Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ángel por Masami

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sí, se supone que estoy publicando Memoria Eidética y que aún no lo he actualizado, aun no lo he terminado, pero pero, no me maten, que si lo estoy escribiendo así que lo actualizaré pronto.

Pero porqué les traigo esta nueva historia, pues porque me llego la inspiración y no podía negarme además les dije q les iba a subir muchos one shot ¿no? Aquí estoy

Se suponía que este iba hacer un one shot, pero me quedo muy largo, así que lo dividí en dos si quieren la segunda parte solo tienen que hacérmelo saber por medio de los review y yo lo subiré puesto que ya lo terminé.

Hyuk sabía que esta sería su última noche en ese lugar, y no estaba seguro de como sentirse al respecto. Por un lado quería salir de ahí, donde solo era utilizado, pero por otro llegaría a manos de alguien que probablemente lo usaría de la misma manera. Lo ideal sería que el pudiera salir sin ser atado a alguien más. Poder ser libre.

Pero era a eso a lo que estaba destinado, había nacido como la casta más baja de la nación y por ende, al no poder subir de casta, y sin que nadie le diera otro trabajo, tenía que acostumbrarse a lo que significaba ser un ser inferior.

Estaba vestido muy hermosamente esta noche. A pesar que la mayor parte de su cuerpo estaba al descubierto, su traje era bellísimo. Llevaba puesto un pequeño short blanco que no eran ajustados, por lo que estaba muy agradecido, podía respirar tranquilo. Su pecho estaba al descubierto a más de unas mangas que cubrían sus hombros a estilo de un chal y detrás en su espalda colgaba un par de alas blancas simplemente magnificas que caían hasta casi rozar el suelo sujetas por unas cuerdas de seda cubiertas por las mangas.

Su cabello estaba adornado por una especie de escachas pues brillaba bajo la tenue luz de la habitación en la que estaba. Su rostro lo había maquillado para estar a par con su conjunto, sus ojos delineados y sus parpados difuminado con tonos pastales y brillante para resaltar el color café de su iris. Había aplicado un poco de base a su piel para darle aspecto de porcelana y sus labios rosados solo habían sido resaltados con brillo.

Ya estaba listo, ahora venía la parte más difícil de la noche, dejarse ver.

Hongbin entro al lugar esperando encontrar lo que buscaba. Estaba harto de utilizar sus habilidades en personas diferentes, quería tener un sumiso para él y entrenarlo a su manera. No era mucho de llegar a lugares como ese, pero sabía que allí tendría posibilidades de encontrar a su sumiso. Una ventaja de ello, era que los sumisos ya estaban algo entrenados en el sadomasoquismo por lo que él sería más fácil de llevar.

A penas entro busco con su mirada lo que sabía encontraría al mirar hacia arriba. Suspendidas en el techo había alrededor de 10 jaulas cada una de ellos contenía un chico. Todos los chicos que alcanzaba a ver en ese momento eran hermosos, vestidos con trajes temáticos.

Había un muchacho vestido solo con unos pantalones muy ajustados y brillante color rojo,  en su cabeza tenía una diadema con orejitas rojas, tenía una cola que terminaba en una fleca y un tridente.

Había otro vestido con un short muy ajustado que dejaba muy poco a la imaginación, rosado y peludo, su cabeza adornado con unas orejas de gato y también llevaba una cola. Sus ojos verdes estaban maquillados intentando hacerlos más redondos, sus labios rosas, y sus mejillas tenia marcados los que serían bigotes de gato.

Había uno que tenía cubierto su cuerpo, algunas partes, con tela color azul, sueltas que fluían a su alrededor, transparente que mostraba su ingle cubierta por un bóxer azul, pero más oscuro. Y su cabello era largo y caía por sus hombros.

Uno, tenía puesto lo que parecía una falda hecha de cuero, en su cuello un collar grueso de un metal marrón, sus pies cubiertos por zapatos de cuero que llegaban hasta la mitad de su pierna y en sus manos un par de espadas.

