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Hechizo por cancion del viento

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Notas del capitulo:

Y se me acabaron las vacaciones, bueno espero que les  guste, ahora sí, mañana espero la regañiza de mi profesor, ya hasta me mentalicé. T_T

-Tony necesitamos hablar. –Habló Potts.

-De acuerdo vayamos a un lugar más privado. –le sugirió el millonario.

-No es necesario. –comenzó a usar un tono autoritario. –Podemos tratar este tema aquí.

El ingeniero miró a los otros dos vengadores con unos ojos de “váyanse” sin embargo los dos se quedaron, querían escuchar la conversación. Pero antes de continuar con la conversación, algo atrajo la atención de los tres vengadores ya que Pepper venia cargando un ramo de rosas rojas.

-Por cierto. –habló el castaño. -¿Y ese ramo rosas?

-Solo es una de las cosas por la que vengo a hablar contigo. –Suspiró. -¿Me puedes explicar quién te está mandando estos regalos?

 -Oh… -Natasha solo observó a su amigo rubio para verificar que no le estaba dando un ataque de celos, recordemos que el Capitán ya había proclamado a Tony como suyo.

-¿Qué? –preguntó Steve.

-Vaya, si supiera te lo diría Peps, pero no tengo ni la más remota idea. –Explicó Stark.

-Cuando iba entrar a la torre, el cartero, si se le puede llamar así, me preguntó por ti, así que le dije que yo te las entregaba. –Observó con cierta ironía a Rogers. –Veamos que dice la tarjeta. –Agarró la pequeña tarjetita que se encontraba entre las flores.

-¡Oye! eso es privado. –se quejó el castaño.

-No me interesa lo que digas. –contraatacó la pelinaranja.

-Eso me dolió… -dijo Tony llevando una de sus manos a su corazón en señal de sufrimiento.

Potts rodó los ojos para poder continuar y leer la tarjeta. –Las rosas no se comparan con tu belleza, te invito a comer al mejor restaurante de New York para poder conocernos, esta noche a las 8.

-Que cursi… -comentó el millonario.

-Wow… -dijo Nat. Quien solo observó la reacción de Steve, prácticamente estaba hirviendo sobre sus celos.

-¿Qué vas a hacer Tony? –preguntó la pelinaranja, como quien dice estaba echándole leña al fuego. -¿Vas a ir?

-Mmm… no lo sé. –el castaño se llevó una de sus manos a su barbilla.

-Tony… -le llamó la espía.

-¿Qué?

-Creo que debes hablar con Steve…

-Pepper ¿alguna otra cosa? –preguntó el castaño ignorando por completo a la pelirroja.

-Sí, necesito que tu autorización para firmar algunos contratos para futuras negociaciones. –le entregó los documentos y dejó el ramo de rosas en la mesita que estaba enfrente del sofá. –Bueno eso es todo de mi parte, Tony cuando termines de leer esos documentos, necesito saber si estás de acuerdo para poder hacerme cargo de eso. Bueno me tengo que ir, hay mucho trabajo que hacer. –salió de la sala caminando hacia los pasillos donde la perdieron de vista.

La sala se llenó de un silencio incómodo y de una tensión extraordinaria, el Capitán y la espía no se esperaban eso, o ¿Es que Potts no le agradaba Steve?

-Nat… -habló Steve quien la miró con unos ojos llenos de furia, después de todo había sido culpa de la pelirroja hablarle a Pepper.

-Creo que me voy… -la espía casi salió corriendo del lugar.

-Vaya Steve deberías de ser más amable. –dijo Tony sarcástico y con una sonrisa burlona, hasta él se percató del tono de voz del rubio pero no lo iba a tratar como si nada, no después de lo que pasó.

-Tony…

-Steve…

La pelirroja iba caminando por los pasillos cuando se dio cuenta que Potts  estaba adentro de la habitación de invitados, pues se escuchaba el ruido de un televisor encendido. Natasha no lo dudó más y se adentró al cuarto a pedirle una explicación a la pelinaranja, ¿quién se creía para hacer eso?

