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Memorias de un doncel por Krizz Sabaku No Uchiha

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Notas del capitulo:

Naruto y Naruto: shippuden no me pertenecen

Memorias de una Geisha no me pertenece

 

Cambie el nombre de Geisha de Naruto de Kitsune a Kyubi, ya que llamarlo Kitsune no me convencia del todo

 

¡Disfruten!

Esta noche había una cena especial en la Okia Aburame, esta era la noche en que el mundo conocería a la nueva Maiko en Hanamachi, Deidara-nii se encargó personalmente de mi vestuario y maquillaje. 




—Nuestros rasgos son finos, nuestro cabello muy suave. Nuestra principal arma son nuestros ojos color cielo—. Dijo mientras me ayudaba a delinear mis ojos de una manera que resultaran más grandes de lo que ya eran. —Usa tus ojos para atrapar a tu cliente, que no olviden tu mirada—. Sonrió al terminar su trabajo. —Ya estás listo—. 




Me mire detenidamente al espejo, una ligera capa de maquillaje cubría mi rostro, mis labios estaban levemente remarcados por un color rosa y mis ojos con una sobra negra y delineados de mismo color, haciendo ver a mis ojos rasgados y grandes, si no fuera porque era mi propio reflejo, jamás creería que yo podría llegar a convertirme en esto. Una Geisha. 




Podría ver, a través de espejo, la sonrisa que Deidara tenía en el rostro al ver su obra semi terminada. 




—¿Qué haces parado ahí?—. La voz molesta de Tsunade me saco de mis pensamientos apreciativos. —No me darás dinero parado ahí, Naruto—. Yo miré a Deidara-nii el cual me asintió y ambos salimos de la Okia, pude escuchar a Shizune-san desearme suerte. 




—Se que estarás nervioso—. Escuché la voz del rubio, yo asentí sonrojándome. —Solo recuerda tus lecciones, trata de seguir la conversación. Lo harás bien—. Me sonrió dándome confianza, yo lo imité y volví a encerrarme en mis pensamientos. —Si llegan a preguntar tu nombre, date a conocer como  Kyubi, entre menos sepan tu verdadero nombre, más podrás atraerlos—. 




—¿Como te conocen a ti?—. Pregunte, Deidara sonrió. 




—Baku—. Me contesto, yo arquee una ceja ante su respuesta. —Viene del término "Bakuhatsu", significa explosión—. Dijo. —Era por mi carácter al iniciarme en esto de ser Geisha, no cooperaba demasiado con mi One-san y al final mi temperamento siempre vivía explotando, de ahí mi nombre artístico—. Sonrió apenado, yo correspondí igual. 




Al llegar a la Okia Aburame, el ambiente estaba bastante animado, nosotros fuimos los primeros en llegar para entretener a los invitados. 




—Tenemos el placer de presentar a Baku y a una nueva Maiko, Kyubi—. Ambos nos inclinamos como muestra de agradecimiento por haber sido invitados al evento, entre los cuales pude ver al hombre alto de cabello largo que había conocido en cada de mi Oni-san. 




Deidara-nii inmediatamente se encamino al lado del ese hombre para saludarlo. —Baron Uchiha, konbanwa—. Saludo el rubio inclinados. —Quisiera presentarle oficialmente a mi aprendiz, Kyubi—. 




—Hajimema shi te, Soy Kyubi, Maiko de la casa Senju—. El hombre de pelo negro sonrió mientras sostenía una taza de té. 




—Es imposible olvidar esos ojos—. Dijo el hombre. —Encantado, soy el Barón Uchiha Itachi—. Sonrio, acto seguido tomo totalmente el líquido de su taza y me la tendió para servirle más, yo sonreí confiado, y recordando las lecciones de Deidara-nii, procedí a servir té en la taza del Barón, tome la tetera con la elegancia que se me había enseñado y la incline para servir la taza, pero había algo mal. 




El té jamás salió de la taza, por más que la agitara, la tetera estaba vacía. Pude escuchar la ligera risa del Barón a un lado, alcé mi mirada, topándome con la azul de mi Oni-san, el cual me sonrió y con un gesto me dio a entender que no quedara cohibido por el mal momento. 




