Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sex & Tears Prision (Naruto's Story) por Narukito y MR_IYU

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Listo!!! Nos veremos hasta el siguiente mes <3

La semana había pasado muy lenta para Sasuke.  Lo había mantenido  encerrado en su habitación por lo menos durante dos días, aún  sin comprender   por qué Naruto había matado a Shisui. Como él lo recordaba, era como un niño de 14 años, incapaz de entender como un ser querido desaparecía de la nada. Toda esa intriga lo mataba, y evidentemente necesitaba el tercer diario para conocer las razones de Naruto.

 

Por supuesto, no por eso dejó su malsana obsesión por la famosa droga conocida como “opio”; ya no sólo por alimentar su vicio, sino porque realmente le ayudaba, aunque cada vez que veía la figura que tanto deseaba, la pregunta era la misma: ¿por qué?  Había días en los que duplicaba las veces que fumaba, y eso no era algo que le preocupara, ya que siempre había gozado de buena salud y podía tomar algunos riesgos. Al menos, eso era lo que se repetía.

 

— ¿Podrías dejar de fumar tanto? Los niños están acongojados ante la idea de que no los veas tanto como antes —Naruto solo pedía y aconsejaba, pero Sasuke estaba seguro que si estuviera vivo le tiraría ese opio a la basura, Agradecía que estuviera muerto solo por eso.

 

— Ahhh.. —suspiró profundamente, antes de inhalar una vez más—. Estoy de maravilla. No los dejaré solos jamás, no antes de tiempo. Además, sabes que estoy en excelente forma.

 

— ¿Crees que no conozco MI droga? ¡Por favor! Estas fumando demasiado,  deberías parar.

 

Mientras su discusión era encabezada por el difunto y preocupado Naruto, el timbre sonó e hizo que el rubio desapareciera. Sasuke entonces corrió a la puerta para encontrarse con el tercer diario. Así, sin decir más, se encerró en su habitación y empezó con su lectura semanal.



Diario 3

 

Pasado el cumpleaños de Naruto comenzó a tener más misiones sanguinarias junto con su nueva katana. Él se sentía en extremo feliz por el regalo, y porque Jiraiya le otorgaba más confianza y responsabilidad.

 

Una tarde entró al despacho de este último, quien ahora se encargaba de las finanzas de su clan ya que no se encontraba en condiciones para salir de casa debido a su edad y  salud  delicada.

 

— ¿Qué demonios te pasó? —Jiraiya se quitó sus lentes de lectura, y se sorprendió al mirar a Naruto, que traía heridas de cuchillazos y hasta la marca de un balazo que apenas había alcanzado a rozar un poco su pierna.

 

— Simple. Estuve a punto de morir a manos del menor del clan Inuzuka hace una semana, y lo que hice hoy fue ir a asesinar a todos los subordinados de ese niño para enseñarle quien manda. Era obvio que no saldría bien librado, pero sí victorioso —sonreía con superioridad mientras metía a Safaia en un barril vodka que Jiraiya recién había comprado para bebidas ocasionales, y que ahora gracias a eso, estaba arruinado—. En pocas palabras... me vengué.

 

— … —Jiraiya enmudeció un momento, mirando de Naruto al barril y viceversa, repetidas veces—. Ese era mi maldito barril de vodka.

 

— Y ahora es un barril limpia katanas, ya me lo agradecerás después… En fin, ¿tenemos trabajo para mañana? —se sentó frente a Jiraiya, subiendo los pies en unos papeles de suma importancia.

 

En ese momento la puerta del despacho se abrió y un muchacho apenas mayor que Naruto entró con toda confianza.

 

— Jiraiya, me dijeron que podía… —se detuvo en seco al notar que había  alguien más—.  Oh, lo siento, creí que estabas solo. Puedo regresar luego.

 

— ¿Y este quién es, Jiraiya? —antes de salir, el muchacho pudo escuchar a Naruto, pero una señal del mayor lo invitó a pasar a la habitación.

 

— Por favor, Itachi, sigue. Que no te moleste este mocoso —era raro ver a Jiraiya actuar tan amigable, pues eso lo hacía con un número sumamente limitado de personas—. Ten más respeto Naruto, no se cuántas veces tengo que decírtelo.

 

— ¿Es más importante que yo? —miró desafiante a su padre—. Si es así, hasta me inclino.

 

La respuesta inmediata del yakuza fue un golpe en su cabeza como era costumbre.

 

— No hacía falta el sarcasmo. Él es Itachi Uchiha. Itachi, él es Naruto. Algo así como mi protegido.

 

— Mucho gusto — Itachi había extendido su mano de manera amistosa—. He oído cosas sobre ti.

