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Emergency Love - JiCheol por GabyKookie

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—¿Él era SeungCheol? —Preguntó ChanYeol llegando al lado de JiHoon en el estacionamiento, fijando su vista en el auto que iba saliendo, el mismo que el menor miraba.

 

—Debo irme a trabajar —JiHoon se giró empujándolo ligeramente para entrar al hospital.

 

—Espera JiHoonie —Trató de detenerlo.

 

—Ya termino mi descanso ChanYeol, lo siento. Me pediste que conversáramos y acepté, me pediste un abrazo de despedida y eso tuviste.

 

JiHoon trató de llamar a SeungCheol en los minutos libres que tenía pero no obtuvo respuesta, eso provocó que su humor no fuera tan bueno, a pesar de que debía y trataba de controlarlo.

 

No se podía desquitar con sus pacientes.

 

Pero si con los insumos.

 

—¿Qué te ocurre? —Preguntó SeungKwan cuando JiHoon tiró las botellas de alcohol sobre el mesón.

 

—Nada —Respondió el pequeño dándose cuenta de lo que había hecho, se giró y se apoyó contra el mesón. Frotó su rostro con ambas manos, estaba frustrado por no poder salir de allí y preocupado por SeungCheol.

 

Por lo que podía estar imaginando.

 

¿Por qué demonios no le respondía? Al menos los mensajes.

 

—No te ves con cara de que no pasa nada —Comentó el pelirrojo.

 

—JiHoon —Entró un paramédico a la sala —Llego el paciente del paro cardiorrespiratorio, está estable pero debes ir —Avisó rápidamente y se fue. JiHoon se apresuró en salir.

 

—JiHoon —Lo llamó SeungKwan antes de que el castaño cruzara la puerta e hizo que se volteara a mirarlo —Estamos en el trabajo, debemos estar con la mente aquí.

 

—Sí, lo sé —Dijo JiHoon antes de irse.

 

El turno estuvo más caótico que nunca, todos estaban exhaustos, un gran accidente media hora más tarde dejo a muchas personas gravemente heridas que llegaron al hospital. No hubo momento para descansar hasta la mañana siguiente.

 

JiHoon entró al baño a las ocho y media, su turno finalmente había acabado. Se miró en el espejo, su rostro cansado, su cabello desordenado, sus ojeras más marcadas que nunca, partes de su uniforme tenían sangre y sus pies dolían.

 

Estaba cansado física y mentalmente.

 

Sacó el celular de su bolsillo, no se fijó en que no tenía ningún mensaje o llamada perdida, solo vio la hora e imagino su cama lista para recibirlo como cada mañana. Pero sus ojos se fueron hacia la fecha de hoy.

 

Era el cumpleaños de SeungCheol.

 

Y entonces recordó todo lo que había ocurrido con ChanYeol.

 

Desbloqueó la pantalla y buscó en su agenda el número de SeungCheol, apretó para llamar pero a los dos tonos se arrepintió y cortó.

 

Lavó su cara, se colocó un suéter y salió del hospital.

 

No hacia su casa.

 

Directamente a una pastelería.

 

Compró un pastel de cumpleaños, de su gusto y algunas otras cosas más, la siguiente parada fue en el departamento de SeungCheol.

 

Entró al edificio y se acercó al conserje.

 

—Buenos días —Sonrió forzosamente, pero cualquier persona que lo viera se daría cuenta de lo agotado que estaba.

 

—Buenos días, busca a su novio, Choi SeungCheol ¿Verdad?

 

JiHoon lo miró confundido, ¿Es que acaso SeungCheol iba diciendo por ahí que ya eran novios?

 

—Sí —Respondió dudando y pensó que podría aprovecharse un poco de la confusión del conserje —Hoy está de cumpleaños —Sonrió dulcemente —Le he traído un pastel y… —Sacó de la bolsa un gorrito de cumpleaños colocándoselo luego en la cabeza —Me gustaría darle una sorpresa apenas despierte.

