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Lobos y vampiros por Elbuhoconlentes

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Notas del capitulo: Bueno, debo disculparme por irme “tanto tiempo”  pero deben saber que fue por algo bueno, el año  pasado  la economía en mi hogar  estába por los suelos, por lo que no pude ingresar a la universidad, afortunadamente, ese tiempo lo ocupe para trabajar y ahorrar algo de dinero ( obviamente no es una fortuna) y  con las cosas mejorándo en mi familia  pues ahora también tendré su apoyo económico así que…  este búho se puso a estudiar como loco para no perder un año más!.  Aún no me lo creo!!! Seré un chico universitario!!! 
 
Disculpen mi estupida emoción los dejo leer
 
Espero los párrafos no se junten 
Una búsqueda dolorosa.
 
 
El tiempo siguió pasando tan cruel e indiferente a sus anhelos, pero ellos ya se habían acostumbrado, acostumbrado a vivir con ese hueco en el corazón con el sentimiento de que algo les faltaba, con la sensación de estar incompletos, y con el tiempo, pasaron las estaciones arrastrando y acumulando un año y otro más, Naruto, kozu y minato, fueron testigos silenciosos de todos los avances que el mundo humano consiguió, y así, también se mantuvieron al margen, cuando entre esos mismos humanos, la existencia de los licántropos y vampiros, comenzó a ser solo un absurdo cuento, un mito con el que se buscaba asustar.
 
Y el tiempo no dejaba de ser su enemigo más férreo pues entre todas las complicaciones que ya debían soportar, se sumó una más, solo minato comenzaba a envejecer de forma lenta pero cada vez más notable, en Naruto y kozu, el proceso parecía haberse detenido por completo, llegando al punto sin retorno, debían irse aún más lejos, buscar un nuevo lugar donde establecerse en donde nadie los conociera para que así no se notara aquella pausa casi eterna que ellos representaban, pero ese peregrinar solo auguraba más dolor, por donde comenzar a buscar?. 
 
Una tarde antes de tomar la precipitada decisión , Naruto, su padre y kozu cazaban en lo más profundo del bosque, cuando aquel olor, hizo saltar sus corazones, al punto en que sus ojos se llenaron de lágrimas la emoción los embargo, la adrenalina los exaltaba, podía ser, acaso, que después de tantos años, sasuke regresaría a ellos?, y guiados por su olfato, su instinto y el mismo corazón, corrieron por aquel bosque en su forma animal, la misma forma que habían sepultado bajo el peso del peligro de ser descubiertos, pero en esa ocasión nada más importaba, sus patas tocaban el suelo tapizado de hierva tierra y piedras, sus cuerpos parecían galopar sobre el viento, con tal de ir cada vez más rápido, querían estar ahí, no perderlo de nuevo, era sasuke, era su olor, el lobo amarillo derramó lágrimas, que entre la velocidad y el aire parecían flotar como pequeñas perlas multicolor, un grito desgarrador atravesó aquel  solitario lugar, seguido de el, apenas un llanto infantil tan débil, que parecía ser el último ante la agonia de la muerte.
 
En solo unos segundos más, los lobos presenciaron aquella escena, en la que una mujer de avanzada edad, yacía sentada con la espalda recargada al tronco de un árbol, sus piernas manchadas de sangre estaban sobre la vegetación abiertas de par en par, y en el medio de estás, un pequeño, cuya piel, no exhibía el color un tanto rosado de cualquier recién nacido, si no más bien, el color amoratado y oscuro de un cuerpo al que la vida abandonaba antes de siquiera compranderlo. Naruto avanzó con pasos cuidadosos pasando a su forma humana, la mujer pareció sorprendida, pero, ya no tenía fuerzas para realizar algún movimiento, pues apenas y respiraba. Y así, con sus ojos clavados en los azules de Naruto hablo con esfuerzo antes de que también ella cayera en el sueño de la muerte.
- Cuídalo, - fue la palabra que apenas y pudo articular.
 
