Se supone que ya había pasado un tiempo prudente para que el beso fuera creíble pero los jóvenes aun mantenían sus bocas conectadas, Tom lamio el labio inferior del rubio como queriendo pedir permiso para entrar, así que Bill reacciono en un instante y se separo de inmediato apartando cuidadosamente las manos de Tom, él otro tenía los ojos cerrados y los abrió al ya no sentir al otro chico cerca.
- ¡Qué intenso!- expreso Anthony perplejo.
- Vamos Bill di algo, pareces un tomate- exclamo Hannah con sonrisa pícara.
- ¡Hey niños! Ya vayan a prepararse para dormir, mañana tienen escuela. Despídanse- les mando su madre,
- Si- dijeron al unísono los gemelos, abrazaron a Bill y a Tom marchándose emocionados.
- Bueno, creo que ya debemos irnos, mañana partimos hacia otro lugar y tenemos que descansar- indico Tom ansioso.
- Muy bien, es cierto, se ha hecho tarde. Bill, puedo hablar contigo un momento en el estudio antes de que te vayas- le pidió su padre y el mencionado asintió.
- Ok. Ahora vengo- menciono el fotógrafo viendo a Tom y luego camino tras Gordon.
Bill aun se sentía nervioso, estaba en shock, no terminaba de procesar la situación anterior. Trato de calmarse pero la mirada seria de su padre se veía amenazadora, suspiro largamente haciendo un último intento por serenarse. Él y su padre entraron al estudio, el señor cerró la puerta y luego se paro frente al rubio.
- Hijo, de verdad espero que ya nos hayas perdonado- conto Gordon relajando su semblante.
- No tengo nada que perdonarles papá, lo que importa es que ya estamos bien- dijo Bill viéndole serio.
- Exacto, y veo que ese joven te hace feliz. Sabes que nosotros fuimos criados a la antigua, pero estamos en tiempos diferentes y no impediré que estés con él. Me fue difícil aceptar tu condición al principio, pero no quería perder a mi hijo, sabes que siempre has sido mi orgullo- menciono su padre con mirada esperanzada- Solo pido que te cuides Bill. El amor puede ser engañoso y no quiero que salgas lastimado- le aconsejo.
- Lo sé- bufo Bill alzando la vista un poco hacia el techo.
- Vale, entonces confió en ti hijo. Si no planeas regresar a casa lo entiendo, al menos espero que puedas venir a vernos pronto, quizá cuando termines tu proyecto- dijo sonriente Gordon.
- Seguro, lo intentare- afirmo Bill viéndolo feliz, su padre abrió sus brazos y el joven no dudo en estrecharlo.
Después ambos salieron y vieron a Tom platicando amenamente con la señora de la casa en la puerta de entrada, Bill carraspeo para hacer notar su presencia.
- Ah, Bill. Nuestro taxi ya llego- expreso Tom al verlo.
- Nos vemos. Los amo- pronuncio Bill dándole un abrazo a sus padres y salió de la casa, Tom se despidió de ambos adultos y lo siguió.
- Hasta luego. Buen viaje mañana- les deseo el padre del rubio.
- Cuídense- casi grito la dama.
En cuanto estuvieron en el hotel ambos chicos se reunieron en la habitación del rubio para trabajar, comenzaron afinando detalles de los que les faltaba del proyecto, verificaron las fotos y escribieron la reseña para el reporte de la ciudad. Su avión salía a las ocho de la mañana así que debían levantarse muy temprano, en cuanto terminaron su labor, decidieron que ya tenían que dormir. Justo cuando Tom pretendía irse a su alcoba Bill lo detuvo.
- Tom, lo siento- susurro el fotógrafo pensativo.
- ¿De qué?- cuestiono Tom relajado volteando a ver a su compañero de trabajo.
- El beso, no había pensado en eso- confeso Bill agachando un poco la cabeza.
- No te preocupes. Fue una situación extraña, pero estuvo bien- respondió el joven abogado y Bill lo miro confundido, no se esperaba el último comentario.
- Ok, entiendo si ahora quieres ir a lavarte la boca lo antes posible- apunto el mayor de los chicos incomodo.
