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Te Amo a Mi Manera por Anul Kazama

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Notas del capitulo:

MAGI: The Labyrinth of Magic es obra de Shinobu Ohtaka

Naruto es obra de Masashi Kurumada

Ambos se miraban fijamente, uno con inocencia y el otro esperando a que hiciera algo, pero nada. Parecía que se debatían en un duro duelo de miradas rojo vs naranja dorado, ¿Quién ganaría?, aunque era una competencia ridícula y a su parecer, humillante. Al mismo tiempo recordó cómo se metió en tremendo lio, no porque lo odiara, sino porque después de muchos años, había perdido experiencia y sabía que cualquier fallo… él se olvidaría de quien es y quien sabe que podría hacerle; pero a su vez recordó en realidad porque lo hacía…

FLASH BACK

Ese día no pudo entrenar, ¿Cómo hacerlo si él estaba fuera del palacio?, prácticamente no podía concentrarse por lo que opto suspender su práctica, cosa que extraño a su compañero de entrenamiento de ese día

 - ¿Pasa algo su Kouen-sama? - pregunto Kin Gaku - hoy está muy distraído

 - Estoy bien

 - ¿Seguro?

Pero el pelirrojo seguía cabizbajo, eso hizo que el robusto hombre se arriesgara

 - Mi lord, ¿tendrá acaso que ver que su hermano, el segundo príncipe, ya tiene a su prometido?

 - ¡¿Qué?! - alzando su rostro con una expresión de sorpresa - ¿Qué dijiste?

 - ¿No lo sabe? - al ver al pelirrojo fruncir el ceño- bueno, por el palacio y por el pueblo, se corre el rumor que su hermano, el príncipe Koumei y su invitado, el chico del djinn extraño, están comprometidos

Esa noticia fue como una patada para el primer príncipe… ¿Por qué todos lo sabían y el no?, en ese momento, recordó el sonrojo de Indra cuando vio a Koumei pasar, pero este seguía con su cara de medio dormido

 - Kin Gaku, ¿Por qué inicio ese rumor?

 - Bueno - suspirando- ese chico…

 - Indra, se llama Indra - respondió molesto

 - Como decía, Indra-san pasa mucho tiempo con Koumei-sama, los ven platicar seguido, pasear o leyendo juntos. Y por supuesto, su hermano le dio un tour por todo el palacio

Kouen comenzó a recordar las veces que los había visto juntos: conviviendo, platicando, riéndose. No, él deseaba estar en el lugar de Koumei, poderse acercar de esa forma al azabache.

 - ¿Kouen-sama?-  preguntó Kin Gaku, ver al primer príncipe callado no era raro pero con esa expresión que no podía descifrar nunca lo había visto.

 - Kin Gaku, déjame solo por favor - pidió para recibir una reverencia por parte del contrario e irse - ¿Porque no me di cuenta antes? - murmuró

En eso escucho a un guardia anunciar el regreso de la princesa y sus acompañantes. El príncipe se dirigió a paso veloz donde pudo ver a los recién llegados, quienes regresaban más relajados: la princesa emocionada con otros guardias cargados de finas telas, Judal con Juba en brazos quien a su vez tenía una pequeña jaula y a su lado, un radiante Indra quien cargaba un par de libros.

Kouen se dispuso a acercarse cuando vio a Koumei, quien pasaba por ahí por casualidad

 - ¡Koumei-ni! - Kougyoku animada - ya volvimos

 - Ah, bienvenidos - con cara de dormido

 - ¿Nunca cambiaras tu expresión? - Judal burlón

 - Vengo de entrenar - bostezando - ¿que hay en...

 - ¿Koumei?

Indra miraba al segundo príncipe con una expresión de extrañeza, para luego a una de miedo al verlo empezar babear, pero el azabache no era el único; Juba comenzó a abrazar más su jaula y al ver al pelirrojo acercarse para terminar en el suelo

 - ¿Ko-Kouen-ni?

 - Ya saben cómo se pone cuando ve palomas - respondió serio

 - ¿Pasa algo? - Indra curioso

 - Ah, si - respondió Judal - a Koumei le gusta comer palomas

 - ¿Se las come?

Indra puso cara de asco, Juba abrazo más su jaula cuando vieron al oráculo asentir, poco a poco, Koumei se levanto

 - ¡En-ni! - sobándose el golpe

 - ¿Estás bien? - pregunto Indra

 - Sí, pero Eni-ni siempre exagera con los golpes - al notar al bebé asustado - ¿Qué le pasa?

