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100 f*cking reasons why por MarLe514

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001

 

—¡Estás demente! — Baekhyun lanzó la tabla del juego de mesa, y las piezas salieron volando por toda la habitación.

Kyungsoo continuó masticando sus galletas, sentado en el push verde, mientras jugaba tranquilamente con su consola.

La música era lenta y salía del estéreo de última generación que estaba empotrado en las paredes tapizadas.

—Perdiste, acepta tu destino como un hombre. — Jongdae se cruzó de brazos con una sonrisa petulante.

Era una noche fresca de verano, los grandes árboles revoloteaban sus hojas contra los ventanales estilo francés de su gran habitación. El decorado era esquicito en cada rincón, y había mucho espacio, para albergar una cama King con taburete, una gran pantalla, una zona de juegos como una mesa de pool, un mini pinball, un sillón masajeador, y más cosas. Las paredes eran gruesas y tapizadas, al igual que los altos techos. La mansión de los Byun era una obra de arte, cada rincón.

—¡Es injusto! — Chilló el castaño abrazándose a una almohada, temiendo lo peor, pues ese día los desafíos los elegía nadie más y nadie menos que Kim Jong— me gusta joder—Dae.

—Ñeh, tal vez. — Se mofó, rebuscando algo en su mochila. —Ta-da. — Sacó la bolsa y le lanzó un uniforme.

—¡¿De dónde diablos sacaste esto?! — Los ojos del castaño se agrandaron al notar el diseño del conjunto. —¡Esto es de chica! ¡Absolutamente no!

Kyungsoo por primera vez en la noche apartó su mirada frívola de la pantalla, para sonreír maliciosamente por las tonterías de sus amigos. 

—¡Debes cumplir! ¡Es la parte divertida de este juego! — Se quejó Chen haciendo morritos.

Baekhyun le lanzó una almohada. —Imposible, la última vez tuvimos problemas con la policía. — Le recordó frunciendo el ceño.

—Daños colaterales. — Le restó importancia.

Baekhyun sintió la desesperación palpitar en sus venas. No había nada en el mundo que hiciera cambiar de opinión a Jongdae. Desvió su mirada suplicante y desesperada hacia su otro amigo, que simplemente se mantenía al margen del estúpido juego de mesa. —¡Kyungsoo! ¡Ayúdame! — Exclamó.

—Hey, es trampa si te alias con alguien. — Masculló Chen.

El pálido se encogió de hombros. —De hecho, si quiero verlo. —Dijo en tono monótono, pero con un as de comicidad, el pelinegro.

Jongdae soltó una carcajada y se lanzó sobre Kyungsoo consiguiendo un golpe en la cabeza.

Baekhyun abrió la boca, tomándose el pecho, como si lo que acabara de oír fuera una injuria. —Pude esperarlo de Chen…

—¡Hey!

Kyungsoo se encogió. —Si fuera yo, ¿qué harías? —Preguntó volviendo a sus videogame.

Baekhyun boqueo como un pez fuera del agua. ¿Tener la posibilidad de ver a Kyungsoo con el uniforme femenino de su escuela, y mucho material para futuro bullying? Yup.

 —Lo sabía. — Dijo simplemente el pelinegro.

Baekhyun miró alterado hacia Chen y se aferró a su pierna, llorando falsamente. —¡Lo que sea! ¡Todo menos eso! — Suplicó.

Chen solo movió su pierna como si se tratase de un perro pulgoso. —Olvídalo. ¿Sabes cuánto me costó conseguirlo? — Refunfuñó con una media sonrisa. —Debes ir al mini-market lejos de la residencial y comprar tampones, luego volver. — Le paso los brazos por los hombros. —Y debes tener este uniforme puesto todo el tiempo, ¿oíste?

Baekhyun le miró con horror. —¡Esto está mal, se supone que el satánico era Kyungsoo!

—Bueno, las cosas se pusieron divertidas. — Murmuró Kyungsoo desde atrás, comiendo galletas.

—Tu cállate, mal amigo. — Le apuntó con su dedo. —¡Y devuelve esas galletas!

Kyungsoo solo dio otro mordisco, retándole.

—Es culpa tuya, sabes que tienes la peor suerte de todos, deberías dejar el Mah Jong*. — Impostó, Chen, lavándose las manos.

