Estaba buscando una canción, como siempre estaba en el techo del instituto para estar solo. Tenía una soda de uva en su mano y empezó a buscar canciones con la palabra azúcar. Salían canciones de Celia Cruz y estuvo pensando en cantarlas hasta que le salió la indicada. Tarareaba muy pancho en su lugar con los audífonos conectados cuando una sombra le tapó el sol y al mirar hacia un lado y arriba, pues estaba sentado en el suelo, se encontró con un castaño de ojos azules que le miraba ceñudo.
Espantado y a la vez enojado el ojos mieles se levantó y le dijo mientras se sacaba los audífonos--¿Qué diablos haces aquí?—
¿Acaso tú me vas a decir donde estar? ¿Eres el dueño del instituto o algo?—preguntó el otro disconforme con la atención brindada—Quiero estar aquí y me molestas con ese incesante tarareo por eso quiero que muevas tu trasero y te vayas de aquí—
Pues ve a moverle el trasero tú a quien te de la gana que yo estaba aquí primero—retrucó el rubio.
Si no te vas voy a sacarte a golpes, pendejo—dijo Joey exaltado.
¿Así?—preguntó el otro.
¿Crees que te tengo miedo, Valon? ¡Acojona a tu tío!—dijo Wheeler antes de irse a los golpes.
Tres tandas más tarde Joseph se limpiaba el labio cortado y Valon algo exhausto tomó de pronto el reproductor que el otro había abandonado antes de empezar la lucha.
¡Deja eso!—le gritó el melado con evidente miedo a que se lo rompiera.
¿Lo quieres? Pues vete a tu camino—contestó el otro señalando la puerta de la azotea y el melado asintió como resignado por lo que el castaño, mano extendida le acercó el reproductor. De pronto Joseph le saltó encima y estuvieron rato dándose puñetazos. En medio de la gresca el reproductor saltó y se hizo añicos contra el suelo del lugar y Joey pasmado fue por él sintiendo mucho su destrozo.
¿Viste?—dijo Valon furioso mientras se frotaba uno de los golpes que tenía en la cara—Si te hubieras ido cuando te dije eso no hubiera pasado. Ahora te quedaste sin nada, idiota—añadió antes de patearle la espalda. Joey medio cayó sobre el destrozado elemento pero se contuvo con sus brazos, lo miró pero no hizo acto de ir por él, estaba medio cansado y abrumado por la pérdida del elemento que le había llevado un mes de privaciones y ahorro poder lograr obtener. Mientras el fastidiado y adolorido Valon emprendía la partida, el destrozado Wheeler miraba el objeto roto como el que ve su billete de lotería ganador hecho jirones ante sus ojos.
Rato estuvo Joey en esa posición, primero maldiciendo a su destino y luego llorando. Recogió los pedazos como si más tarde pudiera unirlos y solucionar el asunto. Tenía que volver a clases.
Una figura callada se encontraba sentada en el otro lado de la torre de la azotea. Todo ese tiempo había estado leyendo una novela científica. Despacio se paró del lugar. La gresca no la había mirado pero cuando percibió un sollozo en el silencio siguiente se animó a ver por curiosidad nada más viendo al melado todo abatido. Cuando vio como recogía los pedazos del reproductor tan caramente comprendió que ese reproductor era algo valioso para el otro lo que le intrigó un poquito.
Seto tomó sus cosas y salió de la azotea en la misma dirección que Joseph.