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31 DÍAS PARA AMARTE. por Akatsuki-san

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Notas del capitulo:

Enverad muchas gracias por leer la historia, y esperar a que publicara…

Se despertó exaltado, que demonios había sido ese sueño, no, eso no había sido un sueño, eso era una pesadilla, miró a su alrededor y noto la mirada de sus amigos, preocupados por él.

Le interrogaron para saber que pasaba, pero el nudo en su garganta no se iba, y le impedía hablar. Su corazón dolía mucho y desde que abordó el tren no dejo de sentirse inquieto.

Tenía que bajar del tren, tenía que verificar que su Severus estuviese bien, tenía que verlo, oírlo y sentirlo para poder calmar a su agitado corazón.

No sabía si eso había sido una premonición o solo un mal sueño, pero ahora tenía que comprobar en persona que estuviese bien.

Pidió ayuda como siempre a sus amigos, que la verlo alterado no dudaron en seguirlo, frenar en tren no fue fácil, pero si lo que sea que hiciera Sirius le traía paz, lo ayudarían.

No tardó mucho tiempo en el que se armó un revuelo y los pasajeros comenzaron a salir de sus compartimos, era hora de la distracción, Remus golpeó a James y pronto dieron inicio a una pelea fingida, Peter se hizo el desmayado, al ver como algunos maestros y la mayoría de los alumnos se agrupaban alrededor de sus amigos, Sirius tomo su escoba, lanzando un hechizo insonorizante, rompió la ventana y salió del tren, rumbo a Londres muggle.

Al llegar, recorrió todo el parque, el puente, las calles e incluso la pequeña choza en la cual le hizo el amor, pero no había señal alguna, comenzó a ponerse ansioso, como rayos lo encontraría.

Algo tenía que hacer, algo de le tenía que ocurrir, y en seguida recurrió a la única persona que respondería al llamado de un Black, Kreacher.

El elfo doméstico de la familia Black apareció ante él, tal vez después habría tiempo para ser amable con él, pero por el momento solo le ordenó que buscará a Severus Snape Prince, ese era el nombre completo que vio en su alucinación.

No dejo de sentirse tan inquieto, hasta que vio al elfo volver, le dio la dirección ya que la señora Wallburga lo llamaba.

Sirius siguiente las indicaciones y pronto dio con el lugar, era igual al que se le mostró, la misma casa en mal estado, todo cubierto por nieve y ceniza… sus ojos observaron con agonía un rastro de sangre, parecía fresca, tomo valor y comenzó a correr, correr por qué si vida ya no serán su vida si algo le pasaba a su Severus.

Llegó por fin estaba en frente de la casa, no se molestó en llamar a la puerta, solo entro y subió las escaleras que lo llevaron a la habitación de su sueño.

Entro y lo que vio lo dejo helado, Severus estaba en una cama, pálido como el blanco de la nieve, y ahí junto a la cama los padre de su novio lo observaron, Tobías se levantó de golpe y le pregunto cómo entro en la casa, pero él no contestó, Eline se acercó más a su hijo quién dormía con la respiración agitada, pálida y demacrada, ella estaba abrazando a su hijo por la espalda y de vez en cuando se limpiaba las lágrimas que salían, la señora tomo la mano de su esposo y negó con la cabeza, quien solo se alejó y tomo su lugar al otro lado de la cama, acomodando los cabellos de su pequeño.

Qué se dice cuando estás viviendo una situación como está, su novio prácticamente tiene un pie en el mundo de los muertos y el otro en el de los vivos.

-          Yo… Yo… Soy Sirius-

-          Sabemos quién eres- la voz del señor Snape sonó fuerte y grave, pero un poco quebrada…

-          Quiero llevarme a Severus conmigo-  fue un susurro, apenas audible pero lo suficiente para ser escuchado por los dos adultos que estaban en la habitación.

Tobías quería golpearlo, sacarlo de su casa y que nunca más volviera, pero era su pequeño bebé del que hablaban, a pesar de no ser el ejemplo de un padre, amaba a su único hijo, Severus era la alegría en esa casa, lamentaba no poder darle todo lo que su hijo se merecía, a él y a su esposa… y ahora venía un joven que le ofrecía todo a su pequeño, pero a cambio  tenían que renunciar a su hijo.

Volteó a ver a su esposa, quien lo miro con ojos brillantes por las nacientes lágrimas que amenazaban por salir, y solo logro agachar la cabeza y asentir lentamente, ella llevo a Severus por seis meses, ella vio cómo su bebé luchaba por sobrevivir, ella sintió sus primeros movimientos, a ella fue dirigida la primera sonrisa. Lo amaba, lo ama como a ninguna otra persona lograría amar, lo amaba más de lo que se ama ella misma, y por eso sabe que estará bien fuera del alcance y convivencia con ellos, porque Severus es alguien que no merece podrirse en un ambiente tan contaminado como el que ellos le ofrecen.

Ambos solo asienten, ella se levanta y comienza a guardar las pocas cosas de Severus, no son muchas y sabe que él le terminara comprando cosas nuevas y de mejor calidad, tomo la bufanda que de pequeño le tejió, el suéter está manchado con sangre, pero sabe que es su favorito, así que aún así decide empacarlo, fotos, pequeños objetos que su hijo recolectaba o que guardaban recuerdos para ellos.

Los guardó todos en una maleta, la cual se le fue entregada a Black, quien tomó a Sev envuelto en la frazada y lo cargó en brazos.

Tan liviano, no pesa casi nada, sale por la puerta delantera y los padres ven a su hijo por última vez, Eline se inclina y besa las mejillas de su pequeño y Tobías le acomoda la frazada para abrigarlo mejor del cruel invierno, acomodando le los cabellos rebeldes atrás de su oreja y besando la frente, esto será lo mejor que le pueden agregar a su hijo, la oportunidad de vivir dignamente, ser alguien en esta vida.

Ambos los observan desaparecer, su hijo inconsciente de que cuando recobre el sentido, ya no estar jamás con ellos.

Sirius Black tiene a su preciada carga entre sus brazos, siente que la temperatura del cuerpo ajeno está descendiendo, necesita un médico, se aventura a transportarse con magia a un gran hospital, donde grita desesperadamente por ayuda.

Una enfermera llega con una camilla, él sigue a los doctores mientras les dice que pasó, le impiden el paso y está a punto de hacer un berrinche para que lo dejen pasar, pero ¿Que ganará con hacer eso?

Las horas están pasando y ve a enfermeras salir y a otros miembros del cuerpo médico entrar.

Cuando por fin sale un doctor, no aguanta más y le pregunta por su Sev.

-          Le hemos hecho unos estudios y análisis al joven Severus, presenta cáncer pulmonar, el tumor tiene un talonario de 6.5 centímetros y tal parece que esto provocó la pulmonía y el sangrado traqueal; tal parece que se está extendiendo hacia la zona de la clavícula izquierda, más específicamente a los ganglios linfáticos y tal vez esto no sea mejor que lo demás, pero también de está extendiendo al otro pulmón. Lo lamento joven.

 

-          Pero usted puede hacer algo al respecto no… yo le puedo dar todo el dinero que necesite… no me importa cuánto cueste el tratamiento… salvarlo por favor.

 

-          Lo lamento, pero el cáncer no tiene cura aún, y para estos momentos los tratamientos serían más dolorosos, mi recomendación sería la eutanasia, al menos que prefiera verlo morir de manera lenta y dolorosa… la verdad me sorprende que siga vivo, para su condición… tuvo que haber muerto hace tiempo, tal vez su deseo por vivir se interpone.

 

-          Quiere decirme que él no sobrevivirá… que lo único que puedo hacer es sentarme a esperar a que muera…

 

-          Así es… ni el mejor medico podría hacer algo al respecto… ponerlo a tratamiento solo provocaría que estuviese más inconsciente y debilitado… muchos pacientes prefieren morir en su casa y pasar sus últimos días, meses o años con las personas que aman… tal vez eso es lo mejor que usted pueda hacer por él.

El doctor siempre mantuvo esa cara de indiferencia mientras me decía todo eso, por eso odiaba los hospitales… nunca me ha gustado la indiferencia de esa persona que visten de blanco para con el dolor ajeno, aquellos que parecen haber perdido la simpatía al decir que una persona que amas va a morir… los odio.

El médico fue llamado por el altavoz y se alejó de ahí. Una enfermera un poco más amble le aviso que podía pasar si hacía lo quería… Severus está tendido en la cama, tapado por unas finas sábanas blancas que compiten con la palidez de su piel… la máquina palpita al ritmo lento al igual que si corazón, puedo ver que hay un tubo que está insertado directamente a su garganta… le está pasando oxígeno… hay agujas clavadas en sus delgados brazos… que demonios… que demonio se supone que haga yo al perderte Severus… respóndeme.

Sujeto su mano, y me doy cuenta de que la palma que antes me pareció cálida ahora está fría… fría como el resto de su cuerpo. Sé que él desea vivir más, tiene planeado hacer muchas cosas en su vida y si nadie puede hacer algo al respecto en este mundo, tal vez en mío se pueda… tal vez la magia le pueda ofrecer una segunda oportunidad de vivir… pero no ahora, en este momento solo necesito que su condición mejore para poder trasladarnos a mundo mágico.

En toda la semana que he estado en el hospital, recibí varias cartas de mis amigos… incluso de Regulus… todas mostraban preocupación por mi… pero ahora no tengo tiempo para responder, hace 3 días el corazón de Severus sufrió un colapso porque los pulmones no bombeaban la sangre suficiente… ver cómo esas personas trataban de reanimar el cuerpo lánguido de mi novio me hizo ver la fragilidad que las personas humanas poseen, por qué algunas son capaces de luchar por sobrevivir un día más… un instantes… yo deseo que Severus siga luchando.

El último día de esta semana mi pequeño pelinegro recobró el sentido… lo primero que hizo fue tomar mi mano y aferrarse a ella con todas sus fuerzas mientras sollozaba y de igual manera yo correspondí, transmitiéndole lo mucho que quiero que permanezca a mi lado y que no me iré hasta saber que él esté bien… fuera de peligro…

Me pase esa noche como todas las anteriores vigilando el palpitar de su corazón, con el miedo de que este deje de latir, con el miedo de que Severus se valla sin poder despedirme, sin poder verlo una última vez.

