CAPITULO 27
DEVUELTA A CASA Y SECUESTRO
el chico noto que el peliblanco, estaba solo recargado en un árbol, mientras su madre, daba un pequeño paseo, con el presidente en el bosque, los guardaespaldas los seguían de cerca
-Ashi ¿podemos hablar? - preguntó el castaño
-de acuerdo- de separo del árbol dispuesto a escucharlo
-dime, ¿te iras? - pregunto –enserio, quiero creer que te quedaras aquí, solo un día más, por favor-
-escúchame, me iré sí, pero te prometo que volveré- lo sujeto de los hombros mirándolo a los ojos
-dime como- se apartó un poco - como tendré la certeza de que volverás- se alejó un paso –te amo de verdad… pero no tengo la suficiente confianza, para hacerme creer a mí mismo, que volverás, o que no me abandonaras-
-tengo que irme, yo tengo responsabilidad con mi vida- expreso el chico de cabello blanco, el castaño se dio cuentas de algo muy importante
-jejej, tienes razón, ambos tenemos responsabilidades, creo que fui demasiado lejos y fui egoísta, tú ya tienes tu vida y yo…. la mía- sonrió con frustración alejándose de ahí
-Ryan escúchame – se enojó consigo mismo – no me refería a eso- el chico solo vio la espalda del castaño, se adentró en el bosque, muy alejado del perímetro que estableció para la seguridad de las personas
-hey chico, necesito que firmes esto si piensas volver-le hablo Óscar con los papeles en la mano
-muy bien- noto que la firma de su madre ya estaba en algunos otros, que parecían muy importantes
-tu madre y el presidente hicieron varios acuerdos, creo que se llevaran bien- dijo el hombre
-si es así, mi padre tampoco tendrá objeciones- Ashi suspiro una vez que los firmo
- ¿sabes dónde está Ryan? - pregunto, quería que los despidiera el
-se alejó de aquí, no quiso escucharme- explico Ashi
-lo buscare- empezó a preguntar a algunos soldados, nadie sabía nada
lo busco por todos lados, no lo encontraba eso empezó a preocuparle y movilizo a algunos soldados, estos comenzaron a buscarlo también
La Reyna noto el semblante agobiante de su hijo, no quería que sufriera, pero debían irse ya
-hijo es hora de partir, no te angusties volveremos- le dijo su madre abrazándolo con amor
-no sé qué me pasa, siento como si no debiera irme- expreso el chico
-ya te lo dije, la decisión que tomes yo la apoyare- lo abrazo, los guardias dieron la orden de que ya podían irse
-creo que llego la hora, majestad un gusto en conocerla- el presidente fue a despedirlos
-el gusto fue mío, gracias por cuidar de mi hijo-
-no fue nada- se aclaró un poco la garganta –si desean volver los estaremos esperando, solo mande las coordenadas y ahí estaremos- el presidente volteo a todos lados, al percatarse de que cierto chico castaño no estaba –que raro creí que estaría aquí-
-no se preocupe, dele las gracias de mi parte- aclaro la Reyna
-gracias por todo- se despido el presidente
Los extraterrestres se subieron a la nave, Ashi estaba esperanzado de que llegara el castaño
-hora de irse- le dijo su madre, no le quedo de otra más que subirse y ajustarse el cinturón de seguridad, por primera vez sentía un enorme dolor que no pudo ocultar, se encendió la nave
En lo profundo del bosque donde no había nadie, un castaño caminaba a paso lento, estaba mal y él lo podía sentir, tanto que no se percató de varias presencias, una de ellas estaba frente suyo con una sonrisita al verlo en ese estado
-mirar nada más y nada menos a quien tengo enfrente- dijo el secretario de defensa
- ¿Qué hace aquí? - pregunto Ryan
-nada que deba importarte- dijo uno de los hombres que reconoció de inmediato, era de los que seguían a Ashi
-usted fue quien los mando- apunto con el dedo al secretario, empezó a toser fuertemente, el calor aumentaba en su cuerpo, los síntomas empeoraban
-listo como siempre- aplaudió el hombre
-demasiado tarde, él está por irse- sonrió un poco
-me imagine que estando tú, a cargo, podría lograrlo, más en cambio, serias tu quien se quedaría- se acercó un poco al castaño, notando su estado - ¿Cuánto me pagarían, por tener a la persona, que sabe todos los secretos, de estados unidos? - pregunto con una sonrisa victoriosa
-es un maldito traidor- estaba a punto de golpearlo, jadeaba con cada movimiento, el secretario fácilmente lo esquivo, Ryan tosía con más fuerza
