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C A P E R U C I T A R O J A por Samy_DBS

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Notas del capitulo:

He vuelto, espero les guste.

 

Apenas la luz del sol abandonaba a la aldea ya todos estaban encerrados en sus casas por miedo a ser devorado o atacados por el lobo que los atormentaba cada noche.

 

Los animales andaban inquietos dentro de sus corrales, buscando la manera de también esconderse. Lamentablemente ellos eran la carnada por si la bestia se acercara.

 

Naruto mantenía encendida una vela dentro de esa pequeña habitación, en sus hombros y espalda caía una manta de piel manteniéndolo caliente. En su pequeña mesa de madera se encontraba sacando el filo a sus cuchillos de caza.

 

A un lado todavía quedaba él último trozo del postre de cereza que le habían obsequiado.

 

Sintió un escalofrío cuando escuchó el chirrido de la madera crujir. Algo estaba cerca, muy cerca de su puerta. Las garras se oían levemente. Con valentía tomó el cuchillo con el que estaba trabajando. Y con pasos suaves se acercó.

 

El corazón latía fuertemente debido al temor mezclado con adrenalina que sentía en ese momento.

 

Pero como si fuese algún poder sobrenatural que le impidió seguir avanzando. Tuvo que quedarse quieto hasta que ese ruido dejó de escucharse, solo cuando eso sucedió fue capaz de moverse.

 

Estaba sudando. Se dejó caer en su silla, tratando de imaginarse a sí mismo por la mañana cazando a semejante criatura.

 

- - -

 

Apenas se asomaba la luz del sol. Con colores azules y amarillos. Para cualquiera que estuviese despierto a esa hora podía apreciar todo ese espectáculo de luces y colores.

 

Naruto estaba fuera de su pequeña casa de madera. Llevaba puesta solo una camisa de tela blanca y suave. Unos pantalones de cuero café junto a unas botas que le permitirían moverse ágilmente sobre la nieve espesa.

 

Lavó su rostro tratando de despejarse. El frío a esas horas era insoportable, de hecho muchos niños pequeños y ancianos de la aldea podrían morir de hipotermia si no se mantenían abrigados.

 

Se colocó sobre la camisa blanca un chaleco de cuero con distintas bolsas especiales en donde guardar armas. Y sobre esto se colocó una capa que lo mantendría caliente.

 

Sus manos las cubrió con guantes de piel. Tomó sus armas y se dirigió al punto de encuentro.

Un granero bastante grande, la madera con la que estaba construido ya era bastante vieja y de color gris a simple vista.

 

En el interior se sentía muy cálido, varios cazadores estaban ahí reunidos escuchando al líder. Aquel que había avivado el coraje para acabar con el lobo que los atormentaba.

 

Yahiko. Alguien valiente con la única intención de proteger a su esposa y a su futuro hijo. No deseaba para nada en el mundo que su hijo en camino naciera en una aldea consumida por el miedo.

 

Naruto apenas entró se acercó a escuchar. Más de uno notó su presencia saludándolo con un sutil y silencioso ademán.

 

-Según los patrones de los últimos dos meses, el lobo llega por la parte sur de la aldea. –explicaba Yahiko.

 

-La zona donde hay más animales. –aseguró alguien a lo que el pelinaranja le dio la razón.

 

-Seguir los rastros fue una tarea muy difícil, ya que una vez abandona la aldea regresa al bosque en una dirección al azar. –explicaba Neji, el líder de los que se encargaban del rastreo.

 

-Esa bestia es más lista de lo que aparenta. –murmuró Sakura con molestia.

 

-Huellas o rastros de sangre que nos ayudasen a hallar su  madriguera. –Continuó el joven Hyuga. –O cueva, dado el caso. –

 

-Prácticamente es una búsqueda a ciegas. –se oyeron las quejas rápidamente. Pues era cierto que no tenían una idea de donde se ocultaba el lobo, sin embargo él sabía donde encontrarlos.

 

-Es un riesgo que vale la pena correr. –anunció Yahiko con voz dura haciendo que todos guardaran silencio. –Es por el bienestar de nuestras familias, de toda la aldea.-

 

Todos le dieron la razón a regañadientes, pero tampoco es como si cualquiera esté dispuesto a morir.

 

-En unas horas partiremos, es mejor que estén preparados. –Dio por terminada la pequeña reunión el castaño Neji.

 

Los cazadores voluntarios comenzaron a dispersarse. Preparándose psicológicamente para el posible encuentro con el lobo.

 

Algunos yendo a la taberna de la aldea a tomar un buen trago de hidromiel o cerveza, mientras disfrutaban la cercanía de las taberneras que no perdían ni un solo segundo en mostrar su sensualidad.

Otros desayunarían en casa junto a sus esposas e hijos. Y algunos simplemente se prepararían para la partida.

 

Neji pretendía esperar la hora cerca del pozo de la aldea, puesto que a esas horas de la mañana no había tanta gente que pudiera molestarlo.

 

-¡Neji! –se acercó el rubio de ojos azules con una sonrisa. El Hyuga resopló.