Severus salió del hospital una mañana de enero… el sol apenas estaba dando inicios de querer salir, pero las nubes lo opacaban lentamente… ambos íbamos juntos, tomados de las manos… por el momento él tenía prohibido exigirle a su cuerpo más de lo que pudiera soportar, nos movimos lentamente de un lugar a otro, tomando descansos muy seguidamente, hasta que por fin localicé el medio de transporte… realice una llamada y el tren de lujo llegó, ayude a Sev a subirse… está un poco pálido y se le notaba cansado, al poco tiempo se quedó dormido, su hermoso rostro enterrado en mi pecho, no pude evitar pasar mis manos por su cabello… bese la coronilla y lo deje descansar todo lo que quisiera; se lo merecía.

Llegar a la mansión Black fue más sencillo de lo que me espere, llevaba en mis brazos a un dormido Severus cuando Kreacher abrió la puerta.

No me sorprendió mucho encontrar la casa vacía… Reg debería de estar en Hogwarts y mis padres deberían de estar en algún asunto correspondiente a la casa Black, subí rápido a la que fue mí habitación, ninguna cosa fue movida de su lugar… mi ropa, mis objetos de Quidditch, las escobas y artículos de bromas… cada cosa en la misma posición en la que las deje… sin una sola pizca de polvo, pareciera que el tempo no paso en la habitación.

Coloque el cuerpo de Severus en mi cama y enseguida traje varias mantas, necesitaba que su calor corporal aumentara… con un movimiento de varita encendí la chimenea, la temperatura del cuarto aumento, decidí darme un baño lo más rápido posible para poder volverá su lado… me sorprendió verlo despierto, parecía un poco confundido…

-          ¿Cómo te sientes, Sev?

-          Te estaría mintiendo si te digo que me encuentro bien….

Un silencio se propago entre los dos… Sirius no tenía la certeza de que el medimago pudiese hacer algo respecto a la enfermedad que tenía su novio, pero valía la pena intentar.

-          Descuida… un médico vendrá revisarte mañana, mejoras pronto… te lo pro…

-          No lo prometas por favor… me basta con que estés a  mi lado, sabes, me alegra mucho haberte conocido Sirius… aunque ha sido poco el tiempo que hemos estado juntos… mi corazón se agita cada vez que pienso en ti… cuando pronuncio tu nombre… cuando te acercas o me roza tú aliento… no sabía que uno podía sentir algo como esto, por eso… por eso no me prometas nada… tanto tú como yo, sabemos que puede que yo no sobreviva… y si eso llega a suceder quisiera irme sabiendo que pase los últimos días a tu lado y que tú no tendrás el pesar de haber roto una promesa que nunca se cumpliría…

-          ¿Te estás dando por vencido?

-          No lo hago… solo quiero ser realistas… he sobrepasado mis limites hace mucho… yo tendría que estar muerto hace varios años atrás y mírame… he forzado a cuerpo a seguir adelante… he tenido la oportunidad de vivir un día más, algo que muchas personas quisieran… y estoy agradecido por eso…

-          Entonces… ¡¿Por qué demonios me hablas como si estuvieras despidiéndote?! ¡Fuiste tu quien cambio mi forma de ser en tan poco tiempo y no planeo dejarte ir, no después de conocer lo feliz que puedo llegar a ser estando a tú lado! ¡Así que deja de decir estupideces! ¡TU NO MORIRAS SEVERUS! Yo no lo permitiré…

Sirius poseía un rostro compungido por el dolor, sabía que no tenía por qué enojarse con Severus… él jamás comprendería lo que era esforzarse por vivir un día más… tener miedo por acostarse y no despertar… aguantar el dolor sin tomar medicamento alguno… él nunca tuvo carencias, su plato siempre estuvo lleno con los mejores majares y platillos… no sabía lo que era pasar hambre… y jamás lo sabría… por eso sabía que no podía exigirle nada a Severus… tal vez… su novio viera a la muerte como una especie de consuelo para el dolor que vivía día con día… tal vez, él era el egoísta por no querer dejar a Sev descansar en paz…  pero como hacerlo, si a su lado había probado la felicidad. Tomo su mano y recargo su frente en ella, su cuerpo se estremecía por el llanto ahogado, trata de retenerlo, no desea que Severus lo vea débil… quiere ser fuerte por ambos… quiere ser el quien le de tranquilidad a Severus y poder decirle que todo saldrá bien.

-          Cuando nací… los doctores no me dieron mucha esperanza de vida, con solo 6 meses de gestación, vine al mundo con muchas complicaciones, tanto en mi salud como en mi hogar… estuve un tiempo internado en el hospital… mi madre y padre contrajeron muchas deudas para poder pagar el año que pase hospitalizado… el primer recuerdo que tengo es el de mis padres diciéndome que era un buen niño y que por eso no debía hacer ruido alguno… un día note que mama llevaba hombres diferentes a casa… esos días papa se veía enojado pero se quedaba callado y sin hacer nada… los días siguientes a esos podíamos darnos el lujo de comer un poco más de lo acostumbrado… la maquiladora echaba tanto humo y la ceniza caía ensuciando la blanca  nieve en los inviernos, el agua contaminada por los colorantes… el humo de los cigarrillos que fumaban los clientes de mamá, antes de darme cuenta; yo ya había enfermado… el hospital es caro y tratamiento también… padre entro en el alcoholismos después de enterarse… se sentía miserable al saber que no podía darnos algo mejor que esa casa… pero soy feliz con los recuerdos que tengo de vivir ahí… cuando cumplí catorce conseguí empleo repartiendo periódicos... luego en una biblioteca… ayudaba a la señora a acomodar los libros en los estantes, con todos esos libros mi curiosidad pudo más y en ocasiones los tomaba y miraba su contenido, las imágenes me sombraban a pesar de no entender el texto o a que se referían… era otra cosa muy distinta a lo que estaba acostumbrado… la señora me descubrió un día observando un libro con saña… poco a  poco me enseñó a leer… en ocasiones me topaba con una niña pelirroja… ella me ayudo a escribir cuando la dueña no podía, un día su padre la acompaño a la biblioteca y me reconoció como el hijo de una prostituta y un alcohólico… jamás volví a verla.

Por no causar problemas renuncie al empleo, pero me lleve conmigo varios libros… el primero que leí por mi propia cuenta fue una de astrología, ahí mi amor por los astros apareció, aunque ver las estrellas en un lugar con tanta contaminación es difícil, terminaba imaginándomelas y al ver un avión, pedía un deseo como si de una estrella fugaz se tratase… ¿Sabes que es lo que pedía?

Sirius negó con su cabeza.

-          Que mis padres no se hundieran más de lo que ya lo estaban… que se repusieran y una vez libres de mí, pudieran rehacer su vida… solo ellos dos… que sean felices y que vivan como se debe por mí.

Sirius, tú no necesitas hacer nada por mi… no necesitas prometerme nada… ya me has dado mucho…

Lentamente Severus perdió la conciencia… sumergiéndose en sus sueños; con Sirius Black vigilándolo.

Al primer ruido que escucho fuera de la habitación, Sirius miro a su novio quien seguía dormido… una vez asegurado que este no despertaría hasta pasada la maña, salió de la habitación hacia el despacho de sus padres, era hora de limar perezas.

Mientras Severus dormía, en el despacho de los patriarcas Black se lleva a cabo una discusión bastante acalorada.

Sirius Black, primogénito y heredero a la fortuna de la ancestral casa Black, trataba de hablar frente a sus padres, pero como nunca había tenido una “conversación civilizada”  lo único que salía de su boca eran ladridos como decía su madre, y una que otra palabra anti sonante; sus padres siempre tendrían la duda de a quién le había heredado el carácter su hijo mayor, como rayos fue que su hijo creció así, y mientras Wallburga trataba de que Sirius la dejase hablar, Orión lo observaba ya hastiado… acaso su hijo no pudo ser más inteligente, bien dicen que echando a perder se aprende, por eso estaba satisfecho de que Regulus supiera comportarse.

-          ¡Sirius! Me dejaras hablar si o no.

-          Y qué es lo que quieres decirme, que como es muggle no lo aceptarás, que lo saque de la casa o que esto puede dañar nuestra reputación.

Porque si es así, Severus y yo ya hemos fornicado y por un demonio que si eso no es amor no sé que rayos sea, pero pronto estaremos casados y si ustedes no lo aprueban me iré muy lejos y está vez no me encontrarán …

-          Sirius, hijo… lo que tu madre quiere decir es que aprobamos tu relación con el muchacho, pero si nos dejaras hablar… hubieses vuelto a tu habitación cuanto antes… si bien tu comportamiento no es el esperado de un sangre pura, has demostrado madurar mucho en este tiempo que estuviste por tu “propia” cuenta… Regulus será quien tenga las responsabilidades como nuestro heredero principal y tú te Aras cargo de los negocios pertenecientes a ella… queda entendido ¿Verdad?

Sirius están sorprendido, su André miraba hacia la ventana y refunfuñaba por el mal comportamiento de su hijo y se preguntaba que había hecho mal para que saliera así. Él jamás se esperaría que sus padres aceptarán a su novio, pero le habían dado su consentimiento… eso era un buen motivo para empezar. Con una tenue sonrisa, una que sus padres no veían desde que era un infante, les dio las gracias y paso a retirarse.

Al amanecer, Kreacher irrumpe en al habitación del hijo mayor de sus amos, el elfo ha visto muchas cosas a lo largo de sus cientos de años de vida, así que no se sorprende al ver al joven Sirius desnudo y recién salido de la ducha o a la joven pareja de este, durmiendo plácidamente  en la enorme cama; cobijado por las finas mantas de seda… lleva el desayuna hasta uno de los burós y se retira con un chasquido, si bien Sirius no le muestra respeto tampoco lo ha vuelto a insultar y supone que eso se debe a la influencia de su pareja.

A Black no le molesta la intromisión del elfo, lo que si no permitirá es que alguien más aparte de él, vea la hermosa y pálida piel de su pareja, por eso siempre procura cubrirlo por completo antes de dormir i caer rendidos por hacer el amor.

A pasado un mes desde que ambos llegaron a la mansión en Grimmuld Place, Severus parece llevarse bien con sus padres y con Kreacher, pese a que la mayoría del tiempo tiene que permanecer en reposo o sin hacer esfuerzo alguno, su madre no pierde oportunidad en compararlo con Sev, debido a sus buenos modales y la falta de esto en él, y pensar que se imaginó que sus padres y Severus tendrían una relación de odio como en la mayoría de los casos entre suegros y nueras… por otro lado, anoche fue simplemente espectacular.

