Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crónicas de un villano por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hi!!

Bueno, como vamos iniciando, que mejor que conocer esta historia desde el inicio. Así que aquí esta el comienzo de esta historia.

Gracias por leer y por sus comentarios ^^

Holanda 1805


Llevo mucho tiempo aquí, mis piernas comienzan a doler de estar en cuclillas por tanto tiempo, esperando. Hay mucha gente, es temprano, pero no tengo mucho tiempo. Aprieto los labios mientras dejo que pasen dos mujeres con sus compras. El dueño de la panadería se gira… es ahora o nunca. Me enderezo, y corro, tomando una barra de pan. Tropiezo con mis pies entumidos, pero logro seguir corriendo.


— ¡Hey! maldición. Intento correr más rápido, pero la gente no me da muchas rutas— ¡Deténganlo! doy vuelta en la calle, nadie intenta detenerme.  Un espíritu vaporoso me señala una calle, y la sigo. Doy vuelta, volteando a ver a la persona que me sigue.


— iugh— choco con alguien, me hace caer, pero no suelto el pan. Es lo único que podré comer en muchos días, no sé hasta cuando podre robar otra vez.  ¿Quién es esta persona? Es tan… extraño.  Me quedo mirando como él mismo me observa con curiosidad.


— ah, espere—  otra vez él.  Me levanto, e intento correr otra vez, de no ser porque la mano de este hombre extraño me sujeta.


— ¡Suéltame! intento jalarme, pero es fuerte, ¿acaso va a entregarme?


— Pequeño ladrón— le dirijo una mirada desafiante al panadero— gracias por atraparlo— me jalo otro vez.


— disculpe ¿Cuánto es del pan? — ¿ah? Le miro, mientras discute con el otro sujeto. Aunque no me mira, su mano sigue firme en mi brazo. ¿Por qué? Debería hacerme a un lado como los demás. Le sigo dando malas miradas— prometo que no lo hará otra vez—  dice, y comienza a caminar… sin soltarme. Intento otro escape, no es bueno que alguien haga esto. Aun así, no siento que este hombre sea malo.


— No deberías hacer promesas por alguien más— le digo, rindiéndome al ver que no me va soltar.


— Ah, bueno, más que una promesa, es un hecho— le hago una mueca. ¿Qué sabe este sujeto de mí? Arranco un pedazo de pan, estoy hambriento.


— No puedes saber eso— le digo, con la boca llena.


— lo sé.


— ¿A dónde me llevas? no me responde. Me quedo comiendo el pan, mirando mis pies descalzos.  Vivo en la calle desde hace mucho tiempo, robando y durmiendo en cualquier lugar para poder vivir. No confió en las personas, no creo en su buena voluntad, por más amable que se vea y por más que crea que es una buena persona. Solo quiero salir corriendo.  No nos alejamos mucho de cualquier modo. Abre la reja de una casa. Me detengo.


— no te hare nada— me da un jaloncito, no me muevo.


— Viviré en la calle, pero no estoy tan desesperado por hacer esas cosas.


— ¿Qué? Oh, no…— su cara se pone roja, muy roja— ¡No es por eso que…! ¿¡Cómo puedes pensar que haría…?!


— Eres un desconocido intentando meterme en una casa que no conozco— le digo, aun plantado en la entrada. Él me ve, y ríe un poco.


— suena mal. Pero en serio, no es nada de eso—  ah, bueno, realmente no tengo nada que perder.  La casa es realmente increíble, todo es muy bonito. Hay mujeres arreglando todo, sirvientas haciendo reverencias.


— ¿Qué? pregunto, cuando noto que me está hablando. Él sonríe. Su sonrisa es perfecta.


— que si quieres asearte. Hay un baño listo—  ¿un baño? Me miro hacia abajo. Mis ropas están sucias, viejas y rotas, yo estoy sucio también— excelente— no me di cuenta cuando dije que sí, solo me vi llevado hasta el baño, una tina llena de agua y jabón. Nunca he usado jabón. Me dejan solo con un montón de ropas nuevas.  El agua tibia es increíble, también la espuma perfumada. Es increíble, cálido y agradable.


