CAPITULO 4
PELEA Y HERIDAS
Tanto Jonathan como Camen no esperaban la intromisión de un humano, menos uno peculiar, en la tienda el chico tomo por sorpresa a Jonathan, lo había asustado mucho, y cuando lo siguieron en la cafetería, había podido notar su presencia
-estúpido camarero no debió tratarnos de esa manera- se limpiaba el polvo de la ropa
-debemos de actuar pronto o si no se volverá a esconder- el pelirrojo se limpiaba, odia tener que ser educado, si por el fuera habría matado al camarero, pero no podía tenía un trato con esos idiotas humanos –será mejor si los emboscamos, quien diría que un mocoso seria el guardaespaldas del idiota- sonrió tronándose los nudillos
-como sea tenemos que deshacernos de los dos o por lo menos llevarlos con nosotros- el peli naranja seguía el ritmo de los pensamiento del extraterrestre
-como sea, esperémoslos- se escondieron no muy lejos de la calle donde estaba el café, pronto oscureció
-entonces, el idiota creyó que podía dispárame, ya me había soltado y logre terminar el trabajo sin lesionarme, mas- terminan de contar algunas de sus misiones
-realmente estás loco- terminaron de conversar –será mejor que nos vallamos ya es noche-
-tienes razón- se acercó el camarero de antes
-tengan buena noche-
-gracias, deje propina para los dos- señalo el castaño, el camarero le tomo del hombro
-oye, tu trabajo ya está hecho asegúrate de darle seguimiento-
-lo sé, no es por mí- señalo con la cabeza al peliblanco –ya se, le estoy dando seguimiento incluso marque aquel numero-
-está bien ten cuidado, eres demasiado importante-
-buena noches- se retiraron los jóvenes de la cafetería, ambos caminaban con las mano metidas en su bolsillos
Caminaban tranquilamente por la calle, ambos en silencio, estaba oscuro por esos lares, casi nadie caminaba por ahí
-de que seguimiento hablaban- pregunto el peliblanco
-trabajo, nada mas- respondió sin decir nada mas –tch- chasque la lengua cuando se dio cuenta de la situación –maldición esperaba no volverlos a ver- a unos metros estaban los dos hombres recargados en un poste con poca luz
-maldición me encontraron- se enojó el peliblanco
-quédate atrás de mi- puso una mano enfrente del más alto -¿ya dejaran de seguirnos?- cuestiono algo divertido
-me molestas, solo hago mi trabajo y si no es por la buenas será por las malas- sentencio el fortachón sacando algunas armas
-ja, esto se pondrá divertido- dijo con una enorme sonrisa
-así que ¿nos seguían? ¿Por qué no me lo dijiste?- grito el peliblanco
-no interesa, ahora quédate quieto- se quitó la gabardina y se la tiro en la cara
-wow un poco de diversión no está mal- el pelirrojo sostenía el rastreador en las manos, el castaño se percató de eso, el otro chico se lo guardo en alguno de los bolsillos
-ahora buscas venganza idiota- se quejó el peliblanco mientras tiraba la gabardina al suelo – no podía sacarte de ahí-
-no es solo eso, había estado esperando alguna oportunidad para destruir tu mundo, si eso no puedo al menos uno de ellos-
-menos charla más acción- declaro el castaño
Los dos chicos comenzaron a dispárale al castaño, este solo corrió de frente, esquivando las balas de las armas, ambos hombres se quedaron asombrados de la acción del más joven, Ryan golpeó el arma de uno de ellos mientras daba una patada al pelirrojo, deshaciéndose de las armas de ambos, se deslizo hacia atrás, mientras los hombres le daban la espalda, se arrojó sobre el pelirrojo, había logrado quitarle el rastreador y algunas armas, le dio un golpe en la nuca que lo dejo inconsciente en el piso, de inmediato se abalanzo hacia el más grande que los tomo de ambos brazos tratando de inmovilizar, Ryan se impulsó del suelo subiendo hasta su cuello donde enredo sus piernas en la cabeza, ambos forcejeaban, el más joven trata de liberarse, fue azotado en el suelo donde se golpeó en la espalda, quedo en el suelo unos poco segundos, Jonathan lo golpeaba con el puño tratando de golpearlo, se descuidó y Ryan tomo sus muñecas mientras con sus piernas lo lanzaba lejos, se logró levantar, observo como de un golpe Ashi noqueaba al otro hombre
-g-gracias- respiraba agitadamente –sí que tienes fuerza- le indico sobándose la espalda –logre encontrar esto- le mostro el rastreador –así es como te encontraron-
-¿Qué demonios pensabas al ocultar que nos seguían?- pregunto bastante enojado
-nada, vámonos- se alejó de ahí rápidamente, detestaba cuando se le complicaban las cosas
-escúchame, hey- gritoneo el peliblanco dejando a los sujetos ahí en el suelo –haz caso-
-no te escucho- el castaño rio y se echó a correr
El peliblanco le siguió molesto, llegaron al departamento donde el castaño se encerró en el baño, por más que Ashi tocara la puerta no le abría en lo absoluto
-idiota, mejor me voy a dormir- se alejó furioso, se encerró en la habitación dispuesto a dormir
Dentro del baño, Ryan apenas se mantuvo de pie, se deslizo en medio del baño, mientras se le pasaba un poco el dolor
-no fue buena idea pelear mientras aun me recupero de otras heridas- se pasó las manos por la espalda como pudo –no es tan malo-
Se acercó a escuchar si Ashi ya se había dormido, noto que la puerta estaba cerrada, saco una llave y entro, lo encontró dormido, recostado de lado
-Ashi- lo movió –despierta – al confirmar que estaba dormido salió, cerro de nuevo, marco un numero -Óscar ven, duele demasiado-
-ya me conto un amigo lo que paso en la cafetería, aun así ¿Por qué pelaste?- le regaño –como sea ¿estás en casa?- pregunto
-si ¿por qué?- escucho el timbre, colgó el teléfono, le abrió la puerta
-andaba por el barrio- sonrió mientras mostraba un botiquín
-no te creo de seguro fueron de chismosos- recalco con una mueca –maldición, fui azotado contra el suelo-
-bien yo me encargo-contesto entrando en la puerta –será mejor que te recuestes-
El Cataño obedeció, su espalda estaba llena de moretones, y aumentaron con la reciente pelea, cada cierto tiempo mostraba alguna que otra mueca de dolor, se mantuvo así hasta que se durmió, por otro lado el hombre solo miraba su cara durmiendo
-es la primera vez que veo que te duermes enseguida- miro hacia su habitación –espero que esto no te cause más daño del que ya tienes- acaricio su cabello mientras guardaba todo, lo arropo, se durmió en el sillón siguiente, durante toda la noche