 

— Yo no. Es más, mate a un familiar tuyo… —le sonrió de una manera prepotente—. Un placer —ignoró la mano de Itachi y simplemente tomó el saco de Jiraiya para limpiar a Safaia—. Tan sucia… me voy. Te dejo con este Uchiha. Me avisas si tienes algo mejor para mí —sin más, el rubio salió de la habitación.

 

— Maldito niño... ese saco era de diseñador —se frotaba el puente de la nariz—. A veces me cuestiono cómo pude malcriarlo así.

 

— No entiendo... ¿no le agrado? —preguntó el Uchiha sumamente consternado por la actitud del chico.

 

— No  lo tomes personal, es así con todos. Solo ignoralo, vamos a lo importante.

 

— La verdad es que desde que te hiciste cargo de Shisui, la tensión entre los allegados de mi familia se hace cada vez más palpable con el pasar de los días… somos amigos, Jiraiya, y yo no niego que lo de Shisui estuvo mal y que sus ideales lo llevaron a la muerte, pero… —Itachi apretaba los labios, intentando dejar de lado su orgullo—, necesito la protección de tu clan.

 

La reunión continuó por un poco más de tiempo. Luego de salir de la oficina de Jiraiya, Itachi en lugar de marcarse, prefirió vagar un poco más por el lugar hasta encontrar a quien quería.

 

— Hey, Naruto. A ti te estaba buscando —se acercó al rubio con la mayor familiaridad.

 

— ¿Disculpa? No te conozco… no tienes por qué hablarme así —dio media vuelta y siguió su camino—. Si no quieres acabar como Shisui, mejor aléjate.

 

— Espera, no tienes porque ser así conmigo —sonreía nervioso—. No quiero molestar, ni nada, solo quería saber... si tú querías salir a algún lugar.

 

Naruto giró su cuerpo para poder mirarlo a los ojos, examinandolo atento de pies a cabeza, y atreviéndose incluso a tocar sus brazos y tantear su abdomen sin miedo alguno.

 

— Uchiha… eres lindo, sí, perono eres mi tipo. Lo siento, espero encuentres a alguien… y ya tengo a dos perras así que...

 

— Oye, no…  —se apartó un poco, claramente nervioso—. No es ese tipo de invitación. Sí me dijeron de tus preferencias, pero tampoco eres mi tipo. Soy hetero. Esta sería una salida para conocernos mejor, nada más.

 

— ¿Por qué querrías conocerme? Mate a un familiar tuyo, no soy una persona que sea conocida por sus buenas acciones ni mucho menos… —para Naruto era extraño que alguien quisiera acercarse a él o incluso salir a tomar algo. Los subordinados con los que trabajaba ni siquiera se animaban a charlar con él.

 

— No vine a discutir  negocios, ni trabajo. Ya te dicho mi propuesta, pero si de verdad no quieres ir a beber algo... está bien.

 

— La realidad es que… sí necesito un poco de bebida. ¿Puedes esperar un poco mientras curan mis heridas, y vamos a beber? Incluso tengo ganas de putear un rato —tomó su celular e hizo una llamada—. Sai… sí cariño, lo que tú digas. No, no llegaré, busca a alguien con quien coger esta noche… Sí, saldré con alguien —finalmente colgó—. Lo siento, Uchiha. Se supone que saldría con la perra de Sai, pero creo que contigo será más divertido. Gracias por la invitación.

 

— Itachi. Llamame Itachi. Se siente raro que uses mi apellido —el pelinegro le sonreía con más tranquilidad.

 

Después de curar las heridas de Naruto, ambos fueron al bar favorito del rubio, donde incluso existía una sección privada y exclusiva. Los meseros les llevaron una gran variedad de botellas, mismas que fueron rápidamente vaciadas por ese par de recién conocidos.

 

— Ita-chan… ¡Mi vida eshh dura! —Naruto ya arrastraba las palabras y comenzaba a contar su vida a diestra y siniestra—. Crecí siendo pobre… Y ahora… ¡Debo matar para ganarme el pan!

 

— ¿Qué tu vida es dura? —el moreno ya se acababa otra botella él solo—. Yo no quiero hacer esto pero mi padreee...él me obliga y ahora estoy tan metido que no puedo salir. Y shi salgo sé que no me irá bien.

 

— Jiraiya es tan… ¡ESTRICTO! Yo solo quiero divertirme con su dinero… ¿Sabes que compre a su espalda? Una casa en Okinawa… ¡Haré una orgía ahí para estrenarla! ¡Y tú estás invitado! Te puedo dar a muchas mujeres, muchas, muchas… por qué me caíste bien… si no… Safaia ya estaría manchada de tu jodida sangre…

 

— Gracias a los dioses —la sonrisa de Itachi ya era la de un completo ebrio—. ¿Te dije que tengo un hermano menor? Y es...un total bastardo pese a su edad —no supo en qué momento ya había abrazado al rubio por los hombros—. Es increíble como ese niño puede ser así, y soy yo quien tiene que aguantar su carácter.

