CAPITULO 2
¿QUIÉN ERES REALMENTE?
La ciudad brillaba por las luces, la gente caminaba en las calles, en un departamento, un chico apenas comenzaba abrir los ojos, mirando a su alrededor se dio cuenta de que tenía puesta ropa, de algún humano, entonces recordó al chico castaño, pensó que lo habían devuelto al laboratorio, pero el lugar en el que estaba parecía una habitación normal, tomo precauciones y salió del cuarto, anduvo hasta que escucho a alguien tararear una canción o algo así, noto un cuchillo en la mesa y lo tomo, dispuesto a clavárselo al chico que estaba de espaldas sacando quien sabe que del aparato que miraba, se impulsó, de un movimiento el castaño clavo el cuchillo girándolo en la mesa con solo una zanahoria, como si fuera otro cuchillo
-oye- gruño el más bajo –cuida los muebles no son gratis ¿sabes?- sonrió –que mal educado eres y yo que te alojo en mi casa- hizo una mueca de disgusto –mejor siéntate a comer, ya casi esta la cena-
El más alto solo miraba al niño sorprendido, no sabía que los humanos podían hacer eso, siguió mirándolo, hasta que el chico se le acerco demasiado a su cara incomodándolo mucho
-debería de sentarte tengo alguna preguntas para ti- luego de eso tomo un plato y se lo puso en las manos
-¿Quién eres?- pregunto el peliblanco serio
-la pregunta aquí ¿Quién eres tú?- tomo su plato y se sentó en la mesa, luego miro el cuchillo –eso no va ahí- lo saco sin problema –dime que fue lo que viste en el desierto ¿Quién eres? No encontré archivo alguno acerca de ti-
-eso no te importa, yo solo escapaba de ese lugar- respondió mirando su comida no le gustaba como se veía
-escúchame bien y responde- su alegre expresión cambio de pronto –me responderás a lo que te pregunto, si no llamare a alguien para que vengan por ti, porque si no he dicho nada es porque me intriga el hecho de que no encuentro absolutamente nada de ti- culmino con una expresión bastante seria
-¿solo tú sabes que estoy aquí?- pregunto, por un segundo esa expresión logro estremecerlo un poco, paso saliva por su garganta – Salí del lugar al que ustedes humanos llaman área 51-
-Espera… ¿dijiste humanos? ¿Área 51?- la expresión paso a una de asombro, de inmediato conecto puntos –eso significa que no eres de este planeta- afirmo no era pregunta
-exactamente- el peliblanco solo esperaba el momento en el cual saliera corriendo con un expresión aterradora y llamara al alguien para que se lo llevaran, claro había pasado ya ¿Por qué sería diferente esta vez?
-hoo -resoplo un momento el castaño –por un momento creí que por fin alguien en el mundo me había superado- después lo miro –entonces eres un extraterrestre - se paró se le acerco a la cara y le sonrió, mientras lo miraba de arriba abajo –creí que serían algo diferente, me alegra saber que tenemos más cosas en común- se volvió a sentar
El peliblanco seguía en shock, ese humano era diferente, simplemente no espero una reacción así, normalmente se decía que en la tierra no aceptaban a seres de otro mundo por temor, y que esa razón era por la cual siempre atacaban a lo desconocido
-¿Cuál es tu nombre?- el castaño dejo de comer para beber su chocolate
-¿Qué cosa eres tú?- el peliblanco seguía desconcertado, tanto que comenzó a comer sin siquiera notarlo – valla es delicioso- su expresión seria nunca cambiaba
-claro lo hice yo- tomo otro sorbo de su bebida -¿quieres algo de beber? Tengo te, café y agua- se levantó para prepararle algo
-no sé qué sea te o café, dame agua- respondió
-parece que tu cara seria nunca cambia ¿así es tu carácter?- le sirvió agua de una jarra que tenía en el refrigerador
-claro, un general necesita ser fuerte de carácter y valentía- bebió el agua mientras veía al chico reírse de algo -¿Qué es lo gracioso?-
-¿diriges el ejercito de tu mudo?- cuestiono, el peliblanco gruño mientras asentía -¿Por qué todos creen que tener carácter serio y según todos valentía los convierte en mejores?- seguía riendo hasta que se le paso un poco –te diré quien soy, mi nombre es Ryan Baker, dirijo operaciones de espionaje, antiterrorismo y demás, desde las sombras trato de mantener orden, he atrapado a más de cien enemigos, si por eso fuera ya me hubiera convertido en presidente del país-
