Zero se quedó observando por largos minutos el jardín mientras sus manos temblaban, Yuki estaba emparentada con él y por alguna razón no sintió nada ¿por qué? Si antes dolía mucho.
Se sentó en una banca dejando a su artrmis en el suelo, se quitó el saco y se recostó en la banca.
El cielo estaba estrellado, y la fresca brisa lo arrullaba, se sentía cansado y tenía sueño así que cerró los ojos para dormir un rato.
Vaya pero si es Kiryü-kun - oyó una voz tras él que le hizo chasquear la lengua.
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Kaname se encontraba en el gran salón donde la música y el baile había iniciado, había visto a Yuki con un joven que tal vez luego visitaría para ver si era digno de su pequeña.
Ahora sólo buscaba a su compañero de guardia ante una molesta sensación en su pecho. No había podido hablar con Zero y eso lo mantenía inquieto así que iba a aprovechar la noche para aclarar sus sentimientos con el menor.
Sus alarmas internas se habían encendido de repente y eso lo inquietaba, se escabullo al primer jardín pero nada así que en una especie de frenesí pasó al siguiente y lo que vio ahí hizo que su sangre hirviera.
Zero están siendo sujetado por dos alfas mientras el que al parecer dirigía el grupo estaba rasgando la ropa del albino.
Sus ojos se conectaron con la mirada apagada del de cabellera plateada.
Y cuando vio que las lágrimas se acumulaban en los ojos purpúreos soltó un grutal gruñido que hizo a los infractores detenerse.
Sus ojos brillaron con tono escarlata y se acercó lentamente.
Alejaos de él y no se les ocurra huir- ordenó con su voz de mando, no debía asustar más al albino así que descartó la violencia.
Los alfas realmente se vieron aterrados incluso Zero se sintió afectado.
Kaname llamó a Kaito mientras se quedaba al lado de Zero, el albino mantenía la mirada baja y temblaba.
Tranquilo - suavizó el tono mientras lo tranquilizaba con su aroma.
No supo como pero tenía al menor en brazos en gesto protector, enviaba miradas llenas de odio y venganza al grupo de alumnos que temblaban en una esquina incapaces de desobedecer.
Kaito llegó casi al instante y al ver su entorno se llevó a los alfas que se veían más aterrados.
Kaname se quitó el saco y cubrió a Zero, lo tomó en brazos y salió del lugar sin ser visto.
Debes indicarme donde llevarte para que estes más tranquilo - pidió y tras seguir unas instrucciones Kaname llegó a la casa de Zero.
El lugar era maravilloso y acogedor, además olía completamente al menor.
Abrazó a Zero contra su cuerpo mientras ingresaba al pequeño salón.
El menor se veía más tranquilo así que se sentó en el mueble con el menor en su regazo.
No podía ignorar más la conexión y se sentía muy estúpido por no haber visto los planes de Rido.
Lo golpearía y luego le daría las gracias.
Pues el omega en sus brazos era su destinado, ante ese pensamiento sonrió pegando su frente contra la del dormido Zero.
Tener al menor en sus brazos lo relajaba mucho así que los acomodó a ambos quedando Zero entre sus brazos.
Se sentía cálido y confortable, se sentía pleno.
Descansa Zero..- susurró Kaname y se enterneció al ver al menor sonreír.
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*Sweet Love*
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A la mañana siguiente
Kaito estaba preocupado por lo que a primera hora salió a ver a su hermano, no le había dicho nada a Ichiru pues temía por su reacción, iba tan ensimismado que no notó a la pequeña cría de Zero.
Sensei - dijo Yuki, se notaba temblorosa cómo siempre a su presencia, más estaba firme por saber cómo se encontraba Zero.
Sé que te has enterado y también quieres ver a Zero pequeña cachorro - tranquilizó.
Yuki respiró hondo aliviada - espero que Zero-chan esté bien - comentó apagada.
Está bien....Kaname-kun lo llevó a casa -
Kaito había dicho eso con una sonrisa pero ambos al llegar al lugar y entrar en silencio se toparon con una tierna escena, al menos ante los ojos de Yuki.