 - Pasa que se asustó con tu cara - respondió Judal - como puedes ver, Juba ahora tiene una mascota, así que no se te ocurra hacerle algo

 - No le hare nada

 - Bien porque - sonriendo con malicia - si lo haces… despídete de tu “amiguito” - alejándose - ¡y no podrás hacer gritar a Indra!

A Koumei le extraño ese comentario pero Indra se puso rojo mientras Kouen de nuevo sintió enojo. Apenas iba replicar algo cuando Kin Gaku desde un muro negó con la cabeza señalando los brazos de Indra. El pelirrojo mayor no entendió hasta que

 - ¿Libros?

 - ¿Eh? - viéndolos - si, Kougyoku me los compro, son libros de historia del Imperio, dijo que era necesario ya que… - con tono melancólico luego sonrió - olvídalo, nos vemos

 - Indra…

El mayor solo lo ve irse, para dirigirse a su habitación, una vez en ella, se puso a pensar de qué manera podría acercarse a Indra. Los días seguían su curso, en los cuales, el primer príncipe pudo observar mejor a Indra: si no estaba leyendo en algún jardín o en una de las salas; veía como jugaba y cuidaba de Juba cuando Judal tenía que salir.

Cuando veía a Indra alzar a Juba al aire y el pequeño reía, el príncipe no pudo evitar recordar en que primero eran solo él y Koumei, al cual cuidaba con mucho amor, para posteriormente cuidar de Kouha y Kougyoku. Por lo que dio un suspiro, era una idea loca, pero debía hacerlo. Salió de su habitación para buscar a Judal, el cual batallo para evitar reírse pero aun así pensó que sería divertido por lo que acepto.

FIN DEL FLASH BACK

Y ahí estaban viéndose fijamente, Juba y Kouen, como se retaran a un combate. Los sirvientes y guardias que los veían, fingían hacer sus respectivas labores pero en realidad querían saber cómo iba a lidiar el príncipe con un pequeño. Pero no pasaba nada, el azabache y el pelirrojo solo seguían viéndose

 - Señor, ¿está bien?- pregunto un sirviente al ver ese duelo de miradas que mantenían el pelirrojo y el bebé.

 - Si - trato de recordar el cómo jugaba con sus hermanos

 - ¿Necesita ayuda?

 - No, estamos bien gracias - viendo a su sirviente - que se retiren todos

Apenas escucharon la orden, Juba y Kouen quedaron solos, el mayor suspiro

 - Y bien… ¿Qué tengo que hacer contigo? - el bebé ladeo su cabeza - dime, ¿Qué haces cuando… - dándose una palmada en la frente así mismo - cierto, aun no hablas

Juba sonrió estirando sus brazos, Kouen trago duro, pues no podía recordar como sostener a un bebé y cuando veía al pequeño siendo cargado por Judal, Indra, Kougyoku y su asistente, no ponía mucha atención. Por lo que solo lo sujeto por debajo de las axilas dejando sus pies al aire, por lo que el pequeño empezó a patalear

 - ¿Por qué te mueves tanto?

Ante el reclamo Juba comenzó a llorar, por lo que Kouen no supo que hacer por suerte

 - Majestad, le habla Phenex

 - ¿Qué quieres?, ¿no ves que estoy ocupado?, ¡deja de llorar! - Juba hace un puchero y llora mas fuerte

 - Lo siento, pero lo hace todo mal

 - Explícate

 - Primero, acerque al pequeño a su pecho, con cuidado, coloque uno de sus brazos bajo las pompas del niño y con su otro brazo, sujete su espalda. Para calmarlo, háblele con voz suave y dele leves palmadas en su espalda

Con una gota en la cabeza, Kouen hizo lo que su djinn le dijo, cuando lo cargo de manera correcta se dio a la tarea de calmar al pequeño

 - Vamos… vamos… tranquilo… tranquilo… olvide tu nombre - encarando al pequeño

Juba miraba extrañado al mayor, quien trataba de recordar su nombre, pero lo que más llamaba su atención, era la barba de Kouen que permanecía quieta aunque el príncipe hablara y por curiosidad natural

 - Enano del… - al sentir el tirón de su barba

Kouen se calmó para evitar que Juba llorara pero en vez de eso, empezó a reírse, provocándole un tic en el ojo al mayor pero luego suspiro, después de todo, aún era un bebé. El pelirrojo suspiro por lo que comenzó a ir de aquí para allá con el bebé, después de un rato. Ambos yacían sobre una manta colocada en el césped, donde el pequeño azabache dormía tranquilamente, mientras Kouen lo miraba con una mirada algo cansada