 

—Oh claro, entiendo —El señor asintió.

 

—Me había dado una copia de sus llaves —Mintió —Pero se me quedaron en mi casa ¿Podría facilitarme unas?

 

—Lo siento pero solo manejamos las que se quedan conmigo, aquí en el edificio.

 

—Será solo para abrir hoy, cuando me vaya las entregaré —Pidió el castaño. Nadie se podría negar a un chico con un pastel desesperado por darle una sorpresa a su “novio”

 

—Está bien —Dijo el señor sacando unas llaves y entregándoselas a JiHoon —Felicítelo de mi parte.

 

—Lo haré, muchas gracias —JiHoon las aceptó y camino hasta el ascensor.

 

JiHoon llegó al piso del pelinegro y entró cuidadosamente tratando de hacer el menor ruido posible, estaba algo desordenado y oscuro ya que las cortinas de la sala aún estaban cerradas. Camino por el pasillo hasta la habitación de SeungCheol y abrió la puerta.

 

Vio un bulto en la cama que miraba hacia la ventana, caminó hasta él para poder mirarlo de frente, SeungCheol estaba profundamente dormido abrazando una almohada, solo se veía su cara y el cabello negro desordenado en su frente.

 

El bajito se sentó sobre la cama lentamente, sin quitarle la vista de encima para que no despertara aún, dejo el pastel sobre la mesita de noche, sacó las velas y las prendió.

 

SeungCheol se removió en la cama pero no despertó.

 

La mano de JiHoon fue hacia la cara del pelinegro, despejando su rostro —Cheol, despierta —Dijo en un susurro.

 

Pero el mayor no despertó.

 

—SeungCheol —Se inclinó hacia él y besó su mejilla —Tienes que apagar las velas.

 

—¿JiHoon? —Preguntó somnoliento el mayor, frotándose los ojos y tratando de abrirlos de nuevo para saber si es que estaba soñando o era real que JiHoon estaba a su lado.

 

—Feliz cumpleaños —Dijo el castaño enseñando el pastel.

 

—¿Qué? —SeungCheol se sentó en la cama confundido por la situación —¿Qué haces aquí?

 

—¿No estoy invitado a tu departamento? —JiHoon hizo un tierno puchero.

 

—Sabes que no quise decir eso, pero ¿Cómo entraste? —Frunció el ceño pasándose las manos por su rostro.

 

—No es muy difícil si andas por ahí diciendo que somos novios —Sonrió JiHoon.

 

—Yo no he dicho nada —Se defendió como un niño pequeño que fue atrapado.

 

—Está bien, anda pide tres deseos —Levantó el pastel a la altura de SeungCheol para que pudiera soplar las velas.

 

El mayor recién estaba despertando, pero cuando vio claramente la figura de JiHoon junto a él con su uniforme recordó todo lo que había pasado.

 

—No creo que se cumpla ninguno en realidad —Murmuró el pelinegro mirando el pastel con tristeza.

 

—¿Por qué?

 

—Tienen que ver contigo —Dijo bajito mirando las velas, levantó su rostro para mirar a JiHoon —Con nosotros.

 

—¿Por eso no se cumplirán?

 

—Exacto, tu novio estorba en ellos —Sus ojos estaban fijos en el pequeño, JiHoon no dijo nada, SeungCheol hizo una mueca con sus labios y volvió a mirar el pastel.

 

Cuando iba a soplar las velas, JiHoon se adelantó y las apagó bruscamente. El mayor lo miró abriendo aún más los ojos.

