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Saudade. por RocketFran

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El peli rosa no podía creer lo que su mejor amigo les estaba pidiendo. El día en que llevaron a Hoseok a su antiguo departamento y lo vio romperse por la carga emocional que el lugar tenía para el pelinegro, pensó que lo mejorar era vender el lugar de una vez por todas y terminar con ese asunto.

-¿Crees que eso sería lo mejor, Hobi?- la pregunta lo tomó por sorpresa, miró a su pareja que estaba junto a él. No podía creer que SeokJin estuviera pensando que era una buena idea.

-Sí, creo que me ayudaría a superar algunos temas y me siento preparado para dar otro paso- su amigo parecía bastante decidido.

-No- soltó sin más, ganándose una mirada de sorpresa de parte de Hoseok y un suspiro cansado de su pareja. No volverás al departamento-

-Pero es mi departamento, ¿Cómo puedes decidir que hago y que no?- la voz del pelinegro sonaba más que molesta.

-NamJoon, no puedes prohibirle a Hoseok volver a SU departamento- notó como el mayor hacia énfasis en la palabra pero no importaba lo que dijeran, él se opondría de todas formas.

-Bueno, yo decidí por cuatro años que era lo que se hacía o no se hacía por ti-sentenció el más alto, ignorando por completo las palabras de su pareja. Jin lo miró molesto y Hoseok estaba serio, como pocas veces lo había visto antes.

-Estaba en coma- alegó su amigo. –Y ni siquiera te lo pedí-

NamJoon se puso de pie, acercándose lo más que pudo a su amigo, con aire amenazante. –Lo hice porque me preocupe por ti, al igual que ahora-

-No soy un niño- Hoseok también se levantó, a pesar de que el peli rosa le sacaba unos centímetros, veía la mirada desafiante en el pelinegro. –Y si he dicho que vuelvo a mi departamento, es porque lo hare de todas formas-

-¿Entonces porque no te marchas de una vez por todas?-

-¡Ya basta!- gritó el mayor de los tres, levantándose. –NamJoon, ya deja de comportarte como un idiota. Hoseok, puedes cambiarte cuando lo estimes conveniente, no porque NamJoon lo diga-

-¿Ahora yo soy el idiota?- no podía creer que su pareja lo estuviera tratando de esa manera, cuando debería estar de su parte. –Saben, está bien. Hoseok has lo que quieras, Jin…-

Solo miró al mayor, herido por lo que había dicho y tomó su chaqueta para salir de la casa. Se maldijo porque no había tomado las llaves del auto pero no se iba a devolver para buscarlas, podía tomar el bus o algo. Se dirigió al paradero más cercano y espero cualquier recorrido, lo único que le importa en ese momento era despejarse por un tiempo, olvidar todo lo que estaba pasando; al poco tiempo vio el vehículo que esperaba y decidió subir sin mirar cual era el destino final. Se acomodó en uno de los asientos al final, al lado de la ventana, el cielo se veía amenazante pero no le importaba mojarse, aun sabiendo que si se decidía por llover, volvería empapado a su hogar. A medida que el bus avanza veía más personas transitando las calles y más tienda a los alrededores, eso le decía que se estaba acercando al centro de la ciudad.

Recordó a su mejor amigo y soltó un suspiro cargado de cansancio, ya no sabía cómo ayudar al  pelinegro. Hoseok había permanecido tanto tiempo en coma, que aún no asimilaba el hecho  de que cada día que pasaba era un paso más en su recuperación, la que no parecía tan larga como el tiempo que estuvo dormido, que para él había parecido una eternidad. Creía que el más bajo lo necesitaría por mucho más tiempo y dado al complicado estado en el que estuvo, tenía miedo de que volviera a ocurrir algo que lo dejara en coma nuevamente, no sabría si podría soportar ese cansancio nuevamente.

Sintió que se detuvieron y vio que la mayoría de las personas se bajaban en esa parada, no tenía idea de donde estaba o cuánto tiempo había pasado, decidió que sería bueno bajarse, antes de que se alejara más. Para su sorpresa estaba en el centro de la ciudad y mucha gente transitaba por el lugar, una brisa gélida azotó su rostro, causándole un escalofrío. Caminó sin saber que hacer exactamente en ese momento hasta que recordó que estaba cerca de su cafetería favorita, podía pasar el rato ahí y tal vez llegarían nuevas ideas para su novela. Se adentró en el lugar, eligiendo una de las mesas al lado de los ventanales y espero a ser atendido; a los pocos minutos ya tenía su café frente a él. Revisó su celular, no tenía ninguna llamada o mensaje de su pareja, era obvio, Jin no sé iba a disculpar con él; admitía que el mayor era condescendiente la mayoría de las veces, pero en este caso sabía que no lo sería.

-¿Nam?- sintió que alguien tocaba su hombro y se sobre salto por la sorpresa, tuvo que sostener su taza con firmeza porque casi la tira. Se giró, encontrándose con un rostro conocido.

