad.

Los chicos se vieron y asíntieron, no importaba quien la llevará, lo importante era cuidarla.

— No es nesesario — objetó la chica, nerviosa por la reacción del azabache.

— No te pregunté — contestó el chico, taladrandola con la mirada.

— Enserio, no hace falta, yo puedo…

— Dije que yo te llevaré y punto — aseveró con molestia, callando a la de ojos azules al instante.

No dijo nada, no hacía falta, conocía a Sasuke mejor que nadie y sabía que cuando algo se le metía a la cabeza no había nada que lo hiciera cambiar de parecer.

Los chicos empezaron a caminar, avanzando a través de los pilares.

Naruko lucia nerviosa, si bien no podía objetar nada, tampoco estaba muy contenta con la situación.

Sentía la mirada del Uchiha sobre ella, mientras ella se mantenía viendo a su amiga saltando entre un pilar y otro.

En movimiento rápido el Uchiha la cargo, como si de una princesa de tratará, la chica enrojeció al instante, pero el chico la ignoro totalmente.

La chica paso sus brazos por el cuello del chico para facilitar la tarea, aún con el rostro teñido de carmín, el chico la vio, no mostro enojo, tampoco alegría, solo la veía, la detallaba.

Eran tan parecidos, desprendían el mismo encantó, la misma luz, su personalidad no era muy distinta, alegres y juguetones con quienes conocían, pero ella también era desconfiada, renuente a hablar de más, sonreía mucho cuando estaba a lado de la Hyuga y de Karin, arisca con los hombres que se le acercaban con otras intenciónes, parecía ocultar siempre algo, parecía ser más que una niña mimada, no se mostraba molesta por dormir en el suelo, se adaptaba a la situación, parecía tan sincera y a la vez…

El sonido de una piedra caer lo hizo reaccionar, dejó de admirar a la chica en sus brazos y se concentró en el camino.
Con sumo cuidado, avanzó entre los pilares, cada uno era más delgado que el anterior y eso lo ponía de nervios, cuidaba a la chica y está se aferraba a su cuello, intentando facilitar su tarea.

La mayoría ya se encontraba del otro lado, viéndolos avanzar, como la chica, a pesar del riesgo, parecía confiada, segura. El chico parecía más preocupado y atento, aferrado a ella, no la dejaría caer, eso estaba claro.

La Hyuga sonrió tristemente mientras los veía

— Sabes hermana, dicen que el hilo rojo del destino jamás se corta, puede estirarse y tensarse pero jamás se cortará —

Sonrió mientras recordaba las palabras de su hermana « -— Creó que tienes razón, Hanabi, jamás se romperá, sin importar que pase ellos siempre estarán unidos — » Pensó la joven, sintiendo cierto malestar en el pecho, ya que a pesar de la situación aún tenía sentimientos por el joven héroe de Konoha y por muy bizarro que sonará, había imaginado una vida con él aún en aquella situación.

Naruto no estaría en esa forma por siempre y ,cuando todo eso acabará, ella y él podrían formar a una familia, como siempre lo deseó.

Pero eso no era más que un sueño, una simple ilusión, no más.

Después de algunos minutos, en donde todos estaban con el alma pendiendo de un hilo, Sasuke tocó tierra firme, al fin habían cruzado.

Sasuke la vió, diciéndole con la mirada que el peligro había quedado atrás, pero no la soltó, la siguió admirando, ver sus mejillas sonrojadas, sus labios rosados, sus ojos azules, sentir su calor, su cercanía, sentir esa necesidad de proteger a esa dulce chica de cabello rubio y piel morena.

Ella tampoco dijo algo, solo lo detallaba como cada noche cuando él dormía, aunque esta vez podía ver sus ojos negros, tan negros como la noche, unos ojos tan fríos y tan cálidos, esos ojos que lo hipnotizaron.

— ¡Ey! — les llamó Suigetsu —Ya vámonos, se hace tarde.

Los dos salieron de aquel trance, Naruko enrojeció aún más y Sasuke mostró un ligero color en las mejillas.

El azabache la bajo con cuidado y la chica agradeció el gesto. Así, ambos grupos siguieron su camino.

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Los cambios climáticos comenzaban a abrumarlos. El calor y la humedad del lugar al que llegaron, y que tenían que cruzar, les provocaba un gran cansancio.

 

Aquella zona parecía más una selva, con trampas por doquier, dejadas por la misma naturaleza. Animales rastreros, plantas venenosas, charcos e incluso iluciones creadas por aromas que desprendían ciertos árboles.

 

El cansancio comenzaba a dejar estragos en el cuerpo de la única rubia, sus labios estaban secos, el sudor caía de su frente a grandes cantidades, sentía un gran dolor en los pies y podría jurar que estaban hinchados, se sentía tan pesada, el calor la consumía poco a poco, aún conservaba su capa puesta a pesar del calor que sentía. Pero eso no le impedía seguir, ella continuo caminando hasta que sus piernas fallaron.