- Descuida- fue todo lo que dijo Tom sonriendo ampliamente, la verdad es que no le había molestado el beso, de hecho le gusto.
- Vale. ¿Qué tanto te decía mi mamá?- inquirió el rubio, el pelinegro se sonrojo ante la pregunta.
- Naa…nada- dijo nervioso Tom y Bill lo miro enarcando una ceja- Ay, ya. Me dijo que esperaba que nos estuviéramos cuidando por si… ya sabes, y me dio algunos consejos para poner las cosas más “interesantes” en la cama- declaro sumamente nervioso.
- Haha- rio Bill- Ok- murmuro apenas.
- Buenas noches. Descansa- dijo el otro caminando hacia la puerta.
- Igualmente. Duerme bien- le contesto el rubio viéndolo curioso.
Bill claramente se había dado cuenta de que Tom se comportaba diferente desde hace varios días y no entendía porque, pero le extraño aun mas su forma de tratarlo cuando estaba con su familia, como si no le costara demostrarle cariño, y juraba que no había sido el culpable de que el beso que se dieron en casa de sus padres durara tanto.
Mientras tanto en su habitación Tom reposaba en su cama con las luces apagadas y los ojos abiertos, no podía dormir. Percibía un extraño hormigueo en el estomago y por más que daba vueltas en la cama no conseguía conciliar el sueño, no comprendía muy bien pero comenzó a sentirse extraño después de que beso a su compañero fotógrafo, y una enorme sonrisa se negó a abandonar su rostro.
A la mañana siguiente ambos jóvenes abordaron su avión rumbo a otro destino, ninguno de los dos se animo a hablar en el trayecto, sentían que un solo comentario detonaría algo grave. El que se sentía más mal era Bill, no le gustaba involucrar lo personal con el trabajo y ahora no sabía cómo pagarle ese favor a Tom, además de que le costaba admitir que el beso aunque no fue planeado, le había agradado.
Cuando llegaron Bill miro su reloj, se sorprendió al notar que el viaje solo había durado dos horas así que bien podrían ir adelantando algo de trabajo. Sin siquiera consultarle a Tom, con todo y equipaje recorrieron las cercanías del aeropuerto, el joven de cabello azabache maniobraba para no caer con tantas cosas que llevaba cargadas. Cuando el hambre se hizo presente en ellos, fue la señal para detener la improvisada sesión fotográfica e ir a buscar un lugar donde alojarse.
Bill estaba indignado, su estomago rugía por falta de alimento y ya no quería seguir arrastrando sus maletas a otro lugar, estaban en un dilema y aun no sabían qué hacer.
- Una sola habitación para los dos. No lo sé- meditaba el rubio.
- Al menos son camas separadas. Ambos somos hombres, es lo único disponible, por mi no hay problema en compartir- trato de convencerlo Tom.
- Pues eso sí, no queda de otra. No suena mal viéndolo de ese modo. Necesito comer algo pronto y quiero descansar- bufo Bill dirigiéndose nuevamente a la recepción del hotel donde se encontraban para registrarse.
Un rato después ya se encontraban en su habitación, le dieron un vistazo general mientras les dejaban sus maletas, Tom aprovecho para entrar al baño y luego de un momento los dos al fin se encaminaron al restaurante del hotel para comer algo.
- Bill yo estaba pensando… que ya falta poco para que terminemos este proyecto, y bueno, tú has sido una buena compañía así que tal vez le proponga a mi padre que nos ponga a trabajar en más proyectos juntos, creo que hacemos una excelente mancuerna tu y yo- indico Tom mirándolo curioso.
- Eso es cierto, pero no sé. Yo soy fotógrafo creativo, no creo que haya mucho trabajo para mí en un periódico- caviló el rubio dudoso.
- Vale, no sería algo exhaustivo. Sabes redactar, y no lo haces mal; puedo decirle a él que te deje de columnista o también podrías hacer reportajes- menciono Tom emocionado.