Por otra parte, Kouha caminaba algo aburrido por el palacio, había decido ir a ver a Kouen en su despacho pero para su sorpresa, se encontró a sus subordinados quienes hacían el trabajo del mayor por ese día. El menor lo busco por todos lados, hasta que lo encontró leyendo bajo un árbol

 - En-ni - acercándose corriendo- ¡En

 - Cállate o lo despertaras

 - ¿A quién? - viendo a lado derecho de su hermano - ¿Qué haces… - al ver a su hermano fruncir el ceño - perdón, ¿Por qué esta el hijo de Judal contigo? - hablando más bajo

 - Me ofrecí a cuidarlo

 - ¿QUÉ? - ante esa expresión de sorpresa, Juba comenzó a llorar

 - Kouha

 - Lo siento

Acto seguido, Kouen comenzó a arrullar a Juba tratando de calmarlo, cuando

 - ¿Qué es ese olor? - olfateando al aire - algo se está pudriendo - tapándose la nariz

 - Ya me di cuenta - alejando a Juba de si - supongo que es hora de cambiarle el pañal, Kouha - el susodicho se detiene de golpe - ayúdame

 - ¿Ah?, ¿Por qué yo?

 - Tú lo despertaste, ahora me ayudas

 - Pero… -suspiro derrotado - está bien, ¿sabes cómo se hace?

Kouen solo suspiro, minutos después, ambos príncipes miraban a Juba llorando por la incomodidad de tener sucio su pañal, finalmente, luego de quitarle el short que tenía, llego la difícil tarea de quitar la prenda

 - En-ni, ¿seguro que sabes cómo hacerlo?

 - Tratare, veamos

Como buen militar, Kouen examinaba al bebé, para notar los seguros con los que se sujetaban los pañales, por lo que con cuidado los quito para finalmente, quitar la prenda, Kouha al ver la escena

 - Iugh... ¿cómo es que Judal soporta esto?

 - No lo sé - quitando el pañal - y no me interesa saberlo - pasándole el pañal - tíralo

 - ¿En dónde lo tiro?

 - Busca en donde ponen la basura - viendo a su hermano de reojo - ¡Kouha! no uses tu contenedor para tirar un simple pañal.

 - ¿Entonces qué hago con esto? - sosteniendo con el pañal - ¿y tú de que te ríes enano? - al ver a Juba reír divertido

 - No creo que seas el indicado para decirle “enano”

 - En-ni - haciendo puchero

 - ¿Ves lo que digo?

Kouha de nuevo hizo un puchero que hizo reír más a Juba, mientras Kouen terminaba de limpiarlo y colocarle el pañal limpio. Lo que ninguno sabia es que estaban siendo vigilados

 - Oh… - sonriendo- haciendo de lado que me han divertido mucho, les hubiera dejado a Juba desde hace tiempo… aunque…

Judal comenzó a imaginarse a su bebé ya crecido con el carácter de Kouen o de Kouha, pero luego desecho la idea, ya bastante tenía con soportar las veces que el primer príncipe sufría arranques de ira al perder la paciencia o lo vanidoso y lunático que era el tercer príncipe

 - Pero si fuera como el rey idiota de su padre…

El magi recordó entonces las “virtudes” de Sinbad: alcohólico, mujeriego, manipulador…

 - Pobre de mi niño - refiriéndose a Juba

Sin embargo, cuando vio como Kouen cambiaba a Juba de pañal, Judal no pudo evitar imaginarse a Sinbad haciendo esa labor, sonrió ternura pero luego de forma divertida

 - De tan idiota que es, seguro hubiera usado su ridículo gorro como pañal

En Sindria

 - ¡Achu!

 - Salud

 - Gracias - tomando un poco de aire- por cierto Ja'far, ¿Spartos, Pisti y Saher no han regresado?

 - No, pero no deben tardar - mirándolo serio - Sinbad, ¿para que los enviaste al Imperio Kou?

 - A su momento, Ja'far, cuando regresen mándame a Spartos

 - Sin, espero que…

 - No es nada malo, tranquilo - sonriendo - solo lo envié a investigar algo, cuando me dé su reporte, les informare a ti y a los demás. Si te lo preguntas - poniéndose de pie - Pisti y Saher fueron a apoyarlo, por si se atoraba con algo - el menor suspiro

 - Espero que así sea, sabes que no sería conveniente iniciar una guerra con el Imperio Kou

 - Descuida - sonriendo - no es por eso, te lo aseguro

En silencio, Ja'far vio cómo su rey se acercaba a la ventana la cual miraba fijamente hacia el cielo como otras veces, ¿Qué era lo que tenía a su rey así, melancólico y deprimido?, sabía que no tenía caso preguntarle, pues este evitaría el tema por lo que solo suspiro.