 

El lugar era sumamente húmedo y no era de estrañar ver charcos, lagunas y riachuelos en ese sitio, de algún lado debía llegar tanta humedad.

 

Tampoco era raro que se vieran obligados a atravesar aquellas masas de agua en lugar de rodearlas. El tiempo apremia.

 

Pero no esperaban que su líder fuera la primera en caer.

 

Las piernas le fallaron en el pero momento, el cansancio la venció, el calor la sofoco, haciéndola caer  sentada en aquel riachuelo, el agua fría contrastaba con aquel ambiente cálido, pero esa agua no era buena y ella lo sabía.

 

Fueron sus amigos y compañeros quienes rápidamente la sacaron del agua. Para fortuna de todos el riachuelo no superaba el metro y medio de profundidad.

 

La sentaron en la raíz de un árbol, la chica pareció reaccionar con el agua que había llegado así rostro, pero seguía débil.

 

— Debemos quitarle la ropa ya — dijo Karin con seriedad.

 

— Pe-pero — intentó alegar la de ojos blancos, si bien el temor de que su amiga enfermara era grande, ella había prometido guardar su secreto, un secreto que corría peligro, además de que eran únicamente dos mujeres, el pudor siempre había dominado su forma de ser y ahora no era la exención.

 

— La bruja tiene razón — apoyo Suigetsu — Esa agua está excesivamente fría, además de contener toxinas, debe sacar esa ropa ya, si las toxinas no la dañan, el cambio de temperatura lo hará — aseguró, asustando a la pelinegra, quien sin perder más tiempo, comenzó a sacar las prendas de la chica de ojos azules.

 

— Chi-chicos ¿Pueden voltearse? — pidió la de ojos blancos, abochornada.

 

Shikamaru y Suigetsu enrojecieron por la petición, dándose cuenta de lo obvio, con pena se volteó rápidamente.

 

Juego dió media vuelta sin hacer alarde, Shinobi se volteó pero mando algunos insectos a soltener la capa de la pelirroja, formando una especie de cortina, para evitar a cualquier curioso.

 

Sasuke se quedó observando a la chica un momento la ropa mojada se ceñía a su cuerpo, aboltandose en algunas partes que se veian desproporcionadas a su figura delgada, lucia sumamente pálida y a pesar de estar conciente no hablaba he incluso parcial titiritar.

 

Karin le mando una mirada molesta, una que pocas veces le mandan, la vio sin expresión alguna y dió media vuelta.

 

Aunque, a escondidas de los demás y haciendo usó esas habilidades que poseía, la volteó ver. Pudo apreciar ligeramente como le sacaban una blusa blanca y muy ancha, dejándolo con una que otra incógnita.

 

Pero fue todo lo que se permitió ver, antes de ser atacado por su conciencia y las buenas enseñanzas que su finada madre le dejo.

 

Para cuando volvió a voltear, preso de la curiosidad, solo pudo verla ya levantada y de espaldas, mientras abrochaba la capa negra que le había prestado Hinata.

 

Además de la nueva marca que adornaba el brazo de Karin, la marca de unos dientes.

 

La ropa mojada fue metida en una bolsa de nailon, mientras les informaban que ya podían ver.

 

La rubia les sonrió a todos, de manera mínima y débil, al igual que Karin.

 

— Deberíamos descansar — sugirió Hinata, viendo a ambas chicas, sintiéndose impotente por no poder ayudarlas.

 

— No podemos, no aquí, está zona— le contesto la rubia preocupada, molesta consigo misma.


Un Shinobi no puede caer por algo tan simple como un clima extremo, por eso el entrenamiento que recibían desde niños. Con las Kunoichi no había diferencia.

— ¿Porque? — después de formular la pregunta, se sintió peor que bicho raro, todas las miradas, incluso la de su odiada y amada Karin.

Suigetsu se sintió tan fuera de lugar que hubiera deseado que la tierra lo tragara vivo.

Naruko lo vio y suspiro, sacando paciencia — Está zona no es extrema por naturaleza, fue un campo de entrenamiento Shinobi en tiempos de guerra — le explicó, ganando miradas confundas y una que otra reprendedora.

Naruko frunció los labios antes de continuar, sabía que no quedarían conformes con algo tan simple — No se mucho, pero les diré lo que me contaron

» Las guerras eran duras para los grandes países, afectaban en grande a las aldeas ocultas pero las pequeñas aldeas fueron las que la pasaron peor.

Las peleas constantes acababan con ellas poco a poco y se vieron en la forzosa necesidad de entrenar a aquellos que se encargarían de proteger su aldea.

Conociendo los alcances y la fuerza que poseían los shinobis de las grandes naciones, tuvieron que recurrir a medidas más extremas, llevándolos a crear campos parecidos a este, obligando a aquellas personas a sobrevivir en un lugar inhóspito y llevándolos a usar su potencial para sobrevivir.