Todo está mojado a mí alrededor cuando salgo a buscar algo para secarme.  Las ropas me quedan bien, es raro usar ropa nueva, limpia.  Casi no me reconozco en el espejo.


— ¿Qué? pregunto cuando tocan la puerta.


— ¿Necesitas ayuda o algo? es ese sujeto.  Abro la puerta, encontrándome con su mirada sorprendida.


— No.  


— bien. Sígueme— le sigo por la casa, abriendo puerta tras puerta ¿Qué tan grande es este lugar? De afuera no se veía tan grande— pensé que quizá tendrías hambre todavía y… ¿y los zapatos?- me pierdo en la vista de una mesa, una mesa llena de comida, iluminada con muchas velas.


— Los deje— no me siento cómodo con ellos— ¿puedo comer?  ¿En serio?


— Sí.


— ¿Qué quieres a cambio?


— Oh, nada, vamos— mientras lo dice, ya me he acercado y agarro un trozo de pan— puedes sentarte también— lo hago. ¡Hay tanta comida que no sé qué agarrar primero! Es él quien pone un plato con algo de caldo frente a mí. Me lo llevo directo a la boca, y luego le escucho reír.  


— ¿seguro que no tengo que pagar por esto?


—no. ¿Cuál es tu nombre?-  mi nombre… no sé cuál es mi nombre.  Con mi dedo dibujo unas letras, formando una palabra sobre la mesa. Las letras se quedan marcadas unos momentos— ¿seguro?


— sí.


— entonces, Hadrien…—  ¿Hadrien? Me gusta— ¿Dónde vives?


— ¿Qué no es obvio? Pensé que eras más listo— me detengo para morder un trozo de carne— no tengo donde vivir, vivo en la calle, en donde sea.


— Soy Kiran—  solo muevo la cabeza— tu vida será diferente ahora, Hadrien—  me da lo mismo, solo puedo pensar en la comida.


 


Días después, después de haber viajado por lugares que nunca había visto y de oír cosas que nunca había oído, llegamos al lugar donde Kiran dice que viviré.


— ¿también vives aquí?


— sí, cuando no tengo que salir.


— Umm—  es una especie de orfanato. No me gusta mucho— ¿estás seguro de que puedo hacer esa cosa de la magia?-  Kiran me mostro lo que hacía, como podía aparecer fuego entre sus manos, mover agua y hacer flotar cosas. Solo por eso le seguí.


— claro que sí. ¿Acaso no han pasado cosas raras a tu alrededor? mis ojos están fijos en el espíritu de una mujer. ¿Más raro que eso?  Nunca le he dicho a nadie sobre esto, sobre la gente muerta que me hace compañía en las noches, que me dice por dónde escapar.


— supongo que sí—  ¿magia? ¿Magos? Suena a un cuento de niños.  Si no lo hubiera visto con mis ojos, habría salido huyendo la segunda noche que pase en la casa. Y digo la segunda porque la cama fue algo muy nuevo.


— Te irá bien— me quedo mirando su expresión alegre.


El lugar es casi como un orfanato. Apenas damos dos pasos, todo cambia.  Hay gente ahí, niños corriendo, haciendo cosas en un gran patio. ¿Por qué no había visto esto antes? Ni siquiera entramos.


— ¿Por qué?- — Kiran parece entender mi pregunta.


— está oculto. Es más fácil así— el resto del día es solo ir y venir entre gente que me ve, me saluda. Me dan una habitación y ropa para mí.  Soy mayor que la mayoría de los niños que están aquí, hay pocos que parecen tener mi edad, que realmente no la sé.


Los días pasan, entre prácticas y demostraciones. Pasa un buen tiempo para mí antes de que pueda ver a Kiran otra vez. Ya estoy familiarizado con todo esto.


— Kiran— le llamo.


— oh, Hadrien ¿Cómo va todo?


— Bien. No puedo hacer mucho aun porque todavía no sé leer, pero estoy aprendiendo—  nunca me había interesado en todo eso de las letras. Él sonríe.


