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Tu silencio por valeeop

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― no termino de comprender querida... ¿de qué estarías tu celosa? ― dejó saber sus dudas el sabio de los seis caminos, Kaguya tragó fuerte, era algo que ella jamás pensó tener que decir, al menos no en voz alta y menos con tantos espectadores, tuvo la intención de levantarse para aniquilar a todos los humanos de los alrededores para que no escucharan tales penosas declaraciones que ella daría, y eso iba a hacer, pero no se pudo poner de pie por una razón que poco tiempo le resultó desconocida, miró la falda de su kimono, ya empezaba a desaparecer al igual que su esposo el sabio, ya el proceso de desaparición había iniciado y no podría hacer uso de sus poderes, desistió de sus intenciones y con la vergüenza a flor de piel sin que se notara en su semblante empezó a hablar.
 
—bajar de la luna y venir a este mundo fue algo que no pensé en un principio — empezó a decir Kaguya como contando una autobiografía que de buenas a primeras no parecía responder la pregunta del sabio de los seis caminos, aún así Hagoromo no interrumpió a su esposa y escucho atento, con la paciencia y la parsimonia que tanto le caracterizaban, manteniendo las manos relajadas en su regazo y lq espalda recta — llegar a este hermoso planeta y ver a las criaturas que en el habitaban, eran animales llevados por el instinto, seres irracionales, me gustó este planeta, todo era tan bello, sobre todo para mí que provengo de un lugar donde la noche es eterna y todo está rodeado de blanco polvo celestial...
 
— Naruto ¿Qué está pasando? — preguntó Itachi acercándose a Sasuke y a Naruto, el primero se había vuelto a transformar en su forma de cerbero pues había sido herido por Kaguya y estando en esa forma sus heridas sanaban más rápido, el segundo se hallaba abrazando al enorme animal, aún sus orejas y cola de zorro se mantenían a la vista, mientras con extraña calma observaba a sus abuelos quiénes se hallaban tranquilamente sentados en uno de los escombros charlando como si el pasado y el futuro no importara.
 
— Naruto — esta vez fue Sasuke quién habló manteniendo su forma animal, pidiendo de esa manera a su omega que explicara la extraña situación, Naruto dejó de mirar a sus abuelos para observar a quiénes se acercaban, además de Itachi, Deidara y Tsunade también estaba Shizune la aprendiz de la última quién se acababa de unir al grupo que esperaba expectante por una respuesta. 
 
— Ellos están desapareciendo —empezó a decir el niño con extraña seriedad mientras volvía a observar a sus abuelos —abuelito, mantuvo más poder que Kaguya, el inició el proceso, ambos están desapareciendo por completo y no se pueden mover.
 
— ¿pero...porque ninguno de los dos se ve asustado? —preguntó esta vez Deidara en extremo extrañado sin tener capacidad de despegar la mirada de los dos dioses primigenios que charlaban apaciblemente en medio de los restos de una batalla —están hablando tranquilamente solo les falta una tacita de té... —Naruto entendía porque ellos estaban tan extrañados.
 
—van a morir y tienen mucho de que hablar antes de eso —empezó a explicar Naruto —han vivido por mucho tiempo, muchísimo, su temor a la muerte no existe ni existió, solo que consideran que pelearse es innecesario, ambos solo quieren sincerarse antes de desaparecer, después de todo Kaguya no solo es la esposa de mi abuelito Hagoromo, también es su madre... —todos abrieron la boca sorprendidos.
 
—Era solitario — dijo Kaguya mirando el cielo, pulcro y azul, tan hermoso como aquel día que había descendido desde la luna —por eso te cree a ti moldeándote en arcilla, eres mi hijo aunque no procedas de mi vientre, te entregué la mitad de mi alma y de mi poder... — Miró a su hijo y esposo quién mantenía aquella sonrisa tan idílica que lo caracterizaba, utilizando movimientos lentos y calmados se acercó más a Kaguya para quedar sentados más cerca, ella ya no se podía mover y el después de haberse rodado tampoco.
 
— quizá por esa razón me enamore tan perdidamente de ti querida esposa — dijo el sabio cerrando los ojos, recordando aquel día tan lejano cuando el nacido de la arcilla abrió los ojos por primera vez y vio a aquella mujer tan bella frente a él, quedó prendado a primera vista de su belleza — un amor que no ha disminuido ni disminuirá con nada.
 
— siempre fuiste de esa manera, tan ingenuo — se quejó Kaguya con una sonrisa resignada, la cual cubrió elegantemente con la manga de su blanco y pulcro kimono que no mostraba signo alguno de la contienda que hacía unos instantes había librado de forma sangrienta con el alfa de su nieto — ¿en serio no puedes odiar a aquella que te mató a ti y a toda nuestra descendencia?
 