Volver a probar el tacto suave de la fina piel de Severus, escuchar sus dulces gemidos y jadeos… sentirme nuevamente recibido por la estrecha cavidad de su novio, sentir como lo apretaba y la calidez que desprendía en su interior, era un placer puro y tangible… sentía rizar el paraíso con cada embestida que daba al frágil cuerpo de Sev, con cada gemido que este le proporcionaba podía llegar al éxtasis, perdió la cuenta de cuántas veces rego su semen dentro del cálido interior de su pareja, cuántas veces este se vino entre sus vientres, la espalda le ardía por los rasguños dados por su novio a causa de las duras arremetidas contra su cuerpo… aún podía ver rastros de semen y un poco de sangre saliendo do por la entrada de su Severus …

Con cuidado cargo el fino cuerpo aún inconsciente y lo sumergí en la templada agua de la tina, Severus abrió los ojos al sentir la húmeda contra su cuerpo… se sonrojo por el recuerdo de la agitada noche, aunque si recargo una de sus manos contra la mejilla de Sirius y se dejó bañar por las fuertes manos de este.

Ambos sabían que el cuerpo de Severus estaba todavía en reposo, pero ninguno de los dos pudo resistirse a sentir sus pieles rozarse de nuevo, se extrañaban de tantas formas diferentes… que con mucho cuidado Sirius le hizo el amor con una inmensa pasión y devoción, que Severus sintió la dicha de saberse amado por un hombre como el que es su pareja, alguien que le entregaría su alma y su vida con tal intensidad y que le sería fiel eternamente.

En ese mes, como cada mañana desde que llegaron, desayunaron en la comodidad de su cama, después con calma bajaron al salón principal y fue ahí donde Severus se dedicó a sus lecciones de estudio, en un mes mejoro muchísimo y desmosto ser un prodigio…. Mientras tanto Black se dedicaba a contactar a diferentes medimago de distintas partes del mundo, no se daría vencido hasta encontrar a alguien con la capacidad de sanar a su pareja.

Las comidas eran tranquilas y amenas entre pláticas, uno que otro regalo por la forma de comer de Sirius y unas cuantas risas cristalinas por parte de Severus que dejaban a los Black en trance, sin duda el chico era la encarnación de la pureza.

En muchas ocasiones Severus encontró a su novio escribiendo varios pergaminos, sabía que eran para sus amigos de el colegio… más de una ocasión le pregunto si no pensaba volver al colegio… pero a Black solo le interesaba pasar el tiempo con Severus, la escuela podría esperar todo el tiempo del mundo.

2 meses desde que llegaron y por fin sus esfuerzos rindieron frutos, un medimago que también era experto en enfermedades muggles, Sirius no sabía si gritar o llorar de la emoción, recibir al amable señor en la casa fue digno de ver, Sirius casi se hincaba a besar sus pies, si con eso hacia que el médico atendiera a su esposo.

Enterarse que Severus era un mago o mejor dicho un mestizo fue tomo por sorpresa a Sirius, sus padres tenían la ligera sospecha debido al apellido Prince, pero con lo que dijo el médico lo confirmaron, aún así… parecía que Severus tenía una situación bastante complicada, sumado a su enfermedad muggle; su núcleo mágico también era débil… por lo que explico el señor, su enfermedad absorbía su magia, y eso era lo que lo mantenía con vida por el momento, pero ahora el núcleo comenzaba a fragmentarse lo que provocaba que la enfermedad empeorará de golpe…

La solución …

Severus tenía que renunciar a su magia por completo y solo hacia la enfermedad se podría erradicar, su condición siempre sería débil y tendría que tener cuidado de no enfermarse de gravedad pues esto lo dañaría gravemente pero no atentaría contra su vida, si bien la enfermedad desaparecería su condición enfermiza no.

Era como cambian un daño mayor por uno menos, pero uno que no le arrebataría a Severus de su lado y eso era lo que importaba, que él podría vivir los años que quisiera y disfrutaría de una vida, tal vez no sana en su totalidad, pero sabría lo que era crecer y ver el tiempo correr con la calma de saberse vivo y latente.

Un mes después de la primera visita del medimago, la condición de Severus parecía haber empeorado, tras un segundo examen y análisis, otra noticia los sorprendió y está vez no solo a Sirius sino a sus padres también, Severus estaba gestando, con tan solo un mes de embarazo, el bebé hacia acopio de absorber la poca magia que su madre poseía, el tratamiento tenía que hacerse inmediatamente si no querían perder a ninguno de los dos…

El médico tenía todas las cosas preparadas, pero ahora con un feto de promedio, las cosas tomaban un giro algo alarmante…

El proceso fue largo y tendido, Sirius se mantuvo en comunicación con sus padres y con Regulus que llegó esa mañana a brindar su apoyo a su único hermano… los padres de ambos menores se encontraban con sin semblante frío e indiferente, en caso de que algo saliera mal, ellos tenían que guardar la calma y tranquilidad por su hijo mayor.

De la mañana a la noche, sin noticia alguna, prácticamente tenían a Sirius hechizado a la silla, pues este estaba a punto de tirar la puerta y pedir explicaciones acerca de su novio y futuro esposo.

Justo cuando consideraba crucial a todos los que impidieron su voluntad, el medimago salió con un semblante exhausto, al verlo Sirius no pudo aguantar más y se levantó con todo y silla, a lo que a su muda pregunta muda, contestó con una sencilla sonrisa que basto para aliviar a su intranquilo corazón, tras una breve explicación, Sev estaba fuera de peligro, pero estaba agotado, necesitaba descansar por el y por su hijo no nato, en este momento se encontraba dormido o mejor dicho desmayado y no debía sorprenderse si tardaba algunos días en despertar o le fallaban las piernas al caminar, lo mejor era que guardara reposo en cama y necesitaría respirar aire puro, eso fue una de las principales recomendaciones, sus pulmones estaban delicados, así que ahora tenía que poner de su parte para mejorarse y Sirius se ocuparía de encargarse de la recuperación de su novio.

En Hogwarts el anuncio del traslado de Sirius a Durmstrang en Noruega tomo por sorpresa a todos, sobretodo a Gryffindor y Slytherin, era bien sabido que esa escuela se especializa en artes oscuras, los amigos de Sirius estaban consternados, nunca les menciono nada en las caras que intercambiaban ¿Qué estaba pasando? Esa era la pregunta que se hacían, pero si no lo menciono era por algo, tomaron la decisión de no pedir explicaciones… y siguieron con su intercambio de cartas hasta que pudieran volver a verse.

Noruega era hermoso, sin duda alguna este lugar les haría bien a ambos, si bien la idea de estudiar en ese colegio no le gustaba, era la única opción que tenía, si quería poder estar al pendiente de Sev.

Solo basto con que sus padres fuera y hablarán personalmente con el director del internado y se hizo la excepción de que Sirius Orión Black no estaría viviendo en el internado, el viviría con Severus, y en el alba partiría a la escuela, cuando sus clases acabarán volvería a su casa.

No se le hacía complicado levantarse temprano, pero le dolía más separarse de Sev.

El mismo día en el que el doctor partió, Sirius inmediatamente mando a comprar una hermosa mansión y la mando a amueblar a sus gustos, todo lo que necesitaría para su estancia allá.

Cuando Severus recobró la consciencia ya estaban instalados en la nueva casa, una enorme mansión, lujosa, pero a diferencia de muchas mansiones de sangre puras, está tenía un aire cálido y hogareño, ambos estaban contentos con el sitio.

Si algo disfrutaba Severus era ver el cielo nocturno, amaba ver las estrellas de esa manera, ver por primera vez las auroras boreales, las infinitas estrellas que parecían estar tan cerca de sus manos, la mayor parte del tiempo establecido en cama, solo se levantaba para ir al baño y los elfos le llevaban la comida hasta la alcoba, deseaba pronto poder levantarse, pero si estar en cama le hacía bien a su pequeño bebé, él lo haría.

A Sirius le encantaba pasar sus manos sobre el pequeño vientre abultado de Severus… quería ser el primero en serie los movimientos de su hijo, sus padres a veces iban a visitarlos y en el colegio le estaba yendo bien, no tenía amigos precisamente, pero si algunos compañeros con los cuales congeniar, Sev le había dicho en incontables ovaciones que el evento no se movería hasta cumplir el 5° mes, pero a él no le importaba pasar su vida entera pegado a su pequeño cuerpo.

El aire que se respiraba era frío y daba una sensación refrescante y aliviante a sus pulmones, le gustaba pasear en compañía de Sirius por las arboledas del lugar y mojar sus pues en las cristalinas aguas del lago, a Sirius le encantaba ver a Severus contento y lleno de vida (literal) sus felicidades era la suya.

Y pronto serían tres, él se encargaría de hacer feliz a Severus y su hijo o hija.

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Hogwarts, sin duda alguna está era una de las mejores épocas…

Si bien la ceremonia de graduación estaba siendo larga y tediosa, James le lanzaba miradas sugestivas a Lily, Remus ponía atención a todo el disparatado discurso que daba el director Albus Dumbledore, a Peter le faltaba poco para comenzar a roncar… la ceremonia se estaba celebrando en los jardines delanteros, el día era hermoso y soleado, pero sin ser bochornoso, el aire corría fresco.

Un día digno de celebración sin duda alguna.

La ceremonia para bien de alguno ya estaba finalizando, cuando a la nada un grito de conmoción se escuchó de parte de alguien, pronto más voces se le unieron y vieron con asombro como un dragón descendía así su dirección, un hermoso Ironbelly ucraniano era imponente y sumamente elegante con esa hermosas escamas plateadas… Su vuelo lento y pausado le daban aire de grandeza.

Sirius Black era un ególatra de primera, no tenía nada que envidiarle a la vanidad de Lucius Malfoy o cualquier otro Slytherin, por eso su entrada a las puertas de Hogwarts tenía que ser sumamente grandiosa y fabulosa.

Cuando el dragón piso tierra firme, lanzó una llamarada alejando a muchos alumnos curiosos, poco a poco los alumnos se alejaron o al menos así fue cuando una voz fuerte y grave se envió, una voz que era más que bien conocida por muchos y muchas personas del colegio.