—Parece que tu belleza hizo al té salir corriendo—. Sonrió a burla sin alguna mala intensión. 




—No se burle, Barón—. Lo reprendió Deidara. —Es su primera vez aquí—. Dijo, el Barón paro toda burla, pero aun así no dejo de sonreír. 




—Lo siento, pero me encanta ver el sonrojo vergonzoso en hermosas Geishas—. Dijo a modo de cumplido, yo trate de sonreír con cortesía. 




Después de un rato sirviendo tazas de té y sake, llego el momento de hacer mi número artístico, mi Oni-san me pidió que me tranquilizara, que lo haría bien, solo necesitaba enfocarme en las notas que tocaría Deidara-nii con el Shamizen y todo estaría bien, asentí y tome mis abanicos. 




Había ensayado esta rutina cientos de veces junto a Deidara, así que no creí que hubiese problema alguno si tan solo imaginaba que me encontraba bailando en la sala de mi Oni-san, sin nadie más alrededor. 




La melodía comenzó y mis movimientos con los abanicos también, los extendí con fuerza y me rodeé en ellos para provocar un ambiente místico a juego con la música, tenía todas las miradas sobre mi figura, el baile estaba saliendo de manera maravillosa, no me había equivocado en ningún movimiento, estaba en la parte final de mi rutina, cuando dos figuras más irrumpen en la sala, sin ninguna consideración del número artístico que se presentaba en ese momento. 




Pude dar con la mirada burlona de Karin, que cubría la mitad de su rostro con el abanico que ahora cargaba, siguiéndola de cerca una sonriente Sakura ajena de la imprudencia que habían cometido al entrar de esa manera a la sala. 




Deidara las miro con molestia, para seguidamente verme a mi e indicarme que acabara con la rutina de manera rápida, así lo hice, dos movimientos más y el gran final estaba hecho, no hubo oportunidad de que Karin arruinada mi coreografía, si eso era lo que pretendía. 




Los aplausos en la sala se escucharon y yo me incline agradeciendo al público y junto con mi Oni-san regresamos a nuestros lugares al lado del Barón. 




—Pero que hermosa danza ¿No crees, Sakura?—. Dijo la pelirroja. —Los bailes con abanicos son mis favoritos—. Movió su abanico de manera elegante, para demostrar su punto. —Son tan hipnóticos ¿No cree, general? —. Mire al hombre vestido de militar que se encontraba a solo dos personas de distancia del Barón, era un hombre grande y de sonrisa tanto pervertida como bonachona. 




—Claro que sí, querida—. Contesto. —Mas si tal danza la hacer tan hermosa creatura—. Dijo dándome una sonrisa y un guiño de ojo. 




—Si, me imagino—. La voz de Karin sonó desganada. —¿Cual es su nombre?—. Pregunto al rubio mayor. 




—Kyubi—. Respondió.  




—Oh, vaya, creo que es verdaderamente increíble que los sirvientes puedan convertirse en Geishas—. Mi cuerpo se tensó por unos momentos, casi nada, por el comentario malintencionado de la pelirroja, afortunadamente pude guardar la compostura. —Pienso que es adorable querer ayudar a los menos afortunados ¿No cree, general?—. 




—Definitivamente—. Escuche a Deidara-nii bufar de manera calma, pero después me miro con una sonrisa. 




—Apuesto a que Kyubi  querrá agradecer era tan agradables halagos—. Mire a mi Oni-san y sonrisa me dio cabida libre para expresarme como yo mejor sabia. 




Ya no era un sirviente, y tenía mucho rencor acumulado para con Karin, así que sabía perfectamente cómo hacerla enojar sin recurrir a métodos tan bajos como a los que ella estaba recurriendo para humillarme delante de estos hombres. Sonreí. 




—Hay tantas cosas que quisiera decirle a Karin-san—. Dije con una sonrisa. 




—A veces el mejor comentario que se puede hacer es el silencio—. Dijo Karin de manera altanera, sin quitar su sonrisa burlista. —El mejor consejo de la noche, querido—. 




—Opino que deberías poner en práctica tus propios consejos—. 