*Juego de mesa de origen chino, donde se busca formar parejas con las fichas.

Baekhyun los miró a ambos, esperando que alguno se apiadase de él, pero nada sucedió.

Suspiró derrotado, tomó de mala gana el uniforme escolar y se metió al baño, pisando fuerte.

—¡Ponte las medias también, cariño! —Gritó Chen desde afuera, para provocarle.

 Se escuchó un golpe fuerte en la puerta, y Jongdae soltó una risa.

—En serio, adoro a este sujeto. — Comentó secándose las lagrimitas.

 

Dentro del baño, Baekhyun, se quitó la ropa; su sudadera gris y sus jeans, para colocarle la blusa blanca de ruedo hasta la cintura, luego la falda azul tan alta como dos dedos sobre los muslos. Inmediatamente su rostro se colocó de un tono rojo al ver sus zonas descubiertas. Maldijo por lo bajo y se sentó sobre el retrete para ponerse las medias blancas hasta las rodillas, y por último el moño rojo y el saco escolar.

—Maldición, esto es lo peor… — Lloriqueó frente a su imagen en el espejo. —Mis padres podrían morir de un ataque al corazón si me vieran ahora mismo. Ellos morirán seguramente. — Se lamentó aferrándose a su reflejo dramáticamente.

—¡Debes salir de ahí, quiero verte! —Chen golpeó la puerta con su puño, intentando fisgonear por el hoyo de la perilla, pero Baekhyun de pronto salió logrando que el castaño fuese a parar de bruces al suelo.

Kyungsoo dejó caer su consola al verlo de reojo, y se acomodó en su asiento, completamente sorprendido.

Chen quedó sentado en el suelo mirándole desde abajo.

—Joder…— Siseó tragando saliva.

Baekhyun se cruzó de brazos rojo de la furia. —¡No quiero oírlos, idiotas! — Se defendió, caminando hasta sus zapatillas rojas y se calzó, tomando su patineta debajo de su cama. 

Chen negó con la cabeza y los brazos. —¡Te ves como una chica! ¡Realmente una chica! —Alegó con los ojos bien abiertos y sacudiendo la peluca castaña entre sus dedos.

Baekhyun le envió una mirada mordaz. —Solo iré por esos malditos tampones, y los meteré por tu nariz. — Amenazó con una sonrisa sádica colocándose la peluca de la gana.

Kyungsoo soltó una risita. —Quiero verlo.

Chen tomó su móvil, y le sacó una fotografía de espaldas. —Por lo menos tendré un bello recuerdo. —Dijo en tono dramático luego de lamer la pantalla.

—Eres asqueroso. Debería pasarte un camión encima y desmenbrarte. — Pidió al cielo.

—Aww, cuanto amor. — Chen se puso de pie de un saltó y le empujó hasta la puerta del dormitorio. —Pero ahora debes apresúrate, tienes hasta la media noche para traer mis pampones, Cenicienta. —Dio una fuerte palmada en su culo animándole a correr.

—Los odio mucho por esto. — Baekhyun dejó caer las ruedas sobre el alfombrado, y se colocó sobre la patineta, empezando a abajar la rampa de las escaleras con habilidad.

Kyungsoo movió su mano en un ademán despreocupado y Chen corrió hasta las ventanas para verlo mientras se descostillaba.

—Bien, quiero mi parte. — La voz sosa del pelinegro se oyó desde el fondo.

Chen le miró de reojo. —¿Crees que se haya dado cuenta? Es tan inocente que hasta me siento culpable. —Murmuró sacando su billetera. Baekhyun era alguien muy gracioso, y tomarle de punto para los retos era lo mejor de su amistad.

Kyungsoo se relamió el labio, mientras vencía a un boss. —No lo sé. Solo págame. — Dijo.

Jongdae le lanzó unos boletos de teatro y Kyungsoo desvió su mirada tomándolos sobre la cama. Chen tenía padres muy famosos que estaban relacionados con el mundo del estrellato, y Kyungsoo estaba interesado en una obra de teatro que acababa de inaugurarse. Realmente muy interesado.

—Fue un placer hacer tratos contigo, Soo. — Alegó Chen viendo a Baekhyun bajar por la rampa de la cochera con la bonita falda flameando.

—Lo que digas.

.

.

.