Los amigos de Black fueron los primeros en salir disparados a si dirección, esquivando las llamas del dragón mientras que las chicas se retiraban el maquillaje y abrían los botones de sus camisas para dejar ver sus atributos…

El dragón llevaba en la cima una caravana bastante lujosa, adornada con terciopelo rojo y dorado, sin duda digna de alguien con el ego de Sirius…

Más de uno se sorprendió al ver a Sirius bajar… las mujeres tuvieron un orgasmo visual de sólo verlo y sus amigos estaban totalmente sorprendidos, incluso maestros se acercaron a verlo…

Black había cambiado bastante desde que se fue a Noruega… con sus hermosos rizos recortados y una masa muscular aumentada, sus rasgos se habían vuelto más maduros con 17 años de vida, llevaba un traje que lo hacía ver más elegante, pero sin dejar ese aire casual y rebelde de siempre… con una sonrisa sensual y varonil que derrochaba su hombría… sin duda alguna la fantasía de tantas mujeres y algunos hombres.

El primero en acercarse fue James quien luego de darle unos golpes y regañarlo lo abrazó con fuerza, luego se le unió Remus y Peter, de nuevo los cuatro amigos estaban juntos… con un montón de preguntas en la punta de la lengua que amenazan con salir.

Fue pequeño, pero ahí estaba, algo que llamó la atención de todos y hizo que Sirius dejará de hablar y su semblante se pusiera más serio, cosa que dejó babeando a la comunidad femenina… con un ademán de espera regreso a la caravana y pronto el ruido desapareció o mejor dicho se hizo más tenue.

Algunas chicas y chicos atrevidos ya estaban más que listos y dispuestos a ofrecer su compañía a Black mayor, Regulus mantenía una sonrisa de satisfacción, disfrutaría tanto el espectáculo que incluso había traído su cámara para grabar las caras de los demás…

Y ahí estaba, lentamente Sirius descendió de nuevo pero esta vez volteó a sus compañeros…

-          Chicos tengo a alguien que quiero que conozcan, o mejor dicho a algunas personas, no se los mencioné por las cartas ya que deseaba que los conocieran en persona…

Dándose la vuelta y tendiendo su mano, de la caravana bajo un joven chico de apariencia frágil y delicada, de cuerpo delgado, con facciones afiladas y finas, de hermoso cabello azabache, tan lacio y recogido en media coleta, con labios en un hermoso tono rojo y bellos ojos negros enmarcados por largas y rizadas pestañas… parecía una muñeca hecha de la más fina porcelana, todo él era estilizado, venía vestido con un hermoso traje azul oscuro entallado, que resaltaba la blanca piel. En sus manos llevaba una manta de color blanco y bordes platas, decorada con pequeños dragones y otras criaturas mágicas, la cara de sus amigos y las chicas fue de asombro total, jamás pensaron que Sirius Black fuera tan irresponsable como para dejar embarazado a alguien.

-          James, Remus, Peter; quiero presentarles a mi futuro esposo Severus Snape Prince, próximamente Severus Black y nuestro pequeño hijo Campbell Sirius Black.

-          Mucho gusto en conocerlos, Sirius me ha hablado mucho de ustedes y de sus travesuras como estudiantes… así que me llama la atención conocerlos.  

Severus hipnotizó a todos con su voz, te daba la sensación de paz y tranquilidad, como si su tono al hablar te dijera que todo estaría bien, te hacía sentir cobijado y reconfortado, más de uno se ruborizó.

Mientras tanto Sev hacia malabares con su pequeño hijo que estaba algo inquieto por escuchar tantas voces…

-          ¿Quieres que lo cargue Sev?

-          Por favor, no lo entiendo, normalmente cuando come se duerme, pero está demasiado inquieto.

-          Lo amamantaste antes de venir y apenas hace un rato ¿No?

-          Crees que haya comido mucho.

-          Tal vez, pero si a mí también me dieras de tú leche, créeme que me la pasaría pegada a tu cuerpo. Aunque tampoco es como si no la hubiese tomado, es bastante rica y…

-          Por Dios, Sirius solo carga a nuestro hijo un momento.

Sirius tomo al bebé con maestría, tantas horas de desvelo y vigilar a sus dos amores lo convirtió en un experto padre. A pesar de que su hijo lo vomitara o lo orinara cada vez que le cambia el pañal, lo amaba con locura, a pesar de tener 17 años; la paternidad le encantaba, y si podía hacer la vida de su novio menos pesada lo haría con gusto, ya que por las noches era Sev quien se hacía cargó, ya que el caí como tronco y no despertaba hasta el día siguiente.

-          Estás emocionado por conocer a los amigos de papá verdad, Cam. Qué lindo es mi hijo.

-          Sirius deja de agitar a nuestro hijo así, acaba de comer y vomitara.

-          Tranquilo Sev, no pasará nada, ¿Verdad bebé?

-          Contigo no se puede. Perdonen por eso, Sirius siempre se comporta así con ustedes.

-          No… bueno al menos que yo recuerde no.

-          Ya veo, y…

Las palabras de Severus se vieron interrumpidas por la risa del bebé, y los gritos de Sirius, quien estaba bañado en leche regurgitada, al pequeño Campbell se le hacía gracioso los gestos de su padre y no podía evitar mover sus manitas fuera de la manta.

Severus algo enojado y resignado tomo al bebé y le quitó la manta, dejando a vista de todos a un bebé de no más de 3 meses de nacido, cabello rizado, pero en vez de ser castaño como el de Sirius era negro como el de la “madre” y de bonita piel blanca como la nieve… unos ojos grandes y curiosos que eran gris azulado, pero en un tono más oscuro que el de Black. Sin duda alguna una hermosa combinación de ambos padres.

Sev regañaba a su prometido, mientras limpiaba los restos de leche que se asomaban en la boquita de su bebé…

-          James …

-          Si Remus…

-          Qué Sirius se vea más maduro no quiere decir que lo sea ¿Verdad?

-          Te doy toda la razón Rem.

Cuando por fin acabo con su hijo, fue con Sirius para quitarle el saco y guardarlo, se podía limpiar con magia, pero prefería lavarlo…

-          Y bueno chicos, acaso no creen que los bebés me salen hermosos, bueno Sev también puso mucho de su parte, dimos todo nuestro esfuerzo ¿verdad amor?

El rostro de Severus se tornó carmín por lo dicho, Sirius siempre hablaba de esa manera y aún así le gustaba que hablara así … y la prueba está en todas las marcas que poseía su cuerpo, de todas las noches que se entregaban al placer mutuo.

Aun con un leve rubor bañando sus mejillas, asintió tímidamente, eso descolocó a sus amigos, ya que esperaban que lo reprendiera por estar contando cosas de su intimidad no que lo aceptará.

-          Felicidades por su graduación, espero verlos pronto en la academia de Aurores.

-          Claro, nuestros planes no han cambiado, y tu Severus ¿Qué carrera tomarás?

-          Yo no puedo hacer magia, pero he tomado clases de astrología… creo que es interesante saber acerca de los astros.

-          Sirius, te casaste con un muggle.

-          James te pido que no uses ese tono y la respuesta es no, Severus es mestizo, te suena el apellido Prince, el hecho de que no pueda hacer magia es una consecuencia a una enfermedad, pero ya está en recuperación, un pequeño costo a cambio de su bienestar, así que te pido no te expreses así de mi pareja.

Pocas veces sus amigos habían visto a Sirius enojado, pero ninguna cómo está, claro que sabían quienes eran los Prince, pero la casa estaba extinta… su último descendiente se fugó con un mugglee y su familia la desterró, a menos que Severus fuera hijo de aquella joven, Regulus por fin dejo de gravar y se acercó al ver las cosas un poco tensas.

-          Hermano, tú no cambias verdad… pobre de Sevi tener que aguantarte día y noche, debe de ser horrible para ti.

-          Qué chistoso Regi…

-          Puedo cargar a mi sobrino Sev.

-          Claro… sostenle la nuca y la espalda, y por favor no lo agites.

-          Claro que no lo haré, no soy como Sirius.

-          Ya te quiero ver a tí, cuando tengas a tus propios hijos hermanito.

-          Eso será en mucho tiempo.

-          No digas eso, mírame a mi, con 17 ya soy padre y Sev con 16, deberías de tener cuidado con lo que dices…

-          Y más te vales que todos tus hijos sean con Severus o de otra manera no te lo perdonaría, Cam es la cosa más linda. Por cierto, no tenías algo que decirles a tus amigos

Cierto, sus amigos estaban platicando con Severus o mejor dicho le veían las nalgas cuando este se agachó a recoger algo que se le había caído, acción que no paso desapercibida por Black, si hasta el santurrón de Remus miraba las lindas, sexys, suaves y firmes nalgas de su novio Oh dejaría en claro a quien pertenece Severus.

-          Bueno amigos, el otro motivo por el que vine fue para invitarlos personalmente a mi ceremonia de boda con Severus, si bien yo quería casarme cuanto antes, mis padres me convencieron de que esperar hasta que nuestro hijo naciera y estuviese un poco más grande.

-          Será un honor para nosotros tenerlos en un día tan importante para ambos, esperamos que puedan asistir.

Sev entrego unas hermosas urnas de cristal y plata que dentro contenían un fino lienzo prescrito con tinta color plata, las indicaciones de dicha boda.

-          Ahí estaremos chicos.

-          Y descuida James, ya hablé con Sev, puedes llevar a Lily, yo te lanzarle la liga y Sev le lanzará el ramo a Lily, así que esperaré con ansias mi invitación a tu boda.

Todos comenzaron a reír, mientras se alegaban de ahí, asía las 3 escobas… esto sin duda sería el inicio de muchas cosas buenas para la recién formada familia Black… sin duda esta sería una nueva generación digna de ver crecer.

Y, por otro lado, los maestros se las veía en apuros, tratando de llevar al enorme Ironbelly a un recinto más apropiado…

Pero eso a casi nadie le importa, así que con esto acaba la historia.

Gracias.

-          Enserio Sirius, Severus llevará vestido …

-          Bueno aún estamos viendo eso, anoche tuvimos una discusión bastante apasionada, si es que me entiendes.

-          Sería lindo ver a Severus en vestido.

-          Más si es uno entallado y pegado al cuerpo …

-          Tal vez le pida que valla en traje.

Sin duda alguna no dejaría que nadie más viera su Sev en vestido.

Eso lo dejaría para la luna a de miel.

 

 

Muchas gracias por leer, espero y le guste o no los haya decepcionado… me tarde mucho tiempo, o al menos eso yo creo.

En fin, gracias por leer.