-¿YoonGi hyung?- el mayor le sonrió levemente, saludándolo con la mano.

-Hace tiempo que no nos vemos-

-Es cierto, siéntate por favor, hyung- el mayor asintió con la cabeza y se sentó frente él.  -¿Quieres un café?-

-No estaría mal- el peli rosa llamó a uno de los meseros que había en el lugar, el cual se acercó de inmediato para tomar la orden del pelinegro. -¿Qué haces por acá?

-Nada en especial, solo quería salir a tomar aire y-

-Discutiste con SeokJin, ¿verdad?- había olvidado que el más bajo era demasiado suspicaz y nada se le escapaba.

-Si- agachó la cabeza. YoonGi recibió el pedido que le había llevado el mesero y revolvió el café con parsimonia.

-Qué curioso, ustedes no suelen discutir mucho- a NamJoon no le molestaba la presencia del mayor, de hecho era una de las personas con la que más disfrutaba de una conversación. Pero estaba vez YoonGi estaba indagando y él no tenía que revelar el estado de su amigo, a nadie.

-Sí, bueno, cosas de parejas ¿no?- trató de sonar desinteresado y hacer como si el tema no le afectara para nada. -¿Y qué tal Jimin, hyung?-

El pelinegro le sostuvo la mirada por unos segundos y luego volvió a prestar atención a su café. –Está bien, tiene mucho trabajo en la universidad, preparando las últimas obras. Ya sabes, es una carrera que quita mucho tiempo-

-Los hemos extrañado, hace mucho que no veo al enano- sonrió al pensar en su amigo, después de todo, el menor era como un hermano para él.

-Podrían venir a cenar al departamento un día, SeokJin, los chicos y tu- el mayor le sonrió y él le devolvió la sonrisa.

-Seria genial, pero algo difícil que calcen los horarios-

-Sí, es verdad- el pelinegro lo miró como si supiera un de sus más grandes secretos. –En fin, Nam. Debo irme, tengo que impartir unas clases ahora y solo venia por un café. Fue bueno encontrarte-

Yoongi se levantó de su asiento, dejando la taza vacía sobre la mesa, sacó un poco de dinero y lo dejó al lado de la taza. –Lo que sea por lo que discutiste con Jin, no vale la pena Nam, vuelve a casa y arregla las cosas. No te preocupes por tu café, lo que deje paga los dos-

El mayor pasó por su lado, palmeando con suavidad su hombro en señal de despedida. Al peli rosa le hubiera gustado hablar un poco más de tiempo con el pelinegro pero entendía su obligación como docente, tal vez podría pedirle otro día para poder hablar.

Terminó su café y llamó al mesero para pagar con el dinero que YoonGi había dejado, dándole una propina correspondiente. Se levantó para volver a su hogar, como le dijo el pelinegro, debía solucionar las cosas con su pareja.

 

Hoseok nunca había visto a su mejor amigo así de enojado, bueno, un par de veces cuando eran niños y alguien lo molestaba, NamJoon se ponía como un perro rabioso y amenazaba a todos los involucrados con golpes. Pero nunca lo había visto así de enojado con él, quedó perplejo por unos segundos cuando lo vio salir, dando un portazo y se sintió culpable de que Jin se viera involucrado en el descargo de su amigo.

Sintió al mayor soltar un suspiro y luego masajear su cien, en el instante que el peli rosa salió de la casa. –No le hagas caso, Hobi. Volverá en un par de horas-

-Lo sé, hyung. Lamento involucrarte en esta escena- se sentó en el sofá, cansado. No pensó que todo iba a terminar así, pensó que NamJoon lo apoyaría.

-No, yo lo lamento, no he podido sacar esa sensación de miedo que ha sentido Nam desde que tuviste el accidente- explicó el mayor, hasta ese momento, Hoseok nunca se había puesto en el lugar del peli rosa. –Parecía como si él hubiera madurado de un día a otro, cuando nos informaron que habías entrado en un coma indefinido. NamJoon, tomó inmediatamente la responsabilidad por ti y escuchaba lo que los doctores decían con atención-

Hoseok agachó la cabeza, se sentía culpable por todo lo que el más alto tuvo que pasar gracias a su descuido, todo el tiempo que dejo de lado sus intereses para centrarse en él.

-No te sientas culpable, fue un accidente y ahora NamJoon debe aprender que tú eres capaz de tomar tus propias decisiones y él no tiene derecho a entrometerse más allá de un consejo- el mayor tenía razón pero no sabía cómo hacer entender al peli rosa que ya no necesitaba ayuda, que estaba preparado para afrontar la vida.

-Creo que lo mejor para él y para mi es que me mude-

El más alto lo miró por unos segundos, como si tratara de buscar algún signo de vacilación en lo que estaba diciendo, pero era lo que Hoseok quería.