Diseñaron cada sitio cuidadosamente, colocando plantas venenosas, animales ponsoñosos, llenando el lugar de innumerables trampas.

Con el tiempo el lugar fue abandonado y la naturaleza se adaptó a todas las cosas que colocaron, volviendo todo ello parte de sí. «

— Pocas personas se atreven a cruzar, sabiendo esto pero para los shinobis no debería ser ningún problema — Su calma y tranquilidad con la que dijo lo último la llevo a recibir miradas acusadoras — Debemos cruzar para llegar más rápido, si lo rodeamos tardaríamos más, además ya estamos a la mitad.

— Tú ya habías venido antes ¿No es así? — preguntó la pelirroja, aunque más que pregunta era afirmación.

— Sí — confesó — Aunque no sola.

Aquello confundió a todos aunque se guardaron la duda.

Sasuke observaba a la chica atentamente, su expresión seria y responsable, atenta a todo, tan distinta a él.

Un momento, un segundo bastó para que ante los ojos negros cayera esa fachada. Un segundo en los que sus ojos se encontraron, en los que negro y azul hicieron contacto, tan distintos como el día y la noche contrastando pero a la vez complementándose el uno con el otro. Un solo momento en que el mundo dejo de existir, que no estaban sus compañeros, que no existía género, edad o raza; un segundo en que Naruko y Sasuke dejaron de existir para dejar solamente dos almas encontradas, dos almas que se comunicaban con una mirada.

En ese momento pudo ver más haya de toda esa apariencia, porque detrás de esa mirada sería e incluso fría, había miedo, un auténtico miedo que rogaba por ayuda, que suplicaba sutilmente salvación.

Sasuke observó atento como, después de ese momento en que pudo leer su alma, la chica se movía con seguridad única, tratando de repartir una serenidad que ella misma no poseía, sonriendo de vez en cuando para calmar a sus amigo. Fue testigo de cómo ordenaba a todos continuar con el camino y los demás la obedecían sin rechistar.
Y, por segunda vez en su vida, Sasuke admiro a alguien que no pertecia a su familia, a alguien que era digna de su admiración, admiro a esa chica de cabellos dorados y ojos azules por esa fortaleza aún con el miedo que consumía su alma.

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Sus manos se retorcían sobre su regazo, su frente sudaba ligeramente, sus ojos evitaban a todos.

 

Sentada frente a la fogata a la mitad del bosque, sintiendo que los nervios acaban con ella. Karin Uzumaki, una chica segura de sí misma, orgullosa y fuerte, una chica que sabía lo que valia y se mostraba segura ante los insultos de los demás. Karin Uzumaki, estaba siendo consumida por la culpa.

 

Estaban tan cerca del lugar indicado, a medio día de camino con el paso actual.

 

Desde niños, a los shinobis,les enseñan la importancia de guardar un secreto, pero esto la sobrepasaba. Dos vidas peligraban.

 

La Uzumaki hacia un vano intento por conservar la compostura, total, realmente no era su asunto, la decisión quedaba en Naruko, era su responsabilidad pensar en todos, el secreto era de esa chica y a ella no le debía importar en lo más mínimo ¡Pero por dios, es humana! ¡No podía dejar el asunto así!

 

Su mente se debatía entre levantarse y detener ese enredo, ese alboroto y cuidar a esa chica rubia o simplemente callar y dejar que las cosas siguieran su curso.

 

Pero no fue necesario, por que el destino le quitó esa carga.

 

Cuando Suigetsu fue mandado por agua no esperaban eso. En un descuido del chico, tropezó con una piedra sobresaliente del suelo, el bote quedó en los aires para finalmente caer, el agua que traía callo sobre la chica rubia, mojandola totalmente.

 

La rubia, mojada por segunda vez, se levantó rápidamente, comenzando a titiritar por el frío.

 

Hinata se acercó a ella y retiro la capa negra que la cubría y que había recibido toda el agua, ante la atenta mirada de la Uzumaki y de todos los presentes.

 

La túnica negra callo al suelo pesadamente, escurriendo agua, la rubia temblaba por el frío y su cuerpo quedó al descubierto.

 

El vientre de la rubia se podía apreciar perfectamente atravesar de la blusa blanca, un vientre que rebelaba los casi 5 meses de embarazo de la chica.

 

Y Sasuke entendió el porqué de su trato preferencial.

 

Continuará...

 

 

Notas finales:

Hola a todos  espero que les haya gustado.
Esta un poquito cortito y me tarde mucho pero se acerca el final jeje.
Primer respuesta revelada, aún falta saber la reacción de Sasuke jeje
Bueno por agradecimiento a su apoyo habrá un bonus, Aún debo terminarlo, solo aviso que jamás he escrito algo de ese tipo así que no esperen mucho.

 

Bueno los amo gracias por su apoyo.

 

Bay

 


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