-¿Qué rayos te pasa?

-¿A qué e refieres? –la pelinaranja se confundió.

-Cuando te llamé era para que ayudaras a ese par de tortolos y sean pareja. –se cruzó de brazos.

-Y eso hice… -afirmó Virginia.

-No entiendo… -ahora Nat era la confundida.

Potts solo suspiro y se sentó sobre una de las sillas que estaban en la habitación. –Siéntate y velo por ti misma.

La espía obedeció y se sentó a lado de otra mujer, “¿Qué se trae entre manos?” pensó. -¿Qué se supone que debo ver?

-J.A.R.V.I.S. –llamó a la I.A.

-Dígame señorita Potts. –contestó tan cordial como siempre.

-Muéstrame lo que está pasando en la sala.

-Enseguida. –Rápidamente en la pantalla que estaba justo frente de ellas, se mostró lo que estaba sucediendo en la sala, en ella se veía a Steve y a Tony.

-¿Qué esta…? –preguntó la pelirroja pero fue interrumpida por su compañera.

-Solo observa…

Ambos hombres estaban en la sala, se miraban fijamente, Tony ya no tenía escapatoria y el Capitán obviamente no lo iba a dejar ir. El ambiente era tenso pero fue el fortachón quien se atrevió a hablar primero.

-¿Tony qué te pasa?

-¿Y todavía me lo preguntas? –se enojó el castaño.

-No soy adivino y si no me dices no sé qué puedo hacer para remediar lo que hice, y entonces no podré hacer nada. –el rubio trataba de no perder la cordura. –Aunque no recuerdo haber hecho nada.

-¿¡No lo recuerdas!? –el primero en alterarse fue Tony. –Estúpida paleta helada.

-Por Dios Tony… ¡No sé lo que hice! ¡Serías tan amable de decírmelo! – gritó enojado pero amable, ok en este punto, Rogers quería razonar con su castaño pero a veces era imposible, pero aun así lo ama.

-¡Ya no importa! ¡No quiero hablar contigo! –el castaño comenzó a caminar hacia la salida. –Y creo que si iré a esa cita…

-¿¡Qué!? No iras. –afirmó el rubio.

-¿Tú vas a impedírmelo? –se burló Stark.

-¡Suficiente! –Gritó el rubio lleno de celos, sin importar lo que sucediera en ese instante iba a apostarlo todo.

-De haber sabido traía palomitas con extra mantequilla. –comentó la espía desde la otra habitación, la pelinaranja solo rio bajito. –Esto se está poniendo bueno.

El Capitán se acercó al castaño y Tony solo pudo retroceder unos pasos hasta que su espalda tocó la pared, “Este idiota me va a matar” pensó el ingeniero, esperó un golpe pero nada de eso venía, al contrario, sintió como el Capitán lo tomaba de los brazos y lo alzaba, su espalda nunca perdió contacto con la pared, entonces sucedió lo que no se esperaba, el rubio le estaba besando muy apasionadamente en los labios.

Tony no sabía cómo reaccionar, primero lo besa y lo rechaza y ahora era Steve quien lo besaba. El rubio se separó del castaño para observarlo detenidamente, su rostro sonrojado y confundido lo llenó de ternura.

-Steve ¿Puedes bajarme? –preguntó avergonzado.

-No quiero…

-Steve en serio me estoy asustando al no tocar suelo.

-Está bien. -de inmediato el rubio bajó a su castaño, ambos hicieron contacto visual por unos segundos, seguían muy juntos, pero fue Tony quien marcó la distancia y se separó de su compañero.

-¿Por qué Steve? Después de lo que hiciste ayer y todavía… -a este punto el castaño estaba aguantándose las ganas de llorar, pero fue en vano, las lágrimas comenzaban a correr por su rostro.