Baekhyun evadió el tráfico con gran habilidad, era bueno conduciendo la patineta, lo había hecho desde niño y realmente le gustaba la sensación de libertad y la briza. Pero en esos momentos no podía dejar de pensar en su aspecto y como iba vestido.

Sabía que se metería en grandes problemas si alguna autoridad le encontraba con el uniforme a esas horas. Siseo una maldición a los dioses chocarreros por que se llevaran a Chen.

¡No podía creer que había perdido por sexta vez en ese estúpido juego!

La última vez, Chen había escrito con aerosol en la fachada del estacionamiento de la escuela: “¡Baekhyun de 4 A estuvo aquí!” Incluso abrieron un caso por culpa de eso. El Mah Jong empezaba a parecerle un juego peligroso.

Encogió sus rodillas y dobló la esquina saliendo de la zona residencial, sabía que había una tienda de convivencia cerca, y por el color negro del cielo, sabía que no le quedaba demasiado para el toque de queda.

—Ah, maldición…— Se impulsó con su pierna, tomando más velocidad, pero debido a que un auto cruzó muy cerca de la acera, hizo volar el ruedo de su falda.

Baekhyun chilló como una nena y con ambas manos bajó su falda cubriéndose las vergüenzas. Aquel descuido le costó perder el equilibrio, las ruedas se doblaron contra el asfalto, cuando derrapó, y un ligero bache en la vereda lo hizo volar de la patineta y caer por una pequeña colina.

El castaño rodó colina abajo con su patineta partida a la mitad, jadeó cuando su espalda rebotó el final del camino, y permaneció tirando en esa posición mirando el cielo, con hojas secas en el pelo y barro en la mejilla.

—Esto… es el maldito infierno. — Masculló. Definitivamente no más Mah Jong. No más apuestas estúpidas. No más Jongdae. Nunca más al travestismo.

Se sentó y se frotó la cabeza, pero solo en ese momento notó la entumición en su rodilla, se había raspado con la tierra, y estaba saliendo algo de sangre. —Auch…— Murmuró cuando se puso de pie, en ese instante notó los trozos de su patineta y la abrazó contra su pecho. —Oh, no, no, está completamente estropeada…— Lloriqueó, era su favorita. —Plañirás por este día, Chen, plañirás. — Gorgojó. Pero la luz que venía del costado le llamó la atención, sus ojos brillaron al ladear la vista, al parecer no todo estaba perdido. —Dios, ¿por fin oyes mis plegarias? — Preguntó a la entidad divina, mientras se arrastraba al mini-market.

Empujó la puerta y la campanita advirtió su ingreso. Baekhyun bajó la mirada empezando a caminar con pasos lentos y torpes al conseguir las miradas de los clientes.  

“No hagas contacto visual… solo toma los malditos tampones y lárgate.”

Se repitió así mismo, fue hasta la zona femenina y cogió los primeros que encontró. Casi tropezó con las latas de durazno apilados en el suelo, pero logró llegar al cajero.

—Serían 12$. — Murmuró el chico con barritos y cara de desear suicidarse, con la lentitud y paciencia de un oso perezoso.

Baekhyun sacó los billetes, mirando la hora en el reloj comunitario; era casi el toque de queda, y los dejó sobre la caja registradora. —Guarda el cambio. —Masculló tomando su compra y saliendo como alma que lleva el diablo.

Abrió las puertas de un empujón y solo afuera pudo tomar el oxigeno que había estado reteniendo en sus pulmones.

—¡Oh Dios! ¡¿Qué más quieres de mí?! — Alegó con los brazos levantados al cielo. No tenía como volver su patineta esta ropa y tenía esa maldita falda corta y esa peluca horrorosa.

—Oh, oh… ¿que hace una chica tan bonita lejos de casa a esta hora? — Una voz a sus espaldas se oyó y luego unos brazos le rodearon la cintura. —Eso no es bueno, deja que este Ajusshi te lleve a casa…— Susurró, el sujeto con aliento a licor y mariscos.

El castaño tembló de pies a cabeza, completamente asqueado. Su cuerpo se había paralizado como una estatua.

“¿Qué diablos? ¿Qué… le pasa a mi cuerpo? ¡Muévete!”