— No — negó el sabio — no puedo — volvió a negar antes de mirar a Kaguya a los ojos con una sonrisa, aquella sonrisa que parecía no querer desaparecer nunca de su faz.
 
—no seguiré quejándome por lo irremediable, volverás a morir con esa sonrisa crédula en tu rostro entiendo que no pueda hacer yo nada para evitarlo —Kaguya le desvió la mirada, pues sentía como los ojos de su interlocutor calaban profundo en su impenetrable ser.
 
—el sabio querida es el que sabe cuándo rendirse si se planta ante él una empresa imposible —el sabio estaba adulando a Kaguya y ella, sorprendiendo a todos los que observaban y escuchaban lo que sucedía, se sonrojó, expresando una apariencia ingenua que nadie nunca creyó ver en ella, una dulzura que nadie nunca esperó de alguien capaz de exterminar todo por un capricho ocasionado por unos celos aparentemente infundados. 
 
—unos cuantos milenios después nació nuestro primogénito Minato, representaba el al sol pues yo representaba la luna y tú la tierra, le siguieron los mellizos, los bijuus, cada uno representando las fuerzas de la naturaleza, después vinieron el resto de nuestros descendientes los dioses menores y por últimos tus muñequitos...los humanos... — Kaguya dijo eso para cambiar el tema y pasar su vergüenza, pero al finalizar, al decir la última palabra la dijo de forma despectiva, arrugando el puente de su nariz y lanzándole una mirada furiosa a Sasuke quién transformado en cerberos se la devolvió con aquellos penetrantes ojos carmesí acompañando la con  un gruñido. 
 
— deja ya quietos a los niños querida, aunque quisieras escarmentarlos de aquí no te dejare mover —advirtió el sabio y ella cerró los ojos resignada, en medio de todo aquello el sabio vio a Sasuke recordando que los cerberos, los únicos humanos cambia forma de tipo mítico, fueron la primera raza de humanos que creó antes de crear al resto, pensar que uno de ellos sería el alfa de su nieto y que se querrían tanto — el tiempo apremia — señaló el sabio viendo como para ese momento la mitad de sus cuerpos habían desaparecido, y sus caderas se difuminaban en el espacio.
 
— eso veo — la diosa de cabello blanco suspiró para calmarse antes de continuar — mi celos es hacia los humanos, desde que los creaste te concentraste en ellos, me dejaste de lado, también nuestros hijos, mi furia trascendió pero no actué pues quedaría sola...aunque no me creas le temo a la soledad, en la luna viví eones observando las estrellas sin nadie con quien compartir, pero, a razón del nacimiento de mi nieto tomé la decisión...Naruto es el hijo del dios sol Minato y de la diosa del fuego Kushina, una diosa femenina ajena a nosotros que nació de una concentración de ese elemento, el producto de ellos dos seria Naruto amaterasu Namikaze el dios de la luz— los presentes no podían terminar de salir de la sorpresa de una revelación cuando otra ya les hacía desencajar la mandíbula, no conocían la designación divina de Naruto aunque desde el principio nadie se preguntó porque todos tenían una designación menos el, los únicos que no se sorprendieron por ello fueron Sasuke y Naruto, ambos conocían la designación divina de Naruto, aunque Naruto nunca haya podido ejercer como dios.
 
— para alguien como tu querida...sumida estuviste por tanto en la oscuridad de la luna y las tinieblas del espacio, si, la luz era algo irresistible — por primera vez, una expresión triste se dibujó en el rostro del sabio, él amaba a Kaguya, con todo su ser, con todo lo que era...
 
— admitir que me obsesioné con mi nieto es algo que pensé jamás haría, y he me aquí, con el podría volver a empezar pues no podría crear a otro esposo con la mitad restante de mi alma, aunque los...humanos... pensaran que somos omnipotentes eso es tan mentira como decir que somos inmortales — dijo Kaguya, volviendo a usar ese tono tan despectivo para mencionar la palabra humanos, aquello ya se le había hecho costumbre de tantas veces que lo había hecho...
 
— tu sentir por nuestro nieto ¿Por qué lo llamas obsesión? — preguntó el sabio mirando el rostro de Kaguya tratando con todo su ser de disfrutar de sus facciones durante el poco tiempo que le quedaba, de ambos dioses solo quedaba lo que estaba del cuello para arriba... 
 
