Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Me gusta jugar. por McCutcheon

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hoy nos toca un poco de la parte de Naruto.

Sera una historia breve.

 

Si les gusta por favor haganmelo saber. 

 

 

 


 Estaba nublado, el cielo amenazaba con llover, incluso como si pudiera ser aún más intimidante había relámpagos que surcaban el cielo.  


Naruto caminaba por los pasillos del colegio rumbo al gimnasio.¿Cuándo volvería? Ahí en esa duela a través de duros entrenamientos había conocido a magnificas personas que lo habían ayudado a hacer más amena su estadía en América.  


Empujo la puerta y miro la cancha de baloncesto, las gradas, los reflectores e inevitablemente una ola de recuerdos comenzó a llenar de imágenes su mente. Apretó los puño y soltó un suspiro,  los extrañaría, estaba seguro que los extrañaría. 


Unos pasos llamaron su atención, no necesitaba voltear para saber quién era, sólo una persona podía seguir allí y no haber entrenamiento.  


"Siempre has sido muy sentimental, Naruto." Rio la persona posicionándose a su lado. El rubio lo abrazo, no quería irse, quería seguir cuidando de los lazos que tenía con esas personas. Rompió el abrazo y miro a los ojos a Kakashi y le agradeció. El blondo pensó que no pudo haber tenido mejor entrenador que él.  


Naruto tenía un futuro prometedor en el baloncesto y, a pesar de ir a vivir a un país en el que ese deporte no tenía tanto apogeo seguro encontraría una oportunidad de regresar a las grandes ligas.  


"No abandones tus sueños, Naruto. Y nunca olvides que la fuerza no está en cada individuo, está en el trabajo en equipo." El aludido sólo pudo esbozar una sonrisa melancólica, esas palabras siempre lo acompañarían. 


La puerta del gimnasio se abrió para dar paso a sus compañeros de equipo, le habían organizado una pequeña reunión, a eso no se le podía decir despedida porque se volverían a ver, sin duda.  


Naruto entendía perfectamente que se debían de ir a Japón gracias al trabajo de su padre, sí, lo entendía y no debía de reprochar porque aún no cumplía los 18 años de edad y por lo tanto sus padres no le permitirían vivir solo mientras ellos se encuentran en otro continente. Además, su padre había cuidado de él y su madre, siempre los había procurado y apoyado en todas sus expectativas, no le parecía justo que ahora que su padre les pedía que lo entendieran no lo apoyaran en este proceso que también era un cambio radical para él.  


Al finaliza el día Naruto se encontraba en el aeropuerto, sus amigos estaban ahí, se había ganado el cariño de todos, hasta de los chicos brabucones del colegio.  


¿Qué le esperaría  a Naruto en Japón? 


II 

 

 


¿Y si el equipo de baloncesto no tenía un bue nivel de juego? Eso implicaría tener que trabajar arduamente con todos los integrantes del equipo durante mucho tiempo. Naruto se llevó las manos a la cabeza, no debía de entrar en pánico. 


Entro a la escuela, era rubio y de ojos azules, piel acanelada y con una estatura bastante mayor a la de un japonés, era obvio, llamaba la atención de la mayoría de los jóvenes del colegio, hasta el alumno más introvertido volteaba a ver a Naruto cuando veían esos cabello rubios.  


Por otro lado el blondo pensó en que no debía de ser pesimista, es decir, si esa era la estatura promedio entonces sus compañeros de equipo debían de ser un milagro. Se rio para sus adentros, a veces podría llegar a ser muy malo. Pero ya le consumían las ansias por llegar a la duela y conocer a su nuevo equipo.  


En el salón un par de chicas comenzaron a charlar con él, se notaban nerviosas, se agarraban con frecuencia el cabello y reían evitando la mirada del blondo. A Naruto le gustaba ser el centro de atención, se reía con ellas y les respondía sus preguntas sobre cómo era América, claro, desde su perspectiva. 


La  chicharra dio por terminadas las clases y Naruto se despidió rápidamente de las chicas para, posteriormente, ir corriendo por su maleta a los casilleros.  Hoy podía ser un buen día o uno no tan bueno como él quisiera.  


Se apoyo con su mano en la puerta del gimnasio, miro a través del cristal y pudo ver que aún no había llegado nadie. Respiro profundo y entro, dejo con prisa su maleta en la grada más cercana y saco su balón. Se coloco en la línea de tres y lo lanzo... Adentro.  


Naruto sonrió, no había otra cosa que le gustara tanto como jugar baloncesto, simplemente no podía existir otra cosa que lo hiciera sentir completo.  


Corrió por el balón, se colocó en uno de los extremos de la cancha y prosiguió a hacer una entrada, su zancada era grande, tres pasos y un giro en el aire y la metió con fuerza en el aro.  


Un sonido llamo la atención del rubio, pensó que estaba solo. Comenzó a buscar el lugar de donde provenía y ahí la vio, en las gradas de arriba. ¿Qué hacia una chica en el gimnasio?  

 

 


III 

 

 


 No era una chica, no lo era, pero es que estaba oscuro y ¿Cómo lo iba a saber él? ¿Cómo es posible que fuera un hombre y tuviera esa cara? El blondo se atormentaba mientras veía como bajaba lentamente de las gradas aquel pelinegro y se metía en uno de los pasillos del gimnasio.  