 

—Es… esto… señor…— Sus labios temblaron cuando llevó sus manos sobre los brazos del hombre ebrio que se aferró a él. —Está cometiendo un… error…— Jadeó sin poder articular correctamente.

“¡Waah, esto es lo más asqueroso que me ha pasado!
Viejo loco, ¡¿no ves que soy un hombre?! ¡Sin pechos!”

 

—Ah, no te resistas, eres una chica muy linda…— Agudizó su voz intentando sonar amable, pero Baekhyun solo quiso vomitar. ¡¿Realmente eso funcionaba con las chicas?! —¿Por qué no vamos a mi casa?

Se removió intentando soltarse, completamente cabreado y solo con un empujón logró sacárselo de encima. Tenía una venita latiéndole en la frente. Ese día había sido suficiente. Se dio vuelta sujetando con firmeza la bolsa de sus tampones y la estrelló en su rostro, volteándoselo.

—¡Es asqueroso! — Increpó, Baekhyun con furia. Eso había sido suficiente.  

 

Pero el tipo le tomó con rudeza del brazo, era más fuerte.

 

En ese instante, el castaño vio con temor sus intenciones, ese idiota iba a golpearle. Pero de la nada, justo como un super héroe, un nuevo tipo apareció.

Y pudo verlo cuadro por cuadro. El alto se lanzó contra el viejo en una patada voladora ninja, que le encestó en el pecho y lo dejó sin aire. El viejo rebotó en el suelo como una pelota de pingpong, y el tipo alto, cayó perfectamente sobre sus talones y sacudió su ropa de forma genial.

Había sido como un haz de luz negra y cuero. Y hasta creyó oír a los Rolling Stone de fondo. Aquello había sido épico.

 

Baekhyun quedó inmediatamente impresionado. Sus ojos simplemente no habían podido despegarse de su amplia espalda.

 

El alto caminó hasta el viejo y comprobó su estado, tomándole del pelo, viendo su cara con ojos de pez muerto. —Hey, ajusshi, ¿estás muerto? Bien, no te levantes. — Amenazó con su gruesa voz, pero que de alguna manera sonó algo divertida. Al no obtener respuesta, giró su rostro sobre el hombro, mirándo por fin a la estudiante.

 

Baekhyun dio un brinco en su lugar al ser visto por esos orbes oscuros. Había sentido como si una flecha le atravesase.

 

Él se puso de pie y avanzó hasta la chica, siendo cuidadoso. —¿Estas bien? ¿Este sujeto te hizo algo extraño? — El de cabellos negros se acercó lo suficiente a ella, denotando su imponente altura y composición física. Era tremendamente grande y desbordaba tanta… protección.

Tenía unas cazadoras, unas botas, una camiseta de mangas cortas y una chaqueta de cuero. Todo en el gritaba peligro, pero, su aura no era para nada peligrosa.

 

Era incluso confortante.

 

Tragó sílaba, sintiéndose repentinamente tímido. Sus mejillas habían tomado un tono rosa pálido, y sus dedos empezaron a juguetear unos sobre otros, estaba comportándose como un idiota. ¿Qué debía hacer ahora? ¡Ese chico le había salvado!

 

“Él… es muy atractivo.”

La dirección de sus pensamientos lo sorprendió. ¡¿Le había parecido atractivo?! Oh, joder, sí. Era un tipo caliente.

 

El alto le miró preocupado. —¿Realmente estás bien? —Le tomó del mentón con suavidad y levantó su cara estudiándole. Tuvo que encogerse un poco, para estar a su altura, pero le ofreció una mirada amable. —Reconozco el uniforme, voy a la misma escuela. — Dijo para confortarla. —Soy Park Chanyeol. — Sonrió despreocupadamente, y aquella sonrisa alborotó todo el interior de Baekhyun. —No te asustes de mí. ¿entendido? — Pidió.

 

La castaña asintió embobada. ¡¿Cómo… podía hacer a su corazón agitarse de esa forma?!

¿Qué diablos estaba pasándole? Tal vez era la adrenalina del momento, tal vez, que sus grandes manos aún permanecían en su rostro, o el hecho de que se encontrara tan cerca.

¡Espera! ¡¿Había dicho misma escuela?!

 

“¡Oh, no, maldición!”