Al rubio se le partió el corazón al ver a su amado lastimado, aunque no sabía por qué. –Tony… No sé lo que hice pero perdóname…

-¿Cómo que no sabes? –sollozó. –Ayer te besé y me rechazaste por completo, me gritaste que era asqueroso. –y las lágrimas comenzaron a fluir con más rapidez. –No es justo, Maldición Rogers ¿¡Ves lo que ocasionas!?

-Espera un segundo Tony… -el rubio no entendía nada de lo que escuchó. –Eso nunca pasó.

-¿Qué?

-Tony, después de la película te quedaste dormido y te llevé a tu habitación. –afirmó y se percató de que Tony dejaba de llorar para poner un rostro confundido.

-¿No me digas que lo soñé? –se avergonzó y su rostro se tornó como jitomate. –Pe-pero se sintió tan real…

-Pues creo que fue así… -fue entonces cuando Steve sonrió mentalmente, se alegraba de lo que le dijo su amor.

-Oh… -se limpió el resto de las lágrimas de sus ojos. –Con esto ni siquiera puedo verte a los ojos. –desvió la mirada y al rubio le pareció lindo. –Cre-creo que mejor me voy…

-Tony, espera. –le sujetó del brazo. –No te vayas…

-… -Silencio por parte de Stark.

-Porque yo te amo… -dijo finalmente y atrajo al castaño hacia él para poder volver a besarlo, aunque se tenía que agachar más de la cuenta porque el millonario ni siquiera se paraba de puntitas, pero esta vez el ingeniero correspondió el beso.

Cuando se separaron fue el millonario quien habló -Steve… yo también…

-¿Qué cosa? –preguntó curioso, deseaba escucharlo, que viniera de él para creer que esto no era un juego, que esto no era un sueño.

-Me di cuenta hace poco, gracias Rhodey también, que yo… te amo… -finalizó para volver a besarse con urgencia.

Se separaron para poder tomar aire, se encontraban algo agitados y algo sonrojados pero a quien realmente se le notaba el rubor era al hombre de hierro.

-Creo que ya no es necesario… -Comentó el castaño.

-¿De qué hablas? –se confundió el rubio.

-De ir a esa cita…

-Aunque esto no hubiera terminado así y estoy realmente feliz de que acabara así, pero no te hubiera dejado ir, si fuese necesario te encerraba. –habló algo celoso.

-Después de lo que acaba de pasar… -dudó el ingeniero. -¿Qué somos?

-Pareja… -soltó Steve, no permitiría que se lo arrebataran.

La diferencia de estatura era clara, pues el Capitán veía hacia abajo a su castaño e Iron Man veía hacia arriba a su ahora proclamado rubio como suyo, pero eso no fue impedimento para que se volvieran a sumir en un profundo beso.

Mientras tanto en otra habitación se encontraban las dos mujeres con unas enormes sonrisas en sus caras.

-Bien jugado Pepper…

-Gracias…

-Una pregunta más… ¿Lo de los pastelitos también fuiste tú? –preguntó curiosa.

-Así es… -contestó sin más la pelinaranja.

-¿Por qué?

-Pues porque estaba harta de todo este problema, además de que Rhodey me contó la situación y quise intervenir, solo darle un empujoncito a ambos… -sonrió. –Y vaya que funcionó.

-¿Y qué hubiera pasado si Tony si hubiera ido a la cita? –quería saber más la espía.

-Tenía a alguien que me iba a echar la mano en caso de que no hubiera funcionado. –suspiró. –Pero como ves, todo salió bien y ahora esos dos ya están juntos.

-Eres de temer Potts. –se burló la espía.

-Otra cosa… ¿Por qué elegiste a Clint para lo de los pasteles?

-A él solo le gusta ver el mundo arder y quería ver a Steve celoso. –Se rio. –Ya ves cómo es de celostino.

-Cierto…

-Bien ahora que ya todo está arreglado, me retiro a hacer mis labores. –se levantó de la silla y se despidió de la pelirroja a lo que esta correspondió con el mismo gesto.

-Quien lo diría… -finalizó Natasha.

Notas finales:

Gracias por leer.

XD


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