—Kyubi—. Me reprendió Deidara, sin verdadera molestia. 




—No lo reprendas, Baku—. Dijo la pelirroja. —Entiendo su altanería, yo también fui una Maiko—. Yo sonrei. 




—Si, pero eso fue hace tanto, tanto, tanto, tanto...—. Dije mientras encendía el cigarrillo que el Barón tenía en la boca. —...tanto, tanto tiempo—. Le sonreí y el resto de hombre hizo lo propio, si las miradas mataran Karin me habría sepultado hace mucho. 




Esa noche Karin me amenazo, apenas llegamos a la Okia Senju, ella me jalo del kimono y me empotro contra la pared más cercana. —¿Te crees la gran cosa, pequeña rata?—. Dijo con molestia. 




—One-san, por favor, Lady Tsunade podría venir...—. Trato de calmar Sakura, pero Karin no se aparto 




—Voy a destruirte ¿Me escucharte?—. Amenazo. —Así que más vale que tu Oni-san y tú se cuiden la espalda—. Dicho esto, me empujo más fuerte y salió rumbo a su habitación, Sakura se quedó conmigo un poco más, solo para saber si me encontraba bien, yo asentí y ella se retiró también. 




Suspire con frustración, Karin sería un obstáculo mucho más grande del que imagine. 




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Le comenté lo sucedido a Deidara-nii, él no estaba feliz por la intromisión de Karin en la Okia Aburame. 




—Ella tiene el poder suficiente como para entrar en cualquier Oki, aun sin ser invitada—. Dijo con molestia Deidara. —Eso será un problema porque no te dejará practicar tus habilidades—. Se llevo un dedo a los labios pensativos. 




—¿Y no podríamos simplemente ignorarla?—. El rubio mayor negó. 




—Ella tiene demasiada influencia entre los hombres—. Dijo. —Podría esparcir rumores y pasar de Okia en Okia hablando—. Suspiro. —Necesitamos que te conozcan, pero no lo harán con Karin abriendo su molesta boca en todas las Okias de Hanamachi—. 




—¿Entonces? —. Oni-san me miro. 




—Necesitamos que practiques y solo con cosco un lugar en donde puedes hacerlo—. Me miro. —Prepárate, iremos a tu primera competencia de karate—. Parpadeé perplejo, pero de igual modo asentí.  




Regrese a la Okia para vestirme apropiadamente, Deidara-nii me pidió que fuera ropa cómoda, pero de buen gusto, en esta ocasión solo maquillaría un poco mis labios y como siempre, haría resaltar mis ojos, me comento que las personas que veríamos eran clientes muy importantes para mi Oni-san. 




—Iremos a ver a los dueños de la compañía Sharingan—. Me comento. —El presidente Uchiha-sama y el vicepresidente, Sabaku No-sama —. Mire sorprendido a Deidara. 




—¿Uchiha-sama?— . Pregunte. —¿El Barón?—. Deidara negó. 




—Sasuke Uchiha no tiene ningún parentesco con mi Barón—. Me dijo. —Aunque son parecidos ellos me han confirmado que no tienen lazos sanguíneos directos—. Mi corazón palpito de manera desenfrenada. 




¿Podría ser que al final podría ver a mi Uchiha-sama? 




—Debo advertirte que su compañero, Sabaku No-sama es un verdadero reto—.  




—¿Por qué? —. 




—No le gustan las Geishas—. Trage grueso, sin duda sería un día largo. 




Entramos a un edificio bastante concurrido, los hombres gritoneaban y animaba a su peleador favorito, mientras que algunos meseros servían sake de un lugar a otro, una que otra acompañante Geisha se encontraba en el lugar, a veces platicando entre ellas y en algunas tarimas platicando con sus clientes, el ambiente estaba llego de alcohol y tabaco a morir, arrugué en entrecejo ante aquel detalle, pero aun así seguí adelante, no me podía echar para atrás en este momento. 




—Presidente Uchiha—. Escuché a Deidara-nii saludar, contuve la respiración por algunos momentos, todo parecía ir en cámara lenta cuando me puse al lado de mi Oni-san, el hombre de cabellos negros volteo al percatarse de la presencia de mi Oni-san y la mía. 