 

Chanyeol apartó sus manos rápidamente al sentirla temblar bajo sus dedos, y tomó un poco de distancia. —No eres de por aquí, ¿verdad? — Suspiró suavemente, intentando hacerla sentir cómoda, pues parecía muy asustada. —¿Estas muy lejos? ¿Debería acompañarte? —Preguntó en tono afable.

 

Baekhyun mordió su labio inferior sintiéndose extrañamente feliz y emocionado. Se oía como una persona sacada de un cuento o una historia medieval. ¿Por qué le ayudaba? ¿Que le importaba si era golpeado por un ebrio? ¿Era acaso un héroe o algo por el estilo?

¡Lo que sea que estuviera haciendo era jugar sucio!

 

—Oh…— Chanyeol de pronto se puso de cuclillas, a la altura de sus rodillas. —Esto. — Señaló. —¿Te lastimó ese sujeto?

 

Baekhyun desvió su mirada anonadada hacia la nuca de Chanyeol que le miraba muy de cerca.

—Ah…— Jadeó con la voz estrangulada.

 

El alto se puso de pie, ahora luciendo completamente aterrador y amenazante. —Voy a matarlo. Ya vuelvo. — Dijo.

 

Baekhyun abrió grande los ojos.

 

“¡No, no, sin muertes, ya estoy en suficientes problemas!”

 

En un impulso por detenerlo, el castaño se aferró a su brazo y le mantuvo en esa posición, apoyando su cuerpo con firmeza.

Chanyeol se paralizó al instante, y ladeo su rostro hacia la derecha mirándola algo sorprendido. —¿Por qué me detienes? —Preguntó, pero ahora concentrado en la chica bonita que se aferraba a él.

 

Baekhyun negó fervientemente. No quería hablar, de hecho, no podía auricular palabra.

 

El alto soltó un suspiro prolongado, y terminó por alborotarse los pelos y asentir. —Tú ganas. no iré por él. — Prometió. —Pero, al menos espérame un segundo. No puedes irte. — Baekhyun le soltó y Chanyeol se quitó la chaqueta y la dejó sobre sus hombros, trepó por el muro del mini-market, y desapareció.

 

Baekhyun parpadeó como un idiota y luego se aferró al cuero. —¿Qué… hago? — Jadeó, sentándose en un buró cerca de la colina, completamente exhausto. Se golpeó la cara dos veces intentando despabilarse. Esa noche era tremenda, ¿acaso era un sueño? ¿acaso seguía inconsciente por la caída? Maldición todo era tan confuso. —¿Debería esperarlo? Podría aprovechar en huir… — Murmuró indeciso. —Pero, uhg, realmente quiero verlo. — Susurró casi como si fuera un secreto.

Chanyeol era… era raro. Le hacía sentir cosas raras.

Como en el pasado.

Eso le ponía de los nervios.

—Esto está mal, solo debería irme. — Concilió con él mismo. Pero cuando quiso levantarse, Chanyeol apareció algo agitado y se detuvo frente a ella.

 

Suspiró aliviado. —Wah, estaba tan preocupado de que hubieras escapado. — Sonrió, Chanyeol, arrodillándose.

 

Baekhyun agrandó los ojos, cuando llevó sus enormes manos alrededor de su rodilla. Eran tan grandes que le rodearon casi con facilidad. Esa zona se calentó en cuestión de microsegundos, y su pecho se agitó como un loco. Le tocaba con tanta suavidad que hasta la sensación áspera de sus dedos le hizo suspirar. Se sentía… increíble.

 

Chanyeol parecía muy concentrado en limpiar la herida de su rodilla. —¿Cómo te la hiciste? — Preguntó de la nada, y su voz fue como un canción hipnótica y sensual. —Está saliendo sangre. ¿Duele mucho? — Su tono había sido algo grave, y de por si seductor.

 

—Ah… no. — Murmuró mirando hacia el suelo, y apretando sus dedos contra sus muslos. ¿Por que se sentía caliente?

 

“¿En serio? ¡Byun Baekhyun compórtate como un hombre!”

 

Chanyeol sonrió ampliamente, mirándole por debajo del cerquillo. —Increíble, acabo de conseguir que me respondas. — Dijo con son divertida, pero con mucho orgullo. Quitó el protector del parche curativo y lo pegó cuidadosamente sobre el raspón, pasando sus dedos alrededor, asegurándose de colocarlo correctamente.