Kaito por su parte trataba de controlar su complejo de hermano y no apartar a Zero para asfixiar con la almohada a Kuran Kaname por aprovechado.
Mataré a Kaname-kun~ - canturreo asustando a la castaña.
Aunque... Es la primera vez que veo a Zero tan cómodo - comentó al notar la expresión del menor.
Ambos castaños sonrieron cómplices mientras sacaban sus cámaras.
Luego de estar un rato decidieron salir del lugar. Yuki ya no le temía a su profesor es más, ya estaban planeando dar un gran dolor de cabeza a Zero.
La charla o planes malévolos pronto se vieron interrumpidos por el móvil de Yuki quien observó extrañada el nombre del contacto.
---¿Sucedió algo Rido-onii-san? - inquirió.
Kaito observó aquello serio y algo sorprendido.
---Por qué vendrás aquí, todo va bien - dijo Yuki frunciendo el ceño, oyó unos murmullos al otro lado pero no entendió.
---Bien, te esperaré - suspiró Yuki antes de colgar.
Pequeña cachorro ¿casualmente tu onii-chan se llama Rido Kuran?- inquirió serio.
Yuki asintió y Kaito suspiró.
Será mejor que vayamos a mi casa ¿conoces a mi esposo? - comentó.
Yuki aceptó dudosa, algo le decía que Rido tenía mucho que ver.
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Sentía algo suave así que se acurrucó más sintiéndose muy cómodo, estaba cálido y olía a flores de loto y té verde.
Se parecía mucho al aroma de Kaname incluso podía jurar que si se acurrucaba más era cómo si el mayor estuviera con él.
Con pereza abrió los ojos y vio el semblante dormido del profesor de cabellera chocolate.
Sonrió mientras acariciaba la mejilla del alfa dormido y al sentir que era real se quedó en shock.
¿Qué hacía Kaname ahí? Su mente trabajó a mil por hora y cuando recordó todo, se lamentó por desbloquear el desagradable cuadro de ayer.
Cerró los ojos aguantando las náuseas ante los recuerdos y se encogió en si, estaba apuntó de entrar en una especie de pánico pero un suave aroma se coló en su nariz.
Todo ha pasado ya, olvida eso y no te sientas débil porque que no lo eres - susurraron suavemente para él.
P-Pero... -
Kaname lo observó a los ojos mientras lo tomaba por el mentón con suavidad - escucha Zero, hiceron falta dos alfas para que ese idiota te tuviera doblegado así que puedo asegurar que eres el omega más fuerte del mundo - afirmó.
Zero lo observó y luego soltó una encantadora risa que dejó anodado a Kaname.
Iré a vestirme ¿te quedas a desayunar? - ofreció.
Por supuesto- aceptó de inmediato Kaname, el menor se levantó avergonzándose al saber que el moreno lo tenía entre sus brazos todo el tiempo.
Luego de vestirse se dirigió a la cocina, le sorprendió cuando Kaname lo ayudó a preparar el desayuno.
Entre una charla amena y una que otra sonrisa ambos terminaron de preparar el desayuno para luego sentarse a comer.
El ambiente era bastante tranquilo y ambos estaban en armonía, si alguien los observara notaría la dulce complicidad que de forma inconsciente compartían ambos.
Eso era algo que incluso los dos notaban y disfrutaban al saber que el contrario se sentía a gusto.
Aunque en Kaname tenía cierta incertidumbre sembrada en el pecho pues no sabía cómo sería la reacción de Zero al saber su parentesco con Rido.
Te ves pensativo - comentó repentinamente Zero sacándolo de su estupor.
De hecho lo estoy por un asunto que te involucra ...-
Con Kuran Rido, lo sé, ayer cuando Yuki me pidió ayudarle con su gargantilla lo descubrí - comentó de forma casual - vosotros y él estáis emparentados - afirmó.
Yo no sabía cuáles fueron las intenciones de Rido para atraerme hasta aquí pero ahora sé que la razón eres tú - Kaname frunció ligeramente el ceño - el sabía que tú y yo éramos destinados, desde aquel día en que llegué y percibí tu olor sentí que por un momento mi pecho se entibiaba y podía relajarme - confesó.
El corazón de Zero comenzó la latir desbocado.
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