CAPITULO 21
CAOS
Llego a la sala, secándose el cabello con la toalla, donde solo se encontraba el peli azul despierto, mientras Camen dormitaba a pierna suelta en algún sillón
-sí que tuviste una tarde entretenida- el peli azul lo miro extendiéndole los brazos
-soy un estúpido, me deje llevar, él se ira y no puedo evitarlo- corrió a abrazarlo mientras enterraba su cabeza en el cuello de su amigo
-tranquilo ya paso- le dijo tranquilizando a su amigo
-¿me prestas tu moto?- le pregunto algo decaído pero ya más tranquilo
-no sé, no después de semejante acrobacia en Francia- le respondió, poniendo una pose pensativa, ante eso el castaño no pudo evitar reírse
-perdón, te prometo que no pasa de nuevo- imploro mientras su amigo lo miraba –necesito pensar un rato, no iré lejos-
-está bien aquí tienes- le entrego las llaves –cuídate, no hagas tonterías y ¿Dónde te veremos?- pregunto Spencer mirando a su amigo
-en la próxima ciudad – contesto tomando una chamarra y ajustándose una especie de lentes para los ojos –sirve y puedo distraer a los de área 51- tomo el pomo de la puerta casi yéndose –cuídalos y lleva la mochila, los veo pronto- se despidió
-ok, lo hare, solo no conduzcas toda la noche- contesto devuelta
-está bien- respondió, salió y se subió a una motocicleta negro y rojo, tomo rumbo hacia la siguiente ciudad –necesito aclarar mi mente, no puedo creerlo- comenzó a llorar de nuevo –el amor apesta- se dijo a si mismo mirando el camino y acelerando
Oscar ya había llegado a la Casablanca, la situación que se vivía ahí, no podía describirse muy bien
-eres un maldito traidor- gritaba el presidente en la junta donde todos miraban al secretario de defensa - ¿Por qué lo hiciste?- pregunto, no obtuvo respuesta –confié en ti, maldita sea, estas despedido-
-¿despedido? Que no se da cuenta, he hecho esto para salvar el país- grito fuera de si
-¿salvar el país? Vendiste información importante, pusiste en peligro a muchas personas por esto, vas a decirme que fue por una buena causa- le mostro los datos en la computadora donde se veía él y el pago que recibía – te quiero lejos de aquí, arréstenlo- ordeno a sus hombres
-cuidado, señor- grito Oscar quien lo tiro al suelo al ver lo que hacía el secretario
Varios hombre lo sujetaban, pero un gas empezó a salir, logrando zafarse el secretario, dándole oportunidad para escapar y maldecir su suerte
-malditos espías, maldito gobierno, pero me las cobrare caro, si no puedo demostrar al mundo la existencia de otros seres, entonces, señor presidente, venderé al mayor secreto de Estados Unidos y su adoración- sonrió con malicia mientras escapaba –al mejor espía del mundo RYAN BAKER-
-atrápenlo- ordeno el presidente, mientras lo ayudaban a levantarse del suelo
-si señor- contestaron varios hombres
-tiene que dar la noticia de que el secretario de defensa en un traidor- comento Oscar viéndole a los ojos- si no esto ira aún más mal-
-gracias a la información de esa chica, tenemos pruebas, lo que me preocupa es que lastime a los chicos- dijo ajustándose el saco de su traje
-yo me encargo de eso señor- contesto Oscar -están a salvo-
Los rayos del sol se colaban por una rendija de la ventana, logrando despertar a cierto chico de cabello blanco
-mmmm- se acomodó intentado abrazar a algo, notando el espacio vacío que estaba en la cama, abrió los ojos encontrándose que el castaño ya no estaba – parece que ya se levantó- bostezo, se dirigió a la ducha aun somnoliento
Cuando llego a la cocina solo noto a los chicos hablando, desayunado, no había rastros del espía, ni siquiera su típico olor por las mañanas
-¿Dónde está Ryan?- pregunto a los chicos
-no sé, creo que se fue ayer- contesto el pelirrojo metiéndose un pan a la boca
-¿estaba escuchando? Chismoso-
-no, solo que hablaban muy fuerte- se alzó de hombros restándole importancia
-¿Cómo que se fue?- pregunto algo alterado
-sí, nos vera en la próxima ciudad, tenía cosas que hacer- le dijo girando su mano –no creo que deba importarte, él tiene su vida aquí- lo miro fulminante el peli azul
El peliblanco no sabía cómo reaccionar, tal vez debió pensar las cosas antes de acostarse con el castaño, en lo que sentiría después
Jonathan, estaba conduciendo su auto por la carretera siguiendo una motocicleta, cuando lo vio irse, supo quién era
-parece que esta solo- respingo dándose cuenta que seguía el camino a la siguiente ciudad
-lleva conduciendo toda la noche- comento uno de los hombres que estaba ahí con él,
Solo quedaban tres hombres, ya que todos fueron llamados a trabajar en sus respectivas áreas, no podían darse el lujo de estropear aún más las cosas
-si ya me di cuenta- respondió seco, vio como aparcaba la moto en un estacionamiento, cerca de un restaurante trato de acercarse para ver si podían cumplir su objetivo, para su suerte el castaño estaba solo