 

Enverad muchas gracias por leer la historia, y esperar a que publicara…

 

 

Se despertó exaltado, que demonios había sido ese sueño, no, eso no había sido un sueño, eso era una pesadilla, miró a su alrededor y noto la mirada de sus amigos, preocupados por él.

Le interrogaron para saber que pasaba, pero el nudo en su garganta no se iba, y le impedía hablar. Su corazón dolía mucho y desde que abordó el tren no dejo de sentirse inquieto.

Tenía que bajar del tren, tenía que verificar que su Severus estuviese bien, tenía que verlo, oírlo y sentirlo para poder calmar a su agitado corazón.

No sabía si eso había sido una premonición o solo un mal sueño, pero ahora tenía que comprobar en persona que estuviese bien.

Pidió ayuda como siempre a sus amigos, que la verlo alterado no dudaron en seguirlo, frenar en tren no fue fácil, pero si lo que sea que hiciera Sirius le traía paz, lo ayudarían.

No tardó mucho tiempo en el que se armó un revuelo y los pasajeros comenzaron a salir de sus compartimos, era hora de la distracción, Remus golpeó a James y pronto dieron inicio a una pelea fingida, Peter se hizo el desmayado, al ver como algunos maestros y la mayoría de los alumnos se agrupaban alrededor de sus amigos, Sirius tomo su escoba, lanzando un hechizo insonorizante, rompió la ventana y salió del tren, rumbo a Londres muggle.

Al llegar, recorrió todo el parque, el puente, las calles e incluso la pequeña choza en la cual le hizo el amor, pero no había señal alguna, comenzó a ponerse ansioso, como rayos lo encontraría.

Algo tenía que hacer, algo de le tenía que ocurrir, y en seguida recurrió a la única persona que respondería al llamado de un Black, Kreacher.

El elfo doméstico de la familia Black apareció ante él, tal vez después habría tiempo para ser amable con él, pero por el momento solo le ordenó que buscará a Severus Snape Prince, ese era el nombre completo que vio en su alucinación.

No dejo de sentirse tan inquieto, hasta que vio al elfo volver, le dio la dirección ya que la señora Wallburga lo llamaba.

Sirius siguiente las indicaciones y pronto dio con el lugar, era igual al que se le mostró, la misma casa en mal estado, todo cubierto por nieve y ceniza… sus ojos observaron con agonía un rastro de sangre, parecía fresca, tomo valor y comenzó a correr, correr por qué si vida ya no serán su vida si algo le pasaba a su Severus.

Llegó por fin estaba en frente de la casa, no se molestó en llamar a la puerta, solo entro y subió las escaleras que lo llevaron a la habitación de su sueño.

Entro y lo que vio lo dejo helado, Severus estaba en una cama, pálido como el blanco de la nieve, y ahí junto a la cama los padre de su novio lo observaron, Tobías se levantó de golpe y le pregunto cómo entro en la casa, pero él no contestó, Eline se acercó más a su hijo quién dormía con la respiración agitada, pálida y demacrada, ella estaba abrazando a su hijo por la espalda y de vez en cuando se limpiaba las lágrimas que salían, la señora tomo la mano de su esposo y negó con la cabeza, quien solo se alejó y tomo su lugar al otro lado de la cama, acomodando los cabellos de su pequeño.

Qué se dice cuando estás viviendo una situación como está, su novio prácticamente tiene un pie en el mundo de los muertos y el otro en el de los vivos.

-          Yo… Yo… Soy Sirius-

-          Sabemos quién eres- la voz del señor Snape sonó fuerte y grave, pero un poco quebrada…

-          Quiero llevarme a Severus conmigo-  fue un susurro, apenas audible pero lo suficiente para ser escuchado por los dos adultos que estaban en la habitación.

Tobías quería golpearlo, sacarlo de su casa y que nunca más volviera, pero era su pequeño bebé del que hablaban, a pesar de no ser el ejemplo de un padre, amaba a su único hijo, Severus era la alegría en esa casa, lamentaba no poder darle todo lo que su hijo se merecía, a él y a su esposa… y ahora venía un joven que le ofrecía todo a su pequeño, pero a cambio  tenían que renunciar a su hijo.

Volteó a ver a su esposa, quien lo miro con ojos brillantes por las nacientes lágrimas que amenazaban por salir, y solo logro agachar la cabeza y asentir lentamente, ella llevo a Severus por seis meses, ella vio cómo su bebé luchaba por sobrevivir, ella sintió sus primeros movimientos, a ella fue dirigida la primera sonrisa. Lo amaba, lo ama como a ninguna otra persona lograría amar, lo amaba más de lo que se ama ella misma, y por eso sabe que estará bien fuera del alcance y convivencia con ellos, porque Severus es alguien que no merece podrirse en un ambiente tan contaminado como el que ellos le ofrecen.

Ambos solo asienten, ella se levanta y comienza a guardar las pocas cosas de Severus, no son muchas y sabe que él le terminara comprando cosas nuevas y de mejor calidad, tomo la bufanda que de pequeño le tejió, el suéter está manchado con sangre, pero sabe que es su favorito, así que aún así decide empacarlo, fotos, pequeños objetos que su hijo recolectaba o que guardaban recuerdos para ellos.

Los guardó todos en una maleta, la cual se le fue entregada a Black, quien tomó a Sev envuelto en la frazada y lo cargó en brazos.

Tan liviano, no pesa casi nada, sale por la puerta delantera y los padres ven a su hijo por última vez, Eline se inclina y besa las mejillas de su pequeño y Tobías le acomoda la frazada para abrigarlo mejor del cruel invierno, acomodando le los cabellos rebeldes atrás de su oreja y besando la frente, esto será lo mejor que le pueden agregar a su hijo, la oportunidad de vivir dignamente, ser alguien en esta vida.

Ambos los observan desaparecer, su hijo inconsciente de que cuando recobre el sentido, ya no estar jamás con ellos.

Sirius Black tiene a su preciada carga entre sus brazos, siente que la temperatura del cuerpo ajeno está descendiendo, necesita un médico, se aventura a transportarse con magia a un gran hospital, donde grita desesperadamente por ayuda.

Una enfermera llega con una camilla, él sigue a los doctores mientras les dice que pasó, le impiden el paso y está a punto de hacer un berrinche para que lo dejen pasar, pero ¿Que ganará con hacer eso?

Las horas están pasando y ve a enfermeras salir y a otros miembros del cuerpo médico entrar.

Cuando por fin sale un doctor, no aguanta más y le pregunta por su Sev.

-          Le hemos hecho unos estudios y análisis al joven Severus, presenta cáncer pulmonar, el tumor tiene un talonario de 6.5 centímetros y tal parece que esto provocó la pulmonía y el sangrado traqueal; tal parece que se está extendiendo hacia la zona de la clavícula izquierda, más específicamente a los ganglios linfáticos y tal vez esto no sea mejor que lo demás, pero también de está extendiendo al otro pulmón. Lo lamento joven.

 

-          Pero usted puede hacer algo al respecto no… yo le puedo dar todo el dinero que necesite… no me importa cuánto cueste el tratamiento… salvarlo por favor.

 

-          Lo lamento, pero el cáncer no tiene cura aún, y para estos momentos los tratamientos serían más dolorosos, mi recomendación sería la eutanasia, al menos que prefiera verlo morir de manera lenta y dolorosa… la verdad me sorprende que siga vivo, para su condición… tuvo que haber muerto hace tiempo, tal vez su deseo por vivir se interpone.

 

-          Quiere decirme que él no sobrevivirá… que lo único que puedo hacer es sentarme a esperar a que muera…

 

-          Así es… ni el mejor medico podría hacer algo al respecto… ponerlo a tratamiento solo provocaría que estuviese más inconsciente y debilitado… muchos pacientes prefieren morir en su casa y pasar sus últimos días, meses o años con las personas que aman… tal vez eso es lo mejor que usted pueda hacer por él.

El doctor siempre mantuvo esa cara de indiferencia mientras me decía todo eso, por eso odiaba los hospitales… nunca me ha gustado la indiferencia de esa persona que visten de blanco para con el dolor ajeno, aquellos que parecen haber perdido la simpatía al decir que una persona que amas va a morir… los odio.

El médico fue llamado por el altavoz y se alejó de ahí. Una enfermera un poco más amble le aviso que podía pasar si hacía lo quería… Severus está tendido en la cama, tapado por unas finas sábanas blancas que compiten con la palidez de su piel… la máquina palpita al ritmo lento al igual que si corazón, puedo ver que hay un tubo que está insertado directamente a su garganta… le está pasando oxígeno… hay agujas clavadas en sus delgados brazos… que demonios… que demonio se supone que haga yo al perderte Severus… respóndeme.

Sujeto su mano, y me doy cuenta de que la palma que antes me pareció cálida ahora está fría… fría como el resto de su cuerpo. Sé que él desea vivir más, tiene planeado hacer muchas cosas en su vida y si nadie puede hacer algo al respecto en este mundo, tal vez en mío se pueda… tal vez la magia le pueda ofrecer una segunda oportunidad de vivir… pero no ahora, en este momento solo necesito que su condición mejore para poder trasladarnos a mundo mágico.

En toda la semana que he estado en el hospital, recibí varias cartas de mis amigos… incluso de Regulus… todas mostraban preocupación por mi… pero ahora no tengo tiempo para responder, hace 3 días el corazón de Severus sufrió un colapso porque los pulmones no bombeaban la sangre suficiente… ver cómo esas personas trataban de reanimar el cuerpo lánguido de mi novio me hizo ver la fragilidad que las personas humanas poseen, por qué algunas son capaces de luchar por sobrevivir un día más… un instantes… yo deseo que Severus siga luchando.

El último día de esta semana mi pequeño pelinegro recobró el sentido… lo primero que hizo fue tomar mi mano y aferrarse a ella con todas sus fuerzas mientras sollozaba y de igual manera yo correspondí, transmitiéndole lo mucho que quiero que permanezca a mi lado y que no me iré hasta saber que él esté bien… fuera de peligro…

Me pase esa noche como todas las anteriores vigilando el palpitar de su corazón, con el miedo de que este deje de latir, con el miedo de que Severus se valla sin poder despedirme, sin poder verlo una última vez.