— Eso está muy bien.


— Tengo que ir por allá— le digo, y me voy.  La magia es increíble,  me fascina y muero por poder intentar algo. Claro que no me dejan. Además es agradable tener donde dormir, tener comida tres veces al día.  Lo único malo son las pesadillas. Siempre las he tenido, pero en este lugar, empeoran. Duermo un poco en las noches, antes de que me despierten.  Salgo a caminar, hablando con los espíritus de los muertos que rondan por aquí.


— ¿Hadrien? ¿Qué haces aquí?


— No puedo dormir, tengo pesadillas—  le digo, girándome y viéndole. Solo trae puestos los pantalones. Su tono moreno es bonito. Mis ojos van a su brazo derecho. Muchas líneas negras lo cubren.  Líneas oscuras, algunas más gruesas que otras, curvándose por el brazo, el hombro bajando por el costado— ¿Qué es eso?


—… marcas— ah, sí, he oído hablar de eso. Por eso mi cabello es negro, y mis ojos son como son también. Hay una chica aquí que tiene el cabello color morado, y otro chico con los ojos naranjas.


— ¿te avergüenzas?


— no, claro que no.


— Son bonitas, te hacen lucir bien—  él me ve, sorprendido unos momentos. Luego ríe.


— vamos, ve a dormir.


— No puedo dormir—  repito. Él me extiende la mano para que me levante. La mano izquierda. No recuerdo haber visto a Kiran sin camisas de mangas largas.


— intentare resolver eso. ¿Si duermes con alguien más ya no tendrás pesadillas?


— no lo sé.  Nunca he dormido con nadie más— caminamos hacia una de las habitaciones, no la mía— ¿es tuya? No se ve como la habitación de un héroe— es una habitación sencilla.  Kiran me suelta. Le veo buscar en el ropero.


— ¿Te lo han dicho?- luce apenado.


— todos lo dicen. Yo también pienso que eres increíble. ¿Puedo tocarlas?- ya he puesto mi mano en su brazo. Las marcas de Kiran no se sienten diferentes a la piel normal. Quizá un poco levantado ahí donde están.


— ah, Hadrien ¿siempre haces y dices lo que quieres?se gira, sonriendo.


— ¿Por qué no lo haría?- su mano aparta la mía. No la suelta cuando vamos a la cama.


— Intenta dormir— no tengo sueño,  pero me acuesto en la cama. Kiran no tarda mucho en acostarse también— me dijeron que estas aprendiendo muy rápido.


— no lo sé. Quiero poder hacer magia— él sonríe.


— lo harás.


— Umm— no digo nada más, comienzo a dormirme. Ya es de día cuando abro los ojos otra vez. Sin pesadillas. Estoy casi encima de Kiran— Kiran.


— ¿Qué?-


—  Ya es de día.


— umm, ve a clases—  ni siquiera podría llamarlas clases. Me levanto, mientras él se da la vuelta. No le cuento a nadie lo que paso, no porque piense que estoy haciendo algo malo. Kiran es muy admirado, y no con todos es cómo se comporta conmigo, lo he visto.  Esa noche regreso a la habitación de Kiran cuando sé que ya no hay nadie en los pasillos. Toco la puerta lo más despacio que puedo— ¿Hadrien? ¿Qué estas…?


— Dijiste que intentarías ayudarme con mis pesadillas—  entro a la habitación, pasando por su lado directo a la cama.


— Eso no fue… ah, olvídalo— me dice, cerrando la puerta.


— ¿puedo venir aquí a dormir entonces? anoche no tuve pesadillas— él me mira, divertido.


— lo harás aunque diga que no ¿verdad?


— quizá. ¿Te mete en problemas? No quiero que tengas problemas— aunque pienso que si es tan increíble, el que ha salvado a muchas personas y derrotado a magos oscuros, creo que puede hacer lo que quiera ahora ¿no?


— no, no me causa problemas.


— Entonces vendré a dormir aquí—  me revuelve el cabello cuando se sienta en la cama. Me siento cómodo cuando estoy con Kiran.


— Tu cabello es bonito.