- Suena interesante, eso sería esplendido- reconsidero Bill dejando de comer un momento y luego miro astuto al otro- Ok, ¿y ahora porque estas tan interesado en que me quede a trabajar en el diario de tu padre? Recuerdo que el primer día que llegue tu mirada era de molestia y casi me querías correr a patadas. Según tú, mi apariencia no iba con la imagen para trabajar ahí- debatió con tono serio.
- Si, lo recuerdo- susurro el pelinegro- Pero bueno, ya te ofrecí una disculpa. Ahora ya te conozco y sería un honor que te quedaras- expreso sincero agachando un poco la cabeza.
- Gracias, es una gran propuesta pero soy un artista Tom, mi trabajo es conocido. Si alguien me ofrece una buena oferta tengo que aceptarla, es trabajo y para mí es un orgullo que cada vez se reconozcan más mis habilidades- explico Bill sin dejar de verlo y luego sonrió- Aunque si llego a necesitar un abogado, ya sé a quién llamar- comento relajado guiñándole un ojo y Tom también sonrió.
Terminaron de comer y Bill le comento a Tom sobre continuar tomando las fotografías de ese lugar ese mismo día para que se marcharan al día siguiente, al pelinegro le pareció una buena idea así que fueron por la cámara de Bill y algunas cosas más y salieron a recorrer la ciudad buscando lugares interesantes para retratar.
Bill como siempre estaba concentrado en sus tomas mientras Tom cuidaba las pertenecías del rubio y le daba algún consejo, en un momento el chico pelinegro se regaño mentalmente cuando se percato que no despegaba la vista del joven fotógrafo en lo que iba de la sesión, pero por más que lo intentaba no podía dejar de mirarlo, el rubio se dio cuenta y conectaron sus miradas en varias ocasiones pero no le comentaba nada, solo se limitaba a proseguir su labor.
En ese instante sonó el teléfono móvil de Tom, que al notarlo sacudió levemente la cabeza y respondió desviando su vista de Bill.
- Tom, cariño ¿cómo estás?- escucho al otro lado de la línea, era Cindy.
- Bien, de hecho ahora estoy ocupado- le indico Tom.
- No te quito mucho tiempo. Solo quiero contarte algo- expreso su novia contenta.
- Dime- dijo Tom indiferente.
- Estuve hablando con tus padres y… bueno, ellos están de acuerdo conmigo en que en cuanto regreses afinemos ya los detalles de la boda, dicen que en menos de tres meses les gustaría ya vernos casados- relato la joven alegre- ¿Qué te parece? Es una gran idea, ¿no lo crees?- decía animada.
- No lo sé. Yo, de hecho quiero hablar contigo seriamente cuando vuelva- murmuro Tom suspirando largamente y vio de reojo a Bill.
- ¿Qué pasa? No me digas que no quieres que nos casemos aun, ya pospusimos mucho esto y ya no te falta prácticamente nada para titularte de abogado- casi grito la chica ofendida.
- Cindy, tranquilízate. Cuando llegue hablamos, debo colgar. Nos vemos- dijo con voz pesada el pelinegro agachando la vista y colgó el teléfono antes de oír algo más.
Se quedo observando un instante su celular y luego resopló, miro nuevamente a Bill de reojo y en eso recordó que él le había aconsejado que se buscara un método para evitar ese matrimonio. Ahora más que nunca se sentía seguro de que no planeaba casarse con alguien a quien no amaba, no quería unir su vida a alguien solo por conveniencia. Tenía que idear algo, y tal vez su compañero fotógrafo podría ayudarlo al respecto, después de todo le debía un gran favor. Enseguida un pensamiento llego a la mente del chico de cabellos azabaches y sonrió victorioso, definitivamente Bill le seria de ayuda, ahora solo debía planear bien su estrategia antes de contársela a su compañero de viaje.
Bill noto a Tom muy pensativo después de recibir aquella llamada, decidió no preguntarle nada aunque si se sentía un poco molesto por la interrupción, no entendía porque motivo pero comenzaba a odiar a la novia de su acompañante, y no solo era por lo que le había contado de ella, sino que no entendía que era ese algo que comenzaba a sentir por él.