||Sweet Love por hideky

 
 
Unos golpes en su puerta interrumpieron su sueño, se reincorporó sentándose en el mueble aún aletargado, gruñó al saber que habían interrumpido su sueño.
 
 
Aunque todo su mal humor cambió, cuando pudo oler que el aroma de Yuki se volvía amargo.
 
 
Zero se levantó de golpe y abrió la puerta sintiendo su sangre hervir al ver a la chica siendo acorralada por uno de sus acosadores.
 
 
El alfa estaba segado, parecía una bestia fuera de sí, tenía baba corriendo por su barbilla y sus colmillos se lucían aterradores.
 
 
Zero sintió náuseas y picor ante el olor del celo del alfa, Yuki lucía aterrada así que el albino sacó una vara que llevaba en sus guardias y golpeó al alfa con fuerza dejándolo deshorientado, este pareció reconocerlo porque se alejó de la chica y fue directamente a él.
 
 
Zero sabía que aunque el alfa frente a él poseía más fuerza, estaba fuera de si y con reflejos muy lentos, así que lo esquivaba con facilidad mientras se mantenía alerta para anticipar los movimientos.
 
 
El alfa gruñía mientras trataba de alcanzarlo de forma deseperada, Zero vio la oportunidad y lo hizo caer para luego sacar un sedante inyectable para casos como aquellos.
 
 
El alfa se resistió un poco pero finalmente cayó inconsciente sobre el suelo.
 
 
Tranquila... Vamos a casa - tranquilizó cargando a Yuki en brazos para llevarla dentro.
 
 
La chica aún parecía temerosa por lo que la tranquilizó con su aroma mientras sacaba su móvil y le comunicaba a Kaito sobre el incidente.
 
 
 
 
 
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*Sweet love*
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Kaname estaba hablando por teléfono cuando vio que Kaito parecía apresurado mientras se adentraba al bosque.
 
 
No quería tomar importancia al asunto ya que aún tenía algo pendiente.
 
 
Dime de una vez que es lo planeas - bisbiseo con molestia.
 
 
---vamos~ confía un poco en mí - dijo la otra línea con tono por demás burlón.
 
 
No tengo tiempo para más de tus estupideces - replicó perdiendo la paciencia.
 
 
--- que lindo suenas cuando te enfadas~----
 
 
Tip.           Tip
         Tip
 
---Vaya tengo que colgar querido primo hay otra linea, cuida a Yuki por mí ---
 
 
 
Y así la llamada terminó, iba a irse cuando vio al profesor llevar a su prima inconsciente en brazos mientras hablaba con alguien por movil al parecer dando aviso de la situación.
 
 
Se acercó  pues estaba preocupado por su prima,  Kaito lo observó antes de colgar.
 
 
Kaname-kun por favor lleva a Yuki a los dormitorios del sol donde la llevarán a su habitación, al parecer un alfa en celo estuvo apunto de marcarla pero mi hermano logró interponerse, debo volver para llevar al alfa al despacho del director - comunicó.
 
 
Kaname tomó a Yuki y vio que Kaito volvía a entrar al bosque.
 
 
 
 
 
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Yuki despertó calmada y lo primero que hizo fue levantarse pero alguien se lo impidió.
 
 
Kaname-kun ¿Zero está bien? -preguntó preocupada.
 
 
Si. el profesor Kaito se llevó al alfa antes de que despertara- comentó.
 
 
Ya veo, Zero-chan me dijo que era peligroso ir por mi cuenta a su casa pero yo realmente no lo tomé seriamente - comentó Yuki en tono apagado.
 
 
Bueno, ahora tendrás en cuenta que debes tener más cuidado - dijo en tono gentil.
 
 
Admiro a Zero-chan... Él se enfrentó al alfa cómo si no hubiera sido la primera vez - susurró.
 
 
Kaname se quedó pensativo.
 
 
Los golpes en la puerta los volvieron a la realidad, Yuki dio permiso y sonrió al ver que era Zero.
 