Severus salió del hospital una mañana de enero… el sol apenas estaba dando inicios de querer salir, pero las nubes lo opacaban lentamente… ambos íbamos juntos, tomados de las manos… por el momento él tenía prohibido exigirle a su cuerpo más de lo que pudiera soportar, nos movimos lentamente de un lugar a otro, tomando descansos muy seguidamente, hasta que por fin localicé el medio de transporte… realice una llamada y el tren de lujo llegó, ayude a Sev a subirse… está un poco pálido y se le notaba cansado, al poco tiempo se quedó dormido, su hermoso rostro enterrado en mi pecho, no pude evitar pasar mis manos por su cabello… bese la coronilla y lo deje descansar todo lo que quisiera; se lo merecía.

Llegar a la mansión Black fue más sencillo de lo que me espere, llevaba en mis brazos a un dormido Severus cuando Kreacher abrió la puerta.

No me sorprendió mucho encontrar la casa vacía… Reg debería de estar en Hogwarts y mis padres deberían de estar en algún asunto correspondiente a la casa Black, subí rápido a la que fue mí habitación, ninguna cosa fue movida de su lugar… mi ropa, mis objetos de Quidditch, las escobas y artículos de bromas… cada cosa en la misma posición en la que las deje… sin una sola pizca de polvo, pareciera que el tempo no paso en la habitación.

Coloque el cuerpo de Severus en mi cama y enseguida traje varias mantas, necesitaba que su calor corporal aumentara… con un movimiento de varita encendí la chimenea, la temperatura del cuarto aumento, decidí darme un baño lo más rápido posible para poder volverá su lado… me sorprendió verlo despierto, parecía un poco confundido…

-          ¿Cómo te sientes, Sev?

-          Te estaría mintiendo si te digo que me encuentro bien….

Un silencio se propago entre los dos… Sirius no tenía la certeza de que el medimago pudiese hacer algo respecto a la enfermedad que tenía su novio, pero valía la pena intentar.

-          Descuida… un médico vendrá revisarte mañana, mejoras pronto… te lo pro…

-          No lo prometas por favor… me basta con que estés a  mi lado, sabes, me alegra mucho haberte conocido Sirius… aunque ha sido poco el tiempo que hemos estado juntos… mi corazón se agita cada vez que pienso en ti… cuando pronuncio tu nombre… cuando te acercas o me roza tú aliento… no sabía que uno podía sentir algo como esto, por eso… por eso no me prometas nada… tanto tú como yo, sabemos que puede que yo no sobreviva… y si eso llega a suceder quisiera irme sabiendo que pase los últimos días a tu lado y que tú no tendrás el pesar de haber roto una promesa que nunca se cumpliría…

-          ¿Te estás dando por vencido?

-          No lo hago… solo quiero ser realistas… he sobrepasado mis limites hace mucho… yo tendría que estar muerto hace varios años atrás y mírame… he forzado a cuerpo a seguir adelante… he tenido la oportunidad de vivir un día más, algo que muchas personas quisieran… y estoy agradecido por eso…

-          Entonces… ¡¿Por qué demonios me hablas como si estuvieras despidiéndote?! ¡Fuiste tu quien cambio mi forma de ser en tan poco tiempo y no planeo dejarte ir, no después de conocer lo feliz que puedo llegar a ser estando a tú lado! ¡Así que deja de decir estupideces! ¡TU NO MORIRAS SEVERUS! Yo no lo permitiré…

Sirius poseía un rostro compungido por el dolor, sabía que no tenía por qué enojarse con Severus… él jamás comprendería lo que era esforzarse por vivir un día más… tener miedo por acostarse y no despertar… aguantar el dolor sin tomar medicamento alguno… él nunca tuvo carencias, su plato siempre estuvo lleno con los mejores majares y platillos… no sabía lo que era pasar hambre… y jamás lo sabría… por eso sabía que no podía exigirle nada a Severus… tal vez… su novio viera a la muerte como una especie de consuelo para el dolor que vivía día con día… tal vez, él era el egoísta por no querer dejar a Sev descansar en paz…  pero como hacerlo, si a su lado había probado la felicidad. Tomo su mano y recargo su frente en ella, su cuerpo se estremecía por el llanto ahogado, trata de retenerlo, no desea que Severus lo vea débil… quiere ser fuerte por ambos… quiere ser el quien le de tranquilidad a Severus y poder decirle que todo saldrá bien.

-          Cuando nací… los doctores no me dieron mucha esperanza de vida, con solo 6 meses de gestación, vine al mundo con muchas complicaciones, tanto en mi salud como en mi hogar… estuve un tiempo internado en el hospital… mi madre y padre contrajeron muchas deudas para poder pagar el año que pase hospitalizado… el primer recuerdo que tengo es el de mis padres diciéndome que era un buen niño y que por eso no debía hacer ruido alguno… un día note que mama llevaba hombres diferentes a casa… esos días papa se veía enojado pero se quedaba callado y sin hacer nada… los días siguientes a esos podíamos darnos el lujo de comer un poco más de lo acostumbrado… la maquiladora echaba tanto humo y la ceniza caía ensuciando la blanca  nieve en los inviernos, el agua contaminada por los colorantes… el humo de los cigarrillos que fumaban los clientes de mamá, antes de darme cuenta; yo ya había enfermado… el hospital es caro y tratamiento también… padre entro en el alcoholismos después de enterarse… se sentía miserable al saber que no podía darnos algo mejor que esa casa… pero soy feliz con los recuerdos que tengo de vivir ahí… cuando cumplí catorce conseguí empleo repartiendo periódicos... luego en una biblioteca… ayudaba a la señora a acomodar los libros en los estantes, con todos esos libros mi curiosidad pudo más y en ocasiones los tomaba y miraba su contenido, las imágenes me sombraban a pesar de no entender el texto o a que se referían… era otra cosa muy distinta a lo que estaba acostumbrado… la señora me descubrió un día observando un libro con saña… poco a  poco me enseñó a leer… en ocasiones me topaba con una niña pelirroja… ella me ayudo a escribir cuando la dueña no podía, un día su padre la acompaño a la biblioteca y me reconoció como el hijo de una prostituta y un alcohólico… jamás volví a verla.

Por no causar problemas renuncie al empleo, pero me lleve conmigo varios libros… el primero que leí por mi propia cuenta fue una de astrología, ahí mi amor por los astros apareció, aunque ver las estrellas en un lugar con tanta contaminación es difícil, terminaba imaginándomelas y al ver un avión, pedía un deseo como si de una estrella fugaz se tratase… ¿Sabes que es lo que pedía?

Sirius negó con su cabeza.

-          Que mis padres no se hundieran más de lo que ya lo estaban… que se repusieran y una vez libres de mí, pudieran rehacer su vida… solo ellos dos… que sean felices y que vivan como se debe por mí.

Sirius, tú no necesitas hacer nada por mi… no necesitas prometerme nada… ya me has dado mucho…

Lentamente Severus perdió la conciencia… sumergiéndose en sus sueños; con Sirius Black vigilándolo.

Al primer ruido que escucho fuera de la habitación, Sirius miro a su novio quien seguía dormido… una vez asegurado que este no despertaría hasta pasada la maña, salió de la habitación hacia el despacho de sus padres, era hora de limar perezas.

Mientras Severus dormía, en el despacho de los patriarcas Black se lleva a cabo una discusión bastante acalorada.

Sirius Black, primogénito y heredero a la fortuna de la ancestral casa Black, trataba de hablar frente a sus padres, pero como nunca había tenido una “conversación civilizada”  lo único que salía de su boca eran ladridos como decía su madre, y una que otra palabra anti sonante; sus padres siempre tendrían la duda de a quién le había heredado el carácter su hijo mayor, como rayos fue que su hijo creció así, y mientras Wallburga trataba de que Sirius la dejase hablar, Orión lo observaba ya hastiado… acaso su hijo no pudo ser más inteligente, bien dicen que echando a perder se aprende, por eso estaba satisfecho de que Regulus supiera comportarse.

-          ¡Sirius! Me dejaras hablar si o no.

-          Y qué es lo que quieres decirme, que como es muggle no lo aceptarás, que lo saque de la casa o que esto puede dañar nuestra reputación.

Porque si es así, Severus y yo ya hemos fornicado y por un demonio que si eso no es amor no sé que rayos sea, pero pronto estaremos casados y si ustedes no lo aprueban me iré muy lejos y está vez no me encontrarán …

-          Sirius, hijo… lo que tu madre quiere decir es que aprobamos tu relación con el muchacho, pero si nos dejaras hablar… hubieses vuelto a tu habitación cuanto antes… si bien tu comportamiento no es el esperado de un sangre pura, has demostrado madurar mucho en este tiempo que estuviste por tu “propia” cuenta… Regulus será quien tenga las responsabilidades como nuestro heredero principal y tú te Aras cargo de los negocios pertenecientes a ella… queda entendido ¿Verdad?

Sirius están sorprendido, su André miraba hacia la ventana y refunfuñaba por el mal comportamiento de su hijo y se preguntaba que había hecho mal para que saliera así. Él jamás se esperaría que sus padres aceptarán a su novio, pero le habían dado su consentimiento… eso era un buen motivo para empezar. Con una tenue sonrisa, una que sus padres no veían desde que era un infante, les dio las gracias y paso a retirarse.

Al amanecer, Kreacher irrumpe en al habitación del hijo mayor de sus amos, el elfo ha visto muchas cosas a lo largo de sus cientos de años de vida, así que no se sorprende al ver al joven Sirius desnudo y recién salido de la ducha o a la joven pareja de este, durmiendo plácidamente  en la enorme cama; cobijado por las finas mantas de seda… lleva el desayuna hasta uno de los burós y se retira con un chasquido, si bien Sirius no le muestra respeto tampoco lo ha vuelto a insultar y supone que eso se debe a la influencia de su pareja.

A Black no le molesta la intromisión del elfo, lo que si no permitirá es que alguien más aparte de él, vea la hermosa y pálida piel de su pareja, por eso siempre procura cubrirlo por completo antes de dormir i caer rendidos por hacer el amor.

A pasado un mes desde que ambos llegaron a la mansión en Grimmuld Place, Severus parece llevarse bien con sus padres y con Kreacher, pese a que la mayoría del tiempo tiene que permanecer en reposo o sin hacer esfuerzo alguno, su madre no pierde oportunidad en compararlo con Sev, debido a sus buenos modales y la falta de esto en él, y pensar que se imaginó que sus padres y Severus tendrían una relación de odio como en la mayoría de los casos entre suegros y nueras… por otro lado, anoche fue simplemente espectacular.

