26-No tocar
Joey fue llamado a las oficinas de su jefe y acudió, era martes.
Pasa Joey—dijo el pelinegro al rubio en su puerta y el otro hizo lo que se le dijo—Pues bien, he cumplido tu capricho y tal vez he guiado tu carrera hacia algo serio, ahora quiero algo a cambio—añadió.
¿A… cambio?—preguntó el otro preocupado.
El pelinegro se permitió una sonrisa y luego de un momento descruzó sus largas piernas para contestar—Estás mal acostumbrándote a mal pensar. A lo que me refiero es que esta vez vas a tener que escuchar mi petición—
El castaño estaba frustrado. Esos días no había podido concentrarse ni en los estudios ni en los proyectos que tenía en KC. Y es que la sensación de tener a Joey totalmente dispuesto en sus brazos le había dejado con extrañas ansias. Primero todo había sido para vengarse por el engaño pero en algún punto… se había convertido en atracción por un chico y tenía que admitirlo.
Molesto consigo mismo ese miércoles se dirigió a la azotea para estar un rato a solas sin estar consciente de que el rubio podía estar ahí y ensayando.
“No tocar…
…peligro de muerte
Oh, no tocar…
Las tibias y la calavera hacen dudar…
…me hacen ir más allá
…verte correr
…verte pedirme más
Y si volviera a nacer repetiría
Y si volviera te daría más calor
Me quemas con la punta de tus dedos
Tus manos hacen llagas en mi piel
Me abraso con tu lengua que es de fuego
La sangre hierve. ¿O no lo ves?”
Esta canción esta muy pesada para cantarla ante esos idiotas—dijo Wheeler pensando en la letra totalmente lasciva pero debido a la petición del jefe debería cantarla. ¡Rayos, que jefe más idiota! Se dijo mientras empezaba de nuevo.
Eso era lo que estaba cantando el rubio en esos momentos en el tejado del centro privado de educación al cual estaba asistiendo. El castaño se quedó helado mirándolo. ¿Cómo podía ser tan idiota de nuevo y arriesgarse a ser escuchado? Iba a irse y hacer algun golpe para evitar ser descubierto como que lo había escuchado cuando sintió un empellón y el otro castaño de ojos azules de su clase entró a la azotea chasqueando la lengua por haberlo tenido que empujar para pasar. Iba a gritarle algo cuando sintió la voz del otro y se le quedó mirando.
Un frío recorrió el cuerpo del Kaiba que decidió rápidamente que haría. Agarrando al otro castaño lo arrastró hacia la escalera y cerró la puerta sin que el rubio, que tenía los audífonos puestos escuchara nada salvo un golpe que, después de un momento de parar el reproductor, decidió que había sido quizás un golpe en un salón de abajo y siguió con la música, necesitaba enfocarse en eso y no pensar en lo del vestidor o en lo del concurso.
Seto estaba en frente de Valon, le tenía tapada la boca y lo tenía contra la pared mientras lo miraba como cuestionándose si tendría que matarlo o no.
Valon no le tenía mucho aprecio a Kaiba pero no acababa de decidir si era superior al otro en una pelea.
El más alto de los ojos azules se separó y lo miró a los ojos, poniendo sus manos en los bolsillos, era evidente que no quería una pelea y Valon se relajó y hasta se sintió un poco superior.
Más vale que no comentes lo que has visto y escuchado allá afuera o el empleo de tu padre puede verse directamente afectado—dijo con simpleza el CEO de Kaiba Corp.
La amenaza ni siquiera estaba velada. El padre de Valon trabajaba en su compañía y él lo sabía. Simplemente le estaba haciendo saber que si no le obedecía el hijo, el padre lo pagaría y por consiguiente toda su familia ya que estaban en recesión.
Seto después de transmitir su mensaje se dio la vuelta y se fue sin más.
Valon quedó furioso y a la vez víctima de su propia curiosidad. Miró a la puerta y se preguntó porque Kaiba gastaba tantas energías con Wheeler. Tal vez si descubría el secreto tendría armas para vengarse. Después de todo él había visto sus actitudes el lunes. Algo extraño se había formado entre esos dos y el que Kaiba evitara a toda costa que el otro supiera que le vio cantando o que la voz de Wheeler era tan femenina al hacerlo era la clave para hallar lo que pasaba.
De pronto la puerta de las escaleras se abrió y Joseph y Valon se vieron frente a frente.