 
La castaña ronroneo como una cría al ver a su madre y Zero no pudo evitar sonrojarse mientras correspondía el abrazo de la chica ante la mirada borgoña del mayor.
 
 
Kaname por su parte se sintió enternecido por el cuadro frente èl y ni que decir que su alfa estaba sosegado ante el suave y maravilloso aroma del Omega en respuesta a los llamados de Yuki.
 
 
Bueno Yuki, debes descansar y nos veremos mañana - se despidió Zero cuando ya era hora mientras se separaba de los brazos de la menor.
 
 
Por favor ten cuidado- pidió la omega, el albino la arropó ante la mirada de Kaname y besó la frente de Yuki antes de salir de la habitación con el alfa.
 
 
Tras visitar a Yuki ambos se mantuvieron en silencio, la noche era hermosa en la Academia Cross, el pefume de los rosales empañaba el lugar y el cielo se podía apreciar claramente.
 
 
 Zero se sentía ligeramente inquieto ante la presencia de Kaname, su pecho retumbaba ante la agradable sensación que el mayor le transmitía.
 
 
El menor se fue a su casa y Kaname se encargó de ver que ningún alfa merodeara el lugar antes de marcharse a descansar.
 
 
Aunque no se hablaron no pudieron evitar sentirse relajados ante la presencia del contrario.
 
 
El último pensamiento de Kaname aquel día fue que Zero era un omega bastante admirable, hermoso y con una fragancia suave y cálida.
 
 
 
 
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Estaba agotado, las clases habían sido menos pesadas a las reuniones de la empresa de sus padres; mental y físicamente aquel día estaba agotado.
 
 
Cuando llegó no pudo evitar fruncir ligeramente el ceño al saber que tendría que permanecer un par de semanas en Japón aunque ese no era el problema.
 
 
El problema radicaba en que, a sus padres les había parecido más seguro, que pasara aquel mes en la casa de su primo.
 
 
No era que se llevara mal con su primo pero en el pasado cuando ambos estudiaban en la Academia Cross y eran compañeros de habitación había sido insoportable el olor dulzón de los omegas que desfilaban por la cama del bicolor.
 
 
Soltó un suspiro al pensar que, por ser fin de semana, su primo estaría con algún omega en casa pero se equivocó y eso, aunque no lo admitiría, le causaba curiosidad.
 
 
Dejó su abrigo en el perchero del salón y se dirigió a su habitación aunque en el camino pudo percibir un agradable aroma, era suave y realmente muy de su gusto.
 
 
Aunque lo raro era que no parecía mezclarse con el aroma de su primo.
 
 
Era sin duda algo muy peculiar.
 
 
Aquella noche estuvo pensando en aquel dulce aroma y en la posible apariencia de su dueño.
 
 
Rido le había dicho que había traído a su novio y èl no le creyó sintiendo un poco de desazón ante la relación del omega y su primo.
 
 
Sorpendentemente el bicolor se había puesto muy serio y había defendido a aquel omega.
 
 
Kaname no pudo evitar que aquella punzada desagradable volviera al ver que la mirada de Rido lucía diferente de lo usual.
 
 
Supo que el bicolor se había enamorado y por su puesto le advirtió que terminara la relación por que cuando el taheño encontrase a su destinado iba dañar de forma irreparable al omega que lo había enamorado.
 
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Cuando Kaname despertó se preguntó porqué había soñado aquel recuerdo en específico después de tantos años.
 
 
Se reincorporó al sentir que era de día, suspiró ante aquellas sensaciones que había experimentado en la estancia de aquel mes en la mansión de Rido.
 
 
Recordó, cuando se enfadada de forma irracional al oler aquel aroma tan suave y cálido del novio de Rido, de alguna forma, sentía que ese aroma debía ser suyo, era tan suave y cálido; ante lo último, fue cuando calló en cuenta que aquel aroma se le hacía especialmente familiar por alguien del lugar.
 
 
Y esa persona era Kiryü Zero.