Cierto rubio caminaba por los pasillos de un hotel cinco estrellas, estaba buscando su objetivo y, al parecer iba a ser un problema, el hombre no estaba por ningún lado.
-Maldición- decía cada vez que fallaba en su búsqueda. Ya había buscado en todo el hotel y ni pista del sujeto.
Se trataba de un hombre de buen estatus. Frente a las cámaras era un ejemplo a seguir; buen esposo, buen padre y bla bla bla, pero en realidad era todo lo contrario y llegaba al límite de casi matar a su esposa a golpes e intentó violar a sus propias hijas. La esposa, cansada y con ganas de tomar venganza, decidió finalmente contratar a "T" para acabar con su esposo.
Akihito no le importaba el porqué lo contrataban, él solo hacia su trabajo, recibía su dinero y adiós.
-Ahí estás- lo vio a lo lejos charlando cómodamente con una de las mujeres que atendían allí, no sólo hablando, también se tocaban disimuladamente.
Akihito se apresuró a ir a una parte oscura de ahí y poder disparar sin que vieran su localización. Y como siempre..
-Misión cumplida- Los gritos de la chica que acompañaban a su ex objetivo se escuchaban por todo el lugar, y los murmullos de la gente no se hacían esperar. -Ahora a salir de aquí- guardó su arma y dispuso a levantarse y salir antes de que los guardias comenzaran a llegar.
Ya afuera del gran hotel, tomó su celular y llamó al único número que tenía registrado.
-Kou, ya terminé con el trabajo- dijo mientras caminaba para tomar rumbo a el lugar de su trabajo -¿Ya tienes el dinero?.. Ok, voy para allá-
Cuando terminó, guardó su móvil en su abrigo. Japón estaba en época de invierno y hacía demasiado frío, sumando que era de noche y la temperatura disminuía más.
-Quiero un café..- su voz chocó contra su bufanda.
[...]
-Kou- entró a la oficina de su amigo, encontrándose con la cliente, Akihito solo hizo una sela con su cabeza en forma de saludo. -El trabajo ya está hecho- la mujer con una sonrisa en su rostro, le entregó el sobre que contenía el dinero. Akihito lo abrió para comprobar, y luego salió de la oficina. -Volveré mañana- dijo antes de desaparecer por la puerta.
[...]
-Tengo curiosidad- Akihito se encontraba acostado en su casa, con solo una camiseta blanca y sus boxers. -Pero.. solo trabajo una vez por cliente... rayos, ¡¿qué me pasa?!- Miró de nuevo la tarjeta dónde estaba el número de Asami. -Asami Ryuichi... famoso empresario millonario...- Una risa burlona salió de su boca -Hasta yo lo creí...- Akihito se sentó en la cama y tomó su pistola.
-Creo que haré una excepción esta vez- Bajó su mirada y volvió su atención a la tarjeta -Perderé mi reputación por tu culpa... será mejor que me de buen dinero- tomó la tarjeta y su celular, marcó el número y esperó a que atendieran.
-Habla Asami- Se escuchó decir al otro lado de la línea.
-No pensé que contestarías tu, ya estaba planeando que decir si alguien más contestaba-
-Pues entonces agradece que te evite el esfuerzo-
-Acepto el trabajo, solo dame los detalles y lo tendrás hecho-
Una risa salió de los labios de Asami -¿No que sólo era una vez por cliente?-
-Por esa razón debes darme buen dinero, fuiste la excepción, Siéntete agradecido-
-Ven a mi oficina mañana, la dirección está en la tarjeta- Y cortó la llamada.
-¡Maldito! ¿¡Cómo puede colgarme!?- Dejó el teléfono en la mesa y tomó de nuevo la tarjeta viendo la dirección.
Había olvidado algo... Asami no era fácil, era un mafioso, un mafioso el cual no le daría ni una pizca de remordimiento vaciarle una pistola a la cabeza y volarsela. Ahora se maldecía internamente por ser tan impulsivo.
Akihito era conocido por sus amigos de ser un chico que actuaba sin pensar, que no podía estar quieto por un segundo y que era curioso por hacer lo que su intuición le decía, pero siempre hay un "pero", y este era que algunas veces, aunque fueran casi remotas, Takaba Akihito, conocido como "T", tenía aquel sentimiento que las personas experimentan alguna vez en su vida, si, tenía algo de miedo.
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