En el puerto de Sindria, Drakon tenía sus ojos fijos en el mar, esperando que el barco donde estaba su amada Saher apareciera, pero la nave aun no aparecía. Por suerte no iba solo, Hinahoho le hacía compañía esa vez

 - Nee, Drakon… no te preocupes, de seguro para mañana llegan

 - Aun así no estoy tranquilo… Spartos a veces es despistado

 - Jajaja… tranquilo - palmeándole la espalda - estarán bien, te lo aseguro

En el barco, Spartos miraba fijamente la hoja aun en blanco, mientras remojaba una y otra vez la punta de la pluma en el tintero, suspiraba al mismo tiempo que apoyaba su mano en su mejilla. Aun recordaba lo que había visto en el mercado de Kou sumado a la información de Ali, un Judal completamente desconocido

 - Spartos, ¿estás bien?

 - ¿Eh?, si… creo

 - Lo sé, yo tampoco puedo creer lo que vi… la verdad, me cuesta trabajo pensar que quien hizo una masacre termino convirtiéndose una madre amorosa

 - Pero es como Ali-san dijo, ese niño al parecer le hizo ver lo maravillosa y valiosa que es una vida

 - No te expreses así del pequeño, recuerda que podría ser nuestro príncipe

 - ¿Estas segura?, es decir, todos hemos sido testigos de las veces que se han enfrentado. Incluso aquella pelea en Baldad, Ja'far no dejaba de contar la maldad que ese magi mostraba al destruir el país de Ali Baba y que casi controla a ese djinn negro - la menor se quedó callada - además, en que momento Sinbad y ese loco… tu sabes

 - Todo puede ser posible - intervino Saher

 - ¿Terminaste las imágenes?

 - Si

 - Wow, parasen como si los hubieras atrapado en el papel - comento Pisti, la mujer sonrió

El trio miro con atención los dibujos que Saher había hecho, eran bastante buenos, la mujer había capturado las esencias de Judal y Juba, solo faltaba que Spartos se animara si con palabras o por escrito le daba el informe de la misión a Sinbad. De vuelta al Imperio, Kouha ahora se daba a la tarea de alimentar a Juba pero el pequeño se negaba a comer

 - Anda come - acercando la cuchara - vamos…

Pero Juba solo ladeaba su cabecita con su boca cerrada lo más fuerte que comía, eso comenzaba a impacientar a Kouha, Kouen por su parte, terminaba de vestirse luego de que el bebé le tirara la papilla sobre su ropa

 - No pensé que fuera tan difícil cuidar a un niño - pensó Kouen - Kouha tiene razón, ¿Cómo Judal soporta todo esto?

En eso, le llegaron a su mente las imágenes de Indra jugando, alimentando y leyéndole un libro a Juba, quien no le daba ningún problema al igual que a Kougyoku. El mayor dio un suspiro cuando la puerta de su cuarto se abrió de golpe

 - ¡En-ni!, ¡se acabó, no puedo más!

 - Kouha

 - ¡Ese mocoso es un clon de Judal!, ¡hace lo que le da su gana!, ¡mira lo que me hizo!

Kouen enarco una ceja al ver la ropa de Kouha manchada tanto por la papilla como por

 - ¿Te vomito?

 - ¿Tú que crees?

 - ¿Dónde

 - Lo deje en la cocina, ese mocoso es un malcriado y… ¡En-ni!, ¿A dónde vas?

Kouen caminaba tan rápido como podía, ¿Cómo se le ocurrió a Kouha dejar solo al bebé?, el castigo que le esperaba antes de que el día terminara. Sin saber porque le dio por correr y justo cuando daba la vuelta a un pasillo, choco con Indra y de no ser por sus rápidos reflejos, el mayor lo pego a su cuerpo el cual cayo de golpe al suelo, quedando el menor encima de él.

Indra no supo que paso, solo recordaba que se dirigía a la cocina por una fruta cuando algo lo golpeo derribándolo al piso, justo cuando esperaba sentir el frio suelo, el su lugar, sintió un fuerte pero cálido cuerpo acompañado de un suave aroma a gardenias.

 - ¿Estás bien?

