Al día siguiente, abrí mis ojos y vi a Marco a mi lado, dormía tranquilamente y con mi mano comencé a jugar con su rostro, parecía no molestarle así que revolví un poco su cabello, al ver que se movió un poco reí un poco y bese su pecho.-
Sabo.- dijo Marco.- ¿Qué hora es?
No sé, acabo de despertar.- dije mientras me acurrucaba a él.- ¿Temprano?
¿Y te quejas de que Luffy molesta temprano?- dijo Marco, me abrazo y beso mi cabeza.- ¿Quieres vestirte? O ¿Prefieres repetir lo de ayer?
Mejor vuelve a dormir.- dije molesto.- Me levantare y veré como esta Luffy.
Espera.- dijo Marco, me abrazo impidiendo que me levantara de la cama.- No vayas, Luffy debe estar en la misma situación que tú.
¿Cómo?- pregunte.- Espera... O así.
Si, déjalos, durmamos mas.- dijo Marco.- Ya que tenemos trabajaos a los cuales regresar.
Cierto, espero poder trabajar como antes.- dije preocupado.
Eres bueno en tu trabajo, no creo imposible que recuperes el ritmo.- dijo Marco, beso mi cabeza.
Cubriéndonos con la sabana volvimos a dormir, o eso trate de hacer, Marco no tardo en dormirse pero yo no pude hacerlo, aun pensaba en lo ocurrido con ese hombre, mire el reloj y aún era temprano, me senté tratando de no despertar a Marco y pude ver su herida, ese golpe en la cabeza a un me preocupaba.-
Cuando Law despierte le pediré que te revise amor.- susurré para no despertarlo.
Las horas pasaron y aun siendo temprano se empezó a escuchar ruidos, desperté a Marco con un beso en la mejilla y ambos no metimos a la ducha, ya estando con el me di cuenta de mi error, pero una parte de mi deseaba algo así.
Al bajar me dirigí a la cocina y ahí estaba Luffy preparando unos almuerzos, se veía mucho desorden en la cocina pero la sonrisa de mi hermano menor me decía que disfruto el hacer esos almuerzos.-
Sabo, buenos días.- dijo mi hermano al percatarse de mi presencia.- Mira hice tu almuerzo, el de Marco y Torao.
Gracias, ¿Qué le pasó a la cocina?- pregunté, parecía que una bomba de comida explotara ahí.
Bueno... No me salió a la primera.- dijo Luffy apenado.- ¿Estás enojado? Limpiare todo, hoy no voy a la escuela.
No.- me acerque a él, al abrazarlo bese su cabeza.- Gracias, ahora yo preparare el desayuno.
Si, iré por todos.- dijo Luffy, se quitó el mandil y salió corriendo.
Marco al llegar a la cocina miró todo el desorden y su mirada se dirigió a mí.-
¿Hubo guerra?- pregunto.- ¿Quién gano?
Creo que Luffy, mira.- le mostré lo que hizo mi hermano menor.- Hizo almuerzos para ti, para mí y Law.
Es un buen niño.- dijo Marco.- ¿Crees que nos hagan daño?
No... No creo, solo se ve desordenado, prueba.- tome un poco de la comida y se la di en la boca.- ¿Como está?
Un poco salado pero no deja de saber bien.- dijo Marco.- Pareces una novia dándome de comer así.
¿Así? Bueno, aquí hay otro amor... ¿eh?- dije, al darme cuenta de lo que dije me sonroje y me aleje de Marco, me puse el mandil y prepare todo para hacer el desayuno.
Al no oír nada de Marco, voltee y pude notar que su cara se puso algo roja y su mirada mostraba sorpresa, lo primero que pensé en ese momento me hizo un nudo en el estómago.-
¿Qué pasa?- pregunté preocupado.
Perdona.- dijo, se llevó la mano a la boca y desvió la mirada.- Es que... No pensé que me responderías así... Te veías muy lindo.
¿Qué? No... No lo volveré a hacer.- dije y regresé a lo que hacía, cuando de repente sentí que alguien me abrazaba.- Marco ¿Qué haces?
Por favor, se lindo conmigo.- dijo Marco.- Y yo prometo ser lindo contigo en la cama.
No.- dije, me gire y coloque mis brazos alrededor de su cuello.- Seré lindo contigo durante el día pero quiero que tú seas... Como siempre en la noche, no podemos ser dulces todo el tiempo.
¡Wow! Que fuerte declaración.- oí detrás de Marco.
Ambos miramos y estaba Thatch con todos los demás, vi a Luffy y Trafalgar sonriendo, solté a Marco y me aleje de él, oculte mi rostro con mis manos, oía como Marco pelea con sus hermanos por arruinar el momento y al verlos discutir por algo así empecé reír.-
Sabo ¿Estas bien?- pregunto Law.
Si, ahora si estoy bien.- dije feliz.- Vamos, ayúdenme a hacer el desayuno.
Todos se acercaron y ayudaron con los preparativos, y como era de esperar preguntaron por la escena tan extraña que se veía en la cocina, sentía que por primera vez podía ser feliz.