Mis rodillas temblaron al igual que mis labios, el hombre de negros cabellos, piel pálida y ojos profundos se nos quedó viendo con una sonrisa, en ese momento, yo podría morir feliz. 




—Ah, Baku-san—. Saludo el moreno. —Un gusto verte—. Deidara hizo una reverencia.  




—Espero no le molestase, pero traje a mi nuevo aprendiz—. En ese momento, sentí esos ojos negros verme, podía saltar de felicidad, pero no sería propio de una Geisha educada, así que solo sonreí y reverencie, el moreno sonrió de igual manera y todo aquel habiente se cortó cuando el grito furioso del pelirrojo a su lado irrumpió. 




—¡Jodido estúpido, ya lo tenías!—. Grito eufórico y molesto. 




—Nee, Gaara—. Llamo el moreno a su colega, el cual lo ignoro en primera estancia, hasta que este le jalo del brazo. —Baku-san ha llegado—. El pelirrojo nos miró y tanto Deidara-nii y yo saludamos. 




—Ah, bien—. Dijo sin dejar de lado su mal humor, seguidamente paso a ignorarnos, el moreno frunció el ceño ante la grosería de su amigo, pero era de esperarse, así que solo lo dejo pasar. 




—Es bueno tenerlos aquí, Baku-san—. Deidara sonrió. —Espero perdone a mi amigo—. Dijo mirándome a mí. —Cuando estamos aquí, no es de escuchar a alguien—. Sonrió y yo correspondí. 




—Si, sí. Ya sabemos que odias las competencias de Karate, ¿Quieres callarte? no puedo escuar los resultados—. Renegó el pelirrojo, causando un ceño fruncido en el moreno. 




—¿Acaso escuchas algo entre tanto grito? —. Pregunto molesto, pero fue ignorado por el pelirrojo, bufo. Dio su atención nuevamente Deidara-nii para continuar con la conversación. —Espero que haya escuchado de nuestro proyecto de usar agua para crear energía para áreas rurales—. 




—Algo así, lo leí en el periódico—. El moreno asintió. —Estoy seguro de que será un proyecto prospero, ya que la energía vendría de maravilla en áreas rurales—. 




—¿Como es posible que el agua pueda ser usada para crear energía eléctrica?—. Pregunte en medio de la conversación, el moreno me miro con una sonrisa. 




—Yo no soy experto en el tema—. Contesto. —Si quieres respuesta a ese tipo de preguntas, se las deberías hacer a él—. Dijo señalando al pelirrojo. 




—Es otra manera de decir que él solo es la cara bonita de la compañía—. Dijo con burla el pelirrojo. —Ahora podrías callarte, comenzara el siguiente round, deja al chico ver la pelea—. 




La conversación murió en ese momento, Deidara-nii sonreía de una manera extraña, sonrisa que inmediatamente fue desapareciendo y fue sustituida por una mueca de enojo total, lo miré preocupado y seguí su mirada para ver que lo tenía tan molesto, di con la causa. 




Karin e Ino habían entrado al lugar, se encantaban del otro lado de la arena, pero sabía que no tardarían en dar con nosotros. 




—¡Esa maldita serpiente!—. Gruño Deidara. —Tienes que hacer algo, Naruto—. Dijo en voz muy baja. 




—¿Pero qué?—. Pregunte. 




—Trata de hacerle platica a Gaara-san—. Mire sorprendido a mi Oni-san. 




—Pe-pero él...—. Trate de replicar, pero Deidara insistió. 




—Gaara-san podría ser nuestra única salvación—. Dijo. 




—Odia a las Geishas—.  




—Lo sé. Por eso mismo Karin no intentara acercarse a él—. Asentí entendiendo a donde quería llegar Deidara, serví un poco de sake en una taza, tome aire y me acerque al pelirrojo. 




—Disculpe, Sabaku No-sama—. Dije tendiéndole la taza, el me miro y tomo el ofrecimiento. —Tal vez sea tan amable de enseñarme las reglas del karate—. El pelirrojo me dio la espalda por un momento, bufo y comenzó a hablar. 




