Pasadas unas horas, eran alrededor de las 3 de la mañana, cuando el castaño por fin se decidió a ir a su habitación a descansar, abrió la puerta de su cuarto y se tumbó en la cama sin siquiera ponerse la pijama, había tenido un desgaste emocional y físico (trabajando en el taller claro).
-J.A.R.V.I.S.
-¿Señor? –habló cordialmente.
-Despiértame cuando creas que ya dormí lo necesario –dijo adormilado.
-Como diga.
Varios vengadores se encontraban en la sala de estar, charlando sobre cualquier cosa, haciendo bromas y eso. Estaban esperando su almuerzo. Después de todo ya era tarde.
-¿Quién se ofreció esta vez a hacer el desayuno? –Preguntó curioso Clint.
-Ya sabes, Steve es el que cocina mejor que todos nosotros. –Dijo Nat, estaba sentada en el sofá leyendo una revista. –Aunque… esta vez Bruce también se ofreció.
-¿Bruce? Vaya eso si es nuevo. –le cambió de canal a la Tv, ya estaba cansado de ver las noticias, si pasaba algo serio, obviamente serían informados en un instante.
En eso Thor junto con Loki van llegando a la sala, Thor saludando con su gran positivismo y energía y Loki bostezando.
-Anoche escuché ruidos extraños –comenzó Clint, su tono de voz era burlón y solo quería molestar al pelinegro. –Eran como gemidos y provenían de su cuarto.
De inmediato el rubio se ruborizó y volteo a ver a su hermano que se encontraba en la misma situación. –Creo que te equivocas amigo…
-No seas idiota –insultó el pelinegro.
-No, de veras –insistió. -¿Verdad que si Nat?
-Sí, pero te equivocas en algo –miró a Loki desafiante y con una sonrisa que significaba maldad. –No eran gemidos, eran como orgasmos.
-Era algo como… -Clint se levantó del sofá y suavizó su rostro –“Ah… ah… Thor… más fuerte” creo que es así. –se volvió a sentar y ambos espías esperaron la respuesta de ellos dos.
-Etto… -El Dios estaba completamente rojo de la vergüenza, ya no sabía que decir.
-¡Sí! ¿¡Y qué!? –gritó enojado y avergonzado Loki, ya habían sido descubiertos, ya para que negarlo.
-Thor –habló la pelirroja. –No te preocupes por eso, ya lo sabíamos desde hace mucho.
-¿Qué?
-No puede ser –suspiró Loki.
-No eran muy discretos que digamos –dijo Clint con una sonrisa pícara. –Además, ¿se dan cuenta que J.A.R.V.I.S puede ver todo? Él no lo confirmó. –estaba al borde de la risa.
-Entonces eso significa –Habló Thor, volteo a ver a su hermano y lo tomó por la cadera y de dio un beso muy profundo, después de unos segundos se separaron. –Que ya podemos hacer esto sin temor a que nos descubran. –observó a su hermano que estaba muy sonrojado y los otros dos estaban en parte atónitos por lo que vieron pero de igual manera querían morirse a carcajadas.
-¿¡Qué!? –preguntó el ojiverde, pues notó que tenía los ojos puestos en él.
-Nada –contestó la pelirroja con una sonrisa.
-Apuesto a que Loki es el que recibe. –se burló Clint.
-En efecto. –Afirmó Thor.
-Los maldigo –finalizó Loki.
En la cocina se encontraba Steve y Bruce, y aunque no fuera mucho, se podía sentir una pequeña tensión que podría ser cortada hasta con un simple cuchillo, pero ninguno de los dos se atrevía a hablar, el Capitán ni siquiera sabía lo que estaba pasando, hasta que se animó a hablar para bajar la tensión.
-Bruce, no sabía que podías cocinar.
-No es muy difícil. –habló cortante.
-¿Y por qué estás en la cocina? Digo, casi nunca preparas algo.
-¿Tiene algún problema con eso? –dijo fastidiado.
-No lo tengo. –el rubio también comenzó a molestarse por el comportamiento del doctor. -¿Qué sucede? ¿Te hice algo?
-No.
-Un momento, esto es por Tony ¿Verdad?
-¿Qué come que adivina? –preguntó sarcástico.
-Bruce –usó un tono severo en su voz. –Las cosas no son así, ¿Quieres que te explique?
-Ya me dijo Tony –en cuanto dijo el nombre del millonario, lo abordó el recuerdo de como Tony se veía ayer y se ruborizó un poquito, lo suficiente como para que el Capitán lo notara. -¿Sabe qué? Mejor olvidémoslo Steve.
Rogers se quedó en silencio unos segundos tratando de descifrar aquella mirada del científico. –Cierto, no queremos provocar un problema, una última cosa Doctor Banner, Tony es mío.
-¿Perdón? –se confundió.
-Dije que Tony es mío, así que… tenga cuidado. –habló serio, después de todo el Capitán es muy bueno observando las reacciones de los demás, y más vale dejar las cosas claras antes de que sucedan “imprevistos”.
El pelinegro solo asintió a lo que dijo el icono de América, primero que nada tenía que dejar de pensar así sobre su hermano de la ciencia y segundo no le agradó para nada como se lo dijo, por lo que mentalmente le declaró la guerra.