Volver a probar el tacto suave de la fina piel de Severus, escuchar sus dulces gemidos y jadeos… sentirme nuevamente recibido por la estrecha cavidad de su novio, sentir como lo apretaba y la calidez que desprendía en su interior, era un placer puro y tangible… sentía rizar el paraíso con cada embestida que daba al frágil cuerpo de Sev, con cada gemido que este le proporcionaba podía llegar al éxtasis, perdió la cuenta de cuántas veces rego su semen dentro del cálido interior de su pareja, cuántas veces este se vino entre sus vientres, la espalda le ardía por los rasguños dados por su novio a causa de las duras arremetidas contra su cuerpo… aún podía ver rastros de semen y un poco de sangre saliendo do por la entrada de su Severus …

Con cuidado cargo el fino cuerpo aún inconsciente y lo sumergí en la templada agua de la tina, Severus abrió los ojos al sentir la húmeda contra su cuerpo… se sonrojo por el recuerdo de la agitada noche, aunque si recargo una de sus manos contra la mejilla de Sirius y se dejó bañar por las fuertes manos de este.

Ambos sabían que el cuerpo de Severus estaba todavía en reposo, pero ninguno de los dos pudo resistirse a sentir sus pieles rozarse de nuevo, se extrañaban de tantas formas diferentes… que con mucho cuidado Sirius le hizo el amor con una inmensa pasión y devoción, que Severus sintió la dicha de saberse amado por un hombre como el que es su pareja, alguien que le entregaría su alma y su vida con tal intensidad y que le sería fiel eternamente.

En ese mes, como cada mañana desde que llegaron, desayunaron en la comodidad de su cama, después con calma bajaron al salón principal y fue ahí donde Severus se dedicó a sus lecciones de estudio, en un mes mejoro muchísimo y desmosto ser un prodigio…. Mientras tanto Black se dedicaba a contactar a diferentes medimago de distintas partes del mundo, no se daría vencido hasta encontrar a alguien con la capacidad de sanar a su pareja.

Las comidas eran tranquilas y amenas entre pláticas, uno que otro regalo por la forma de comer de Sirius y unas cuantas risas cristalinas por parte de Severus que dejaban a los Black en trance, sin duda el chico era la encarnación de la pureza.

En muchas ocasiones Severus encontró a su novio escribiendo varios pergaminos, sabía que eran para sus amigos de el colegio… más de una ocasión le pregunto si no pensaba volver al colegio… pero a Black solo le interesaba pasar el tiempo con Severus, la escuela podría esperar todo el tiempo del mundo.

2 meses desde que llegaron y por fin sus esfuerzos rindieron frutos, un medimago que también era experto en enfermedades muggles, Sirius no sabía si gritar o llorar de la emoción, recibir al amable señor en la casa fue digno de ver, Sirius casi se hincaba a besar sus pies, si con eso hacia que el médico atendiera a su esposo.

Enterarse que Severus era un mago o mejor dicho un mestizo fue tomo por sorpresa a Sirius, sus padres tenían la ligera sospecha debido al apellido Prince, pero con lo que dijo el médico lo confirmaron, aún así… parecía que Severus tenía una situación bastante complicada, sumado a su enfermedad muggle; su núcleo mágico también era débil… por lo que explico el señor, su enfermedad absorbía su magia, y eso era lo que lo mantenía con vida por el momento, pero ahora el núcleo comenzaba a fragmentarse lo que provocaba que la enfermedad empeorará de golpe…

La solución …

Severus tenía que renunciar a su magia por completo y solo hacia la enfermedad se podría erradicar, su condición siempre sería débil y tendría que tener cuidado de no enfermarse de gravedad pues esto lo dañaría gravemente pero no atentaría contra su vida, si bien la enfermedad desaparecería su condición enfermiza no.

Era como cambian un daño mayor por uno menos, pero uno que no le arrebataría a Severus de su lado y eso era lo que importaba, que él podría vivir los años que quisiera y disfrutaría de una vida, tal vez no sana en su totalidad, pero sabría lo que era crecer y ver el tiempo correr con la calma de saberse vivo y latente.

Un mes después de la primera visita del medimago, la condición de Severus parecía haber empeorado, tras un segundo examen y análisis, otra noticia los sorprendió y está vez no solo a Sirius sino a sus padres también, Severus estaba gestando, con tan solo un mes de embarazo, el bebé hacia acopio de absorber la poca magia que su madre poseía, el tratamiento tenía que hacerse inmediatamente si no querían perder a ninguno de los dos…

El médico tenía todas las cosas preparadas, pero ahora con un feto de promedio, las cosas tomaban un giro algo alarmante…

El proceso fue largo y tendido, Sirius se mantuvo en comunicación con sus padres y con Regulus que llegó esa mañana a brindar su apoyo a su único hermano… los padres de ambos menores se encontraban con sin semblante frío e indiferente, en caso de que algo saliera mal, ellos tenían que guardar la calma y tranquilidad por su hijo mayor.

De la mañana a la noche, sin noticia alguna, prácticamente tenían a Sirius hechizado a la silla, pues este estaba a punto de tirar la puerta y pedir explicaciones acerca de su novio y futuro esposo.

Justo cuando consideraba crucial a todos los que impidieron su voluntad, el medimago salió con un semblante exhausto, al verlo Sirius no pudo aguantar más y se levantó con todo y silla, a lo que a su muda pregunta muda, contestó con una sencilla sonrisa que basto para aliviar a su intranquilo corazón, tras una breve explicación, Sev estaba fuera de peligro, pero estaba agotado, necesitaba descansar por el y por su hijo no nato, en este momento se encontraba dormido o mejor dicho desmayado y no debía sorprenderse si tardaba algunos días en despertar o le fallaban las piernas al caminar, lo mejor era que guardara reposo en cama y necesitaría respirar aire puro, eso fue una de las principales recomendaciones, sus pulmones estaban delicados, así que ahora tenía que poner de su parte para mejorarse y Sirius se ocuparía de encargarse de la recuperación de su novio.

En Hogwarts el anuncio del traslado de Sirius a Durmstrang en Noruega tomo por sorpresa a todos, sobretodo a Gryffindor y Slytherin, era bien sabido que esa escuela se especializa en artes oscuras, los amigos de Sirius estaban consternados, nunca les menciono nada en las caras que intercambiaban ¿Qué estaba pasando? Esa era la pregunta que se hacían, pero si no lo menciono era por algo, tomaron la decisión de no pedir explicaciones… y siguieron con su intercambio de cartas hasta que pudieran volver a verse.

Noruega era hermoso, sin duda alguna este lugar les haría bien a ambos, si bien la idea de estudiar en ese colegio no le gustaba, era la única opción que tenía, si quería poder estar al pendiente de Sev.

Solo basto con que sus padres fuera y hablarán personalmente con el director del internado y se hizo la excepción de que Sirius Orión Black no estaría viviendo en el internado, el viviría con Severus, y en el alba partiría a la escuela, cuando sus clases acabarán volvería a su casa.

No se le hacía complicado levantarse temprano, pero le dolía más separarse de Sev.

El mismo día en el que el doctor partió, Sirius inmediatamente mando a comprar una hermosa mansión y la mando a amueblar a sus gustos, todo lo que necesitaría para su estancia allá.

Cuando Severus recobró la consciencia ya estaban instalados en la nueva casa, una enorme mansión, lujosa, pero a diferencia de muchas mansiones de sangre puras, está tenía un aire cálido y hogareño, ambos estaban contentos con el sitio.

Si algo disfrutaba Severus era ver el cielo nocturno, amaba ver las estrellas de esa manera, ver por primera vez las auroras boreales, las infinitas estrellas que parecían estar tan cerca de sus manos, la mayor parte del tiempo establecido en cama, solo se levantaba para ir al baño y los elfos le llevaban la comida hasta la alcoba, deseaba pronto poder levantarse, pero si estar en cama le hacía bien a su pequeño bebé, él lo haría.

A Sirius le encantaba pasar sus manos sobre el pequeño vientre abultado de Severus… quería ser el primero en serie los movimientos de su hijo, sus padres a veces iban a visitarlos y en el colegio le estaba yendo bien, no tenía amigos precisamente, pero si algunos compañeros con los cuales congeniar, Sev le había dicho en incontables ovaciones que el evento no se movería hasta cumplir el 5° mes, pero a él no le importaba pasar su vida entera pegado a su pequeño cuerpo.

El aire que se respiraba era frío y daba una sensación refrescante y aliviante a sus pulmones, le gustaba pasear en compañía de Sirius por las arboledas del lugar y mojar sus pues en las cristalinas aguas del lago, a Sirius le encantaba ver a Severus contento y lleno de vida (literal) sus felicidades era la suya.

Y pronto serían tres, él se encargaría de hacer feliz a Severus y su hijo o hija.

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Hogwarts, sin duda alguna está era una de las mejores épocas…

Si bien la ceremonia de graduación estaba siendo larga y tediosa, James le lanzaba miradas sugestivas a Lily, Remus ponía atención a todo el disparatado discurso que daba el director Albus Dumbledore, a Peter le faltaba poco para comenzar a roncar… la ceremonia se estaba celebrando en los jardines delanteros, el día era hermoso y soleado, pero sin ser bochornoso, el aire corría fresco.

Un día digno de celebración sin duda alguna.

La ceremonia para bien de alguno ya estaba finalizando, cuando a la nada un grito de conmoción se escuchó de parte de alguien, pronto más voces se le unieron y vieron con asombro como un dragón descendía así su dirección, un hermoso Ironbelly ucraniano era imponente y sumamente elegante con esa hermosas escamas plateadas… Su vuelo lento y pausado le daban aire de grandeza.

Sirius Black era un ególatra de primera, no tenía nada que envidiarle a la vanidad de Lucius Malfoy o cualquier otro Slytherin, por eso su entrada a las puertas de Hogwarts tenía que ser sumamente grandiosa y fabulosa.

Cuando el dragón piso tierra firme, lanzó una llamarada alejando a muchos alumnos curiosos, poco a poco los alumnos se alejaron o al menos así fue cuando una voz fuerte y grave se envió, una voz que era más que bien conocida por muchos y muchas personas del colegio.