"Oye, ¿puedes traer el carrito de los balones, por favor" Solicito el rubio. El pelinegro paro en seco. 


"¿Qué dijiste?" El blondo repitio la petición. Sasuke lo miro, una mirada que decía que no había elegido las mejores palabras para dirigirse a El Uchiha.  


"Vete al diablo, usuratonkachi." Y se perdió su silueta entre los pasillos.  


El rubio intentó replicar e ir detrás de él pero cinco chicos acababan de entrar al gimnasio, Naruto los volteo a ver y sus ojos reflejaban su impresión.  


"No son enanos, tebayo" Y el rubio saltó de la alegría. 


El entrenador Yamato se presentó, le solicito al Uzumaki que fuera a su oficina al finalizar el entrenamiento. El blondo esperó a que sus compañeros se fueran a cambiar, después Yamato les presento a Naruto, éste miro a cada uno, altos, un poco delgados, pero estaban altos. Eso ya era una ventaja.  


 


¿Qué? 


 


¿Qué hacia ese pelinegro formado en...?  


 


"¡Tú!" Exclamo el Uzumaki. Sasuke sólo lo miro con sus ojos indiferentes.  


El entrenador no permitió que el Uzumaki hiciera un escándalo, ya había charlado con Kakashi para que le informara de la personalidad y el nivel de juego del rubio y, evidentemente, no pasó desapercibido el comentario a la personalidad tan impulsiva que poseía Naruto.  


Uno contra uno, el entrenador había dividido al equipo en dos, por lo que al final los dos invictos de ambas parte se enfrentarían.  


Naruto no lo podía creer, sí, parecía varonil, pero sus facciones de ese sujeto seguían siendo muy delicadas, ¿y si le rompía la nariz o le daba un golpe? No quería lastimarlo, aunque sabía perfectamente que no estaba tratando con una chica.  


Y no lo vio venir, mientras el blondo miraba a ese pelinegro y se debatía mentalmente sobre con que tanta fuerza jugar con él éste ya le había anotado el primer punto.  


"¿Quueeeeeeeé? ¿Qué fue eso?" Exclamo sorprendido el blondo.  


"Se llama encestar." Dijo Sasuke sonriendo de medio lado.  


Naruto entre cerro los ojos, ¿en que momento le permitio meterle un punto?, fue rápido. Dejo de pensar y mejor se dedicó a observar al azabache que tenía enfrente, esa mirada serena con la que lo veia. 


Naruto vio como el pelinegro intento hacer una colada, dio un giro para cambiar de dirección, cubría bien el balón, lo defendía con su cuerpo. Naruto no quiso que se golpeara tan fuerte contra él y se hizo de soslayo cuando el pelinegro intento tirar y... encesto.  


Pero..., algo que extrañó al Uzumaki fue que para la próxima vez que el Uchiha lo intentó éste se fue a estrellar directamente contra él, si, contra Naruto. Lo hizo caer, ese pelinegro lo hizo caer de nalgas en la duela.  


"Pensé que tendrías un mejor nivel de juego, dobe. No eres rival para mí."  


No tenía que haber dicho más para que Naruto se levantara con una mirada furibunda. Él no era ningún perdedor y se lo demostraría, aunque haga puré esa bonita cara de niña que se cargaba ese mal nacido. 


 


IV 

 

 


Defendía el balón con su cuerpo de tal manera que sus nalgas se frotaban contra su entre pierna, de un lado para otro, había despertado una sensación en su cuerpo que no había experimentado NUNCA al jugar baloncesto. Y es que cuando jugas baloncesto no esperas que puedas sufrir una posible erección.  


Uno, dos, tres... intento realizar una colada con un defensa encima, Uchiha Sasuke intento tirar con Uzumaki Naruto encima. Su pecho choco con el del blondo cuando saltaron, uno en busca encestar y el otro en busca de taponear (evitar que enceste).  


No encesto. Ambos se disputaron el balón cuando éste rebotó y se encontraba en el aire.  


Sasuke lo agarro,  flexiono las rodillas y cubrió con sus brazos el balón. Naruto se acercó para defenderlo pero el pelinegro parecía empeñado en levantar de esa manera las nalgas. ¿Qué le pasaba? Pero sin duda era efectivo, no había podido quitarle el balón.  


El Uchiha comenzó a botar, era hábil, se movía con destreza por la cancha. Al parecer no debió subestimar a ese niño con cara bonita.  


Corrió a un extremo de la cancha botando, al parecer haría un tiro de tres, se colocó en la línea, flexiono sus piernas y...  


El balón no toco el aro ni la red.  


Su cuerpo había sentido un fuerte impacto y el balón se había salido de la cancha. El rubio había impactado su cuerpo contra el del pelinegro. Choco de tal manera que su cuerpo había quedado totalmente pegado al de su contrincante, incluso creyó haber sentido algo que...  


Bañados en sudor, se miraban a los ojos intentando descifrar los movimientos del otro, el sonido del balón hacía eco y sus respiraciones agitadas resonaban en el oído del otro cada que se acercaban para intentar meterle un punto a su oponente. 


Para meterla. 


Para meterla duro y con fuerza hasta el fondo.

 

Notas finales:

:)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).