Como otras veces Bum miro adormilado la pila de platos por lavar, no eran muchos, solo eran ellos dos por el momento. Sus manos lo hacían de manera automática, el agua se había tornado helada hacía rato.
No se escuchaba nada, su respiración; que se encontraba con frecuencia acelerada menguaba el silencio, haciéndole sobresaltarse a sí mismo a veces.
La casa no le disgustaba, y estaba seguro que Sangwoo tenía razón en perder la paciencia con él; algo que le costaba tener siempre en mente; como si se tuviera que esforzar en validar su propia realidad.
A pesar de que su mente era un tramo en blanco en cuanto a recuerdos antes de aquel incidente, estaba seguro que la oscuridad era un miedo extraño en su persona.
Bum no notaba, que su temor venia de ciertas sombras, de las formas que la oscuridad tomaba en esa casa.
El Omega se sentía ridículo con su comportamiento en ocasiones, intentando distraer su mente, y compensar a Sangwoo; tomo valor, decidiendo limpiar ese pasillo que siempre evitaba: el que no tenía puertas ni ventanas, el que dirigía al sótano.
Sus piernas se sentían pesadas, un nudo en su garganta, y su cuerpo paralizado frente a la puerta que daba al sótano le detuvieron de seguir su propósito;
No hay nada;
No lo hay.
Se repetía incesantemente, buscando seguridad en sus palabras de manera inútil. Negó con la cabeza, y se alejó de la puerta, no es que tuviera el que hacerlo realmente, Sangwoo se ofrecía con entusiasmo a ser quien lo limpiará.
— Puedes lastimarte Bum— El Alfa le explico, tomando una escoba con una cubeta de agua para bajar al sótano—. Y le temes a la oscuridad; eres como un niño. Sabes que los monstruos del armario no existen, ¿Verdad? — La sonrisa de Sangwoo parecía indicar que disfrutaba de que Bum se quedase sin palabras.
Bum asintió suavemente, avergonzado de ni siquiera poder asomarse más allá de la precaria luz al principio de la escalera.
Limpiar el sótano se convirtió en una clase de pasatiempo para el Alfa; pasaba largas horas cada par de semanas.
Los escalones de maciza madera resonaban con un eco grueso, pisada tras pisada de pasos largos; los músculos de una espalda amplia se relajaban; una sonrisa de tremendo gozo torcía las facciones de natural atractivo, de expresiones medidas.
Al filo de la escalera con su sombra cubriendo de manera inmensa la luz menguante que pendía de las escaleras, sus ojos oscuros gravaron el concreto gris que se extendía en el suelo, hasta posarse en una vieja gaveta de madera al fondo.
Suspiro satisfecho, pensó en abrir el mueble como siempre lo hacía, pero decidió mejor poner algo de música con sus auriculares, y disfrutar las memorias.
Bum más tranquilo y lejos del sótano, preparaba algo en la cocina para cenar, queriendo hacer alguno de los platillos favoritos del Alfa. El Omega se sentía algo frustrado por actuar como Sangwoo dijo: infantil; aunque realmente le aterraba ese lugar; aun si llevarán ya un tiempo viviendo ahí,
Nunca se acercó si quiera al primer escalón.
Se sentía tranquilo con saber que al Alfa no le molestara en lo más mínimo hacer limpieza, y se ofreciera sin mucho problema a limpiar esa parte; Bum creía que el sótano no necesitaba tanta atención, pero no quiso discutir al Alfa.
— Se acumula mucho polvo— le dijo Sangwoo cuando volvió a subir—. Limpiarlo después sería demasiado problema.
— Lo siento Sangwoo— Bajo su mirada, escuchando como el Alfa se sentaba a cenar sin mayor comentario.
— Esta bien— le quito importancia moviendo su mano—. Con lo torpe que eres, podría solo hacer más difícil todo.
Bum no dijo nada como era usual, solo comenzó a comer; con pequeños bocados, vio la expresión del Alfa estudiarle, y él tenía certeza de lo que el otro buscaba. Era natural en un Alfa buscar cierto cambio, pero pareciera que el cuerpo de Bum se resistiera aún a dar lo que se esperaba de él.
— ¿No estas tomando algún— Sangwoo le miro, esperando que le escuchase con total atención— tratamiento de control de natalidad? ¿O anticonceptivos Bum?
— Yo no....— se contrajo en su silla asustado—, Yo no estoy tomando nada Sangwoo, solo he pasado un celo contigo, talvez eso...
— Supongo que tienes razón— El Alfa siguió comiendo, mostrándose algo inconforme con la explicación.
Bum se levantó al sentir lágrimas diminutas acumularse bajo sus pestañas; miro a Sangwoo nervioso, pero habló tan fuerte como le fue posible.
—N-necesito ir al baño...— Se disculpó, y fue en cuanto el otro no le dio mucha importancia.
Cerrando la puerta con manos temblorosas, se recargo en ella y ahogo un sollozo.
No le pesaba el no cumplir con las expectativas de su sociedad, o de Sangwoo; le entristecía el hecho de pensar en un hijo, en un bebé en su vientre, y el desconocía la razón; pero la sola mención de concebir acentuaba ese vació que le acompañaba.
La idea de un hijo en sus brazos le llenaba de desesperación, de una innegable melancolía; quería recordar, tanto como le aterraba y hacía desear estar lejos de esa casa.
Se limpió el rostro, y espero unos minutos a que sus ojos dejasen de estar irritados, aunque su rostro lucía un poco hinchado por las lágrimas.
Al salir del baño, Sangwoo le esperaba de pie afuera.
— ¿Lloraste? — pregunto, con una ceja alzada— No eres muy bueno fingiendo Bum.
— Yo, no es eso...— sintió sus ojos arder, amenazando el llanto con volver.
El Alfa se acercó y coloco una mano sobre el hombro escuálido—; No tienes que preocuparte Bum, solo tienes que esperar. — la firme mano sintió al Omega estremecer bajo su tacto; el Alfa sonrió al ver, como siempre, a su merced absoluta a Bum.
Siempre con él;
Solo con él.
Haciendo lo que él quería; jugando a su antojo.
Sangwoo se preguntaba si el dijese la verdad, en vez de lo apropiado, si pusiera voz a sus caprichos; ¿Podría seguir actuando libremente?, él creía con burla que sí, tan ingenuos eran todos, que tomarían como lo correcto la mentira, o sus palabras.
Eso ya no le preocupaba,
Él ya tenía satisfecho su deseo.
Sangwoo lograba de alguna manera, que más cosas se acomodaran a su forma; seguir su voluntad era fácil.
A cualquier Omega, por naturaleza, le alegraría la idea de darle a su Alfa descendencia: era su propósito, como obligación; eso le hacía sentir más incertidumbre:
¿Porque le hacía sentir tan miserable la idea de tener un hijo de Sangwoo?