*Mucho tiempo antes de que todo esto pasara, antes de que Harry se enamorara de Manny, antes de que Manny estuviera cayendo en la trampa de otro hombre solitario, antes de que Robin y Harry fueran mejores amigos, mucho antes de toda esta linda y enfermiza tragedia ocurriera, había un niño sentado en el jardín de la escuela, bajo su árbol favorito, leyendo…*
-Este… ¿hola?- El chico levantó la mirada de su libro y Roy se asustó, había tardado mucho en animarse a hablarle a su nuevo compañero, era su primer día y estaba aterrorizado. Cuando el otro lo miró desde el piso, con un dedo entre las páginas del libro y con un gesto que él interpretó como molestia, la paranoia empezó - ¡Perdón, puedes seguir leyendo…no quería molestarte!-Estaba avergonzado y rojo hasta las orejas, alejándose a grandes y apuradas zancadas, temeroso de lo que pudiera hacerle aquel otro niño, pero una voz lo detuvo.
-Hey, ¡espera, no te vayas!- Roy se detuvo, palideciendo.
-L-lo s-siento, realmente no q-quería molestarte….- su voz fue apenas un susurro, no podía dejar de temblar, estaba seguro de que el niño que tenía tras de sí le iba a dar una paliza… ¿Por qué había tenido que hablarle?
-¿Qué dijiste?, disculpa, no pude escucharte- El pelirrojo se colocó frente a él y en contra de todo lo que Roy hubiera podido esperar, le sonrió. ¿Acaso era una trampa?
-Dije que lo sentía, no quería que te molestaras- Roy seguía temblando
-No te disculpes, no hay problema- El niño se acercó un poco más a Roy, a pesar de que ya estaba bastante cerca, Roy lo miró atentamente, era un poco más alto que el, llevaba un sweater rojo y se veía…amistoso. Se sintió débil, su ropa estaba gastada, no tenía nada que ver con el aspecto limpio y agradable que él otro niño daba-¿Pasa algo?
-N-no, no pasa nada s-solo que…no quería que estuvieses solo…es todo- El niño pelirrojo se sonrojó, se veía sorprendido y feliz- Soy Roy, por cierto.-su nombre sonaba a algo pequeño, algo que cuidar, que proteger….
-Yo soy Harry, un gusto conocerte- le tendió la mano a Roy, justo como sus padres le habían enseñado y le dio un apretón- Y no hay problema….suelo estar solo… no es algo que me moleste- Roy se dio cuenta de que Harry le mentía, si le molestaba.
-Bueno, me voy, puedes seguir leyendo- Roy intento alejarse, pero Harry le tomó de la muñeca rápidamente.
- ¡Espera!- Roy se detuvo- ¿Quieres… almorzar juntos?- Harry se sonrojó al ver la sorpresa de Roy- ¡Bueno, n-no hay problema si no quieres!- Ahora era él quien estaba nervioso, quería darse la vuelta e irse, pero Roy volteó hacia él, se veía triste
- Disculpa, no puedo.
-Oh…ésta bien, no tienes porque…disculpa por molestarte- Harry se dio la vuelta para irse-Adiós
Roy se sorprendió, no quería que su nuevo amigo se fuera.
-No, no es eso…es que...no tengo lonche…-Su rostro volvió a ser rojo, le había dicho a Harry lo que más le avergonzaba, pero este no entendió.
-¿Tus padres olvidaron prepararte el almuerzo?- Roy se miró los desgastados zapatos, a punto de llorar, no quería pensar en sus padres, ni en su casa, ni en su ropa gastada y sucia. Harry se dio cuenta de que se veía cansado.
-Oh…bueno…- Harry no estaba muy seguro de que hacer, no quería que su amigo llorara- Bueno, te puedo dar el mío, no tengo mucha hambre en realidad ¡Vamos!- Tomó a Roy de la mano y corrió hasta el árbol en el que había estado leyendo, junto a su libro estaba su lonchera, limpia y nueva. Se sentó, esperando que el otro hiciera lo mismo, pero luego se dio cuenta de que Roy estaba sonrojado (de nuevo) y no se había sentado, parecía inseguro; Harry tomo su brazo y lo jaló suavemente hacia el piso, pero en lugar de caer junto a él, como Harry había querido, Roy se desplomo sobre Harry, quedando Harry recostado en el pasto y Roy sobre él.
Roy no podría expresar su vergüenza, había hecho por fin un amigo y ahora estaba aplastándolo, sin saber que hacer. Harry tuvo una idea. Estaba dispuesto a proteger a Roy y a no dejar que le pasara nada. Decidió que su prioridad a partir de ese momento sería ver la sonrisa de su amigo.
Se levantó un poco, todavía con Roy sobre él, se apoyó de espaldas al árbol, acomodo lo mejor que pudo en su piernas a Roy y lo abrazó cariñosamente. Cuando Roy se intentó levantar, no se lo permitió, solo lo abrazó más fuerte. Al final, tuvo que soltarlo, pero no dejó que se moviera de sus piernas, simplemente le alcanzó la lonchera a su amigo; Roy se sorprendió al ver toda la comida que había allí, era tanta que podría alimentarlos a los dos los siguientes días; antes de haber probado un bocado, se dio cuenta de que Harry ya se encontraba dormido, eso sí, seguía aferrado a él, simplemente se acurruco en los brazos de su nuevo amigo y durmió junto a él a la sombra de ese frondoso árbol, sintiéndose protegido de cualquier cosa.