 

—Mis velas…

 

—Estás confundido —Habló negando con la cabeza, dejó el pastel en la mesita de noche y su mirada fue hacia SeungCheol —El chico con el que me viste en el hospital no es mi novio, era ChanYeol, el chico que te conté de la universidad… mi ex novio —SeungCheol le colocó toda su atención al pequeño, mirándolo seriamente —Yo te estaba esperando a ti y él apareció en mi descanso, yo salí pensando que eras tú, pero no, me pidió que habláramos y accedí porque no le vi nada de malo, conversamos y termino en… estupideces de volver a salir —Vio como el mayor tensaba su rostro —Le dije que ya estaba conociendo a alguien, al final me pidió un abrazo como despedida y apareciste. Entiendo si pensaste que te había mentido sobre si tenía novio, pero en realidad no lo tengo, tampoco estoy saliendo con nadie aparte de ti. Yo no sabía que era tu cumpleaños —Levantó su mirada, esperando que SeungCheol le creyera, su rostro ya relajado le hizo pensar que sí. De pronto JiHoon frunció el ceño —Y te hubiera dicho todo esto si me hubieras contestado las llamadas ¿Para qué demonios tienes un celular? ¿Para qué me diste tu número si no me contestas en cosas importantes?

 

—Hey bonito… —Trató de interrumpirlo.

 

—Pase un turno horrible —Continuó —Las personas de esta ciudad realmente no saben conducir, es la razón por la que te digo siempre que mires al frente. Llegaron demasiados heridos y todo por la culpa de una señalización, tengo hambre, no he tomado desayuno, me duele todo el cuerpo —Se lamentó mirando sus pies adoloridos mientras SeungCheol lo miraba en silencio —¡Mi uniforme se ensucio todo! —Abrió el cierre de su suéter enseñando la sangre en la tela —Y tú no contestaste mis llamadas.

 

JiHoon terminó de hablar, exhausto, por fin había dicho todo lo que se aguantó en las horas de su turno, miró a SeungCheol quien seguía sin decir nada.

 

—¿Dónde fue el accidente? —Fue lo primero que preguntó el mayor.

 

—Estás muerto —JiHoon entrecerró sus ojos quitándose el gorrito de cumpleaños de la cabeza.

 

SeungCheol sonrió, tomó la mano derecha de JiHoon tirándolo suavemente hacia él para rodear al pequeño con sus brazos.

 

—Tuviste un turno pesado y aun así viniste —Dijo bajito abrazando a JiHoon.

 

El castaño apoyo su cabeza en el hombro de SeungCheol juntando sus manos en la espalda del pelinegro —No iba a poder dormir tranquilo sin saber qué pasaba tu cabeza. Lo que podías pensar de mí.

 

—Gracias —Apretó el pequeño cuerpo de JiHoon para luego acariciar su espalda —Y gracias por las explicaciones a tu verdadero y único novio.

 

—Cierra la boca Cheol —Dijo de mala gana, escuchó la risa por parte del mayor y él sonrió. El silencio invadió la habitación y escuchó un suspiro profundo de SeungCheol —Dios, lo siento, seguro huelo a hospital, no pase por mi casa antes de venir —Trató de deshacer el abrazo pero el pelinegro se lo impidió.

 

—Hueles a ti —Sonrió sin dejar que JiHoon se apartara —Dulce, un poco pervertido pero dulce.

 

—Tú hueles a acosador —Bromeó JiHoon.

 

—¿Acosador y qué más?

 

—Solo acosador.

 

—Dilo, son dos cosas —Dijo SeungCheol divertido.

 

—Acosador y…

 

—¿Y?

 

—Loco —Respondió riendo.

 

—Pareciera que me estas insultando, ¿Dónde está lo tierno?

 

—Cálido —Susurró para él pero nadie más estaba en la habitación y sabía que SeungCheol iba a escucharlo —Tus abrazos son cálidos —Se movió acomodándose en los brazos del mayor.

 

Se sentía tranquilo y protegido en ellos.

 

Si no fuera porque los lunares del cuello de SeungCheol lo distraían, con las caricias en su espalda fácilmente se hubiera quedado dormido.

 

—Apagaste las velas de mi cumpleaños —Dijo de pronto el mayor —Y no alcance a pedir mis deseos.

 

—Puedo prenderlas de nuevo —Dijo JiHoon.

 

—Está bien.

 

JiHoon trató de alejarse pero el mayor no lo soltó —SeungCheol debes soltarme para hacerlo.

