Al terminar su Luna de miel regresaron a su casa más que contentos, en verdad la habían pasado muy bien, despues de algunos meses el rubio se encontraba enfermo, después de varios días tenía constantes vómitos así que lo mejor era que el descansara.
Tres días pasaron desde que Hinata fue a visitarlos y pelimorada al enterarse de dichos vomitos no dudo ni un segundo en ir a verlos.
- Naruto - hablo la pelimorada, en ese momento ambos se encontraban en la sala de estar del rubio - ¿Te apetece un Té? - le pregunto a lo que el rubio asintió contento.
Mientras tanto ella se fue a la cocina donde puso a calentar agua mientras volvía donde el rubio.
- Sabes Hinata - hablo en rubio perdido en sus pensamientos.
- ¿Dime? - pregunto un poco curiosa.
- Estos días me he sentido mal - le contó - he tenido demasiadas náuseas por las mañanas - le dijo cosa que la pelimorada ya sabía al igual que sabía que eso no era normal, sonrió de una manera amable aunque no lo era, estaba más que furiosa, sabía lo que tenía el rubio, por supuesto que lo sabia, ella deseaba la vida que el tenia, un bebé, eso iba a tener el rubio.
Se levantó de su asiento para la sorpresa del rubio -Ya está el Té - aviso - mierda - susurraba - el no puede estarlo, el no - su mente generaba ideas para poder mentirle al rubio acerca de lo que le sucedía, tenía que evitar que el rubio se embaraze de su Sasuke.
Terminó de preparar el Té y sirvió dos tazas las cuales una de para ella y la otra para Naruto.
- Toma - le dijo extendiendole la taza de Té.
- Gracias - la tomo entre sus manos - canela - dijo bebiendo poco a poco su contenido, la pelimorada estaba más que feliz, con aquel líquido el rubio no quedaría embarazado, el rubio ignorando aquel hecho bebió todo el contenido para despues dejar el recipiente en la pequeña mesa junto al sofá.
- Sabes - hablo nuevamente la pelimorada - debes de tomar tres tazas de Té de canela diario - dijo bebiendo el líquido de poco a poco.
- ¿Por que? - pregunto inocente en rubio.
- Ayuda a regular tu estómago - mintió - recuerda, te lo dice alguien que estudia medicina - terminó por decirle.
- Oh - dijo el rubio - tienes razón - toco su cabeza pues nuevamente se sentia un poco mareado - tres dices - le dijo.
- Si, tres - concluyó.
El primer año paso rápidamente y por supuesto el rubio cada día del año tomaba el Té de canela que le recomendó Hinata, por parte del moreno todo estaba mal, el aseguraba que su rubio estaba embarazado, pero de un momento para otro dejo de estarlo, o tal vez el ya se estaba volviendo loco.
Lo que ninguno de los dos tanto el rubio como el moreno sabían era que aquel Té de canela era abortivo, tomar aquella infusión muchas veces o en exceso causa un aborto instantáneo en aquella persona embarazada y está nunca se da cuenta, cosa que le paso al rubio, claro está que Hinata siempre supo de ello.
- ¿Sigues tomando el Té? - pregunto la pelimorada.
- Si - respondió el rubio con una sonrisa.
- No lo dejes - advirtió ella.
- Por supuesto - le aseguro el otro ignorante a todo lo que le pasaba a su cuerpo.
El segundo año paso igual de rápido, el moreno volvió a confiar en aquella que alguna vez fue su pareja, diciendo le los problemas que tenían, diciendo lo mal que se sentia al no poder tener un bebé con el amor de su vida. El moreno nuevamente confió en ella, ella le hizo ver que ya no queria nada con el y que sólo buscaba la felicidad de ambos, del moreno ya que alguna vez fue el amor de su vida y del rubio que ahora era su mejor amigo. Una gran mentira.
- Sasuke ¿Te encuentras bien? - se notaba en su voz que realmente estaba preocupada.
- Si - suspiro - tengo problemas - terminó de decir.
- ¿Puedo ayudarte? - volvió a preguntar.
- No lo creo - respondió sinceramente el moreno.
El tercer año paso y los problemas en el matrimonio Uchiha - Namikase se hicieron presentes, algunas veces peleaban por cosas sin importancia y otras de las cual los dos salían heridos, sin embargo como todo buen matrimonio salían adelante y superaban cada uno de los problemas que se le ponían en el camino.
- ¿Por que siempre llegas tan tarde? - el rubio estaba más que enojado.
- Lo lamento pero el trabajo es demasiado - trato de justificarse.
- Ya no me quieres - le decía el rubio al borde de las lagrimas.
- ¿Que no te quiero? - pregunto y el rubio sólo asintió - Naruto - se acerco a el - si no te quisiera no aguantaría tu humor del diablo - le dijo para empezar a reír aunque sólo recibió una cachetada por parte del otro.
- ¿Un humor del que? - pregunto el rubio con una sonrisa zorruna sus labios.
- Del diablo - completo el moreno.
- Corre - dijo el rubio.
- ¿Que? - pregunto más que extrañado.
- Se terminó tu tiempo - y dicho eso salto encima del moreno provocando que ambos cayeran al suelo para despues hacerle cosquillas, la cosa que más odiaba el moreno.
Aquellas cosquillas pasaron a ser toques por todo el cuerpo para luego pasar a besos y caricias que al final no cesaron. Gracias a todas esas caricias terminaron en la cama y como de costumbre hicieron el amor, por que no era sólo sexo, ellos solo hacían el amor.
También Hinata estaba más juntos de ellos más de lo que debía, el moreno debes en cuando pláticaba con ella o quedaban en un lugar, nuevamente le agarró cariño, pero sólo de amigos, le contaba las innumerables veces que trató de dejarle embarazado pero no pudo, pensaba que el era el problema.
- ¿Cuanta veces lo han intentado y no ha funcionado? - le pregunto tomando un poco se cafe.
- Muchas - contesto sinceramente.
- Yo creo que Naruto no puede quedar embarazado - le dijo como si más pasará.
- ¿Por que lo dices? - pregunto un poco nervioso.
- Son hombres Sasuke - le dijo poniendo de mal humor al moreno.
- ¿Y eso que tiene que ver? - pregunto de mal humor, ahora estaba con la mirada seria.
- En un hombre es un poco más complicado un embarazo y casi no pueden quedar - eso era mentira, un doncel podría ser tan fértil como una mujer.
- Eso es estupido - y dicho se levantó y a fue del lugar.
- Tal vez, pero es la verdad - en cada palabra había una mentira, claro, no le diría al moreno que ella es la culpable de que el rubio no pueda quedar embarazado.
El cuarto año paso paso lentamente o al menos así lo veía el moreno, el rubio estaba feliz, en ese año tomaron tres vacaciones para aliviar su estrés, realmente les gustaba tomar vacaciones a aquella isla en donde había sido su Luna miel.
- ¿Te gusta este lugar verdad? - pregunto el moreno a su rubio.
- Si, me trae recuerdos - contesto sinceramente.
- Me imagino - le dijo con una sonrisa que sólo era para el rubio.
- No - dijo igual con una sonrisa - no lo imaginas - terminó por decir.
El quinto año se acercaba y nuevos problemas venían con el, pero no sólo eran problemas menores, lo que se aproximaria eran graves problemas.
La relación que ellos habían formado con tanto esfuerzo y amor, pronto se vendría abajo y todo por culpa de alguien, una pelimorada que cumpliría con su objetivo que en un pasado se prometió.
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