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Mi Peculiar Empleado por MikiPever

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Notas del fanfic:

Hola, si están acá quiero decirles que antes lean las advertencias para evitar sorpresas(? y además va a servirles para saber un poco como va a ser el rumbo del fic.

-La pareja principal es OtaYuri pero van a surgir momentos PliRoy.
-No hay Victuuri pero si aparición de otros personajes, por ejemplo Phichit.
-Hay lemon.
-Este fic no está ambientado sobre la temática patinaje artístico sobre hielo, ni sigue la historia pero quizá alguna mención de ello se haga a la luz (No estoy segura)
-Siento por las que aman demasiado a JJ (También lo re súper amo) pero quizá lo noten medio canalla(? en este fic.

-Cabe aclarar también que en momentos puede volverse un fic bizarro o turbio (? No sabría bien como describirlo pero quería intentar algo diferente xD

Bueno, creo que no queda nada mas por aclarar. Ya saben que los personajes no me pertenecen y que esta hecho para entretener y atrapar al lector.
Sin más, me despido. Que lo disfruten <3

Capítulo 1

Se consideraba un hombre con ideas claras, un tipo serio, con ganas de progresar porque tenía metas, las cuales lo esperaban. Su estilo de vida común, de no sorprender aunque los vecinos digan lo contrario porque una parte de su vecindario lo reconocía como un hombre digno, dueño de un restaurante promedio ubicado en una calle transitada por muchas personas, donde hay otros negocios en esa misma cuadra acompañando lo mismo que el manejaba, comercio. Ese era Otabek Altin.
Había personas que incluso lo admiraban por el hecho de que ayudó, además de dedicarse a su negocio, a construir un comedor comunitario para los que carecían de recursos necesarios para sobrevivir día a día. Cada mes donaba comida y ropa que juntaba gracias a los insistentes pedidos de él con carteles o simplemente charlas con sus clientes para que den una mano en eso. Claro que una mitad de eso lo sacaba de su propio bolsillo, porque había que admitirlo, dinero era lo de sobra en él, y no le gustaba malgastar tanto, además de que ya tenía lo necesario y no era un avaro que pensaba en si mismo como varios que conocía.
El "casi-perfecto" le puso de apodo uno de sus empleados porque en verdad era perfecto no solo en su forma de vida, sino también en belleza. Cautivaba a todas las chicas, tenía un buen amigo y era un jefe de negocio noble. Pero algo faltaba en él, un pequeño reproche que su familia, amigo y conocidos hacían sobre él: Necesitaba una pareja, alguien a quien amar y proteger, con quien formar una familia que lo sostenga, no estar tan solo siempre; alguien.

Su mejor y único amigo era Jean Jacques Leroy, alias JJ, quien no vivía lejos de su restaurante. Incluso él tenía su propio negocio cerca y a diferencia de Otabek, él si tenía una familia hermosa construida desde ya mas años, con una esposa e hija, preciosas ambas.
JJ no soportaba verlo tan solo. Se enfadaba mucho con él cuando se le daba la oportunidad de conocer a una mujer buena, de su altura y dispuesta, para rechazarla. Nunca entendió que tipo de mujeres o hombres le gustaban, porque JJ a diferencia de él, gustaba de cualquier persona que respire. Era bastante galante con él o la que sea de su gusto, todo un donjuán que observaba con atención la belleza ajena y enseguida caía enamoradizo de alguien.
Cuando salía por ahí a caminar con Otabek siempre tenía que chistar, silbar o decir algún piropo a alguien, de esos bien callejeros que a veces suenan desagradables. Lo peor era cuando tenía un objetivo claro y lo conseguía, siendo eso posible porque al ser un hombre de elegancia, con facciones de alabar, en otras palabras, poseía belleza y casi nunca se dificultaba conseguir alguien, rara vez era rechazado.
Otabek odiaba eso porque tenía unas hermosas mujeres junto a él que cuidar, una esposa que superaba expectativas en todos los sentidos y aquel simplemente no respetaba su matrimonio al cien por ciento. Siempre tuvo ganas de ir a decirle a la esposa que su amigo era un hijo de... pero nunca se atrevió porque no sabía de que lado estar y prefería callar.
A decir verdad, Otabek no recordaba como JJ terminó siendo su amigo, él nunca fue de amigos. Sin embargo ahí tenía uno con quien siempre hablaba ya sea personalmente o por chat, que lo invitaba de vez en cuando unas copas los sábados en la noche, que esto último se transformó en una costumbre.

—Oye ¿Hoy es día de salidas verdad? Tengo reservado un lugar especial el cual llevarte.

—No me asustes Jean, no se que tramas ahora. La última vez terminamos en el auto con tipos desconocidos en una zona desconocida. No pienso beber tanto esta vez.

—No seas blando, esta vez no pasará eso ¿Vamos? Así de paso cambias un poco esa expresión de tu rostro ¿Qué te ocurre?

—Estoy corto de personal, y hoy sábado he estado en modo full. Un empleado renunció porque acabó su carrera y ya consiguió trabajo. Realmente lucía muy feliz, incluso lo felicité por ejercer lo que le apasiona pero ahora tengo que conseguir alguien nuevo y es difícil encontrar quien se adapte a este lugar.