 

El pelinegro lo abrazó firmemente —Es que estoy tan cómodo aquí y piensas que mis abrazos son cálidos así que debo hacerte feliz —Rió bajito.

 

—Enserio que no te puedo decir nada porque comienzas a burlarte —JiHoon se alejó y negó con la cabeza. Prendió de nuevo las velas del pastel y lo levantó en sus manos.

 

—Ahora si puedo pedir mis tres deseos —SeungCheol parecía emocionado frente al pastel. Cerró los ojos por unos segundos, los abrió y cuando iba a soplar JiHoon movió el pastel hacia un lado.

 

—Espera ¿Aún tienen que ver conmigo? —Preguntó el pequeño.

 

—Claro que sí.

 

—Sin deseos sucios —Advirtió.

 

—Es mi cumpleaños, puedo pedir lo que quiera —Estiró su cuello para soplar las velas.

 

—¡SeungCheol! —Regañó.

 

—Ni siquiera hay uno sucio, bonito pervertido, yo no pienso en las cosas que tú piensas e imaginas conmigo —Miró sonriendo al pequeño.

 

—Mejor apaga las velas antes de que el pastel este en tu cara —Dijo JiHoon colocando el pastel frente al mayor y este sopló las velas.

 

—Gracias, por venir y por todo esto —Dijo SeungCheol —Por pedir las llaves y entrar sin permiso.

 

—Sé que tengo tu permiso —JiHoon subió el cierre de su suéter.

 

—¿Quieres ducharte? —Ofreció el mayor llamando la atención inmediata de JiHoon.

 

—¿Qué? —Lo miró espantado.

 

—No me mires así, dijiste que no pasaste por tu casa y seguro quieres ducharte. Yo prepararé el desayuno mientras lo haces.

 

—No tengo otra ropa aparte —Habló JiHoon.

 

—Puedo pasarte algo mío —SeungCheol se levantó de la cama caminando hasta su armario —Te quedara algo…

 

—Gigante —Completó el castaño.

 

—Será solo por hoy, tu uniforme está sucio —Sacó un buzo deportivo, por el elástico del pantalón, era la única cosa que pensó que no se le caería.

 

—SeungCheol no creo que sea una buena idea —JiHoon se levantó viendo como el mayor sacaba unas toallas limpias.

 

SeungCheol se volteó, dejo la ropa en la cama y lo afirmó por los hombros —Has tenido un turno complicado, no fuiste a tu casa, estás cansado y hambriento, déjame compensar lo que hiciste por mí.

 

—¿La puerta del baño tiene seguro? —Preguntó el pequeño y SeungCheol rió.

 

—Tiene, y no haré nada aparte de estar en la cocina —Le sonrió y le entrego la ropa junto a las toallas —Ocupa el baño de aquí.

 

JiHoon asintió mirando hacia la otra puerta de la habitación y SeungCheol se acercó para besar su mejilla.

 

—¿Te he dicho lo hermoso que te ves? —JiHoon no dijo nada, solo imagino las ojeras que vio en el espejo del hospital y lo cansado que se veía ¿Cómo podía decirle eso cuando no había pestañeado en toda la noche?, SeungCheol sacó ropa para él y salió de la habitación cerrando la puerta.

 

JiHoon se dio una ducha con agua caliente sintiendo como todos los músculos de su cuerpo se relajaban. Ordenó su uniforme y se colocó la ropa que le entregó SeungCheol, al pantalón tuvo que ponerle un elástico a un costado para que no se le cayera y el polerón era como lo pensaba; gigante.

 

Antes de salir ordenó su cabello y mojó su rostro con agua fría para sentirse más despierto, por lo general una ducha de agua caliente en su casa provocaba que durmiera hasta la tarde.

 

Y con mayor razón hoy ya que mañana tenía el día libre.

 

Salió de la habitación, camino por el pasillo del departamento y se encontró con SeungCheol de espalda en la cocina preparando el desayuno.