En otra jaula había un muchacho con una capa negra amarrada alrededor de su cuello su pecho al descubierto y sus piernas cubiertas por un pantalón de tela negro. Sus ojos eran rojos y en su boca aparecían un par de colmillos.

Uno de ellos, era muy femenino, su rostro tenía toques muy suaves, su cabello largo y rubio estaba adornado con una trenza y su rostro naturalmente bello tenía solo algunos toques de maquillaje. Era el único que no estaba disfrazado pues tenía una camisa celeste mangas larga abierta dejando ver su pecho y uno bóxer negros. Si a Hongbin le gustaran los chicos así de femeninos seguramente lo compraría.

Pero no, aun le faltaba por ver los demás chicos que estaban en la parte posterior del antro, pero antes tomaría una bebida. Se acercó a la barra y pidió un wiski. Mientras bebía recordaba su vida. Siempre estuvo solo y a pesar de ser de una casta alta y tener suficiente dinero para regalar, su vida siempre fue solitaria, estudiaba en casa, sus padres nunca pasaban en ella y no tenía hermanos.

Por eso cuando tuvo solo 14 años comenzó a salir a escondida de la casa, sus padres jamás se enteraron, primero solo vagaba por la cuidad, jugaba en alguna cyber café (cosa que podía hacer en su casa, pero en los cyber se sentía acompañado aunque no hablara con nadie).

Poco después de eso comenzó a hacer amigos ahí, y ellos mismo fueron también sus primeras experiencias amistad, amor, sexo, alcohol y fiestas. Uno de ellos también lo metió en el mundo del sadomasoquismo y de ahí en adelante, siguió solo, era algo que le gustaba, y en esa nación, algo legal.

Le hizo señas al barman.

-Necesita algo más- le preguntó apenas llego, mientras limpiaba un poco la barra.

-¿Quiero saber si solo los chicos en la jaulas están en venta?

-Sí señor, cada noche se colocan 10 de nuestros aprendices en exhibición así que si nadie le interesa bien puede venir otra noche y mirar a los nuevos- le explico el barman.

-Aun no encuentro lo que estoy buscando. Pero dime ¿Están entrenado?- Pregunto Hongbin.

-Si señor, cada uno de ellos han estado en entrenamiento, y si están en exhibición es porque están listo- le dijo.

-Muy bien. Gracias- le respondió Hongbin, pago su bebida y siguió caminando por el antro, aun le faltaban 3 chiscos por ver.

Salió de la barra y camino hacia la parte trasera del antro. Ahí estaban las tres jaulas que Hongbin aún no había visto. Una de ella había un chico bastante musculoso tenía en su cabeza una gorra de policía, una corbata y pantalones azules.

En otra había un chico más delicado tenía unas orejitas de conejo y solo llevaba un tipo tanga color blanco que cubría su pene, detrás tenía una colita de conejo en su trasero y en su cuello un corbatín negro.

Pero en la última jaula, noto al chico más hermoso del lugar, al menos para él. Era un ángel, y no solo por el disfraz que llevaba, era simplemente bello. Hongbin quedo embelesado admirando al muchacho metido en esa jaula, no tenía palabras para describir lo que había sentido al verlo.

Era el, él era el sumiso que había estado buscando.

Hongbin camino rápidamente hacia la barra nuevamente, lo necesitaba, necesitaba tener aquel ángel y pagaría lo que fuera por conseguirlo. Al llegar llamo la atención del barman.

-Disculpa con quien tengo que hablar para comprar a uno de los chicos- preguntó.

-Sí, de eso se encarga el CEO de este  lugar, Hwang Se Jun*. Puede ver esa puerta- Señalo el barman una puerta de madera marrón justo a frente de la barra. Hongbin asintió- Él se encuentra ahí, puede pasar a verlo si desea.