— es como tus marcas ¿no? por eso sabias que yo tenía que venir aquí.


— sí.


— no deberías ocultarlas. Te hacen lucir más increíble de lo que eres— él vuelve a reír.


— ¿piensas que soy increíble?


— sí.


— No lo soy en absoluto— se acuesta. Yo sigo pensando que lo es.


— Cuéntame algo de lo que has hecho— he oído tanto sobre él desde que llegue, que he deseado oírlo de él mismo. Él se gira.


— ¿Qué quieres saber?


— no lo sé, lo que sea.


— bueno… una vez tuve que detener a todo un grupo de reanimados. Tenían órdenes de destruir  someter una aldea, en oriente…- mi mente crea las imágenes, puedo imaginar tal cosa— el mago que los invoco quería vengarse porque le habían echado de la aldea.


— ¿Por qué? ¿Era un mal mago?


— nadie es malo, Hadrien. Solo… no siguen el camino correcto—  ¿Cuál es camino correcto? Quiero preguntar, pero su voz continua— no lo culpo por ser como era. Bueno, nadie más sabía cómo detenerlos, porque seguían levantándose… hay algo demasiado interesante en la idea de despertar a los muertos.


Seguí yendo a dormir con Kiran por mucho tiempo. Algunas veces él no estaba, tenía que irse a lugares tan lejanos y de nombres extraños para mí. Seria increíble ir algún día con Kiran en uno de sus viajes.  Dormía a solas esas veces. Aprendí a leer y a escribir, con eso fue más fácil comenzar a hacer magia de verdad.  Aprender a usar los elementos fue sencillo, por algún motivo todo es sencillo, no como lo hacen parecer los demás estudiantes.  Me gusta hacer aparecer fuego, y crear fuertes vientos.  El agua es difícil, y casi no me gusta.


— ¿Kiran? ¡Kiran!- salgo corriendo del comedor cuando le veo. Me le cuelgo por un lado— ¿Cuándo llegaste?


— exactamente hace como diez minutos—  ríe, y entonces noto que sus ropas están algo sucias, y que parece cansado.


—qué bueno que regresaras. Debo volver allá, me van a regañar por haber dejado el desayuno así—  refunfuño.  


Por la noche no le sorprende que toque y entre como si nada.


— me dijeron que creaste un lio en una de las habitaciones— me dice, pero no se ve molesto, más bien divertido. Sonrió, dándome la vuelta en la cama.


— solo quería ver si podía usar dos elementos a la vez.  No quería crear un tornado de fuego.


— no tienes remedio. La próxima vez que  quieras hacer experimentos, hazlo afuera— me aguanto la risa. Ya ni siquiera me molesto en esperar, solo me acomodo a su lado.


— ¿puedo ver qué pasa si mezclo el agua y el viento?


— crearas nieve y hielo. No creo que quieras hacerlo dentro— puedo ver su mirada, entre divertida y sorprendida.


— Que interesante—  bostezo. No tardó mucho en dormir, cuando Kiran está aquí, es fácil dormir.  Duermo mucho, siempre que está aquí duermo mucho. En este lugar no siento que pase el tiempo, de pronto, ya es invierno otra vez. 


— Hadrien, despierta— es otro día largo, frio.  Me estiro en la cama. Kiran acaba de despertar. Se ve bastante atractivo con el pelo revuelto. Mi estómago da una agradable sacudida. Cada que veo a Kiran pasa eso, desde hace  un buen tiempo.


— ¿Por qué? eres cruel, Kiran.


— tienes que levantarte.


—  te hare un hechizo, por haberme despertado—  le digo, mirándolo. Él me mira, sonriendo, no se toma en serio mis palabras.


— ¿ah, sí? ¿Qué clase de hechizo? yo me apoyo en mis rodillas, inclinándome hacia él.  Levanto la mano, y le beso. No se mueve de inmediato, pero luego sus manos intentan alejarme, yo me aferro a su cabello— Hadrien— le beso otra vez. Sus labios tiemblan un poco antes de responder mi beso.


— Ahora me perteneces, ese es mi hechizo.