—porque mi amor eres tu Hagoromo... —declaró Kaguya mientras una lagrima traicionera y rápida resbaló por su mejilla de forma fugaz aunque en su rostro solo se veía la completa alegría, la alegría de poder decirle a su verdadero amor lo que sentía...algo que quería hacer desde que por un ataque de celos acabó con la existencia de su otra mitad.
 
—querida...yo también te amo... —de aún poseer sus manos posiblemente estuvieran entrelazadas, acercaron sus rostros que poco a poco desaparecían, con la evidente intención de unir sus labios, darse un último beso antes de desaparecer, pero de un momento a otro se esfumaron antes de cumplir su cometido, dejando aquel escombro sobre el que se habían sentado a conversar solitario, y este empezó a perder el dulce calor de la pareja que estuvo profesándose amor sobre él. El silencio se hizo, todo había acabado...
 
...
 
Una semana después...castillo de la nación del fuego...sótano secreto.
 
Sasuke observaba a su pequeño omega quién se hallaba a un par de metros con los ojos cerrados sosteniendo el báculo del sabio de los seis caminos entre sus manos, una brisa fantasmal mecía de lado a lado sus dorados cabellos entre los cuales se asomaban sus orejas de zorro, su cola, caia relajada desde la parte trasera del elegante kimono que portaba.
 
— Sasuke todos los están esperando arriba —  Hinata hizo acto de presencia detrás de él apareciendo por las escaleras, Sasuke no se sorprendió al escuchar su voz, porque había sentido su presencia acercarse hacia mucho rato, desde que salió del gran salón del castillo, el hecho de recuperar sus habilidades era una maravilla y algo que agradeció ante el inminente hecho de tener que enfrentarse a Kaguya, eso le salvó la vida, pero ahora, un extraño deseo que poseía era el de ser menos poderoso, era incomodo sentir la presencia de quién estaba en ese momento en el baño...a más de doscientos metros, a por cierto, ese alguien era Itachi y si, hacía de lo segundo... — ¿Qué está haciendo Naruto? — preguntó Hinata viendo al niño.
 
— está terminando de fortalecer por completo el sello que mantiene al báculo — explicó Sasuke volviendo a ver a Naruto, los holanes del kimono blanco con dorado que llevaba el niño se mecían suavemente, era un kimono extravagante que sin duda daba señal de sus orígenes divinos cuando era acompañado con la enorme belleza del omega. 
 
— ya veo, bueno es normal no cualquiera debería poder sacar ese báculo es lo que mantiene en orden los instintos más primitivos de esta sociedad — Hinata vestía el kimono rojo ceremonial, se cubrió la boca con la manga de este en una expresión entristecida — pensar que al Naruto sacar el báculo de aquí sucederían tantas tragedias con los instintos de los cambia formas sin limitaciones, incluida la violación de un bebé de tres años por parte de un alfa descontrolado, esas eran cosas que el báculo evitaba...
 
— Sobre Naruto pesa la culpa de lo que le sucedió a ese bebé — dijo Sasuke con los dientes apretados mirando el rostro inescrutable de Naruto quién se concentraba en su labor — ¿cómo termino ese caso? 
 
—el omega está sometiéndose a diversas cirugías para reconstruir sus genitales, los doctores hacen lo mejor que pueden para que de lo sucedido no queden signos en la criatura — explicó Hinata con una sonrisa, por un milagro, el pequeño no había muerto desangrado durante el...acto— cuando nos disculpamos con los padres por lo sucedido ellos no nos culparon, de hecho, se echaron la culpa ellos por no haber podido proteger a su cachorro correctamente aún sabiendo lo que se avecinaba, no aceptaron indemnización pero accedieron a que nosotros pagáramos todos los gastos de las intervenciones a las que se vería sometido su hijo.
 
— ¿y el perpetrador...? — quiso saber Sasuke, en su afán por evitar que Naruto se enterara de el caso el mismo se había quedado desinformado. 
 
— Muerto — aseveró Hinata con tranquilidad— fue el padre del omega quién encontró la escena, le arrancó el cuello de un mordisco al instante.
 
— hm — ese fue el sonido de asentimiento que produjo Sasuke sin sorprenderle mucho la noticia...tampoco se podía esperar menos, era un alfa defendiendo a su cría.
 
— He terminado... — dijo Naruto suspirando y soltando el báculo que se quedó en el mismo lugar levitando, y ahí se quedaría, para toda la eternidad, el niño se acomodó los holanes de su kimono para dejarlos pulcros, una expresión de tristeza se dibujaba en su faz — Sasuke...
 
—Dime —respondió Sasuke conociendo exactamente que disgustaba a su pequeño omega.
 