 

—Normalmente a los festejados les preparan el desayuno —Comentó JiHoon haciendo que SeungCheol se volteara a mirarlo, lo que fue un error ya que el mayor lo miró de pies a cabeza, JiHoon aún tenía su cabello húmedo y andaba solo en calcetines.

 

—Te ves bien —Dijo SeungCheol girándose para tomar las tazas de café y llevarlas a la mesa —Cualquier que te viera así pensaría…

 

—Pensaría que me tuve que duchar porque mi uniforme estaba manchado —Dijo rápidamente.

 

—Exacto —SeungCheol pasó por su lado guiñándole un ojo —¿Qué imaginaste pervertido bonito?

 

JiHoon cerró los ojos —No me digas así.

 

—A desayunar bonito —SeungCheol lo llevó de espaldas hasta la mesa —Dime que te gustan los huevos revueltos.

 

JiHoon miró la mesa que estaba llena de comida —¿Cuándo preparaste todo esto?

 

—Mientras te duchabas, casi treinta minutos —Dijo sentándose frente al pequeño.

 

—Lo siento, es que…

 

—No dije que me molestaba, me diste más tiempo para preparar algo decente y que te pueda reponer de la noche que tuviste.

 

—Gracias —JiHoon se arremangó las mangas y se sentó para beber café y comenzar a comer todo lo que SeungCheol se esforzó en preparar.

 

—¿Y qué regalo me compraste? —Preguntó emocionado SeungCheol mientras desayunaban juntos.

 

JiHoon dejó su pan en la mesa y lo miró —No alcancé a comprar algo —Dijo apenado —Pídeme algo, lo que sea.

 

—¿Lo que yo quiera? —Sonrió coqueto.

 

—Algo que este dentro de mis posibilidades y que sea normal.

 

SeungCheol sonrió —Hay algo que quiero que hagas.

 

—¿Qué cosa?

 

—Recibir un beso tuyo —Respondió inmediatamente, JiHoon lo miró confundido —Todos los besos que nos hemos dado yo los busco, quiero que tú me beses.

 

—No haré eso.

 

—Dijiste que podía pedir lo que quisiera y no es como si no los hubiéramos besado antes.

 

—Está bien, lo haré —Aceptó el castaño y se levantó rodeando la mesa hasta llegar a un lado de SeungCheol —Cierra los ojos.

 

—Olvídalo, quiero ver cómo te acercas —Sonrió divertido levantándose de la silla.

 

—Estás demente.

 

—Estoy esperando —Se cruzó de brazos con una sonrisa traviesa en sus labios.

 

JiHoon se quedó mirándolo a los ojos y a los labios, tragó saliva, levantó sus pies y acarició levemente la mejilla del mayor. Sintió la mano de SeungCheol en su cintura cuando se acercó a él, solo fue un roce de labios que no llego a nada más y se alejó unos centímetros.

 

—¿Me harás sufrir por un beso tuyo? —Susurró el mayor inclinándose hacia el menor, con los ojos cerrados sintiendo de cerca la respiración de JiHoon.

 

—Es mi regalo ¿Verdad? —Dijo el castaño haciendo descansar sus brazos en los hombros de SeungCheol —Yo veré como lo entrego.

 

La sonrisa de SeungCheol desapareció cuando sintió besos cortos cerca de sus labios, JiHoon lo quería hacer sufrir, se notaba, quería que se desesperara y él terminara besándolo como siempre ocurría.

 

Y no aguantaría si seguían así.

 

JiHoon rozó sus labios una vez más, con un poco más de presión. SeungCheol afirmó su agarre y buscó los labios del pequeño pero éste término echando su cuerpo hacia atrás.

 

—Oye, me pediste que yo te besara, no hagas trampa —Dijo el castaño riendo.

 

—Estas matándome y lo peor es que lo sabes muy bien.

 

El menor colocó ambas manos en la mejilla de SeungCheol e hizo chocar sus narices.

 

—Feliz cumpleaños SeungCheol —Dijo JiHoon y lo besó.