Dándole las gracias al barman Hongbin se encamino hacia la puerta, pasando entre el cumulo de personas que bailaban y se movía caminando, llego hasta la puerta. Toco con sus nudillos la puerta esperando que se escuche a través de la bulla del lugar. Después de un momento, la puerta se abrió.

-Pase- le dijo el hombre que estaba dentro de la oficina, dejando entrar a Hongbin- ¿En qué puedo ayudarlo?

-Quiero comprar a uno de sus sumisos- le dijo Hongbin, directo al punto.

-Tome asiento- le señalo la silla que estaba frente de su escritorio y se sentó en su silla detrás de mismo. Tomando una actitud de negocios. Hongbin se sentó y espero.

-Bien, debe firmar este documento y decirme quien es el sumiso que desea-  informo Hwang Se Jun.

-El ángel- le respondió tomado el documento y llenándolo. Era solo un tipo de título de propiedad por la compra del sumiso. Lo leyó detalladamente y luego firmó. Después de ello pago la cantidad estipulada en el documento.

-Pero no podrá llevárselo aun- le dijo el CEO, era algo raro.

-¿Por qué? Pague por él, es mío- replico Hongbin.

-Claro señor, es suyo. Pero se hace un tipo de ceremonia al final de la noche y solo después de eso se lo puede llevar- le explico Hwang Se Jun. A Hongbin no le quedó otra que esperar, sinceramente no le gustaba, él podría simplemente tomar al ángel e irse para poder meterlo en su cama. Pero esperaría, después de todo era suyo.

Después de lo que pareció una eternidad Hyuk logro salir de esa jaula, no le gustaba estar ahí, no le gustaba ser restringido. Ahora solo esperaba tener un comprador. Aunque el sistema no era de su agrado, no podía hacer nada para remediarlo.

Después que un sumiso había sido exhibido tres veces y no había sido vendido era degradado, sí, eso era posible. Después de eso, solo quedaban para ser prostitutos de ese lugar. Y no quería hacerlo, ya de por si ser vendido era desagradable, tener sexo con varios hombres en una noche era horrible.

Hyuk sabía que al salir también tendría la posibilidad de que su comprador sea un maldito y que lo lastimaría y usaría de la manera que él quisiera, pero había aun una pequeña esperanza de que no fuera tan extremo.  Finalmente cuando hubo salido de la jaula fue hacia la sala de espera junto con los otros 9 sumisos, donde seguramente encontraría a los compradores. Otra vez a pasarlo mal.

En la sala de espera, se formaron uno a cada lado del otro, según como habían estado ubicados en las jaulas, dejando un metro de espacio entre cada persona. Él era el último. Poco después de que estaban listos entraron 7 hombres a la habitación, todos ellos con una máscara cubriendo su rostro. Era la segunda vez que Hyuk era exhibido así que sabía el procedimiento. Esperaba que esta vez sí lo escogieran a él. Si no, solo tendrá una oportunidad más.

Los hombres se sentaron en unas sillas que estaban dispuestas para ellos y luego HeeChul comenzó la ceremonia, primero dando la bienvenida y agradecimiento por participar en ello. A Hyuk, esto le parecía absurdo, de verdad, eran tratados como objetos y todavía tenían que celebrarlo. Finalmente llegó el momento en que eran entregados a sus Amos. Ninguno de los sumisos sabían quienes habían sido comprados ni quiénes eran sus compradores.

-Min Ki, por favor un paso al frente.- Dijo HeeChul. A  Hyuk no le sorprendía que él se fuera justo en la primera noche que era expuesto, era hermoso. El mencionado dio dos pasos al frente y a pesar de que era el más sencillo, su belleza no era para nada despreciable.

-Ahora, el comprador puede por favor colocar el collar en su sumiso- Uno de los 7 hombre sentado se levantó de la silla, era alto, delgado y su cuerpo muy estilizado, su máscara era negra al igual que su cabello, y tenía pequeñas perlas plateadas colocadas cuidadosamente sobre la parte izquierda de la máscara. El chico se acercó a Min Ki y coloco un collar negro alrededor de su cuello.

