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Llama viva por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holis~

Otro shot de 1827Forever1827, tengo uno más, pero lo subiré mañana we

Disfruten~

 

 

"El amor es como el fuego. Suelen ver antes el humo los que están afuera, que las llamas los que están adentro" 

 

 

—¿Qué quiere decir esta frase? — preguntaba un bello azabache de unos 15 años, de ojos verdes y cabello rizado vestido con solo un pijama, sentado en un sillón mientras miraba a su hermano escribir en una libreta.

—Quiere decir que a veces uno no se da cuenta de que está enamorado de alguien, o que alguien siente algo por ti y no lo notas. Pero para otras personas es fácil notarlo, porque ven las señales, ¿entiendes?

—Supongo que sí. Es como lo que te pasa a ti con Hibari-san, ¿verdad? — comentaba "inocentemente" mientras aparentaba leer un libro.

—Con Hibari-san no pasa nada. No entiendo por qué todos insinúan que me gusta.

—¡Ja! Porque el único ciego eres tú. “Y también el pajarraco ese" — terminó por susurrar lo último. Después de todo la alondra estaba locamente enamorado de su amigo, tanto que lo acosaba. Inconscientemente claro, porque cada vez que intentaban insinuarle que se le caía la baba por Tsuna terminaba fulminando con la mirada a quien osara insinuárselo, y muchos ajenos terminaban pagando la mala leche del Canario del Infierno.

—Bueno, creo que adelanté bastante trabajo — se levantó de la sencilla mesa de su cuarto y se estiró — Mañana sigo. Ahora quiero comer algo, darme un relajante baño e irme a dormir- miró su reloj de muñeca que marcaba las 11:30 pm — Cuando termine mi parte podré juntarme con Hibari-san para estudiar ambas partes y preparar la exposición oral.

"Seguramente a Hibari le gustaría un oral tuyo"

 

 

El ojiverde hubiera adorado ver la cara de Tsuna de haber dicho lo que pensaba, estaba casi completamente seguro que se hubiera puesto rojo de la vergüenza, para enfadarse y salir indignado. Aunque corría el riesgo de merecer "La ley del hielo", castigo bastante infantil, a decir verdad. Pero así era Tsuna.

Pero la verdad es que ya estaba harto. Tal vez fuera un metiche voyerista por estar demasiado al tanto de la -no- relación de su hermano, pero no quería que alguno de los insectos que rondan a este se atrevieran a tocarlo. 

A su criterio, el único hombre digno de poseer a su hermanote era Hibari.

Por eso metería sus narices aún más para darle un fin al asunto.

Y lo mejor, es que sólo necesitaba un pequeño frasco guardado recelosamente en el cajón de su ropa interior. Regalo de su estúpido profesor de Matemáticas. O como le gustaba llamarle "Patilludo-sensei".

 

 

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Lambo estaba satisfecho.

Logró sacar a su madre de la casa por un buen rato. Agradecía tener gustos en comida y postres de ingredientes no muy fáciles de conseguir, y cuyas preparaciones se tardaban lo suyo. Nana se tardaría un buen rato en el mercado. Pero lo importante es que en la casa solo estarán él, Tsuna, y Hibari.

Ya estaba todo listo, sólo tenía que esperar a que el afrodisíaco hiciera efecto. Fue bastante fácil distraer a su madre para "alterar" las tazas de té que esta planeaba llevarle a su hermano y al visitante, bastó simplemente tirar al suelo un porta-retrato, el sonido llamó la atención de Nana quien le pidió llevarle los tés a Tsuna mientras ella limpiaba. Así con el camino libre puso 3 gotas en cada taza, suficiente para que no tardara demasiado en hacer efecto y esos dos no se detuvieran a pensar en lo extraño de que sus cuerpos reaccionen así de la nada.

Claro que sabía bien que en algún momento tendría que darles cuenta de lo que pasó, porque ya de por si es extraño que fuera servicial como para llevarles algo, además de ser el último y más probable culpable -obviamente nadie pensaría que Nana pudiera hacer algo así, y si lo hicieran lo descartarían de inmediato- sumado el hecho de insistir bastante en que pasara algo entre ellos... Tal vez Tsuna no uniera las piezas del rompecabezas de inmediato, después de todo es algo despistado, pero no dudaba que Hibari llegara pronto a la conclusión lógica. Y si todo resultaba como pensaba, ganaría un aliado.

Miraba la tv con aburrimiento, buscando alguna cosa interesante cuando una sonrisa se dibujó en su hermoso rostro. Había escuchado un ligero golpe seguido de sonidos amortiguados que captaron su atención entera, los cuales minutos más tarde subieron de tono. Tuvo que elevar el volumen de la tv porque esos dos eran bastantes ruidosos. O mejor dicho el ruidoso era su hermano, no dudaba que el canario era bueno en lo que hacía. Seguro que sabía mover bien las caderas. Los gemidos de su hermano -ya no virgen- daban a entender que sí.