 

No era un beso tierno, sino que fue apasionado desde el comienzo y el cuerpo de SeungCheol se estremeció cuando JiHoon invadió con su lengua cada rincón de su boca. Sujetó la nuca del pequeño y él tomó el ritmo del beso escuchando una risita por parte del pequeño. Lo llevó caminando de espaldas hasta chocar con la parte trasera de un sofá apretándolo contra éste.

 

JiHoon estaba en otro mundo, acercando más a SeungCheol con los brazos que rodeaban su cuello.

 

Parecía que ambos tenían el oxígeno suficiente para no terminar el beso.

 

La temperatura estaba subiendo y ninguno de los dos parecía querer detenerse.

 

Hasta que SeungCheol se separó, abrió los ojos y vio los hinchados labios de JiHoon. Dejó un suave beso en su boca.

 

—Creo que es mejor que lave las tazas —Dijo el mayor, si no terminaban con este regalo intentaría llegar más lejos y no estaba seguro de que JiHoon también lo quisiera.

 

—Sí —El castaño suspiró abriendo sus ojos y bajando sus brazos.

 

—Fue el mejor regalo que pudieron darme —SeungCheol sonrió victorioso.

 

—Aún no has visto los de tu familia y amigos.

 

—Lo sé, pero ninguno lo va a superar —Tomó las manos del pequeño por un segundo —Lavaré las cosas.

 

—Te ayudo —Se ofreció JiHoon.

 

—No, no te preocupes. ¿Por qué no buscas alguna película en la televisión? —Indicó la sala mientras retiraba las cosas de la mesa —Iré cuando acabe aquí.

 

Cuando SeungCheol terminó de ordenar todo en la cocina volvió a la sala encontró a JiHoon durmiendo profundamente en el sofá.

 

Se acercó para tomarlo en brazos, lo llevó hasta su cama, lo cubrió y cerró las cortinas de la habitación.

 

—Descansa pervertido bonito —Besó la frente del pequeño y éste se movió en la cama.

 

—¿Te iras? —Preguntó JiHoon abriendo un poco sus ojos, solo lo suficiente para mirar la figura de SeungCheol hacia arriba.

 

—Estaré en la sala.

 

—Quédate aquí —Pidió el castaño cerrando los ojos y tomando la mano de SeungCheol —Duerme conmigo.

 

No sabía si JiHoon estaba lo suficientemente cansado para pedirle algo así o estaba hablando enserio, no quería que al despertarse lo empujara o lo acusara nuevamente de acosador.

 

—¿Por qué lo estás pensando tanto? —Preguntó el menor abriendo un poco los ojos —¿No quieres?

 

—No es eso…

 

—Ya estoy acosado en tu cama, quiero al dueño de ella aquí, conmigo —Habló un poco más alto.

 

—¿No me empujaras de la cama cuando despiertes?

 

—¿Eso es lo que te preocupa? —Sonrió el menor —No estoy borracho, sé lo que digo. Ya ven aquí antes de que me arrepienta.

 

Apenas SeungCheol se acostó en la cama JiHoon se pegó a él, como un gatito buscando calor y protección. Era la primera vez que veía a JiHoon actuando así, y era la primera vez que estaban en una cama juntos.

 

No llegando más lejos en su relación, físicamente.

 

Solo estar juntos.

 

Y para SeungCheol estaba bien así.

 

—Me gusta cómo me hacen sentir tus abrazos —Murmuró el castaño escondiendo su rostro en el pecho de SeungCheol.

 

—¿Cómo?

 

—A salvo.

 

SeungCheol sonrió y sintió una presión en su pecho, una de felicidad —Si sigues comportándote así será muy difícil que no me enamore de ti —Acarició la espalda del pequeño, sintiendo como los brazos de JiHoon rodeaban también su cuerpo.

 

—Ese es mi plan maligno —Habló bajito JiHoon, cerró los ojos y relajó por completo su cuerpo quedándose dormido.


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