-mira que tenemos aquí, un mocoso engreído- el castaño gruño –cuando vayas a otro planeta dime que eres algo- puso su palma en su cara mientras que su codo estaba recargado en la mesa
El castaño solo dejo cubrir parte de sus ojos con su cabello mientras se retiraba del lugar de golpe sin decir una sola palabra, se fue a la sala mientras se dirigía a la computadora
-estúpido extraterrestre- susurro, golpeo con su puño la mesa donde estaba la laptop y recordó aquello
-hooo, eres un mocoso engreído- sonrió el chico mientras abrazaba al castaño- cuando vayas a otro planeta dime que eres algo- lo abrazo más fuerte –aunque yo estoy orgulloso de que ya eres algo- el Castaño correspondió el abrazo
El otro chico se quedó algo extrañado por La actitud, solo termino de beber, lavo los trastes, se dirigió a donde el otro chico cuando lo vio golpeando la mesa estaba a punto de decirle algo, sonó el timbre de la puerta
-vete a mi habitación y no salgas- el castaño señalo –yo abriré- los dos se miraron, el peliblanco asintió -¿Quién es?-
-soy yo, Óscar, vine a consultarte algo-
-me asuste por un momento creí que habían descubierto lo del civil-
-que va, primero descubren tu tipo de sangre y después el resto de tus secretos, aunque lo dudo mucho- dijo mientras entraba en el departamento
-oye, acerca del civil, mmm ¿puede mantener esto en secreto?-
-si ¿alguna razón? – Cuestiono –no eres de lo que actúan así no más, sobretodo no mezclas sentimientos con trabajo-
-promete no gritar- comento el castaño
-esto suena más interesante- paso y se sentó en uno de los sillones, escuchaba la historia, tan solo se quedó un momento pensando –ya veo ¿Cómo se llama?-
-aun no lo sé, ven, es seguro, te prometo que ninguno de los dos te entregara- grito, el peliblanco salió con cuidado, observando al invitado
-tenías razón, espero llevarme bien, chico- tendió su mano, el peliblanco no respondió –me llamo Óscar Wildel-
-¿planeas decirlo al mundo entero?- cuestiono alzando una ceja el peliblanco
-no seas así, es de confianza, puede ayudar a esconderte, hablando de eso ¿podrías crearme unos papeles para él? – El hombre asintió –también quiero que tengas unos listos aparte-
-nunca cuestiono nada de ti, ya que eres inteligente, está bien los tendré los más rápido posible- se levantó dirigiéndose a la puerta – ha ¿tu nombre?-
-Ashi Wemborg- respondió, Óscar salió del departamento
-no te preocupes mientras estés conmigo nada malo pasara- sonrió mientras le picaba un cachete
-puedo cuidarme solo ¿sabes?- gruño hacia su cara del contrario
-por eso terminaste en la entrada de un túnel y después en mi cuarto usando mi ropa- lo miro de arriba abajo –aunque te queda apretada, mañana compraremos ropa de tu talla-
-como sea, pronto me iré, para ello necesito dar señales para que vengan por mí- se cruzó de brazos mientras se recargaba en una pared, el castaño bostezo
-creo que es hora de dormir, tu iras a mi cuarto, así que vete- le señalo la habitación
-¿Dónde dormirás?-le pregunto sin mucho interés
-no importa ya vete-
-así que… Ryan lindo nombre- se separó de la pared y se fue
-Ashi tampoco está mal, buenas noches- se dirigió de nuevo a su laptop, donde observaba unos archivos -¿debería decirle que se ve muy atractivo con mi ropa?- cuestiono sonrojado con la cabeza apoyada en la mesa, tomo una foto –creo que mejor separo emociones de deber- y se durmió en esa posición
En la habitación el peliblanco, estaba recostado de lado pensando en lo que acaba de ocurrir en tan solo un día, por fin había escapado, termino con un humano algo curioso
-estúpido humano que ayuda a quien sea- chasqueo la lengua -¿Por qué me ayuda?-
Pensó en su situación, recordó lo que le dijo, a sí que, el cuidaba su mundo desde las sombras, mejor pensó que sería obvio, que no le molestara en lo absoluto, que el fuera algo lejos de su propio mundo
-seguramente mandaran a alguien a matarme, antes de que se enteren todos-reflexiono, seguía pensando mientras se quedaba dormido