—En el mundo de los hombres solo importan tres cosas, la guerra, los negocios y las peleas—. Comenzó. —Entiendes una, entiendes las tres—. Mi mirada se desvió a mitad de su plática cuando escuche la voz de Uchiha-sama hablando con Deidara-nii. —¿Estas escuchándome?—. Salte, asentí y baje la mirada, escuche al pelirrojo bufar. —Imagino que en su mundo ustedes solo se preocupan por sus bailes, instrumentos y maquillaje—.  




—Quisiera que viera la situación como yo la veo, Sabaku No-sama—. Logre llamar la antencion del pelirrojo. —¿Que son los negocios, si no baile entre compañías? ¿Que son las peleas, si no bailes entre peliadores? —. Dije. —Me gustaría conocer todo tipo de bailes—. Ante mis palabras no escuche replica o bufido alguno, había hecho que cediera. 




—Vale, tu ganas—. Dijo. —Los contrincantes pelan dentro del tatami, es la zona azul que vez en el centro, al iniciar la pelea comenzaran a lanzar patadas y puños en lugares estratégicos del cuerpo con el objetivo de obtener puntos—. Me explico, pude ser consciente de la sonrisa triunfante de Deidara-nii, así que pensé que Karin se estaba retorciendo en su propio veneno. 




—¿No llega algún momento en que la pelea pase al terreno personal?—. El pelirrojo sonrió. 




—Para eso está el réferi—. Dijo señalando al hombre de traje. —Si comienza a ver golpes malintencionados, el réferi parara la pelea y ambos peleadores serán amonestados—. Miré la pelea y pude ver al contrincante que apoyaba Sabaku No-sama, era un peleador bastante joven comparado con su oponente. 




—¿Está permitido pelear contra alguien tan joven?—. 




—A veces ser más viejo, no significa que eres mejor—. Me dijo. —Muchas veces la practica hace al maestro ¿No es asi como ustedes se educan?—. Me miro con una sonrisa, yo asentí. 




—Ya veo porque le gusta esto—. Dije. —Un hombre no puede ser juzgado solo por la apariencia— 




—Lamento decir que nos tenemos que ir—. Escuche a Deidara-nii hablar, yo mire al otro lado de la arena y pude ver las intenciones de Karin en acercarse a donde estábamos nosotros. 




—¿Tan pronto?—. Pregunto Uchiha-sama.  




—Lo lamento, Sasuke-san—. Deidara-nii reverencio para disculparse, estábamos por retirarnos cuando escuchamos la voz de Gaara-san. 




—Baku-san—. Dijo. —¿Podrías traerlo de nuevo?—. Pregunto apuntándome a mí. 




—Estoy de acuerdo—. Coincidió Uchiha-sama. —Pero no escuchamos tu nombre—. Yo sonreí 




—Soy Kyubi—. Tanto el pelirrojo como el moreno sonrieron. 




—Nos veremos en otra ocasión—. Dijo el moreno para despedirse, me hice un recordatorio de que esa noche buscaría la noticia en los periódicos, para saber si era verdad, y para saber si había alguna foto de Uchiha-sama, ambos salimos del lugar, pude escuchar a Deidara-nii bufar. 




—Esa maldita bruja, solo interponiéndose en los planes de los demás—. Camine rápidamente a si lado, mi Oni-san logro parar un Jinrikisha y ambos subimos en él. 




—¿Cuáles planes, Oni-san?—. Pregunte interesado. 




—Planeo hacer una guerra por tu atributo más valioso—. Me dijo, pero yo seguía sin entender que podría valer tanto en mi como para iniciar una guerra. 




—¿Y que es?—. 




—Tu mizuage—. Dijo, yo quedé perplejo ante aquellas palabras. —Seguramente has escuchado el relato de la cueva y la anguila ¿No?—. 




—Viví con Karin ¿Tu que crees?—. Deidara sonrió. 




—Bien, este es el evento más importante para pasar de ser una Maiko a una Geisha y se vende al más alto precio, yo pase por esto y ahora tú también lo harás, pero para esto, necesitamos que entres en los círculos correctos—. Yo asentí. —Y justo ahora iremos a ver a doctor—. Parpadee 




—¿Que? ¿Porque? —. Pregunte sin entender. 




