Steve odiaba dormir en la habitación de huéspedes. Era fría y la cama le producía dolor de espalda, pero esta vez no culpaba a Loki, le daba toda la razón al estar enojado. Sabía que si la situación hubiera sido al revés, el también estaría furioso.
Entró en su habitación, tomó algo de ropa del armario y comenzó a vestirse, mientras escuchaba a Loki vomitar en el baño. Eso le hizo recordar cuando estaban esperando a Evan, Loki había tenido un embarazo difícil, con náuseas y mareos casi hasta los 6 meses.
Esperó a que Loki saliera del baño, pero cuando lo hizo, se fue directo al armario, ignorando completamente su presencia.
- Loki, necesito hablarte de algo - no recibió respuesta - ... Sé que estas molesto, pero lo que tengo que decirte es en verdad importante
- ¿En dónde estuvieron ayer?
- Con Bucky, Evan se quedó dormido y perdí la noción del tiempo...
- ¡No me mientas! - gritó - ¡Me habrías dicho que irías con él, y no lo hiciste! ¡Y si me llego a enterar de que llevaste a mi hijo, con alguna de tus zorras te vas a arrepentir!
- ¡¿Mis zorras?! - soltó una carcajada - ¿Olvidas que yo soy el imbécil que te es fiel?
- ¡¿A dónde te llevaste a mi hijo?!
- ¡Lo llevé con Bucky!
- ¡Debiste traerlo a casa! ¡¿En dónde estabas tú?!
- ¡Eso es lo que estoy tratando de decirte! ¡Si cerraras la maldita boca ya te habría explicado todo! - Steve solo recibió una bofetada como respuesta. Sabía que se lo merecía
Nunca había visto a Loki tan molesto, pero las cosas se habían calentado y ninguno notó que estaban gritando, y que era posible que hasta los vecinos escucharán su discusión.
Loki dio media vuelta y se fue directo a la puerta de la habitación. Steve fue detrás de él, mientras sentía su celular vibrando en los bolsillos de su pantalón. No era el momento indicado para contestar el teléfono.
Estaba tan distraído, pensando en la discusión y su teléfono que no dejaba de sonar, que casi chocó con Loki, que seguía parado frente a la puerta.
Steve levantó la mirada y sintió un nudo en la garganta. Al otro lado de la puerta, estaba Evan. Los estaba mirando a ambos, con los ojos llorosos. Ninguno sabía que decir.
- ¡Me mentiste! - gritó el niño, mirando a Steve - ¡Me dijiste que ya no pelearían! ¡Me mentiste! - Steve no tuvo tiempo para contestar ya que Evan salió corriendo a su habitación. Loki fue tras de el
Steve se maldijo una y otra vez mientras caminaba a la habitación de su hijo. Su celular seguía vibrando, y estaban dispuesto a apagarlo, hasta que llegó a la habitación.
- Siempre me mienten - dijo entre lágrimas, estaba acostado boca abajo. Mientras Loki lo consolaba, acariciándole la espalda - Me dicen que no van a pelear y nunca lo cumplen
- Lo sé, amor - Loki, hizo que Evan volteara a verlo a los ojos - Esta vez fue mi culpa, cariño. Y también tengo que decirte que estaré con muchos cambios de humor por unos meses, así que no puedo prometerte que no habrá más peleas - Steve se sorprendió y se quedó parado en el marco de la puerta. Era demasiado pronto decirle a Evan sobre el bebé - ¿Recuerdas que es lo que siempre nos haz pedido?
- ¿Un perro? - respondió, sentándose en la cama y limpiando sus lágrimas
- Perros no Evan, te lo he dicho un millón de veces - respondió Steve desde la puerta - Es demasiada responsabilidad
- ¿Entonces qué?