— n-nada —Naruto bajo la cabeza y volvió a mirar su kimono, era muy bonito, pero para el solo significaba tristeza y una vida atada a algo que no deseaba...Días atrás la presión de los países se intensifico sobre Konoha y utilizando varias cláusulas del tratado de paz que habían firmado lograron su cometido, conseguir que Sasuke y en consecuencia el pequeño Naruto asumieran la monarquía, fue algo inevitable tener que aceptar, la amenaza de guerra estaba presente, ellos eran irracionales y usarían métodos igual de irracionales para conseguir lo que querían, por tanto Sasuke sabiendo lo que afectaría eso a Naruto hizo las correspondientes negociaciones, en resumen esos dirigentes deseaban que ellos fueran reyes, pero Naruto y Sasuke deseaban vivir sus vidas normalmente, afortunadamente en este caso...ellos podían tener las dos cosas. Aunque eso era una sorpresa.
 
Salieron juntos fuera a su coronación, tomados de la mano, el mayor con rostro solemne, el menor con la frente en alto pero el ánimo decaído, la otra mano del niño, aquella que no estaba siendo firmemente agarrada por Sasuke se balanceaba a su aire lánguida y triste, hicieron el mismo recorrido que tiempo atrás hizo Hinata para coronarse como reina... Ella seguía siéndolo puesto que la corona de Konoha permanecía en su poder, pues Sasuke y Naruto no se estaban coronando como monarcas de Konoha...si no como monarcas de la alianza de países global.
 
...
 
― Naruto...pequeño despierta —le llamó Sasuke moviéndolo levemente, Naruto se removió aferrándose más al pijama de su alfa y disfrutando del calor que este le proveía, no deseaba salir del arrullador lecho ni del tranquilo ambiente que creaba para el cómo omega el estar ahí sintiéndose protegido por su pareja. A lo lejos escuchaba los suaves aullidos del cielo precedidos por los rayos que iluminaban el cuarto y que aún en la penumbra de sus ojos forzosamente cerrados con la intención de volver a dormir percibía, el día, si es que era de día, estaba oscuro y tormentoso, como el futuro que le esperaba al volver a ser coronado, lleno de ocupaciones y sacrificios, lleno de formalidades y escenas dolorosas, bien recordaba el que al ser pareja del rey de los cerberos hacia diez mil años había tenido que ver múltiples situaciones y enfrentar desesperantes condiciones, lo más doloroso para el en aquellos tiempos fue ver los cuerpos destrozados y putrefactos de lo que antes habían sido cerberos alegres de esos que veía por las calles de la ciudad blanca, todo obra de los olz. A causa de todo lo anterior el pequeño Naruto quién había tenido que madurar de una manera extremadamente rápida relacionaba la monarquía y su puesto de herencia como dios con la desgracia, las obligaciones, el sufrimiento y la separación de aquello a lo que amaba, nadie, ni siquiera aquellos poderosos presidentes, reyes y monarcas de los distintos países que conformaban el mundo y que le miraron caminar a recibir su corona había pensado que pese a tener de existencia más de diez mil años su psique, su tiempo de conciencia era de once, tan solo once años y de no haber recuperado la memoria seguiría siendo aquel omega temeroso que creyéndose defectuoso y huérfano prefería vivir su vida en penurias, era capaz de enfrentar todo lo que se le avecinó durante y después de la coronación de Hinata porque había recuperado sus recuerdos, y aún pese a sus vanos intentos de volver a actuar inocente y vivaz como antes era imposible esquivar aquella seriedad que por todo lo que había experimentado en carne propia había adquirido, para este punto, lo único que deseaba era solo quedarse en cama, ser protegido por Sasuke, su Sasuke...porque ¿Cuándo se había visto a un rey y a parte a un dios asistir a una escuela relativamente común, ir al centro de juegos, comer helado por la calle?...nunca. 
 
― ¿para qué debemos despertar tan pronto Sasuke? Si ya no iremos a clases... ―el niño abrió los ojos ante la insistencia de su pareja quién le devolvía también una mirada triste, pero Naruto vio en ella un brillo que conocía muy bien del Sasuke de veintiún años cuando tenía algún plan, aún con la curiosidad no pudo evitar reparar en el cuarto en el que se encontraban, no, ya no estaban en el apartamento de Sasuke, pues al igual que con la escuela, el centro de juegos y el helado callejero ¿Cuándo se había visto a un rey y a un dios vivir en un apartamento urbano?, si, ahora vivían en el castillo de Konoha, un lugar al que Naruto solo le traía malos recuerdos, pues ahí se había desarrollado la horrenda batalla hacia milenios, una batalla donde cambia formas, dioses y el propio Sasuke habían muerto. 
 