—Porque te has caído del jinrikisha—. Contesto. 




—Pero si yo no...—. Y justo en ese momento y sin previo aviso, fui bajado del jinrikisha sin delicadeza dando me un fuerte golpe sobre mi pierna izquierda, había veces en las que me preguntaba si saldrá vivo de esta vida. 




  




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Inmediatamente fuimos con el doctor Hatake, el mejor en Hanamachi, para que atendiera mis heridas, las cuales no eran la gran cosa, no así el dolor, el cual, si era insoportable, seguramente quedaría adolorido en los siguiente días. 




—Parece que no tienes fractura a pesar de ser una fuerte caída—. Dijo el hombre con el cubre bocas negro, le mire extrañado ante la impresión del de cabellos plateados, parecía que siempre sonreía. —Ahora echare un vistazo a las heridas de tu pierna, si me permites—. Deidara-nii ayudo a doctor sosteniendo mi kimono del diario. 




—Mi principal preocupación es si podrá bailar, doctor Hatake—. Menciono Deidara. —Pronto tendrá una presentación y no se puede dar el lujo de lastimarse—. Me miro a manera de reprimenda. 




—Oh ¿En serio?—. El peliplata me miro aun con esa extraña sonrisa. —No deberías forzarlo demasiado, Baku-san—. Reprendió al rubio mayor. —Pero te puedo asegurar que con un día de reposo y si toma la medicina adecuada, podrá volver a bailar sin problemas—. Deidara asintió. —Además, con tan hermosos ojos, no puedo creer que no sea algo importante—. Deidara-nii tenía razón, mis ojos eran la mejor arma. 




Después de aquel "incidente" las cosas siguieron marchando de manera normal, los intentos de Karin por perjudicarme no cesaron en lo absoluto y por lo tanto Deidara-nii se vio en la necesidad de pedirle a Lady Tsunade que le otorgara más trabajos, cosa que la rubia ignoro por completo. 




—No te hare más fácil el cumplir con tu apuesta—. Había dicho. 




Esta noche había una reunión en la Okia Inuzuka, Deidara-nii fue invitado por Uchiha-sama y extendía la invitación a mí, por supuesto, me vestí con el mejor kimono para esa noche, mi maquillaje fue llevado a conciencia de manera que mis ojos resaltaran más, según Deidara-nii, hoy se tiraria el primer anzuelo para la guerra por mi Mizuage, asi que tenía que estar lo mejor presentable. Al llejar a la Okia, pero antes de entrar a la sala, Deidara-nii me detuvo. 




—Debes darle esto a Gaara-san—. Me tendió una cajita en color rosa pálido perfectamente adornada con un listo rojo. —Procura que sea de manera discreta, por favor—. Guarde la cajita entre mis ropas, asintiendo. 




Al entrar en la sala, el ambiente era tranquilo, a comparación con la reunion en la Okia Aburame, justo a la cabeza de la mesa se encontraba Sabaku No-san y a su izquierda con una media sonrisa en el rostro se encontraba Uchiha-sama, inmediatamente nos acercamos a ellos, pues fuimos invitador por el moreno, eso no hacia su compañía por esta noche. 




—Sasuke-san—. Saludo Deidara-nii. —Gracias por invitarnos y felicidades por la aprobación de su proyecto—. El moreno sonrió complacido. 




—¿Se entero?—. Pregunto el moreno.  




—Sabe que yo siempre me mantengo informado—. Deidara sonrió. 




—Muchas gracias—. Dijo el moreno con una sonrisa. —Por favor, sírvanse lo que gusten—. 




—Felicidades por la aprobación del proyecto Sabaku No-sama, Uchiha-sama—. Dije con una sonrisa. 




—Era de esperarse—. Dijo el moreno. —No hay plan que este hombre no falle—. Dijo señalando al pelirrojo. 




—Tu cara bonita y tus estrategias ayudan mucho—. Contesto Gaara. —No te desacredites, hombre—. El ambiente y la cena siguió su curso, hasta que el pelirrojo se aclaró la garganta. —Qui-quisiera darte algo, Kyubi—. Me dijo, sacando de entre su saco, una pequeña caja cuadrada. 




