Después de disfrutar aquel barquillo, el Capitán estaba dispuesto a cambiar la atmosfera que se había formado por aquella rara conversación, su primer paso fue acercarse más al menor, ya que la distancia que tenían entre ellos era lo suficiente como para que otra persona se sentara.
-Tony –lo volteo a ver -¿Algo que tengas en mente?
-Dije que te seguiría a cualquier lado por el día de hoy –afirmó el millonario.
-Bien –se levantó de la banca y tomó la mano del castaño –vamos.
-¿Qu… qué estás haciendo? –se sonrojó ante la acción del rubio.
-Siempre he querido jugar uno de esos juegos donde avientas canicas y luego te llevas un premio.
-Hablas del juego de las canicas ¿verdad? –Se burló –es un juego para niños.
-Que importa, o no me digas, que el gran Anthony Edward Stark tiene vergüenza de un juego de niños –dijo a tono de burla.
-¡Claro que no! –Afirmó seguro –de acuerdo juguemos pero te digo que yo ganaré Capipaleta –caminaron hasta el puesto y tomaron sus lugares para arrojar las canicas, Steve logró obtener 51 puntos y Tony obtuvo 49 –Rayos… -dijo molesto.
-¿Y? ¿No que me ibas a vencer? –dijo presumiendo el rubio.
-Cállate Rogers, solo tuviste suerte es todo –se encaprichó como un niño de 8 años al cual no le gusta perder.
-Disculpen –la voz de una mujer los interrumpió, pues ella es quien atiende el puesto –pueden elegir su premio.
-Veamos… -dijo pensativo el rubio mientras Tony observaba que podría elegir. –Señorita creo que me llevaré este peluche –sonrió mostrando sus hermosos dientes blancos mientras tomaba el peluche que tiene forma de Naruto –Que curioso personaje nunca antes lo había visto.
-¿Y usted joven? – le preguntó la señora al castaño.
-Realmente no quiero nada –mencionó sin interés, ganar un premio, por dios es Tony Stark el siempre obtiene lo que quiere en un abrir y cerrar de ojos.
-¿Seguro? –insistió la mujer.
-Si no se preocupe, vamos Steve –tomó la mano del rubio y se alejaron del puesto, esta vez fue el turno del Capitán de sonrojarse ante el movimiento del millonario sin embargo no le molestó en absoluto, disfrutaba cualquier mínimo contacto con el menor. –Hey museo andante, ya puedes soltarme.
-Tú fuiste quien tomó mi mano primero –dijo acercándose de una manera nada usual a Tony y con su otro brazo lo sujetó por la cadera y lo pegó a él.
-Hey Capi… no me lo vayas a tomar a mal pero… -dijo algo nervioso –estamos en un lugar público.
-¿Eh? Ah sí, perdona –dijo el rubio dándose cuenta de lo que estaba haciendo –no quise –fue interrumpido por el menor.
-No te preocupes, me pasa muy seguido –se separó de Steve y continuo caminando junto con el capitán.
-No me gusta eso –dijo enojado.
-¿Qué cosa? –se confundió.
-Que te agarren de esa manera –lo volteo a ver con esos ojos azules igual que el cielo –solo yo puedo hacerlo.
-¿Perdón?
-¿Qué? No, no, no, olvídalo –el rubio se percató de lo que estaba diciendo y los colores se le subieron a la cabeza –Es solo que, puede ser peligroso…
-Capipaleta, este ya no es el año del caldo –dijo sin importancia –sé que tienes diferentes costumbres pero este el siglo XXI –alzó los brazos en forma representativa. Hizo aquello para evitar su pequeño color carmín que se había formado en su rostro.
Y así continuaron con su visita al parque de diversiones, no hubo problemas y se podría decir que lo pasaron bastante bien, una vez en el estacionamiento se detuvieron.
-Ponte tu casco –dijo mientras él se ponía el suyo.
-La seguridad es lo primero –dijo sarcástico el millonario.
-Claro que lo es –se rio -¿qué haría yo si te pasara algo? –se detuvo de choque al decir eso, “dios estoy siendo obvio”.
-Pues llorar por tu enorme pérdida –se burló –ahora súbete para que me pueda agarrar de algo.
“Creo que ya entiendo porque Nat dice que en el amor en un idiota” pensó mientras se subía a la motocicleta y la encendía para arrancar e irse, “al menos parece que ya está tranquilo, tal vez fue pasajero” en el transcurso del camino Tony sujetaba fuertemente al capitán para sentirse seguro. Al llegar al estacionamiento de la torre, se bajaron de la moto y comenzaron a caminar hacia el elevador para subir al piso donde se quedaban, estaban en un silencio para nada incomodo pero fue el castaño quien lo rompió.
-Gracias Steve, me divertí hoy –le sonrió de manera sincera, una sonrisa que el capitán solo quiere para él.
-Claro no hay problema, cuando quieras –se sonrojó pero también le devolvió la sonrisa.
En ese momento Tony se puso como jitomate ante aquella sonrisa “Cuerpo de dios griego y sonrisa Colgate, no está mal” –Por cierto Steve…
-¿Qué sucede?
-No sé por qué, pero cuando estoy contigo me siento… bien y tranquilo –se avergonzó, nunca antes había dicho algo así.
-¿Qué?... ¿Puedes repetirlo? –se emocionó el capitán, pero en ese momento las puertas de ascensor se abrieron y Tony velozmente salió de ahí con un Steve detrás de él.
-Dije que contigo me siento del año de los dinosaurios –se burló tratando de esconder su nerviosismo.
-Bienvenido señor –Habló J.A.R.V.I.S
-Hola –dijo el rubio y el castaño, y en eso se dirigieron a la sala.
Mientras tanto en una habitación se encontraba Loki algo confundido -¿Qué pasó?, no sé por qué pero siento que hoy la hice de cupido con ese último hechizo de miedo –posó su mano en su barbilla algo pensativo –no creí que su función bajaría estando alado de él.