— Hadrien— me levanto, dándole la espalda.


— no seas tonto.  Solo es un beso— camino a la puerta. No me siento avergonzado por lo que hice— vendré a dormir esta noche, por si quieres reclamarme algo—  salgo, y solo me giro para cerrar la puerta. Kiran está sonriendo.


Estoy tan distraído ese día, que me gano unos buenos regaños.  No es un buen día para estar distraído si justo hoy nos están evaluando. Me cuesta invocar aunque sea un poco de viento. Suspiro, quizá debería solo dejar que pase todo y ya. No me doy cuenta cuando alguien intenta quedar bien y algo sale mal.  Solo veo el fuego  dirigirse a mí.  No lo pienso, solo alzo las manos, a pesar de que sé que no me pasara nada, que alguien allí no dejara que las llamas lleguen a mí.


Se hace silencio. Las llamas desparecen consumidas por una especie de humo acuoso negro. Tan negro como mí cabello. Ese humo forma círculos a mí alrededor, sube por mis piernas sin dañarme.  ¿Qué es esto? nunca había hecho algo como esto antes ¿Qué clase de magia estoy haciendo ahora?


Oscuridad. Magia negra. Nigromante. Susurran las voces en mi oído, las voces de los muertos.


— Nigromante— alguien dice la palabra en voz alta.  Luego, se arma un caos. Todos empiezan a salir, a llevarse a los más pequeños. ¿Estoy haciendo algo malo? No estoy haciendo nada ¿Qué no lo ven? Esa cosa negra desaparece poco a poco, sin dejar rastro.


— Hadrien ¿desde…? ¿Desde cuándo tu…? no entiendo. Alguien me sujeta del brazo, me jalan mientas comienzan a susurrar.  Kiran me observa, esta tan sorprendido como todos, no se mueve de su lugar. 


— tienes que irte.


— ¿Por qué? no hice nada…


— ahora.


— Pero…- intento ver a Kiran, pero ya no logro verle.  La persona que me lleva suspira.


— la magia como la tuya no es bien recibida en este lugar— es la única explicación que me da, antes de cerrar la puerta.  Me quedo de pie, observado la puerta. De pronto, todo parece como aquel primer día: una casa abandonada. ¿Qué fue lo que paso?  


Espero, y espero. Nadie sale. Nadie.


¿Fue por lo que hice? La magia como la mía… ¿esa cosa negra?


Nigromante.


Eso fue magia negra. No sabía que podía usarla.  Soy… un nigromante. Un mago de oscuridad. Que interesante. ¿Por eso puedo ver los espíritus? Hice bien en no decirlo antes. Pero… yo no hice nada malo, ¿solo por usar esa magia? Ah, sí. Los nigromantes no son buenos. Lo dice en todos los libros que leí sobre magia. ¿Por qué?  No lo entiendo. Solo entiendo que no volveré a estar aquí, y  que si no hago algo, volveré a quedarme en la calle. No volveré a la calle, no puedo estar con cualquiera que esté en el parlamento. No me dejaran ver a Kiran. ¿Kiran querrá verme otra vez? No, no creo que quiera verme otra vez. 


— ah, lo entiendo— susurro. De cualquier modo, nuestro destino no está en donde estamos ahora. Si no hago algo, no veré a Kiran de nuevo. Tengo que… yo tengo que volverme fuerte, tan fuerte que llame la atención de todos, que todos estén pendientes de mí, de a dónde voy.  Tan fuerte que solo su héroe pueda vencerme. Seré el villano más temible que haya existido solo para que pueda ver a Kiran seguido. Tan fuerte para evitar morir, evitar que me atrapen, tan malo que solo puedan enviarle a él. Si… ese seré yo. Me giro. Los espíritus están ahí, como siempre. Los miro— tú…- señalo uno— llévame con el nigromante más poderoso que exista.


«Como ordene… amo»  el espíritu flota. Me quedo mirando unos segundos.  ¿Amo? No está nada mal. 

Notas finales:

Espero les siga gustando esta nueva historia mia

Nos leemos la siguiente semana.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).