—Oh, Gaa-chan—. Se burlo el moreno. —No sabía que te habías vuelto tan sentimental—. El pelirrojo bufo. 




—Cierra la boca—. Mando callar al moreno el cual no dejo de reír. El pelirrojo abrió la caja revelando así un Kanzashi bastante sencillo, pero aun asi elegante, yo quedé perplejo ante tal obsequio que no pude decir palabra por unos momentos —¿No te ha gustado?—. La voz del pelirrojo me saco de mis pensamientos y finalmente sonreí. 




—Perdona mi falta de palabras, pero...—. Mire al pelirrojo con una sonrisa bastante marcada. —...es la primera vez que recibo un obsequio, gracias—.  




—Buenas noches—. Los cuatro nos giramos al escuchar esa voz, pude ver a Deidara-nii rodar los ojos, Karin había llegado de nuevo. —Felicidades por el proyecto, Sasuke-san, Sabaku No-sama—. Sonrió, y después fijo su vista en mí. —Pero Kyubi, que hermoso Kansazhi—. Lo tomo en sus manos y casi sin delicadeza lo puso sobre mi peinado. —Te queda de maravilla, querido—. 




—Buenas noches, señores—. Saludo quedamente Sakura, aunque nadie la tomo en cuenta, pues seguíamos pendientes de las cosas que podrían salir de la boca de Karin. 




—Disculpen las molestias—. Dijo la pelirroja. —Los vimos y quisimos saludar a los señores antes de irnos—. Sonrió. —Baku-san, Kyubi, pasen buenas noches—. Deidara me miro por unos momentos, entendí que tenía que aprovechar el momento para entregarle la cajita a Sabaku No-sama, así que así lo hice. 




Pude sentir la mano temblorosa de Sabaku No-sama al momento de tomar el objeto, pero jamás pude darme cuenta de la sonrisa triste que había aparecido en el rostro de Uchiha-sama. 




Cuando termino el evento, Deidara-nii estaba desesperado por llegar al consultorio del Dr. Hatake. —Tendrás que entregarle esto al Dr. Hatake—. Me dio una cajita similar a la que le di a Sabaku No-sama. 




—¿Para qué es esto?—. Pregunte. 




—Esto les indica que tu mizuage está en venta y que los haz escogido como candidatos—. Llegamos al consultorio, pero de la puerta no pudimos pasar, las enfermeras ayudantes del Dr. nos impidieron el paso. 




—El Dr. Hatake no quiere atenderlas esta noche, o cualquier otra noche—. Dicho esto, fuimos casi echadas de esa casa, mi Oni-san no estaba feliz, pues sabia de sobra que Karin había abierto su gran boca nuevamente. 




—Porque no le entregamos está a Uchiha-sama—. Dije ilusionado, pero Deidara-nii me dio una negativa rotunda. 




—No puedes ponerte en medio de dos amigos, Naruto—. Dijo molesto. —Ellos no pelearan por una Geisha—. Baje mi rostro. —Tenemos que hacer una red, hay muchos clientes haya afuera, pero debemos atraerlos—.Dijo. 




—¿Y cómo podríamos hacer eso? —. Deidara guardo silencio por unos momentos. 




—De la única forma que podemos—. Después de eso, fuimos a La Casa de Té, en donde Deidara-nii pudo cobrar unos favores con los directores del evento más cercano, prontamente mi imagen estaba masivamente distribuida por toda Hanamachi, anunciándome como el numero principal de La Casa de Té. 




La primera en reclamar fue Karin, cuando recién salió de las aguas termales a las que solía ir en sus días libres, encontrándose con los carteles que anunciaban el evento y a la Maiko Kyubi como el evento principal, molesta arranco todos los carteles que había a su paso rumbo a la Okia Senju. 




—Tsunade ¿Quién es el culpable de esto?—. Grito aventando los carteles sobre la mesa del comedor en donde nos encontrábamos, Lady Tsunade, Shizune-san, Sakura y yo comiendo. 




—¿Porque no le preguntas a Baku?—. Karin gruño. 