 

Baekhyun tensó su espira dorsal, y clavó sus dedos en el barro seco del buró. Sus células se alborotaban de cualquier cosa, extrañamente estaba muy susceptible. Su piel se sentía caliente al contacto con los dedos de Chanyeol.

 

El alto se sacudió las manos dando por terminado el trabajo. —Bien, los pronósticos son buenos para ti. Vivirás. — Comentó como si se tratara de un médico profesional.

 

Baekhyun soltó una risita boba que inmediatamente cubrió con su mano.

 

Chanyeol logró divisarla y sonrió aún más emocionado. —Hey, no, eso fue un punto para mí. — Dijo tomándole de las muñecas para ver su sonrisa, pero en ese momento se detuvo de golpe.

 

“¡Ah! ¡Es—Está muy cerca!”

 

El alto afiló la mirada entrecerrando los ojos. —Oh… Eres un chico. — Comentó serio.

 

Baekhyun frunció el ceño. —¡Cla-claro! — Farfulló como la cosa más obvia del mundo, pero solo un segundo después notó la situación y su aspecto. —¡¿Heh?! ¡No! ¡No puede ser! — Jadeó con los ojos llenos de lágrimas y completamente avergonzado. Le dio la espada a Chanyeol y se aferró a sus piernas haciéndose bolita, como si aquello le ayudara a ser invisible.

 

Chanyeol soltó una fuerte carcajada que le siguió a una risa pegajosa.

—Hey, no eres un hongo. Levántate. — Pidió cuando pudo detener su risa. Le pasó el brazo por los hombros con algo de familiaridad. —Realmente no estoy enfadado, y no voy a golpearte. — Le aseguró. —Si haces esto como pasatiempo, está bien, tampoco estoy juzgándote. — Dijo simplemente, como si se tratara de algo trivial.

 

Baekhyun enrojeció aún más. —¡Y-yo perdí una apuesta! — Se excusó, desesperado. ¡No era un pervertido travesti! ¡Por favor! —¡Luego tuve que venir todo el camino hasta aquí con mi patineta, que además se arruinó cuando me caí! ¡Y todo el mundo complotó contra mí!

 

Chanyeol rio más fuerte. —Vale, vale, te creo. — Se arrodilló junto a él. —Deja de llorar. — Pidió secándole la cara con sus pulgares y manteniendo una expresión relajada. Como si cuidara un cachorro. —En serio… eres como un bebé llorón.

 

Baekhyun contuvo la respiración al sentirle tan cerca. De alguna forma, Chanyeol había sido muy familiar con el contacto físico, y parecía ser lo normal en su forma de ser. Eso, realmente le gustó.

No supo cuánto tiempo él secó su rostro, pero tuvieron que moverse, porque las piernas de Baekhyun se estaban acalambrando.

 

—Andando. Hace frío, y prometí llevarte a casa. — Chanyeol le extendió su mano.

 

El castaño parpadeó patidifuso. —Yo… no, no tienes que acompañarme. — Murmuró tomándole la mano, y así se compuso. —Ya sabes que soy un chico… Y aquello, por cierto, daña mi honra.

 

—¿Dañar tu honra? — Chanyeol levantó la bolsa de compras que Baekhyun había aventado al viejo y la recargó sobre su hombro, empezando a andar. —¡Fue mi honra la dañada! Realmente me engañaste. Incluso llegue a pensar: Wah, ella es tan bonita. LOL. — Chanyeol suspiró divertido, con la vista al frente.

 

Baekhyun lo miraba con los ojos abiertos, mientras su corazón daba un brinco feroz.

 

El perfil del alto parecía tan relajado, como si lo que acabara de decir, no fuera algo extraño. ¿Qué demonios ocurría con la cabeza de ese chico?

—Te… ¿te parecía bonita? — Susurró.

 

Chanyeol ladeó el rostro. —¿Qué? — Preguntó curioso, pues no había alcanzado a oír.

 

El castaño notó que había pensado en voz alta y negó fervientemente. —Digo… Soy Byun Baekhyun. Baekhyun de la clase 4 A. — Se atropelló.

 

Chanyeol sonrió ampliamente. —Eso es genial, Baekhyun de la clase 4 A. — Pronunció. —Dime algo… Si lo de hoy es una apuesta… ¿Para qué usaras estos? — Chanyeol levantó los tampones con gracia moviéndolos en sus manos.