—Solo pon un cartel que necesitas personal y toma a quien consideres correcto. Si es una chica linda mucho mejor. —Sonreía mientras trataba de animar a su amigo con además de un consejo, volver a insistir en salir. —Bien, olvida un poco el trabajo y vayamos de copas en la noche.

Otabek suspiró resignado pero aceptó. JJ tenía razón, había que despejarse un poco.

 - - - - - 

La noche era joven y lo esperaba. Ya en su casa se preparó, tomó dinero y con su auto se dirigía en busca de JJ, que ya lo estaba esperando.
Cuando llegó, se hizo escuchar haciendo sonar el claxon y mientras, observaba como JJ se despedía de su esposa con un dulce beso y de su hija quien no quería despegarse de sus piernas. Claro que fue la imagen mas desagradable por sentir esa culpa que lo carcomía. No entendía como ese tipo era infiel a tan hermosas mujercitas.

—Se que no debo meterme pero soy tu amigo después de todo y pienso ¿No te duele engañar a tu esposa? —Se atrevió a preguntar Otabek.

Lo sé, lo sé, soy lo peor... Pero no puedo dejar esta parte mía. Sé que es muy inmaduro y despreciable de mi parte. El problema es que para mi la vida necesita algo de intensidad, que no sea todo tan rutinario, sino es aburrido.

—Tal vez no entienda tu sentimiento o ideal pero créeme, no soporto el hecho de engañar a las personas que mas amo.

—No creas que no me arrepiento porque si lo hago, pero luego vuelvo a hacerlo. Soy un idiota sin remedio.

Otabek suspiraba, siempre suspiraba cuando ya no sabía que mas decir. Jean era un cabeza dura. Solo se limitó a conducir mientras JJ buscaba algún tema en el estereo que sonara a todo volumen en el auto antes de llegar a destino.
En esta ocasión no fueron al bar frecuentado que ya era como su segunda casa. Sino que optaron por lo desconocido y entonces acabaron metidos en una discoteca.

Bebieron de copas, vasos, jarras y botellas. Estaban como querían y ya se habían hecho las 4:40 AM donde anunciaban la salida de Stripers al escenario.
En todo ese tiempo que había pasado, se la pasaron bebiendo sin intentar socializar con alguna persona. Parecía que esta vez estaban ebrios pero juntos, sin ningún inconveniente.

—Otabek, acompáñame a ver de mas cerca el espectáculo de stripers.

—Calla, ni te puedes mover.—Le decía al otro para que no intentase caminar por su cuenta porque se estaba tambaleando demasiado.

—Mira quien habla, tú tampoco estas muy bien que digamos.

Ambos comenzaron a reír llegando a las carcajadas, no por el comentario sino por el estado en que estaban y se dirigieron a estar mas cerca del escenario, juntos como planteó JJ. Fue ese el momento cuando alzando la vista al show, vieron a un ángel vestido de demonio esa noche y ambos reaccionaron de la misma manera porque tenían gustos en común.
Es que era un chico muy bonito con poca ropa encima y bailando de una manera muy excitante, opacando a los demás stripers, porque resaltaba. La gente frecuente del lugar ya lo conocía y lo adoraban. Esa forma de danzar, su cuerpo pequeño tan característico, una delicia en vista que dejaba a todos boquiabiertos y más cuando comenzaba a desvestirse. Por eso había quienes dejaban dinero en su ropa interior como forma de pedir más, de halago, y él les hacía un corto show como agradecimiento. "YurioCat" , el furor de esa discoteca.

—¿Lo estás viendo Otabek? Es... —Hizo un silencio para terminar lo que quería decir con una expresión orgásmica en su rostro.

—Si, lo estoy viendo.

—Mierda, estoy duro ¿Tú no? —Preguntó JJ sabiendo que este no le iba a responder, entonces lo comprobó él mismo posando su mano sobre el pene de su amigo. —Vaya, te sientes igual. —Afirmó mientras le sonreía malicioso.

—Sátiro. Ya deberíamos irnos.

—Es temprano aún. Espera que quiero tratar de ligármelo.

—¿Qué? ¿A quién?

—Al striper ese. No puedo permitir que me deje con las ganas.

Otabek no quiso seguir hablando con él. Pensaba que estaba hablando tonterías de más por el alcohol que llevaba encima y no le sumó importancia. Encaró al baño y cuando salió en busca de su amigo, este estaba cumpliendo con lo que dijo. Estaba tratando de ligar con el striper aquel.
De como llegó hasta él, y como entabló una conversación, Otabek no lo sabía.

—¡Otabek amigo! —Lo llamó mientras se acercaba a entregarle un abrazo cariñoso de ebrio. —Que bueno que has llegado, ya nos vamos. Te lo presento, se llama Yurio.

—Hola, soy Otabek. —Se presentó mientras lo miraba de abajo hacia arriba disfrutando con la vista lo que tenía frente porque al estar en esas condiciones no evitaba ignorar que le gustaba lo que veía.

Los tres salieron del lugar y subieron al auto de Otabek. Este lo puso en marcha ignorando la presencia de un tercero hasta mitad de camino donde se percató que ya no eran dos, sino tres. Entonces reaccionó incómodo deteniendo el auto a un costado para girarse a ver como su mejor amigo mas ese chico hablaban y reían sin mucho sentido.

Notas finales:

Hasta acá lo dejo por ahora.
Gracias por leer <3


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