Así empezó una amistad que duraría años.
….
Durante las clases, Harry y Roy compartían todo, desde útiles (que casi siempre le faltaban a Roy) hasta consejos (Harry era más lento para las matemáticas y las ciencias que su compañero)
Desde aquella tarde bajo el árbol, continuaron creciendo, y se hicieron cada vez más afines, no necesitaban a nadie más, no necesitaban más que aquella hermosa amistad.
Por lo menos, Harry no lo necesitaba; En su último año de secundaria, Roy había estado sintiendo una presión inmensa, lo avergonzaba y lo consumía pensar en los inocentes momentos con su mejor amigo, que lo abrazaba sin pensarlo dos veces si pensaba que algo malo ocurría, que lo dejaba dormir en su casa, en su habitación, en su cama, sin sospechar nada de la secreta atracción que Roy sentía por él.
Ni siquiera sabía que Roy de rendía a las lágrimas frente a él solamente para obtener una caricia suya.
El día en el que finalmente tomo valor para confesarse, no pudo haber sido peor:
Harry había peleado con sus padres, que querían que escogiera una carrera digna de alguien de su talento, ninguno pensaba permitir que su queridísimo hijo se volviera un miserable escritor de novelas, ninguno pensaba permitir que animara programas infantiles en lugar de tener un buen y respetable trabajo, como alguien importante en la sociedad.
Por otra parte, Roy había pasado toda la noche armando un álbum de fotos de Harry y de él, fiestas sorpresa, eventos deportivos de la escuela, Diplomas y premios que habían ganado juntos, todos sus recuerdos habían sido derramados en aquellas páginas, toda la felicidad de Roy, toda su esperanza, estaba en una carta que había colocado en la primera página del álbum.
Cuando Harry llegó a la escuela, ya había tomado una decisión. Roy, que lo había estado esperando, supo que pasaba algo malo en cuanto lo vio. Tenía la pinta de no haber dormido, se notaba casado, pero firme. Ese era siempre su aspecto cuando iba a intentar algo. Aun así, tuvo tiempo de recomponerse y de saludar a Roy con una sonrisa y un fuerte abrazo. Ambos estaban ansiosos e impacientes.
-¡Roy!- Harry aprisionó a su compañero en su abrazo, no pensaba soltarlo- Tengo que decirte algo
-Hola, H-harry- Roy se soltó como pudo del abrazo de su amigo, ahora era mucho más bajo que Harry, eso le encantaba- Yo también tengo algo que decirte, pero…. ¿podríamos ir a un lugar un poco menos…expuesto?
-P-por supuesto, Roy- Harry era el que quería tener intimidad, Roy le había quitado las palabras de la boca. Como siempre.
Llegaron al gimnasio, estaba solo y en desuso hacía tiempo, así que era perfecto.
-Bueno, ¿Qué era lo que querías decirme, Roy?-A pesar de estar preocupado, la amabilidad de Harry era imposible de evitarse; sus simples palabras hicieron enrojecer a Roy
-Bueno…es que…yo quería….-Roy estaba petrificado-Habla tu primero
-¿Seguro?-Roy asintió-Esta bien, mira….tomé una decisión esta mañana: Huiré de casa y quería…-No podía arrepentirse en ese momento, tenía que decírselo a Roy-Yo quería….
Roy recibió las palabras como un puñetazo, noto como sus ojos se nublaban a causa del llanto, cuando habló, la potencia de su grito asustó a Harry
-¡¿¡¿QUÉ?!?!?!-Roy no podía entenderlo… ¿Cómo se atrevía?
-Espera, déjame termi…
-¡¡¡¡NO!!!!-Roy estaba enfurecido- ¡NO TE DEJARE IR, NUNCA!
-¡Roy, escúchame, yo…!
- ¡VAS A IRTE!-ya no podía detenerse- ¡¿¡¿¡CREES QUE PUEDES ABADONARME, ASÍ COMO SI NADA!?!?! ¡PUES NO LO HARÁS!-Roy tomo con firmeza el álbum de fotos y lo estrello con todas sus fuerzas en la cabeza de Harry, antes de perder el conocimiento, todavía alcanzo a escuchar las últimas palabras de Roy-Porque y-yo…. ¡TE AMO!
Harry calló al suelo con un ruido sordo y Roy contempló a su amor yacer en el suelo, mientras un pequeño charco de sangre se formaba alrededor de su cabeza. No lo soportó más y calló de rodillas al piso, hecho un mar de lágrimas. Cuando se levantó, mucho rato después, y se dirigió a la puerta, la voz de Harry, que ya había despertado, resonó en el gimnasio y dentro de su cabeza, a pesar de haber sido un mero susurro.
-Quería que me acompañaras…- Roy se sintió un idiota y salió corriendo del gimnasio.
Cuando Roy volvió al día siguiente a la escuela, queriendo disculparse, el gimnasio estaba vació, solo quedaba allí el charco de sangre del día anterior. Harry se había llevado con él el álbum de fotos, también la carta.
Y nunca más volvió.