El azabache salió de su ensoñación cuando escucho aquella fuerte voz, cuando alzo su cabeza, su mirada se topó con la de Kouen, donde nuevamente la oscuridad y el fuego se reencontraron hasta que un mechón de cabello negro se interpuso. Cuando Indra vio reacciono, Kouen se encargó de acomodarlo detrás de oído, sin pensarlo, sus dedos se pasearon por la mejilla del menor

Eso le provoca un escalofrío a Indra, porque pensó que las manos de Kouen eran toscas pero antes de decir algo, se escucha el grito de Juba. Acto seguido, los mayores se pusieron de pie, corriendo a la cocina, para ver al pequeño llorando en brazos de uno de los de Al Thamen

 - Deja de llorar engendro

 - ¡Él no es un engendro! - grito Indra, Juba al verlo empezó a estirar sus brazos - entréguenmelo

 - Lo siento, pero nosotros cuidamos del…

 - En este momento - Kouen se puso al frente- el hijo de nuestro sacerdote está a mi cuidado, así que, les ordeno que me lo devuelvan

 - Alteza, lo siento pero…

 - ¿Te atreves a desobedecer una orden mía? - viéndolo enojado

 - No alteza - estirando sus brazos

Apenas Juba estuvo en brazos de Kouen, el pequeño de inmediato se aferró a él, causándole extrañeza al mayor, Indra comenzó a acariciar sus cabellos

 - ¿Estás bien Juba?

El pequeño de inmediato se pasó a los brazos de Indra, quien lo calmaba al darle leves arrullos

 - ¿Algo más? - pregunto Kouen al ver aun a los de la organización

 - No, no señor

 - Entonces largo

Los de Al Thamen obedecieron de inmediato, mientras Indra los veía abrazando al bebé protectoramente, ya solos

 - ¿Esta - recibiendo una bofetada de parte de Indra - pero que…

 - ¿Cómo se te ocurre dejarlo solo? - el azabache molesto - Judal no confía en esos sujetos

 - Eso no lo sabia

 - Aun así, nunca se deja a un bebé solo, ¡irresponsable!

 - Lo siento - Indra arquea una ceja- hace mucho tiempo que no cuido de un bebé, el último fue Kouha - sonriendo - y…

 - Entiendo y siento haberte golpeado - el mayor lo ve con una ligera sorpresa - pero es que - abrazando a Juba - esos sujetos…

Kouen sin saber porque, se acercó abrazando al menor y al bebé, esto hizo que de alguna manera, Indra se sintiera protegido, en otra habitación

 - Buena jugada, Kouen

Judal miraba todo con una sonrisa, cuando su mente, le hizo verse a sí mismo con Juba en los brazos de Sinbad; eso hizo que el magi dejara de espiar, al mismo tiempo que se colocaba la mano en el pecho

 - Rey idiota, en este momento estaríamos así como ellos

En Sindria, Sinbad se despertaba de golpe, levantándose levemente de su cama

 - Un sueño - colocando su mano en su frente - Judal - al ver la almohada

El primer conquistador de calabozo, se puso de pie para ir a la ventana y abrirla; el aire salino golpeaba su rostro, al mismo tiempo que no pudo evitar recordar su sueño:

En su sueño, Sinbad yacía en la punta de un peñasco, viendo el mar con una enorme sonrisa cuando

 - Sinbad, ya llegamos

Al escuchar su nombre, el peli morado se giró para ver a Judal usando su traje de oráculo, en color negro pero no venía solo, noto que sostenía a un pequeño bebé en sus brazos del cual no pudo ver su rostro, sin saber porque, Sinbad sentía una enorme felicidad por verlos pero al momento de sostener al pequeño, el sueño se termino

 - ¿Qué fue eso? - se preguntó - Judal… - alzando sus ojos al cielo

En el imperio Kou, luego de bañar a Juba, Indra terminaba de ordenar el cuarto de baño, una vez que salió para acostar al pequeño en su cuna, se quedó asombrado ante lo que vio: el pequeño, con su cabello un poco alborotado dormía cómodamente sobre el pecho de Kouen, quien también dormía completamente exhausto, sin dejar de abrazar al bebé.

Indra solo sonrió negando, para luego tomar una manta, misma que coloco sobre los durmientes. Antes de salir, el azabache acaricio y beso los cabellos de Juba, para luego posar su mirada en Kouen; el menor lo miraba atento cada una de sus facciones, le resultaba imposible creer que un hombre de dura mirada pudiera tener un semblante tan tranquilo al dormir.

El azabache dio un suspiro, de verdad no se entendía y menos cuando descubrió su mano, retirando unos mechones de aquel pelirrojo que le hacía enfadar y lo obligo a quedarse, cerró los ojos al mismo tiempo que acerco sus labios a la frente del mayor

 - Descansen

Expreso para retirarse y cerrar la puerta en silencio

Notas finales:

Nos vemos, Yami y yo seguimos actualizando la historia


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