Poco a poco fueron colocando los collares, y Hyuk cada vez se ponía más nervioso, no sabía si lo nombrarían o no, HeeChul no parecía tener ningún orden al momento de llamarlos. Por lo mismo casi se pierde el momento en que escucho su nombre.

-Hyuk, un paso al frente- Le dijo HeeChul.  Un poco nervioso, triste y alegre, mezcla de sentimientos, Hyuk dio dos pasos al frente- El comprador, por favor coloque el collar alrededor del cuello de su sumiso.

El chico que estaba sentado en medio de todos se puso de pie saco el collar negro de su bolsillo y se acercó a Hyuk, su rostro estaba parcialmente cubierto por una máscara blanca que cubría sus ojos, nariz y una parte de su boca.

Mientras estaba de pie ahí, sentía dolor, eso era para lo que había nacido entonces, para ser un juguete de una persona que no conocía y a la que tenía que obedecer porque fuera de ahí o de la casa de esta persona, seguramente lo matarían, no tenía opción, no podía elegir. El muchacho que le puso el collar sonrió y pudo ver un hoyuelo en la mejilla, esperaba que fuera una señal de que estaba en buenas manos. Después de que lo nombraron, otros dos chicos fueron llamados y colocados el collar, los sacaron de la habitación para que se cambiaran y pudieran regresar con sus amos y dejar ese lugar para siempre.

Cuando se hubo cambiado de ropa y dejado sus alas guindadas en su lugar para el siguiente sumiso que las utilizara, no llevo nada consigo, nada de lo que había ahí le pertenecía, solo la muda que cargaba, porque obviamente no podía irse desnudo, solo tenía derecho a eso. Y salió hacia el lugar donde había dejado a su amo. Sinceramente no sabía que pensar.

Encontró al muchacho aun en la sala de espera, era el primero en llegar. Su amo se levantó, tomó su mano y salieron hacia la bulla del antro, para luego pasar por la puerta principal y dejar atrás aquel lugar. Caminaron un poco por la vereda hasta que llegaron a un auto negro, su amo le abrió la puerta del pasajero y Hyuk subió, algo confundido por la acción. Su amo paso por la parte de adelante del auto hasta la puerta del conductor. Abrió y entro.

Apenas se hubo acomodado, Hyuk sintió a su amo tomarlo por la nuca y jalarlo hacia él, para luego sentir sus labios en los propios en un apasionante beso. Aun estando sorprendido correspondió el beso, que aun que era muy pasional no dejaban de ser delicado en sus labios, no le dañaban, no era duro con él. Ni siquiera noto en qué momento se sacó la máscara.

Cuando se separo pudo ver el rostros de su amo, y era hermoso, por un momento, solo por un pequeño momento Hyuk no pensó en el cómo amo, si no como un hombre del que podría enamorarse. Pero solo por un momento.

-Mi nombre es Hongbin, gusto en conocerte- Le dijo medio susurrando mientras aún tenía su cuello sujeto podía sentir como lo acariciaba con su pulgar.

-El gusto es mío amo- le respondió Hyuk, su entrenamiento no había sido en vano.

-¿Cuál es tu nombre ángel?

-Sang Hyuk, amo- le respondió

-Cuando no estemos en la cama ángel, puedes llamarme Hongbin- Le dijo acariciando su mejilla.

-Está bien- dijo Hyuk sonriendo, tal vez esa era la primera sonrisa que hacia después de tanto tiempo, tanto tiempo, que no recordaba cuando fue la última vez que sonrió. Su vida era muy triste.

 

-Te llevare a mi casa, ahí es donde vivirás, conmigo.

Notas finales:

Si llegaste hasta aqui gracias por leer, y si quieren más dejen sus review.

Masami.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).