 

-¿Qué sucede ahora, Naruto? –preguntó sin verle, estaba ocupado revisando el mapa del bosque.

 

-Solo quería hacerte compañía. Soy él único que no toma por eso no fui con ellos. Hasta Sakura se ha ido a la taberna. –

 

Una sonrisa socarrona apareció en sus labios. –Eres el único idiota que conozco que le hace muecas a un tarro de cerveza. –

 

Ante esta confesión el de menor estatura frunció el ceño con molestia. –Sabe realmente mal. Además, tú tampoco frecuentas la taberna. –lo acusó.

 

El castaño soltó una leve risa por el comentario y siguió en lo suyo.

 

- - -

 

En la plaza de la aldea en la que apenas se podían ver unas cuantas personas transitarla. El sol ya comenzaba a brillar dando un color claro al cielo, ya comenzaba un nuevo día para los aldeanos.

 

Hinata llevaba un vestido muy sencillo de color crema que le cubría casi hasta el cuello, y todo su brazo. Sin omitir su larga y roja capa.

 

Estaba con los nervios de punta por el asunto de la cacería. No le agradaba que Naruto y Neji fueran a buscar a una bestia en medio de la nada, en el gran e inmenso bosque.

 

-Hinata.  –a su lado llegó una de las mujeres mas codiciadas de la aldea.

 

-Buen día Ino. –saludó con un gesto respetuoso.

 

La de cabellos rubios usaba un vestido morado sencillo. Con el corsé de un color lila bastante ajustado, haciendo que sus senos resaltaran en ese escote atractivo que siempre usaba. En sus manos llevaba un cubo de agua.

 

La rubia soltó un exagerado suspiro. –Oí que los cazadores irán por el lobo. Muchos de ellos me han prometido una victoria en mi nombre, en verdad siento lástima por ellos. –Se metió un mechón de cabello tras la oreja. –Nunca me casaría con un hombre estúpido que va al bosque a enfrentarse al lobo que ha atormentado a la aldea por años. –

 

-No deberías referirte de ese modo a ellos, solo intentan asegurar un mejor futuro para la aldea. –

 

-Tú siempre tan linda. –

 

Hinata miró al cielo con preocupación, dos hombres que amaba iban en busca del lobo y aunque no lo admitiera, prefería mil veces vivir con miedo y escondida a que ellos fueran a arriesgar su vida.

 

- - -

 

La música animada sonaba en ese rustico lugar, el olor a cerveza inundaba cada rincón.

 

Varios cazadores reunidos en las mesas tomaban tarros espumeantes de cerveza alardeando cada uno sobre la Azaña que harían cuando tuvieran la cabeza del lobo clavada en su lanza.

 

Las mujeres con escotes atrevidos se paseaban por el lugar meneando sensualmente las caderas mientras hacían compañía a los hombres o los incitaban a gastar todo su dinero en alcohol.

 

Simplemente un lugar con ambiente.

 

Una risotada de parte de un hombre barbudo dio inicio a un montón de carcajadas en coro, causando estruendo. Algún mal chiste seguramente fue lo que provocó esto.

 

Y en una esquina alejado de todo el ambiente estaba un hombre con capucha, no estaba tomando nada, solo observaba discretamente. Directamente a la mujer pelirrosa que tomaba, era una cazadora.

 

Arrugó el ceño cuando escuchaba los gritos de los hombres. Y su vista fue tapada por una tabernera.

 

-Estás muy solo, ¿no te gustaría un trago y mi compañía? – Una mujer morena se acercó, ofreciendo con una coqueta sonrisa.

 

-Fuera de mi vista, mujer. –respondió tajante provocando que la muchacha indignada se retirara.

 

Con sigilo salió de la taberna ocultando su rostro a cada momento. Las calles tenían pocas personas por lo que se le hizo más fácil merodear por la aldea sin ser sospechoso.

 

Un aroma dulce llegó a sus fosas nasales. Lo siguió encontrándose a dos muchachas platicando.

 

Pureza.

La joven de la caperuza roja irradiaba eso mismo.

 

La observó por un buen rato hasta que sin más se alejó a pasos rápidos con rumbo al bosque, ya empezaba a ver los árboles cerca así que aumentó la velocidad. Y su rostro se estampó en el hielo del suelo.

 

-Hay ¡lo siento de verdad! –

 

Un estúpido cazador chocó contra él. Lo miró con ojos asesinos conteniendo las ganas de matarlo ahí mismo.

 

-Oye, en serio no me fijé por donde iba. –

 

Miró esos ojos tan azules y claros. Sus cabellos dorados como el sol y su expresión idiota.

 

Pureza

 

Extrañamente ese chico irradiaba la misma pureza que la mujer que vio antes. Frunció el ceño levantándose.

 

-¡Oye! –Naruto gritó cuando vio que el hombre con capucha se levantó y siguió corriendo.

 

Preguntándose mentalmente porque le parecía que nunca antes había visto a ese hombre en la aldea.

 

Tenía un mal presentimiento.

 

CONTINUARA…

Notas finales:

Gracias por leer.

Comentarios y opiniones son bien recibidos.

Bye bye


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