—Porque te estoy preguntando a ti, Mi Lady—. Dijo en tono burlón. 




—Conseguiste el numero principal—. Dijo asombrada Sakura. 




—Deberías practicar más tus bailes, Sakura—. Reprendió la rubia. —A como vas jamás podrás dejar de ser una Maiko, si sigues tirando tu abanico en medio de las presentaciones—. Sakura bajo su mirada, yo tome el cartel que ella sostenía para verlo de cerca. 




—¿Que hicieron tu y tu Oni-san?—. Pregunto Karin sugerente. —¿Reunirte con los directores en privado?—. La pelirroja sonrió con burla, yo fruncí el ceño. 




—Toda Geisha honorable no da esa clase de pago—. La mire. —No todas somo como tú con Suigetsu—. Sonreí con burla ante su clara molestia por mencionar a su ex amante. 




—Estaré ansiosa de verte—. Dijo con burla. —Pequeña rata—. Karin arrojo los carteles al piso y paso sobre ellos sin consideración, yo apreté los dientes, ya le enseñaría a esa a esa mujer. 




 




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La noche de mi presentación llego, estando tras bambalinas arreglándome para mi número, comencé a pensar que podría llegar a pasar en caso de que fallara al hacer mi acto, Deidara-nii se encantaba ayudándome con mi cabello, mientras yo retocaba mi maquillaje. 




—Deidara-nii—. Llame, él simplemente me contesto con un "hm". —¿Crees que lo hare bien? ¿Y si mi equivoco? ¿Qué tal si fallo y nadie...?—. Comenzaba a entrar en pánico 




—Naruto—. Me dijo tomándome del rostro. —Lo harás bien—. Me dijo de manera tranquila. —Lucirás glorioso, tan hermoso, que no habrá hombre en Hanamachi que te niegue algo—. Siguió arreglando mi cabello. —Además esta es una buena oportunidad para recuperar la atención del Dr. Hatake—. Yo respiré hondo y asentí. Podía lograrlo. 




El telón se abrió y yo salí con una manta blanca rodeando mi cuerpo y cubriendo mis cabellos, usaba una máscara para agraciar mis rasgos mientras avanzaba por el escenario de manera prevenida, como si pretendiera cuidarme de algo que me sigue. 




La historia era simple, era una joven andado sola por el bosque, miraba en todas direcciones sabiéndose perdida, sentía la presencia de algo asechándola, la música daba algo de misterio a la escena, llega un momento en el que empiezo a moverme de manera errática por el escenario, como si la presencia que me asecha, que asecha a la joven, la invadiera por dentro. 




La música cambia radicalmente con sonidos más energéticos y estridentes, me saco la manta blanca revelando así mi torso desnudo, solo usando unos pantalones en color naranja fuego y unas vendas rodeaban parte de mis pies y tobillos, mi cabello rubio es revelado de manera alborotada, en mis manos hay garras y mis ojos azules resaltan con el maquillaje, las marcas en mis mejillas se acentúan dándome una apariencia salvaje y sensual a la vez, me muevo de un lado a otro en el escenario, dando saltos y piruetas, la música sigue sonando. 




Me he revelado como el demonio zorro, aquel que engaña a los hombres y los atrae para comerlos vivos o manejarlos a su antojo, no hay mejor tema para mí que ese, la gente queda hipnotizada por mis movimientos y flexibilidad, quedan callados y sorprendidos por el tema que se les ha presentado. 




Pero al final, cuando estoy arrodillado en el escenario, cuando el juego de luces revela mi forma demoniaca completa, rugo, y las luces que juegan a ser las colas del demonio se mueven y los plausos no se hacen esperar, están encantados. 




Lo he logrado.

Notas finales:

¿Que les parecio?

 

Para la presentacion final de Naruto, me imagine a Naruto en la primera fase del Kyubi, como cuando esta demaciado enojado, en el cabello seria muy parecido al de Minato pero mas alborotado.

Siempre he pensado en que si afilaran mas los rasgos de Naruto estando enojado, o sea dejando salir los rasgos del nueve colas, se veria demaciado guapo.

 

¡Gracias por sus Rw! :D


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