Pasaron varios días desde que los cuatro chicos volvieron de Taelpar y esto hizo que todos retomaran sus labores normales. Gladio entrenaba cada mañana con Noctis y Prompto mientras que Ignis se encargaba de sus habituales papeleos, reuniones y evitar que Noctis durmiera durante estas y prestara atención, aunque era casi que imposible.
Por otro lado, Gladio pasaba cada que podía por la oficina del consejero, ya que este lo estaba evadiendo olímpicamente. Cada que se topaban de frente, Ignis tomaba por otro camino, pasaba a paso rápido o simplemente le dirigía un “estoy ocupado en este momento” y cuando le enviaba un mensaje de texto, lo único que recibía era “ahora no puedo. Ocupado”, algo que ya estaba comenzando a irritar al escudo.
Una mañana, Gladio caminaba de lado a lado frente a la puerta del despacho de Ignis, se le veía inquieto y muy molesto;
“¡estoy harto!” se decía así mismo “Hoy mismo hablare con él”. Noctis iba pasando por ahí en ese momento cuando vio a su escudo bastante molesto;
- ¡Gladio! - grito, pero el otro no le prestaba atención ya que estaba sumergido en sus pensamientos - ¡Gladio! -, el príncipe camino hacia él y le dio un empujón que hizo que Gladio se ladeara y se sostuviera del brazo de su agresor
- ¡¿Qué demonios haces?!- grito molesto
-obligar a mi escudo a escucharme- contesto el joven con molestia. Gladio bajo la mirada con vergüenza
-lo siento
-siempre eres tú quien se queja de que falte al entrenamiento o llegue tarde… hoy fuiste tú quien no se presentó… ¿Qué pasa Gladio?
-me urge hablar con el señor razonamiento
-pues lamento romper tu burbuja, pero Iggy hoy no está en el palacio
- ¡¿Qué?!- soltó Gladio sorprendido - ¡¿Dónde está?!-, Noctis lo miro irritado y se puso una mano sobre la cabeza
-no grites. Ven, vamos a desayunar y te diré- contesto el más joven y le indico que lo siguiera.
Ambos caminaron hasta la terraza de palacio y al llegar los recibió una linda señorita la cual reverencio a Noctis y saludo con una sonrisa a Gladio;
-Gladio comerá algo conmigo hoy, ¿podrías traernos el desayuno?- dijo el príncipe con decoro
-enseguida su alteza- contesto la joven y salió por la puerta. Al rato volvió con el desayuno de ambos, lo sirvió y se marchó.
Así que se fue, Noctis comenzó a hablar;
-bien, - comenzó a decir - ¿Por qué es que necesitas hablar con tanta urgencia con Ignis?
-me ha estado evitando… ¡hasta por mensajes! y quiero saber porque- contesto Gladio tomando un sorbo de su café
-eso fue ¿antes o después de su beso? -. Al oírlo, Gladio escupió su café hacia un lado y mientras se limpiaba miró al otro con vergüenza
- ¡¿lo sabias?!- pregunto aun recobrando el aliento mientras Noctis comía una galleta
-si. - contesto el chico -Cuando el humo se disipo, vi cuando se estaban besando. Además, Ignis me lo grito hace unos días porque lo estaba molestando y eso me lo confirmo… está bastante molesto
“lo sabía, me odia” pensó Gladio con tristeza. Ambos guardaron silencio por un momento, hasta que Noctis lo rompió de nuevo;
- ¿desde hace cuánto te gusta? - pregunto con curiosidad a lo que el mayor suspiro
-desde que tenía 16 años y él 15.- comenzó a decir Gladio -Ignis caminaba por uno de los pasillos con un montón de papeles mientras que yo corría en busca de Iris, el día que se perdió y tú la encontraste.
