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Maravillosas Heridas [Omegaverse] Un Cuento de Maravillas #4 por soreto

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Byung Jian tenía casi nada de información de los detalles de donde estaba su primo Mae, o si se encontraba bien; ¿Sería feliz con su Alfa?, eran cosas que se preguntaba constantemente, al ser hijo único, Mae era como su hermano, creciendo casi desde sus primeros años juntos.

 

Así fue hasta que recibió una carta firmada a nombre de su primo, que se llamaba igual que su hijo, aunque le sorprendió que conservara el nombre de la familia de Jian, y no el de su Alfa; el sobre estaba firmado como Byung Mae.

 

Esa carta relataba todos lo sucedido en esos años que Jian ha buscado el rastro de Mae.

 

Una historia que comienza con un Omega apenas alcanzando sus diecisiete años, alejado de lo que conocía como familia, aunque eso se redujera al cariño fraternal de Jian.

 

Con un ligero empujón en la espalda, y un apretón de manos entre su padre y un hombre que le examinaba satisfecho, su vida como el Omega que debía ser comenzó.

 

Mae no era ingenuo, muchas veces antes lo vio, así que no esperaba ternura, o una relación romántica a paso lento, dándole tiempo de poder disfrutar los últimos años de la niñez que le quedaban; tampoco es que le trataran con violencia, simplemente le dejaban claro cuál era su papel y que se esperaba de él. Cumpliendo su obligación, y con casi dos años después dio a luz a un niño, como su Alfa quería.

 

La parte cruda de su vida comenzó, cuando el niño resulto ser un Beta, al igual que un segundo hijo años después; siendo la humillación de la importante familia a la que partencia el Alfa que lo marco, si Mae hacia algo inapropiado, como reclamar la dureza con que sus hijos eran tratados, el castigo seria dirigido a él; y no importo, se puso al frente de sus hijos incontables veces.

 

Sin soportar más, y rompiéndole el corazón ver los ojitos de los sus hijos hinchados por llorar con frecuencia, Mae decidió abandonar la enorme casa donde años atrás le dijeron cuál era su destino en la vida.

 

r13; ¿Porque nos vamos? r13; pregunto su hijo más pequeño, de apenas ocho años, impaciente junto a su madre que tenía lacios cabellos negros cayendo a la altura de su barbilla.

 

r13;Porque iremos a un lugar donde podamos jugar cuanto queramos, ¿Esta bien? r13; fijo sus ojos en los de sus hijos, con distintas tonalidades verdes como era común en la familia Byungr13; Ya no tendrás que tener miedo, pero estén calladitos mientras encontramos donde quedarnos, ¿Les parece? r13; voltea a ambos lados para asegurar el agarre de las manos de sus dos hijos.

 

Con dinero que Mae había ocultado todos esos años, rento un cuarto para que pudieran comenzar a buscar rumbo a su nueva vida; el Omega entendía que su situación no era fácil, estaba en otro país, incluso inseguro de la ubicación del mismo.

 

Trabajos de mesero, ayudate de cocina, todo lo que le concedieran para poder traer dinero y alimento a sus hijos, era lo que buscaba desesperado Mae.

 

La fortuna le sonrió unos meses después, cuando una familia Beta de un restaurante en el que termino trabajando, e incluso le permitieron tener a sus hijos durante su turno mientras buscaba alguna escuela pública; los dueños le ofrecieron cobijo en unas habitaciones que les sobraban en su casa; los propietarios del local no tuvieron hijos, y dejaron de intentarlo para disfrutar otras cosas.

 

Con años de retraso, pero mucho esfuerzo de Mae, logro que sus hijos se pusieran al día con la escuela.

 

Probando por primera vez la libertad, Mae se dio el tiempo de recordar y reflexionar sobre su vida; viniéndole a la memoria a la única persona que fue su familia, su primo Jian.

 

Cada acontecimiento en su vida, cada cosa que le hizo feliz, como aquello que le hizo más fuerte lo escribió en una carta; una vez con la ubicación de Jian, envió la carta, agregando como despedida algo que esperaba pasara en poco tiempo:

 

Espero ir pronto a visitarte; me encantaría que conocieras a mis hijos, como me muero por conocer a tu familia. Espero estés listo para recibir visitas, ¡Que ya tengo tu dirección!

 

Siempre tuyo, Mae.

 

Mae observo el cielo del crudo invierno sobre la ciudad, mientras sonreía con todos los dientes al pensar en lo que tenía que preparar en su viaje, y sintiéndose libre después de formalizar su separación con el Alfa que lo marco.

 

—Que frio—Se abrazó a sí mismo, anotando mentalmente comprar lo necesario para hacer chocolate caliente.

 

Talvez debería comprar algunos dulces por si Jian tuviera algún niño...

 

Con todos los juegos que compartieron juntos cuando niños, Mae ansiaba ver a su hermano.

 

Porque él era su hermano.

Notas finales:

El final de la historia, donde todo ciclo llega a su fin.

Me encantaria saber sus pensamientos :)

 

amor yaoi me anda cambiando los guiones, rayos jaja


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