Había pasado más de una semana desde que le había dicho a Vegeta como transformarse en un súper Saiyajin y en esa semana sólo había podido apreciar como el omega cada vez se enfurecía más y más. ¿La razón?, era simple, pues Vegeta parecía no poder concentrar toda su furia, todo su enojo únicamente en un solo lugar.
Vegeta era un hombre explosivo, que siempre que se enfadaba por algo lo decía, sólo... lo expulsaba de su cuerpo de distintas maneas, ya fuera insultando o bien golpeando, no tenía una manera clara de liberación de aquello, por lo cual le estaba costando trabajar canalizar todo aquello en aquel punto en su espalda.
Nunca había pensado que aquello le costaría tanto al omega, pero también lo dejaba con otro problema, que aún tenía respuesta a las preguntas que había hecho. Todavía no sabía que significaba realmente ser un omega para los saiyajin ni nada de aquello. Dudaba que Vegeta estuviera retrasando su transformación para no decirle, porque se veía que realmente se frustraba demasiado cuando la noche llegaba y él seguía sin poder lograrlo, por lo cual había descartado aquella idea de su mente hace bastante tiempo.
Bostezó aburridamente mientras veía como Vegeta había incluso pasado a la opción de meditar, sentado fuera de la casa. Él estaba tendido en la hierba a unos metros del príncipe, observando cómo cada vez parecía estar más y más concentrado.
Si hubiera sabido que aquello sería tan aburrido, simplemente no hubiera preguntado por lo que era ser un omega, pensó algo dormido ya recostado, sin dejar de ver al príncipe ahí, aunque no pudo evitar sorprenderse un poco cuando lo sintió.
Pudo sentir como el ki de Vegeta parecía lentamente ir aumentando, de una manera lenta, pero se sentía diferente a sus enfrentamientos. Lo siguió observando con atención, viendo como pequeñas piedras comenzaban a levitar alrededor de aquel omega, que tenía un gesto de profunda concentración.
Sin poder evitarlo sonrió, pues todas esas señales mostraban que finalmente Vegeta estaba a punto de transformarse, podía apreciarlo fácilmente.
Lentamente aquel cabello azabache comenzó a cambiar de tonalidad, poco a poco se fue tornando de un color rubio, hasta que finalmente estuvo completamente rubio, levantado aun más en punta y aquel ki dorado envolvió a Vegeta, que seguía concentrado con sus ojos cerrados.
— ¡Lo lograste Vegeta! — Gritó sin poder evitarlo, mientras se ponía frente al omega, que soltó un gruñido y lentamente abrió sus ojos, dejando ver aquella tonalidad azulada, propia de la transformación en realidad, siendo que comenzó a mirar sus manos envueltas en aquella energía dorada.
No comentó nada, siendo que finalmente lo había conseguido, finalmente se había convertido en un súper saiyajin o al menos había logrado mantener la transformación un poco, pues aquello lo dejó simplemente agotado y gruñó, dejando caer sus palmas pesadamente en el suelo, hacía atrás de su espalda, echándose un poco hacía atrás, volviendo a su forma normal.
Lo había conseguido, le había costado bastante concentración poder saber dónde poner todas aquellas emociones, pero lo había logrado. Ahora únicamente debía recordar aquella sensación en su espalda para seguir practicando, volverlo algo habitual en él.
— Vamos a comer algo — Le dijo simplemente a aquel alfa que tenía aquel gesto idiota en su rostro. Odiaba que lo viera con ese gesto tan bobo, después de todo convivir todos aquellos meses con él no estaba haciendo nada por aquellos sentimientos que había comenzado a desarrollar, es decir, desde su último celo, donde había gimoteado ese maldito nombre, que había buscado llenar las emociones que tenía hacía el alfa con enfado, con enojo, pero simplemente no podía.
Su instinto le decía que era un buen adversario, alguien a quien respetaba en realidad, mientras el lado omega en él le decía que era simplemente el compañero perfecto.
El alfa asintió y ambos entraron a la casa a sacar algo que aun les quedaba de la comida que les había hecho Bulma, comenzando simplemente a comer, aunque la verdad era que el alfa quería obtener la respuesta a su pregunta, Vegeta ya se había transformado y era la parte del trato que le tocaba cumplir a aquel omega.
— Ya deja de mirarme de una maldita vez, te diré lo que quieres saber — Le gruñó molesto al sentir la mirada tan fija de Kakarotto sobre él, sabía perfectamente que era lo que deseaba saber, por eso estaba molesto, debía cumplir la parte del trato, después de todo había dado su palabra.
— Un omega para un saiyajin era de la clase más baja, los guerreros de poder más bajo siempre eran omegas, no era relevantes para la lucha ni nada en realidad — Comenzó a explicar, comiendo un poco de arroz, bufando un poco al sentir la mirada tan fija en él — Básicamente los omegas sirven para la procreación y ya.
Cortó simplemente su explicación, mientras seguía comiendo, sintiendo sus orejas un poco rojas por lo que acababa de decir. Siempre había escuchado eso de los omegas, por eso su padre había ocultado su naturaleza del resto del planeta y había enviado a su hermano menor a un planeta lejano apenas había tenido la oportunidad, un omega y un beta no era lo que se había esperado de la familia real de los saiyajins.
— ¿Procreación? — En ese momento sintió que tal vez debería haber prestado más atención cuando el maestro Roshi le había dicho que leyera del diccionario y aprendiera sus significados, pero la verdad había sido que no le había importado, para él estaba bien aprender a escribir su nombre, para inscribirse en el torneo de las artes marciales, además de saber su edad. Nunca había prestado atención a palabras más difíciles de las que ocupaba en general.
— Sí, maldito idiota, para la procreación. Todo omega estaba unido a un alfa, para aquello — Cortó simplemente mientras seguía comiendo, ignorando completamente que el alfa no tenía idea de lo que significaba la palabra procreación, porque él había preferido usar esa palabra antes de decir que los omegas eran vistos únicamente como reproductores de bebés.
El tema no se tocó de nuevo mientras seguían comiendo, porque para el omega había explicado todo lo necesario. Es decir, le había dicho que eran los omegas, le había informado que siempre estaban unidos a alfas, pero la verdad es que Goku seguía buscado el significado de procreación en su cabeza, pues estaba seguro que en algún momento de su vida había escuchado esa palabra y quería saber que era lo que quería decir, pero estaba completamente seguro que Vegeta no le respondería eso, así que tendría que buscar su respuesta por otro medio.