Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un único deseo por Amelia_Badguy

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Aquella mañana cuando despertó, la verdad de todas las cosas que podría haber esperado, la que le estaba pasando no era realmente la que hubiera deseado, pensó algo fastidiado, con sus mejillas comenzando a ponerse de un fuerte tono rojizo, después de todo acostado en aquella cama con él, usando su entrepierna como almohada, estaba aquel idiota alfa, haciendo que su enojo explotara y simplemente le diera un fuerte golpe para quitárselo de encima.

— ¡¿Qué mierdas crees que estás haciendo?! — Le gritó con fuerza para moverse y darle una patada, no con la fuerza de mandar a volar a aquel idiota alfa, sino lo suficientemente fuerte para hacer que se quitara de encima de él y cayera al piso pesadamente, bajo la vista de aquel omega, que tenía sus mejillas rojas, estando vestido simplemente con una camiseta blanca y unos pantaloncillos negros.

— Auch, Vegeta, no me pegues — Se quejó como si nada Goku, mientras frotaba su cabeza debido al golpe que le había dado el omega, suspirando pesadamente.

— ¿Qué haces en mi maldita cama y durmiendo de aquella forma? — Le grito nuevamente sin importarle ese gesto idiota que ponía el alfa, estaba dispuesto a molerlo a golpes simplemente por lo que había estado haciendo, porque realmente aquella situación podía verse demasiado mal.

Es decir, tener a otro individuo durmiendo sobre tus malditas pelotas, usando esa parte de ti como una almohada no era algo que se veía todos los días, mucho menos confiaba en aquello si era un alfa quién lo estaba haciendo.

— Sólo dormía, ¿qué más voy a hacer? — Le contestó mientras se sentaba en el suelo como si nada, llevando simplemente su ropa interior blanca, después de todo se había quitado el resto cuando llegó a la cabaña, para dormir, luego de haber recogido sus cosas e irse de la casa que había compartido con Chi-Chi.

Bostezó con pereza, teniendo ese gesto bobo en su rostro. La verdad no entendía por qué Vegeta se enojaba de esa manera, simplemente había estado durmiendo y nada más que aquello, después de todo tenía ese recuerdo.

Cuando había vivido con su abuelito en aquella casa, siempre dormían juntos en la cama en que había estado durmiendo el omega cuando llego y él siempre había usado como almohada la entrepierna de su abuelo, siendo que únicamente suspiró que pereza, estirando su cuerpo para levantarse, pasando una mano por su cabello, teniendo aquel gesto bobo que lo caracterizaba.

— Bueno, iré a pescar algo para que desayunemos — Le dijo como si fuera lo más normal del mundo, aunque el omega todavía no acababa de comprender que era lo que rayos pasaba en ese momento, haciendo que soltara un fuerte bufido.

— ¿Qué estás haciendo en mi casa, Kakarotto? — Preguntó mientras veía como el alfa se vestía como si nada, aunque se podía ver que al escuchar su pregunta se había puesto nervioso de cierta forma, haciendo que frunciera su ceño, algo le hacía sentir que la respuesta que le iba a dar ese idiota no le agradaría para nada a decir verdad, pero sólo espero oír lo que tenía que decir.

— Bueno Vegeta... veras — Se rascó la mejilla mientras soltaba una de sus clásicas risas, esas que soltaba al estar de verdad nervioso, pues podía ver como el nombrado estaba cada vez más molesto por toda la situación, pero únicamente termino por soltar en un pequeño murmullo — La verdad es que termine mi relación con Chi-Chi y vine a vivir acá contigo, después de todo no tengo otro lugar y no creo que los dos tengamos problemas aquí.

— Me niego — Le contestó como si nada el saiyajin que lo miraba con el ceño fruncido, viendo como ese idiota terminaba por vestirse, pero seguía con aquel gesto de niño pequeño que no quitaba de su rostro.

Claro estaba que no viviría al lado de un maldito alfa, mucho menos dormiría cerca de uno, siendo que quería dejar esa discusión hasta ahí, pero algo le había sentir que no sería tan fácil como pretendía.

-.-.-.-.-.-.-.-

No sabía cómo, pero había terminado por vivir al lado de aquel idiota alfa, aunque había definido bien los malditos límites, dejando en claro el maldito hecho de que no se podía meter a la cama mientras estaba durmiendo, mucho menos usar sus pelotas de almohada, no era su maldito abuelo para que él hiciera eso —después de lo ocurrido el idiota le había explicado por qué había estado durmiendo así con él como método de que no lo rechazara en la casa—.

El lado bueno de toda esa situación, por qué si tenía algo bueno después de todo, siendo que únicamente aquella cosa buena era que podía entrenar junto aquel idiota, entrenar, pelear juntos para medir sus habilidades, siendo aquella la mejor herramienta que tenía para poder calcular el poder de aquel alfa, para poder enfrentarse a él, luchar contra él para poder igualarlo.

Habían caído en una rutina normal en aquellos días, ambos despertaban, desayunaban algo que Kakarotto cazaba o bien pescaba, para luego comenzar a entrenar, medir sus habilidades. Muchas veces entrenaban juntos, otras veces entrenaban por separado, porque el omega se iba a meditar sobre sus habilidades, las cosas que le faltaban aun para poder alcanzar el poder del alfa.

Aunque aun no podía concluir que era aquello que le hacía falta, después de todo era fuerte, tenía el mismo o más poder que Kakarotto cuando este se había transformado en súper saiyajin, no había lógica alguna de por qué él no podía hacer aquello, no lo terminaba de comprender, pero simplemente bufo fuerte ese día, estando frente la fogata en la cual cocinaban su comida de aquella noche. Ambos solían comer demasiado, aunque cazando un dinosaurio alcanzaba para comida de ambos, al menos por tres días.

Vegeta aun no lo había sentido en su cuerpo, después de todo él únicamente lo sentía cuando aquello iba a llegar, cuando el dolor se hacía tan desagradable que no podía mantenerse en pie, mucho menos demasiado consciente de lo que hacía o decía, pero Goku si lo había notado.

— Vegeta, hueles bien — Sintió el comentario del alfa que hizo que sus mejillas se colorearan sin poder evitarlo, no entendía por qué ese idiota le decía aquello en ese momento, haciendo que bufara con demasiada fuerte, tirando al alfa lo primero que había tenido a mano, que había sido una piedra.

— ¡Sólo cierra tu maldita boca! — No podría seguir viviendo con aquel idiota si de la nada le hacía esa clase de comentarios, aunque al menos le serviría para anunciarle cuando su celo estaría cerca, que era en apenas unos días.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).