 
Pero no había nada que cuidar, pues entre los brazos del rubio, el delicado cuerpo del bebé ya no contenía vida en el, Naruto lo abrazo más a su pecho, rasgo algo de la tela del vestido de la mujer y envolvió al pequeño, lo arrullo mientras sus lágrimas caían, kozu se le unió después y minato fue el último en hacerlo, lo habían encontrado, ese pequeñito tenía la escensia de sasuke, aún a pesar de su piel morena y cabellos castaños. 
 
Ese día, Naruto entendió por completo las palabras de madara, se sentía desecho, sin fuerza suficiente para consolar a su hija o a el mismo, por primera vez, deseo no ser eterno, y seguir de esa forma a su amado sasuke hasta la muerte, y se preguntó también, cuantas veces más llegaría tarde, antes de que la vida o el destino mismo le diera la oportunidad de reencontrar al azabache.
 
- Papá – kozu lo llamó un par de veces antes de que el rubio le prestara atención a sus palabras. - no quiero esto, no quiero verlo morir una y otra vez. 
 
El corazón de Naruto no podía estar más resquebrajado, claro que su hija no quería aquello, quien en su sano juicio lo querría. 
 
- Te quedaras con tu abuelo, yo lo buscare y cuando lo encuentre serás la primera en saberlo – el rubio fingió una sonrisa que le hizo doler el alma, pero al menos parecía que su hija se quedaba más tranquila.
 
Mucho tiempo más tarde.  
 
El rubio encendió un cigarro mientras veía atravez de una ventana, ese nuevo “país” al que llegaba, no movía emoción alguna en el, tanto tiempo viajando de un lugar al otro, habían logrado endurecer sus sentimientos, se estableció en una pequeña casa, donde gracias a sus conocimientos fue nombrado como “ el doctor del pueblo” no pasaba día sin que escribiera a su hija, y nunca se iba aún nuevo lugar si no hasta que ella estuviera enterada, así, las cartas que kozu respondia, también llegaban a sus manos.
 
Fue en ese lugar, en donde sintió que traicionaba a sasuke, a su amor, y hasta a el mismo, pues conoció a una joven, que hizo resurgir el cariño dentro de su seco corazón, la alegría de la chica, su tenacidad y carácter, fueron gotas de agua que apasiguaron de a poco la sed de amor y tranquilidad que su alma tanto ansiaba, Naruto estaba consciente de que  ese nuevo sentimiento no duraría mucho, pues a diferencia de el, la joven que dormía con el y despertaba cada mañana a su lado, un día simplemente dejaría de existir.
 
Esa misma joven, en un acto casi de burla por parte del destino,  llevo a un anciano a casa, un hombre que en su juventud parecía haber sido apuesto, pero que ahora su cuerpo cargaba las marcas de la crueldad de la existencia, no era más que un anciano abandonado por su familia  que desvariaba hablando de cosas tan extrañas e incomprensibles  para muchos, pero llenas de sentido para Naruto, quien por las noches furtivamente  acomodaba la cabeza en el regazo de ese viejo, y suplicaba para que este le contara sus historias, dirfrutaba recordando como cada palabra del hombre era un pasaje de lo que alguna vez fue su pasado, y una noche en particular, aquel hombre que no recordaba cómo se llamaba,  llamó a Naruto a gritos  sentado en su silla vieja de madera, y cuando por fin Naruto estuvo frente a el, la mirada del anciano, ya no estaba perdida en el limbo de lo real y las ilusiones, si no más bien, fija en su presente.
 
- No quiero morir sin que sepas que te amo, aún te amo – Naruto se lanzó a abrazarlo apenas escucho esas palabras, llorando sin pudor alguno.
- Yo también lo hago, - contesto entre sollozos el rubio. 
 
Aquella misma noche la línea entre la vida y la muerte volvió a hacerse evidente, y a la mañana siguiente “ el doctor del pueblo” había desaparecido, dejando detrás a una  joven confundida y enamorada con el corazón roto, una pequeña y confortable casa y una tumba, cuya tierra aún estaba húmeda por sus lágrimas. 
 