-en tu estado creo que sería mejor que cooperaras-
-en… sus… sueños…- el mareo volvió y un dolor, demasiado fuerte, hizo que su vista se viera borrosa, cayendo al suelo, escuchando al secretario antes de desmayarse, nadie se percató de una pequeña pulsera en el suelo
-buenas noches, espía- rio el secretario después de verlo inconsciente –llévenselo, mientras más rápido mejor-
Uno de los hombres, lo cargo en su hombro, acomodándolo, para después meterlo en un auto, tomarían un vuelo privado, que había conseguido el secretario de manera incógnita, tanto tiempo, con el pequeño espía, le había ayudado
Ashi ya estaba en una altura propia, donde podía ver abajo, como varias personas se movían, uno de los soldados se acercó al presidente y le dijo algo, que aparentemente lo altero, observo como daba varias órdenes, algo le gritaba en su interior que se quedara, tenía un mal presentimiento
-Ryan- suspiro nombrando al chico mientras unas lágrimas caían de sus ojos, se tocó sus mejillas con sus dedos, cuando la vio húmedas, noto que estaba llorando
La Reyna al ver a su hijo en ese estado, pensó mejor las cosas, se había enamorado el peliblanco de aquel humano, así que, si su hijo no hacía algo, ella lo haría
- ¿saben qué? Aterricen de nuevo, ya sé dónde tomare mis vacaciones, avísenle a mi esposo- sonrió la Reyna cuando vio la cara de sorpresa de todos, más la de Ashi – si ahorita, me encanto ese bosque y por lo tanto quiero ver que otros paisajes pueden mostrarme en este mundo-
-madre- exclamo el chico
-nada, es una orden- puso sus manos en la cintura dando a entender que de verdad lo hacia
-si majestad- contestaron el personal
Aterrizaron de nuevo, sorprendiendo un poco a los hombres, sobre todo al presidente que no esperaba tal acción, fueron recibidos de nuevo, al ver como se bajaban
- ¿ocurrió algo? - pregunto el presidente
-nada solo que, me encanto su planeta y he decidido tomarme unas pequeñas vacaciones- explico la Reyna feliz- así que me quedare un tiempo-
-si ese es el caso, le recomendaría, que por ahora se queden aquí, es que ocurrió algo…. Solo esperen- les dijo el presidente quien se fue a dar órdenes a los soldados, Ashi y la Reyna se preguntaban qué estaba pasando, escucharon algo que no esperaban
-señor, encontré esto no muy lejos, pero lo suficiente para alejarse de la zona de seguridad- el soldado mostro una pulsera de oro, discreta con el nombre de Ashi
-es de Ryan ¿Qué está pasando? - pregunto el peliblanco acercándose
-señor también me temo que su estado de salud estaba mal, vamos di lo que sabes- ordeno un soldado
-lo encontré cuando hablaban ustedes- señalo al presidente –note que tenía cierto rubor en la cara, lo toque y estaba ardiendo en fiebre, si no lo curan podría empeorar más- eso dejo helados a todos más a un cierto peliblanco
- ¿Dónde está? Quiero saber que pasa- pregunto exasperado Ashi
-es lo que tratamos de averiguar- llego Oscar sin información
-nadie lo ha visto- Spencer también había llegado desde otra dirección
-donde encontramos la pulsera, había marcas de otras personas- explico un soldado
-maldición, si es lo que creo…- el presidente estaba furioso, lo había interrumpido el teléfono de Óscar, que vio de quien se trataba
- dime que sabes donde esta- fue lo que dijo Óscar, todos se le acercaron
-con el secretario de defensa, en un vuelo privado, que si pierdes el avión despídete de Ryan, que está demasiado mal de salud, e inconsciente- la chica medio rara fue la que había llamado –ya sabes lo hago por nuestro trato- colgó de inmediato
Después de eso se quedó un tanto estático, hasta que le llegaron varios mensajes de donde estaba la ubicación, no tardo en poner orden entre los soldados para tratar de salvarlo
-yo también iré- Ashi se ofreció
-lo siento, pero este asunto, es solo del país, de ser posible quisiera evitar conflictos entre nosotros- explico el presidente
-y yo digo que va, no se preocupe, yo asumiré la responsabilidad si algo le pasa a mi hijo- dijo la Reyna –no los culpáremos de nada-
-gracias madre, entonces…-
-muy bien, trata de seguirme- Spencer le entrego algunas armas
De inmediato, tomaron rumbo, hacia la ubicación, donde estaba Ryan, Ashi, sentía miedo, no pensó que algo así llegaría a pasar, ni menos que estuviera mal de salud y él no lo notara