Se mordió el labio inferior, tenía ganas de ir a ver. Pero no quería interrumpir ni ser descubierto.

Se dio consuelo al pensar en la desdicha y la frustración de todos los pretendientes idiotas de su hermano. Aunque no podía bajar la guardia, pues conocía a un par que no poseían escrúpulos y eran capaces de jugar sucio como él acababa de hacerlo para unir de una vez por todas a la parejita. Así que ya vería cómo hacer para tenerlos agarrados por las pelotas para que no interfirieran.

Con eso en mente dejó encendida la tv para subir las escaleras, si no podía verlos al menos escucharía.

 

 

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Lambo podía darse por satisfecho viendo lo avergonzado que su hermano lucía por las bromitas picaras de sus amigos que adoraban molestarlo metiendo a Hibari en la conversación. Esos 6 meses fueron los más interesantes y estresantes de su corta vida de adolescente.

Todavía recordaba que después de dejar de escuchar el "ritual de amor" de su hermano y su entonces -no- pareja se quedó esperando un rato en el pasillo junto a la puerta, en ese entonces no entendió ¿por qué?, porque la verdad no creía que alguno de los dos saliera de la habitación pronto.

Pero Hibari si salió, usando nada más que sus pantalones, su piel blanca muy sudada y algunas zonas de su cuerpo con marcas rojas de succiones o mordiscos, y claro arañazos en su espalda -aunque estos sólo los pudo ver cuando la alondra regresó junto a su hermano que recuperaba el aliento a punto de dormirse- Se quedaron mirando unos segundos hasta que Hibari soltó un "Gracias" y Lambo sólo sonrió como su Sensei pervertido acostumbraba. Reborn-sensei tenía un gran ego, lo que le daba más ganas de dar una lección.

Lo único que hizo antes de que la alondra regresara a hacerle mimos a su hermano fue entregarle el frasco de afrodisíaco con la recomendación de "Tres gotas por si Tsuna se pone en negación", para dar media vuelta y volver a bajar el volumen a la tv antes que los vecinos -bastante tolerantes cabe destacar- fueran a quejarse del ruido. Aunque eso era mejor a que se quejaran por haber escuchado gritos y obscenidades.

Tal vez el método elegido fuera poco ortodoxo, pero dio el resultado querido. Hibari y Tsuna ahora estaban muy felices, su relación ahora era su entretenimiento personal. Y lo mejor de todo, TODOS los pretendientes de Tsuna -y de Hibari- abandonaron toda esperanza e intento de conquistarlo. Los más problemáticos fueron Reborn y Mochida, el primero porque le molestaba no obtener lo que quería. Era una suerte que Tsuna fuera tan despistado que no notaba los coqueteos descarados del patilludo, porque este intentaba siempre insinuársele cada vez que Tsuna lo pasaba a buscar al colegio. En cuanto a Mochida pues este iba a la misma Universidad que el castaño, con beca deportiva. Era algo así como un casanova entre las mujeres y algunos hombres, se interesó en Tsuna y cada que sus horarios logran coincidir -pues Tsuna estudiaba la carrera de Literatura igual que Hibari- se le acerca para hacerle la plática e insinuársele, pero Tsuna estaba consciente -al menos- del interés del chico del Kendo, por lo que Lambo no necesitó hacer nada para que se alejara, Tsuna sólo lo rechazó y Kyoya apareció para demostrar que son pareja.

Con Reborn si tuvo que hacer algo, un simple chantaje con fotos indecentes en las que el maestro salía con maestras y algunas estudiantes fue más que suficiente. El patilludo no era cobarde, pero no quería tener que perder su empleo y buscar en otros lugares donde seguramente lo habrán fichado para que no lo contrataran para entonces.

Comiéndose una paleta Lambo -alias "Cupido"- decidió que ser casamentero no se le daba mal. Especialmente con los tontos que no notaban lo que tenían frente a sus narices. Debería imprimirse algunas tarjetas de presentación que dijeran: " Bovino Lambo, Cupido de los tontos y despistados"

 

FIN.

 

 

Notas finales:

 

Opinión de Krat….

Sólo diré… *carraspea* … se mamó ajajjajajajaja *rueda por el piso*

Aun me río por lo que leí. Amo a ese muchacho y su afrodisiaco. ¡Debo intentarlo también!... pero sería con otra pareja we (sip, hablo de un fic)

Patilludo-sensei, se le cae la baba, ese “gracias” por dios que aún me duele el estómago jajaja… no fue buena combinación leer esto mientras escuchaba el soundtrack de Aladín

Ahora, obviamente quise saber qué pasó detrás de esa puerta, pero estoy satisfecha con este pequeño shot ^^ hace tiempo que no sentía ternura por la OTP

Me gustó, cariño~

Muchos besos~

 


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