Habían pasado apenas veinte minutos en los que habían anunciado el ascenso del nuevo gerente de la división de Londres, William T. Spears, mejor en su clase, máximo desempeño y tiempo récord entre todos sus demás compañeros, aquello a decisión de casi todos en el comité, amerito una celebración. Por lo que sus tareas habían sido asignadas a los nuevos novatos, mientras el ahora gerente se encontraba parado, cruzado de brazos junto a la puerta, mirando a todos divertirse a costa de sus logros, estuvo bastante fastidiado hasta que sintió el toque de la seda en su cuello, lo que le hizo girarse de inmediato.
-Sutcliff…- Mencionó el mayor mientras le miraba de arriba a abajo por unos segundos, pues llevaba un saco de mujer rojo que bajaba levemente por sus hombros unos guantes rojos que hacían conjunto y un pantalón negro bastante ajustado. -No creí que fueras a venir.
-¿Me crees capaz de perderme el ascenso de mi compañero?.
-Votaste en mi contra en todo momento, incluso para la fiesta.
-Tsk.. Bueno, así es, pero no veo qué otra cosa puedo hacer - el pelirrojo se cruzó de brazos, mientras se giraba levemente para darle la espalda. -Supongo que sólo quería una excusa para mostrar mi nuevo atuendo.- El pelirrojo se contoneo repetidas veces frente al mayor, mientras le miraba de reojo. - Como somos amigos me dejaras vestir así en el trabajo ¿verdad Wiru?.
-No y ya te he dicho que no me digas así, Sutcliff.
-No seas tan formal, nos conocemos de todo el trabajo, y creo que deberías llamarme por mi nombre.
-Ni hablar, y debido a las circunstancias, me temo que es algo que no se va a poder lograr.
-Oh vamos ¿Qué puedo hacer para que me tomes en serio ?
-Supongo que si la pido comportarse no me hará caso.
-Umh.. No, jamás. Pero, tengo una propuesta…- Mencionó tranquilamente mientras picaba con suavidad la punta de la nariz del más alto, sintiendo suavemente.- Hagamos… Un concurso.
-¿Un concurso?
-Sí.- Acarició la corbata del contrario con una amplia sonrisa mientras recorría aquella prenda lentamente. - El que se corra primero pierde.
El mayor suspiró profundamente, obviamente molesto por aquella broma, estuvo a punto de girarse, hasta que el menor le jalo por la corbata suavemente.
-Estoy jugando.- Dijo el pelirrojo.- Que sea sobre recolección… El que logre recoger veinte almas antes del amanecer, gana.
-¿Y qué hay de recompensa?.
-Si yo gano… Vas a dejar que use lo que yo quiera al trabajar… Vas a llamarme como yo te lo diga, sin chistar y me obedeceras toda la mañana, hasta las doce del día de mañana.
-... ¿No es demasiado?.
-Aún no termino… Si tú ganas, trabajaré como tú lo digas, cuando lo digas, e incluso con quién tú lo ordenes, por el resto del trabajo y… Te daré lo que siempre has querido. Un beso mío.- Ante aquél último comentario del menor, el gerente levantó una ceja, mirándole detenidamente. -Esta bien… lo último no. Solo comenzare a hacer caso ¿de acuerdo?.
-No es que quiera formar parte de tus juegos absurdos, pero… Realmente me molesta estar aquí, vayamos a recolectar.
Apenas pasaron unos cuantos minutos y ambos shinigamis se encontraban relevando a dos novatos que gustosos habían cambiado su lugar por ellos en la fiesta, y así emprendieron su competencia, de habilidad, destreza y sobre todo rapidez al momento de la recolección, la cual no se había prolongado demasiado puesto que después de cuatro horas, William ya llevaba 17 almas y Grell 16
-Cuando pierdas, Sutcliff- Había dicho con mucha confianza.- Asegúrate de tirar esa ropa a la basura.- Mencionó mientras avanzaba con el menor a su lado a su próximo destino.