>> Yo no vi que él venía caminando frente a mí y lo choqué sin querer. Cuando vi que se caería lo tome del brazo y fui yo quien cayó de espaldas y pues Iggy… cayó sobre mi… por primera vez note su cabello rubio siempre bien peinado y esos grandes ojos verdes-. Gladio suspiro de nuevo y sonrió con cariño mientras Noctis solo sonrió de medio lado
-hablas como si fuera una bella mujer- rio Noctis y miró como el otro se sonrojaba
-cállate- soltó en voz baja. Noctis dejo su café sobre la mesa y sonrió con malicia
-te ayudare. - exclamo ante la mirada de confusión del otro -Hoy en la noche iremos a comer donde Iggy, le escribiré a Prompto. Nos vemos a las 7 en su departamento
-bien. - contesto Gladio asombrado y se levantó como su amigo -Ahora vamos a entrenar- termino con entusiasmo a lo que Noctis solo rio
-hoy es… mi día libre. Nos vemos- y desapareció por la puerta.
Durante la tarde, Ignis se encontraba en su despacho revisando varios de los documentos para el consejo real, cuando la imagen de Gladio sonriéndole atravesó su cabeza;
-demonios. - se dijo en voz baja, se quitó sus gafas y se tallo los ojos con los nudillos -Maldito Gladiolos Amicitia… ¿Por qué me siento así? -. El chico se colocó las gafas de nuevo y continuo con su trabajo cuando tocaron a la puerta. Ignis reacciono y sin levantar la mirada de la pantalla de su computador, hablo;
- ¡adelante! - exclamo y continúo digitando cuando Noctis atravesó la puerta
- ¿ocupado? - pregunto caminando hacia el escritorio y colocándose junto al rubio
-siempre lo estoy. - contesto Ignis tomando un sorbo de su amado café Ebony -Pero cuando se trata de su Alteza tengo un poco de tiempo libre, a menos de que quiera hacerse el gracioso y seguir haciéndome bromas tontas… - dijo volviendo a su teclado -¿en que puedo ayudarte Noct?
-hoy tenía ganas de tu comida casera… ¿hay algún problema con que Prompto, Gladio y yo pasemos por tu casa más tarde a comer? - pregunto el príncipe con elegancia y desinterés
“Gladio…” pensó el chico y sintió como se le ponían rojas las orejas. Ignis se tapó el rostro un momento mientras se subía las gafas y retomo su postura
-no le veo problema alguno, aunque hoy saldré algo tarde- contesto y acerco de nuevo su café para tomar un sorbo, pero este resbalo de su mano y cayó sobre los zapatos de Noctis. El chico se asustó y miro a su consejero con preocupación
- ¿estás bien?
-si, lo lamento. - contesto el otro levantándose para tomar unas servilletas. Noctis lo detuvo y le tomo la mano
-Iggy… no te ves bien… estas muy rojo… ¿estas enfermo?
-para nada… debe ser solo calor
-no lo creo. - termino el príncipe y se acercó al otro -Vete a casa ya, te veremos más tarde y te llevaremos medicamento. De verdad no te ves bien
- ¿es una orden? - rio el otro con burla a lo que Noctis solo se mantuvo serio
-si lo es. Ahora, ve a casa de inmediato- concluyo Noctis, le paso su maletín y le abrió la puerta con elegancia
-como ordene su Alteza- exclamo Ignis haciendo una reverencia mientras salía
-te veré en un par de horas- dijo el príncipe y se alejó al lado contrario de su consejero.
Mientras caminaba, Ignis se iba sosteniendo su brazo derecho e intentaba reprimir un grito de dolor que amenazaba con salir;
“¿que me pasa?... este dolor ya ha persistido demasiado… lo mejor será que me revisen mañana.” pensó mientras llegaba a su auto y lo encendía, “Ahora debo ver que preparo para la cena”.
Ignis se detuvo un momento y respiro hondo, su mirada se tornaba borrosa y le estaba costando un poco respirar,
“descansaré un poco antes de que los chicos y Gladio, lleguen” se dijo a si mismo mientras se ruborizaba en el momento en que la imagen de Gladio besándole aparecía de nuevo.