49-Noticias
¡Buenas noches!—dijo el padre a su hijo después de que este le diera las mismas antes.
El niño miró directamente al invitado antes de retirarse del lugar.
Me odia—dijo Reinhardt al rubio.
No te odia—dijo el melado mientras tomaba otro sorbo de tu café nocturno, después de la cena que habían disfrutado.
Reinhardt sonrió mirándolo con sus ojos verdes algo alegres. Estaba algo alegre porque sabía lo que vendría a continuación.
Joseph relajaba el nudo de su corbata mientras Reinhardt cerraba la puerta de la habitación, de pronto sobre la mano en el nudo apareció otra que apretó la primera mientras otra abrazaba el talle del rubio, la primera ayudó a bajar más el nudo y luego abandonó este para luego llegar a la barbilla de Joey y llevarlo suavemente a voltear la cara. Ambas bocas se encontraron mientras el cuerpo de Joseph volteaba para ponerse de frente a su amante que terminó rodeándolo con sus brazos, las lenguas exploraron las bocas del otro y las manos de Wheeler exploraron el torso del otro antes de cruzarse tras la nuca mientras ambos caminaban lentamente hasta la cama al otro lado de la habitación.
Joey se recostó en la cama y fue despojado de su corbata, luego Reinhardt hizo lo propio con la suya antes de bajar para atacar de nuevo sus labios. Fuera la luna se alzaba en el cielo de Los Ángeles.
Tokyo.
¿Hermano?—fue todo lo que pudo preguntar con toda la sorpresa del mundo la pelirroja al oír la voz de su tan largo tiempo extrañado hermano. ¿Cómo era que después de todo ese tiempo su hermano se había contactado? ¿Cómo sabía su número?
Hola Serenity. ¿Cómo has estado?—preguntó el ojos mieles con una alegre tonadita que le hizo a su hermana pensar por un momento que el tiempo no había pasado desde la última vez que se vieran.
Bien, Joey. ¿Y tú? La línea se escucha algo mal pero me alegra tener noticias tuyas—dijo ella alegremente sin saber que del otro lado de esta su hermano se daba cuenta que la línea no era la que estaba mal sino que era su voz la que sonaba así pero ella ya se enteraría de eso.
Estoy bien—contestó él atentamente antes de añadir—Pronto nos veremos hermanita—
¿Vendrás?—preguntó ella entusiasmada mientras se preguntaba donde habría estado su hermano todos esos años. Sabía que May había estado recibiendo dinero de una cuenta de su hermano para los gastos de ella. Joseph todos esos años había estado cuidando de ella en silencio. Era hora de volver a verlo y agradecerle.
Mañana salgo para allá—dijo él.
Pero…--dijo ella pensativa, estaba el problema con la policía.
No te preocupes por eso—dijo él, adivinando sus pensamientos—Está casi arreglado, tengo a un abogado allá haciendo todos los trámites, parece que solo tengo que ir a firmar algo y todo estará solucionado—la tranquilizó.
¡Que bueno, Joey!—dijo ella con lágrimas en los ojos.
¿En serio Joey vendrá?—preguntó muy sorprendida May a su amiga que se había aparecido por su apartamento de repente toda emocionada.
Si. ¿No te parece genial, May?—preguntó ella muy feliz.
¡Claro que sí, querida!—contestó ella también feliz.
¿Aló?—preguntó con algo de frialdad el del otro lado de la línea.
Kaiba, tengo noticias para ti—dijo la rubia del otro lado de la línea.
Habla rápido que estoy ocupado—dijo el ojos azules tratando de demostrar desinterés aunque su llamada le anticipaba noticias de Joey pero nunca esperó esa clase de noticia.
Joey vuelve mañana—dijo la voz del otro lado de la línea mientras sus directivos le miraban desde los lados de la mesa de conferencias de KC.
Sus latidos se detuvieron por unos segundos mientras su mente intentaba procesar la reciente información y sentía que se le cerraba la garganta.
Después de unos segundos Seto contestó—Bien, gracias—y colgó.