El pelirrojo se había indignado, por lo que decidió no hacerle caso al menor mientras ambos se dirigían a la mansión de los Phantomhive, su último destino de la noche, pues el registro decía que gran parte del personal y la familia morirían esa noche. En cuanto ambos llegaron alcanzaron a ver como un grupo de hombres se adentraba a la mansión, aquella era su señal, por lo que ambos se prepararon para salir, pero no fue hasta el primer grito que ambos salieron corriendo directamente a la acción, una de las sirvientas cerca de la entrada era la primer víctima, y Grell había alcanzado a recolectarla, mientras William se dirigía directamente a la habitación al fondo del aprendiz de mayordomo, donde un incendio provocado había sido la causa de defunción de el chico en cuestión y de su pareja. Aprovechando el trabajo que seguramente tendría el gerente, el pelirrojo corrió directamente a la habitación principal, ahí, el Conde y su esposa ya habían sido asesinados, por lo que el menor aprovechó para tomar sus almas, disfrutando plenamente de cómo el sonido de su sierra eléctrica lo colocaba al mismo nivel que a su compañero.
Solo necesitaban una para ganar, y en las listas estaba uno de los niños Phantomhive, mientras que uno se vendería al mejor postor fuera de Londres, lo que lo llevaba fuera de su jurisdicción, el otro sería sacrificado esa misma noche y para ellos sería el desenlace.
William había terminado primero y se dispuso a salir para buscar al niño, sin embargo el fuego, le había detenido, por lo que se quedó mirando a su alrededor, buscando una salida, hasta que miro una ventana por la cual podría salir, sin embargo el pelirrojo que ya había salido de la mansión le miró desde aquella ventana, y le mandó un beso.
-Mi primer petición como mi esclavo será un poco de sexo apasionado, Wiru, nos vemos!- se despidió con una amplia sonrisa mientras se dirigía directamente al lugar donde llevaban al mayor de los gemelos para matarlo.
-Tsk… Sutcliff…- Susurro algo molesto para sí mismo, antes de retroceder un poco para tomar impulso antes de salir por la ventana, siguiendo entonces al menor por algunos metros por detrás.
La distancia había sido larga, sin embargo ninguno de los dos shinigamis se detuvo, a pesar de que el niño no moriría de inmediato, ambos querían ganar y debían apurarse si querían lograr su objetivo. ambos pasaron por la ciudad, atravesando cada rincón que fuese necesario para llegar hasta la mansión donde ejecutarian al niño.
-Parece que voy a ganar!- grito el pelirrojo victorioso sin detenerse en ningún momento.
Sin embargo algo extraño estaba comenzado a irrumpir en el ambiente, un escalofrío recorrío la espalda del moreno, mientras miraba al frente. Un humo negro y espeso comenzaba a hundir el pasillo poco a poco. Sabía exactamente qué era y Grell se dirigía directamente a él, por lo que abrió bastante los ojos gritando para hacer al menor parar. -¡¡Demonio!!-. pero ya era muy tarde, el pelirrojo estaba a nada de enfrentar a la entidad demoníaca que al parecer se estaba apoderando del lugar. Un movimiento rápido y con fuerza logró hacer que su velocidad subiera considerablemente, logrando así rebasar a su compañero, a quién con un sólo movimiento logró empujar al menor fuera de peligro. Sin embargo, el demonio le había logrado tocar, su costado, teniendo así una enorme herida de su lado derecho, que después de unos segundos le hizo caer al suelo, dejando así un enorme charco de sangre.
Grell había caído al suelo, aturdido, miró a la entidad alejarse, seguramente con el menor de los Phantomhive, sin embargo ese no era momento de seguir con la competencia. Se levantó y corrió con su compañero acercándose a presionar la herida con fuerza mientras gritaba.
-William!!! No te mueras, por favor… Por favor!! Will… Lo siento… Lo siento… Yo te quiero! Por favor no te mueras!!
Y aquello fue lo último que William pudo escuchar estando co