Los amigos de Black fueron los primeros en salir disparados a si dirección, esquivando las llamas del dragón mientras que las chicas se retiraban el maquillaje y abrían los botones de sus camisas para dejar ver sus atributos…

El dragón llevaba en la cima una caravana bastante lujosa, adornada con terciopelo rojo y dorado, sin duda digna de alguien con el ego de Sirius…

Más de uno se sorprendió al ver a Sirius bajar… las mujeres tuvieron un orgasmo visual de sólo verlo y sus amigos estaban totalmente sorprendidos, incluso maestros se acercaron a verlo…

Black había cambiado bastante desde que se fue a Noruega… con sus hermosos rizos recortados y una masa muscular aumentada, sus rasgos se habían vuelto más maduros con 17 años de vida, llevaba un traje que lo hacía ver más elegante, pero sin dejar ese aire casual y rebelde de siempre… con una sonrisa sensual y varonil que derrochaba su hombría… sin duda alguna la fantasía de tantas mujeres y algunos hombres.

El primero en acercarse fue James quien luego de darle unos golpes y regañarlo lo abrazó con fuerza, luego se le unió Remus y Peter, de nuevo los cuatro amigos estaban juntos… con un montón de preguntas en la punta de la lengua que amenazan con salir.

Fue pequeño, pero ahí estaba, algo que llamó la atención de todos y hizo que Sirius dejará de hablar y su semblante se pusiera más serio, cosa que dejó babeando a la comunidad femenina… con un ademán de espera regreso a la caravana y pronto el ruido desapareció o mejor dicho se hizo más tenue.

Algunas chicas y chicos atrevidos ya estaban más que listos y dispuestos a ofrecer su compañía a Black mayor, Regulus mantenía una sonrisa de satisfacción, disfrutaría tanto el espectáculo que incluso había traído su cámara para grabar las caras de los demás…

Y ahí estaba, lentamente Sirius descendió de nuevo pero esta vez volteó a sus compañeros…

-          Chicos tengo a alguien que quiero que conozcan, o mejor dicho a algunas personas, no se los mencioné por las cartas ya que deseaba que los conocieran en persona…

Dándose la vuelta y tendiendo su mano, de la caravana bajo un joven chico de apariencia frágil y delicada, de cuerpo delgado, con facciones afiladas y finas, de hermoso cabello azabache, tan lacio y recogido en media coleta, con labios en un hermoso tono rojo y bellos ojos negros enmarcados por largas y rizadas pestañas… parecía una muñeca hecha de la más fina porcelana, todo él era estilizado, venía vestido con un hermoso traje azul oscuro entallado, que resaltaba la blanca piel. En sus manos llevaba una manta de color blanco y bordes platas, decorada con pequeños dragones y otras criaturas mágicas, la cara de sus amigos y las chicas fue de asombro total, jamás pensaron que Sirius Black fuera tan irresponsable como para dejar embarazado a alguien.

-          James, Remus, Peter; quiero presentarles a mi futuro esposo Severus Snape Prince, próximamente Severus Black y nuestro pequeño hijo Campbell Sirius Black.

-          Mucho gusto en conocerlos, Sirius me ha hablado mucho de ustedes y de sus travesuras como estudiantes… así que me llama la atención conocerlos.  

Severus hipnotizó a todos con su voz, te daba la sensación de paz y tranquilidad, como si su tono al hablar te dijera que todo estaría bien, te hacía sentir cobijado y reconfortado, más de uno se ruborizó.

Mientras tanto Sev hacia malabares con su pequeño hijo que estaba algo inquieto por escuchar tantas voces…

-          ¿Quieres que lo cargue Sev?

-          Por favor, no lo entiendo, normalmente cuando come se duerme, pero está demasiado inquieto.

-          Lo amamantaste antes de venir y apenas hace un rato ¿No?

-          Crees que haya comido mucho.

-          Tal vez, pero si a mí también me dieras de tú leche, créeme que me la pasaría pegada a tu cuerpo. Aunque tampoco es como si no la hubiese tomado, es bastante rica y…

-          Por Dios, Sirius solo carga a nuestro hijo un momento.

Sirius tomo al bebé con maestría, tantas horas de desvelo y vigilar a sus dos amores lo convirtió en un experto padre. A pesar de que su hijo lo vomitara o lo orinara cada vez que le cambia el pañal, lo amaba con locura, a pesar de tener 17 años; la paternidad le encantaba, y si podía hacer la vida de su novio menos pesada lo haría con gusto, ya que por las noches era Sev quien se hacía cargó, ya que el caí como tronco y no despertaba hasta el día siguiente.

-          Estás emocionado por conocer a los amigos de papá verdad, Cam. Qué lindo es mi hijo.

-          Sirius deja de agitar a nuestro hijo así, acaba de comer y vomitara.

-          Tranquilo Sev, no pasará nada, ¿Verdad bebé?

-          Contigo no se puede. Perdonen por eso, Sirius siempre se comporta así con ustedes.

-          No… bueno al menos que yo recuerde no.

-          Ya veo, y…

Las palabras de Severus se vieron interrumpidas por la risa del bebé, y los gritos de Sirius, quien estaba bañado en leche regurgitada, al pequeño Campbell se le hacía gracioso los gestos de su padre y no podía evitar mover sus manitas fuera de la manta.

Severus algo enojado y resignado tomo al bebé y le quitó la manta, dejando a vista de todos a un bebé de no más de 3 meses de nacido, cabello rizado, pero en vez de ser castaño como el de Sirius era negro como el de la “madre” y de bonita piel blanca como la nieve… unos ojos grandes y curiosos que eran gris azulado, pero en un tono más oscuro que el de Black. Sin duda alguna una hermosa combinación de ambos padres.

Sev regañaba a su prometido, mientras limpiaba los restos de leche que se asomaban en la boquita de su bebé…

-          James …

-          Si Remus…

-          Qué Sirius se vea más maduro no quiere decir que lo sea ¿Verdad?

-          Te doy toda la razón Rem.

Cuando por fin acabo con su hijo, fue con Sirius para quitarle el saco y guardarlo, se podía limpiar con magia, pero prefería lavarlo…

-          Y bueno chicos, acaso no creen que los bebés me salen hermosos, bueno Sev también puso mucho de su parte, dimos todo nuestro esfuerzo ¿verdad amor?

El rostro de Severus se tornó carmín por lo dicho, Sirius siempre hablaba de esa manera y aún así le gustaba que hablara así … y la prueba está en todas las marcas que poseía su cuerpo, de todas las noches que se entregaban al placer mutuo.

Aun con un leve rubor bañando sus mejillas, asintió tímidamente, eso descolocó a sus amigos, ya que esperaban que lo reprendiera por estar contando cosas de su intimidad no que lo aceptará.

-          Felicidades por su graduación, espero verlos pronto en la academia de Aurores.

-          Claro, nuestros planes no han cambiado, y tu Severus ¿Qué carrera tomarás?

-          Yo no puedo hacer magia, pero he tomado clases de astrología… creo que es interesante saber acerca de los astros.

-          Sirius, te casaste con un muggle.

-          James te pido que no uses ese tono y la respuesta es no, Severus es mestizo, te suena el apellido Prince, el hecho de que no pueda hacer magia es una consecuencia a una enfermedad, pero ya está en recuperación, un pequeño costo a cambio de su bienestar, así que te pido no te expreses así de mi pareja.

Pocas veces sus amigos habían visto a Sirius enojado, pero ninguna cómo está, claro que sabían quienes eran los Prince, pero la casa estaba extinta… su último descendiente se fugó con un mugglee y su familia la desterró, a menos que Severus fuera hijo de aquella joven, Regulus por fin dejo de gravar y se acercó al ver las cosas un poco tensas.

-          Hermano, tú no cambias verdad… pobre de Sevi tener que aguantarte día y noche, debe de ser horrible para ti.

-          Qué chistoso Regi…

-          Puedo cargar a mi sobrino Sev.

-          Claro… sostenle la nuca y la espalda, y por favor no lo agites.

-          Claro que no lo haré, no soy como Sirius.

-          Ya te quiero ver a tí, cuando tengas a tus propios hijos hermanito.

-          Eso será en mucho tiempo.

-          No digas eso, mírame a mi, con 17 ya soy padre y Sev con 16, deberías de tener cuidado con lo que dices…

-          Y más te vales que todos tus hijos sean con Severus o de otra manera no te lo perdonaría, Cam es la cosa más linda. Por cierto, no tenías algo que decirles a tus amigos

Cierto, sus amigos estaban platicando con Severus o mejor dicho le veían las nalgas cuando este se agachó a recoger algo que se le había caído, acción que no paso desapercibida por Black, si hasta el santurrón de Remus miraba las lindas, sexys, suaves y firmes nalgas de su novio Oh dejaría en claro a quien pertenece Severus.

-          Bueno amigos, el otro motivo por el que vine fue para invitarlos personalmente a mi ceremonia de boda con Severus, si bien yo quería casarme cuanto antes, mis padres me convencieron de que esperar hasta que nuestro hijo naciera y estuviese un poco más grande.

-          Será un honor para nosotros tenerlos en un día tan importante para ambos, esperamos que puedan asistir.

Sev entrego unas hermosas urnas de cristal y plata que dentro contenían un fino lienzo prescrito con tinta color plata, las indicaciones de dicha boda.

-          Ahí estaremos chicos.

-          Y descuida James, ya hablé con Sev, puedes llevar a Lily, yo te lanzarle la liga y Sev le lanzará el ramo a Lily, así que esperaré con ansias mi invitación a tu boda.

Todos comenzaron a reír, mientras se alegaban de ahí, asía las 3 escobas… esto sin duda sería el inicio de muchas cosas buenas para la recién formada familia Black… sin duda esta sería una nueva generación digna de ver crecer.

Y, por otro lado, los maestros se las veía en apuros, tratando de llevar al enorme Ironbelly a un recinto más apropiado…

Pero eso a casi nadie le importa, así que con esto acaba la historia.

Gracias.

-          Enserio Sirius, Severus llevará vestido …

-          Bueno aún estamos viendo eso, anoche tuvimos una discusión bastante apasionada, si es que me entiendes.

-          Sería lindo ver a Severus en vestido.

-          Más si es uno entallado y pegado al cuerpo …

-          Tal vez le pida que valla en traje.

Sin duda alguna no dejaría que nadie más viera su Sev en vestido.

Eso lo dejaría para la luna a de miel.

 

 

Muchas gracias por leer, espero y le guste o no los haya decepcionado… me tarde mucho tiempo, o al menos eso yo creo.

En fin, gracias por leer.

 

Enverad muchas gracias por leer la historia, y esperar a que publicara…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

Notas finales:

Muchas gracias.


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