- Pronto te convertirás en hermano ma... - Loki no pudo terminar la frase, ya que Evan se le había lanzado encima y lo brazo por el cuello
- ¡¿enserio?! ¡Por favor díganme que no es una broma! - Steve sonrió al ver los gestos que hacia Loki ya que Evan estaba gritándole muy cerca del oído
- No es broma, hermano mayor... - Steve no estaba de acuerdo en darle la noticia tan pronto, pero como siempre, Loki hizo lo que quiso - Loki, ¿podemos hablar? - no recibió respuesta
- Bien, es hora de ordenar tu habitación - dijo Loki a su hijo - es un desastre, no sé cómo puedes vivir así - Evan soltó una risita, sabía la manía que su "mami" tenía por la limpieza
Loki le dedicó una cálida sonrisa a su hijo, pero cuando volteó a ver a su marido, su expresión fue totalmente diferente. Steve estaba más que acostumbrado a recibir ese gesto, y supo que, por lo menos ese día, no podrían mantener una conversación civilizada.
No sé hablaron durante la mañana, eso era más habitual de lo que desearía. Y Steve se maldecía a si mismo por que fuera así. En situaciones como esas se daba cuenta de lo "malos padres" que eran con Evan. No era correcto que su hijo estuviera acostumbrado a las comidas en completo silencio, a los gritos por las mañanas y a las discusiones nocturnas. Qué estuviera acostumbrado a que sus padres solo se desmontaran su "amor" en público, y que en casa apenas y se mirarán.
Pensó que, el hecho de que Tony le ocultara a su hijo durante tantos años, pudiera haber sido una buena idea.
Mientras el día anterior se imaginó la vida perfecta que pudo haber tenido con, el que creyó, era el amor de su vida. Hoy se preguntaba si hubiera hecho un buen trabajo.
Concluyó que no.
¿Porque?
Cuando supo que Evan vendría al mundo, se sintió listo. Se sintió con la madurez necesaria para traer un niño al mundo, criarlo y cuidar de él y aun así, lo había arruinado. Nunca se habría imaginado que serían la extraña y triste familia que eran ahora.
Si eso pasó cuando se sentía listo, ¿Qué habría pasado si Tony le hubiera dicho lo del embarazo? ¿Cómo habría criado a un niño cuando era un imbécil inexperto? Porque tenía claro, que sí Tony lo había dejado, era porque algo hizo mal.
Se ofreció a llevar a Evan a la escuela como "ofrenda de paz". Con la esperanza de que ambos se tranquilizaran y poder hablar.
Pero cuando volvió a casa Loki no estaba ahí. No se sorprendió. Sabía muy bien en donde iba a encontrarlo.
....
Steve llegó a aquella oficina y le pareció raro no encontrarse con el mastodonte rubio. Se acercó a la recepcionista y se sorprendió al recibir una negativa.
- El señor Laufeyson pidió que cancelara todas sus citas y también pidió explícitamente que no lo molestaran - dijo la chica
- ¿Cree que sea prudente entrar ahora? - recibió una mirada aprensiva por parte de la mujer - No te preocupes, me echaré toda la culpa - ella asintió
Se dirigió a la puerta de la oficina personal de Loki y abrió la puerta lentamente. Logro verlo en la silla tras su escritorio, dando la espalda a la puerta. Se apresuró a cerrar la puerta con cuidado y en silencio.
- Loki... sé que estas molesto pero debemos hablar - dijo casi susurrando
- No es un buen momento - contesto
- Lo sé, pero de verdad es importante... - se detuvo cuando escucho un sollozo - ¿Estas bien?
- Estaba muy molesto contigo en la mañana - claramente estaba llorando - Estaba muy molesto y se lo dije... Le dije lo del bebé
- Creí que tu no ibas a... - su teléfono volvió a sonar, era una llamada de un número desconocido. Apagó su celular - ¿Qué fue lo que pasó? - preguntó acercándose a el
- Se lo dije. Creí que le importaría, que me volvería a pedir que te dejara para estar juntos... Pero al parecer, no me amaba lo suficiente
- Loki... - no sabía que decir
Nunca lo había visto llorar, no así. Lo había visto llorar de felicidad, cuando Evan nació; o de rabia cada que cruzaban la línea en algunas discusiones. Pero nunca por tristeza.
- Se lo dije, me dijo que no estaba listo y se fue...
- Loki...
- No digas nada, de lo que sea que tengas que decir - dijo levantándose - Solo abrázame ¿Puedes?
- Ven aquí - lo tomó entre sus brazos y sintió como su camisa se humedecía lentamente con lágrimas silenciosas
No era momento para hablar sobre Peter.
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