―por eso debes levantarte ―Naruto lo miró extrañado ―vamos a clases ― la sonrisa se hizo presente en el bello rostro de Sasuke, tan varonil y atractivo, de Naruto no haberlo conocido antes de una edad mayor pensaría que su alfa no podía ser más guapo, pero el mismo había visto que sí, el adolecente Sasuke con el pasar de los años daría paso a un imponente hombre de porte elegante...todo un rey. Después, Naruto cayó en cuenta de lo que había dicho su alfa y como un resorte saltó de la cama tirando incluso las sabanas del suelo para salir corriendo al baño, pero antes de cruzar la puerta de este se detuvo.
 
― ¿a clases...? ¿Pero cómo Sasuke? ―Naruto volvió sobre sus pasos y saltó cayendo sobre Sasuke para acorralarlo en la cama con su pequeño cuerpo envuelto en la pijama blanca de seda, le miraba con ojos intensos llenos de curiosidad e infantil dulzura, Sasuke le tomó por la cintura y lo atrajo más hacia el pegando sus torsos para empezar a impregnarlo besando su delgado cuello mientras respondía a la pregunta. Iba a tardar un poco, lo suficiente como para dejar su olor bien presente en su omega, desde la remoción del sello mantener sus instintos a raya era cada vez más complicado.
 
― existe algo llamado conducto regular ¿sabes qué es? ― preguntó Sasuke dejando así que Naruto empezara a aclarar la duda por dos motivos, el primero, mientras le impregnaba adoraba escuchar su dulce voz, el segundo, no podía disfrutar de la dulzura de la piel de su omega mientras hablaba.
 
― conducto regular... ―Naruto se lo pensó un poco buscando ser breve al responder, mientras disfrutaba los besos y las caricias que nublaban su cordura, su lado omega estaba feliz de recibir tantos mimos ―una cadena jerárquica...la importancia de la tarea de la cual se debe encargar un trabajador es directamente proporcional a su puesto de poder... ―respondió Naruto de forma sistemática acurrucándose más en Sasuke, diciendo palabra a palabra lo que decía en el manual de convivencia de la primera escuela del país del fuego en aquella parte en la cual trataban a cerca de las quejas y reclamos.
 
―de los asuntos del estado se encargan... ―Sasuke dejó la frase en el aire y saliendo del cuello del niño le miró esperando a que este continuara.
 
―en una monarquía el rey, en una democracia el presidente...en el país del viento el dictador...
 
―y de los asuntos de la unión de países mundiales se encarga... ―dijo Sasuke ante la respuesta de Naruto, ensanchando poco a poco la sonrisa en sus labios, al ver el rostro extrañado de Naruto quién aún no entendía a que quería llegar su alfa con todo eso.
 
―los encargados somos nosotros, los representantes de la unión... ―Naruto infló ligeramente sus mejillas en un puchero después de responder, desconocía aún a que quería llegar Sasuke con todo eso.
 
― ¿un asunto de tal magnitud cual sería...? ―de nuevo Sasuke miró de forma sugerente a Naruto y el niño rubio enfurruñado considero fuertemente la idea de golpear a su alfa con una almohada, transformarse en zorro y no salir de debajo la cama hasta el mes siguiente, pero entonces entendió entendiendo por fin las intenciones de Sasuke aquello que él quería hacerle entender. 
 
―las reuniones cada cuatro años y... ―Naruto se lo pensó...no tenían más responsabilidades, algo de nivel internacional solo podía ser un suceso muy grave pero que viendo la estabilización actual no se podría presentar, el niño se abrazó a Sasuke tumbando a este en la cama y empezó a frotar su mejilla contra la de su alfa.
 
― ¿ahora si quieres ir a clases? ―preguntó Sasuke abrazándolo y dándole más mimos, si, ambos no tenían ninguna responsabilidad, podrían vivir normalmente, solo deberían ser representantes para aquellos estúpidos que en sus delirios de grandeza deseaban acercarse a ellos por considerarles algo que no eran o ya no eran, Naruto ya no era un dios, era solo un cambia forma común y corriente y él puede que fuera el alfa más fuerte pero al fin y al cabo solo era un alma reencarnada sin origen divino que solo tuvo la suerte de nacer con poder y en cuna real. Pese a todo esto, podrían vivir una vida normal.
 
―si Sasuke ―respondió Naruto con una hermosa sonrisa de oreja a oreja, sus cabellos brillaron como el sol, este mismo sol empezó a iluminar la penumbra del cuarto, ya había amanecido y había dejado de llover ― vamos a clases Sasuke.
 


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