 

Baekhyun soltó un grito al descubrir donde habían terminado a parar. —¡No es divertido! ¡Da-dámelos! — Siseó saltando patéticamente, al intentar tomarlos.

 

Pero Chanyeol solo estiraba más su brazo. —Creí que habría más confianza ahora. ¡Dije que no iba a juzgarte! — Agrego el alto en tono divertido.

 

Baekhyun infló las mejillas cruzándose de brazos. —Me rindo. — Jadeó. —Puedes quedártelos, estoy muy cansado…— confesó. —solo deseo darme una ducha y dormir hasta Navidad.

 

Chanyeol no pudo evitar mirarle con cierta ternura. —¿Cómo acabaste así, Baekhyun de la clase 4 A? — Preguntó sonando algo serio.

 

Baekhyun desvió su mirada hacia arriba y notó que lo miraba, aquello le hizo sentir extrañamente nervioso. —Fue en Mah Jong, soy pésimo… pero incluso alguien malo en Mah Jong tiene orgullo. — Murmuró.

 

Chanyeol soltó una risita estrangulada. —Eres la persona más extraña que he conocido. — Confesó.

 

Baekhyun bajó la mirada, sin mucho que decir.

 

“Genial, soy visto como un bicho raro y travesti.
Ufff, sería algo así como una Mariquita Silvestre.”

 

—Hey… — Chanyeol le pasó el brazo por el hombro y lo acercó a su pecho con familiaridad. —Ser extraño es realmente bueno para mí. — Dijo con convicción.

 

“¿Bu… bueno?”

 

Una sonrisa diminuta bailó en sus labios, pero la ocultó muy bien.

.

.

.

Cuando Baekhyun se detuvo frente al pórtico de su casa, Chanyeol dejó su boca ligeramente abierta.

Soltó un silbido rítmico. —¿Vives aquí? — Preguntó levantando la vista para ver los altos muros que se levantaban.

 

Baekhyun se encogió de hombros. —Algo así.

 

Chanyeol sonrió. —Bueno, es todo, mi trabajo aquí a terminado. —Realizó un actoral ademan de despedida. —Bella dama, continúe su caminata hasta su castillo. — Alegó en tono burlón, dándole la espalda y empezando su camino a casa.

 

Baekhyun puso los ojos en blanco, pero al final soltó una risita. — Espera…— Notó la chaqueta aun en sus hombros y antes de que Chanyeol desapareciera de su vista le detuvo tomándole del antebrazo.

 

El alto se giró repentinamente y ambos terminaron chocando. Baekhyun jadeó cayendo sentado sobre el césped, y Chanyeol a arcadas sobre él, evitando aplastarlo.

 

—Auch, si querías un beso de despedida solo tendrías que haberlo pedido. — Dijo Chanyeol frotándose el mentón, aun sobre él.

 

Sus respiraciones chocaban una contra la otra, y cuando se miraron a los ojos hubo una fracción de segundo donde pudo sentir un extraño destello.

 

Las alarmas se encendieron y los aspersores se levantaron del suelo empezando a rosearlos con agua fría.  

 

—¡Oh mierda! — Chanyeol se puso de pie, levantando los brazos como su fuera un criminal.

 

Baekhyun tenía un chichón en la frente. —¡Fue culpa tuya! — Chilló rojo de la vergüenza y cubriéndose del agua. —Además solo quería darte tu chaqueta. — Y de esa forma se la extendió, poniéndose de pie y caminando rápidamente dentro.

 

Chanyeol se quedó en esa posición un rato más. Soltó una risita y se fue, caminando tranquilamente ignorando que había sido engañado por un chico que tenía afinidad por la ropa femenina y que además había terminado empapado.

.

.

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Baekhyun ignoró las miradas curiosas de sus empeladas y se encerró en su habitación. Como había predicho ya no quedaba nadie, salvo una nota doblada sobre su cama que no se molestó en leer.

Apoyó su espalda contra la madera y se deslizó hasta quedar sentado, las gotitas de agua bajaban por sus sienes hasta la punta de su mentón. Sus mejillas tenían un brillante color rojo y su pecho estaba latiendo como un loco.  

 

“¿Qué es esto…?”

                                                      


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