Los años que siguieron fueron aún más difíciles, el rubio se dio por vencido, perdió la esperanza de encontrar a aquel a quien amaba, pues ya no quería pasar por el dolor de la pérdida y el absurdo sentimiento de que podía haber hecho mucho más, en cambio, se concentró en avanzar, justo como lo hacían los humanos, partiendo de cero y con Todo el tiempo a su favor, se concentró en acumular bienes, su nuevo objetivo era, permanecer al lado de su hija y de su padre, pues suficiente tiempo había sacrificado siguiendo un sueño que era imposible de realizar. 
 
 
- Hijo, llamaron de la compañía- minato le hablo mientras el observaba desde el ventanal – al parecer el dueño de un hotel está pidiendo un presupuesto para una remodelación – Naruto volteo a ver a su padre con una sonrisa en el rostro.
- Claro, déjame el nuemero y me pondré en contacto – contesto el menor, quien inconscientemente recordó al ver las canas platinadas en el cabello de su padre, el como kozu en un acto de valentía y desesperacion lo había mordido, dandole también, aquella facultada d burlar al tiempo,
- Una cosa más – minato lo saco de sus elocubraciones – kozu me pidió que te dijera, que quiere pastel de fresa, - Naruto río al escuchar aquello.
- Ya no es una niñita – fingió enojo.
- Supongo que son las ventajas de ser la eterna bebe de Papi – se burlo de el minato para después salir de la oficina en donde estaban.
 
 
“Pastel de fresa”  se repetía Naruto mientras maneja con una sonrisa en el rostro. 
 
- En verdad que siempre seguirás siendo mi niña – se habló a el mismo.
Condujo por algunos minutos, hasta estacionar su auto frente a un pequeño parque, bajo de el y camino unas cuadras hasta la pastelería que según su hija, era la única que utilizaba ingredientes frescos y completamente “orgánicos” . Entro al local y observó con detenimiento aquellos pasteles que a la simple vista ya se adivinaban deliciosos, eligió el que más utilizaba fresas en su decoración y formó a la caja esperando su turno para pagar, salió de ahí unos minutos después. E hizo el camino de vuelta a su auto. Colocó la pequeña caja sobre el techo del mismo mientras buscaba las llaves en su bolsillo.
 
- Eres tú? – la voz que se dirigió a el lo hizo saltar, todo su cuerpo se tensó, sus pensamientos se bloquearon y no tuvo ninguna respuesta. – e soñado contigo durante años, todo es siempre igual. – el joven seguía hablándole, pero Naruto no era capaz de voltear y verle –  este parque, este auto, tú y el  pastel de fresa, que resbala del techo del auto, cae al piso, tu no haces nada por sostenerlo, - todo sucedía tal y como el lo decía, Naruto reaccionó cuando el pastel yacía embarrado en el piso. – y después me llamas …
- Sasuke – interrumpió el rubio, podía escuchar su corazón latir en sus oídos completamente desbocado y golpear contra su pecho, sus piernas parecían estar perdiendo la fuerza y su respiración se negaba a aportar oxígeno.
- Si, me llamas por mi nombre…  pero, yo no te conozco, - termino por decir aquel chico y fue entonces que Naruto presto verdadera atención en el, sus instintos resurgieron, llenando sus pulmones con el olor de quién fue su amado, luchó por mantener las lagrimas al margen, pero contra lo que no pudo fue contará su cuerpo, que se abalanzó en un abrazo hacía el del joven frente a el. 
- Quien… quien eres tú – pregunto sasuke, que no comprendía por qué sus ojos también derramaban lágrimas y por qué su cuerpo temblaba. 
 
 
Notas finales:

Muchas gracias a los lectores que sigan ahí leyendo mis historias.

 

espero no haya faltas de ortografía o nombres cambiados.

 

muchas gracias por darle una oportunidad a este fic 


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