 

— Ya… dime para qué me quieres… —le dio un tremendo sorbo a la botella de tequila que tenía a su lado—. Wahhhh, ¡esto arde!

 

— Lo decía en serio, sí quería conocerte. Sé que cuando Jiraiya se retire, te dejará tooooodo a ti así que estaremos trabajando juntos y es mejor intentar llevar una buena relación, ¿no crees? —tuvo un pequeño ataque de risa debido al alcohol—. Yo estoy al mando de los negocios de los Uchiha, así que verás mucho mi cara. Ah, oye, oye…¿quieres saber más de Shisui?

 

— Vaya… el viejo me quiere… Está bien, me haré responsable del negocio… Y vale, está bien, dime qué con Shisui… fue todo un placer conocerlo, por cierto… jejeje…

 

— ¡Estas mintiendo, jajaja! —le dio un empujón amistoso—. Él era un espía de muchos clanes, era bueno en su trabajo y tenía mucha información. Hasta cierto punto había engañado a Jiraiya, pero lo descubrió, por eso te ordeno que lo matarás. Si tú no lo hacías, otros quizás sí, había muchos buscándolo. Yo no soy tan frío de corazón, claro que lloré su muerte, pero era necesaria… aun así, no acaban nuestros problemas, nononononono, los demás clanes aún sospechan y se traen cosas contra los Uchiha y necesitamos protección, que mejor que ustedes ¿Verdad?

 

— Itachi… tú ahora eres mi amigo… ¡PÍDEME LO QUE SEA Y LE CORTÓ EL CUELLO A QUIÉN SE META CON MI AMIGO!

 

— Será todo un placer trabajar contigo cuando llegue el momento —le estrechó la mano como si en verdad actuarán en serio—. Tú también puedes pedirme lo que quieras, después de todo, les debemos muuuuusho.  

 

— Creo que.... estamos muyyyy ebrios… —Naruto giró un momento y comenzó a vomitar—. Aghhhh, esta es mala señal. Vamos a mi casa, Itachi.

 

— Está bien...quizás sí esté un poco ebrio pero puedo hacer eso… aún tengo algo de conciencia, sí. Te dejare y me voy.

 

A la mañana siguiente, en casa de Naruto, parecía que un torbellino había pasado por ahí. Sobre todo en la cama del rubio. Este se estiró para encontrar un cuerpo a su lado, pero no era de extrañar que Naruto despertara con alguien a su lado. Destapó un poco el cuerpo de su acompañante y noto que el cabello de quién dormía a su lado era largo y negro. No recordaba si se había metido con una chica, pero en ese instante un flechazo de razón lo hizo recordar.

 

— ¡Ahhhhh, Itachi! —lo empujó de la cama y volteó por todos lados, encontrando por lo menos cuatro paquetes de condones—. ¿Qué demonios? ¡Tú dijiste que eras hetero!

 

— Agggg, mi cabeza. Maldición —cuando sus ojos enfocaron a la persona y la situación en la que estaba, la razón lo atacó también—. ¡¿Qué demonios pasó?!... Ohhh, tú y yo…¿Quién fue…? —trataba de formar la oración, esperando que Naruto le entendiera—. No recuerdo nada… en serio, nada.

 

— ¡Eres un PUTO, Itachi! ¡Yo tampoco recuerdo! Absolutamente nada… ¡Y nada pasó, entiendes!

 

— ¿Yo soy el puto? ¿Quién me garantiza que no fuiste tú quien me sedujo? ¡No me gustan los hombres, y no se quién se la metió a quién! No… esto no puede saberse… nadie lo sabrá… ninguno de los dos hablará…

 

*PAFFFF*

 

Ese fue el clásico sonido que hacía Sasuke cuando cerraba uno de los diarios de Naruto con indignación.

 

— ¡Lo hiciste con mi hermano, eres una puta barata! —y ahí estaba de nuevo, peleando con su imaginación o fantasma personal, o lo que sea que fuera Naruto.

 

— Mira… juramos nunca hablar de ello… y nunca pasó, no recuerdo nada… Si te hace sentir mejor, nunca lo repetimos.

 

— ¡ESO NO ME HACE SENTIR MEJOR PARA NADA! Maldito seas, ¿cómo pude revolcarme contigo? Está claro que eres una montaña de ETS y… —Sasuke se sintió asqueado momentáneamente—. ¡Llamaré al doctor! ¡Quiero una revisión de todo! ¡Todo, maldita sea! —salió corriendo en dirección al consultorio de su doctor de cabecera.



Notas finales:

Espero les haya agradado y divertido!!! 

Nos vemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).