-No quiero que lo tomes a mal, hyung. Ustedes han sido muy buenos conmigo y se han preocupado por mí. Sé que me dirán que puedo quedarme el tiempo que quiera o que no causo problemas- explicó Hoseok. –Pero ustedes tampoco han llevado una vida normal de pareja en cuatro años, han dejado mucho de lado y es momento que todo vuelva a la normalidad-

-¿Entonces, esa es tu decisión?- la voz de SeokJin era calmada, a diferencia de su mejor amigo, el castaño era mucho más comprensivo.

-Sí, hyung- respondió con una leve sonrisa. –Y creo que lo mejor sería no estar aquí para cuando NamJoon regrese-

El mayor soltó un suspiro cansado. –Está bien, si consideras que es lo correcto. Te apoyaremos en todo lo que necesites-

Jin le ayudó a preparar algunas cosas que se podría llevar ese mismo día, ropa en su mayoría que era lo que necesitaría para sobrevivir los primeros días. Agradecía que su departamento estuviera amueblado, así se ahorraba muchas cosas que comprar.

-Al menos tenemos la suerte de que NamJoon no se llevó el auto, de seguro se le olvidaron las llaves y no quiso volver a entrar-  el mayor rió y para él también fue inevitable reír al imaginar a su amigo molesto por olvidar las llaves. –Vamos, te llevo al departamento y de paso aprovechamos de comprar algo para comer-

Se subieron al vehículo y el mayor estuvo a cargo de conducir esa vez. Primero pasaron a la tienda donde compraron algunas cosas para la cena, el mayor insistió en que debía comprar alimento para abastecerse porque aunque no viviera con él de todas formas se aseguraría si estaba comiendo adecuadamente. Así que se aseguró de comprar comida que le gustara, más allá si era saludable o no; luego continuaron en dirección al departamento, ya estaba atardeciendo y esa sería su primera noche solo desde que lo habían dado de alta. Todo  el tiempo, desde que entró en coma, estuvo acompañado, en el hospital era por todo el personal médico y luego siempre estuvo con Jin y NamJoon.

El castaño estacionó el auto y juntos llevaron las cosas. Cuando llegaron al piso correspondiente, Hoseok ingresó el código y entraron. El mayor llevaba las bolsas con la comida así que se dirigió de inmediato a la cocina para acomodar todo y comenzar a cocinar, por su parte, Hoseok llevó la ropa a su habitación, luego la acomodaría. Volvió a la cocina para ayudar al mayor con la cena y para pedirle algunos consejos ya que si vivía solo tendría que cocinar de vez en cuando y reconocía que no tenía mucha experiencia en el tema culinario, de eso se encargaba Jimin.

Cuando se sentó a la mesa para comer, el mayor le puso en frente un maravilloso plato de Manduguk, como si le hubiera leído la mente, era perfecto para el frío que estaba bajando a esa hora. La compañía del mayor era grata, SeokJin se limitó a hablar sobre cómo preparar platos buenos y baratos con los que podía sobrevivir, de todas formas a él no le molestaba comer Manduguk por toda una semana y para su suerte el castaño había hecho en gran cantidad solo para él.

-Creo que es hora de volver a casa, de seguro NamJoon ya volvió y debe tener hambre- se levantaron de la mesa para llevar los platos al fregadero.

-Hyung, no te preocupes en lavar, yo me encargo de eso, para tener algo que hacer- rió y el mayor también lo hizo. Caminaron hasta la puerta para despedirse.

-¿Seguro que estarás bien? Aun podemos volver, si quieres- el mayor lo miraba algo triste desde el otro lado de la puerta. Por un momento Hoseok dudo si de verdad era necesario quedarse solo.

-Sí, hyung. No te preocupes, nos veremos en el restaurant y los puedo ir a visitar, ustedes también me pueden venir a visitar- el mayor se acercó para darle un largo abrazo, sabía que Jin tampoco quería que se fuera de la casa pero al menos el castaño entendía que era importante para él dar ese paso.

-Cuídate, Hoseokie. Llámanos si pasa algo- el más alto le revolvió el cabello y caminó en dirección al ascensor, perdiéndose cuando las puertas se cerraron.

Cerró la puerta y se quedó en medio de la habitación, todo estaba en silencio, soltó un suspiro y decidió ir a lavar lo que habían usado para la cena. Le hubiera gustado que NamJoon estuviera con él, al menos despedirse con normalidad, era importante para Hoseok tener a su mejor amigo cerca, esperaba poder solucionar las cosas con su amigo, después de todo, se terminarían cruzando de cualquier forma.

 

El castaño entró a su casa encontrando todas las luces apagadas, le pareció extraño porque era demasiado temprano para que el menor decidiera ir a dormir, solía trabajar de noche en su novela. Dejó la comida que había llevado en la cocina y fue al estudio del menor, tocó la puerta pero no recibió respuesta así que solo la abrió, NamJoon nunca ponía seguro en su estudio así que tenía la libertad de entrar y salir siempre que quisiera. Cuando entró al lugar, para su sorpresa, estaba todo apagado y vacío, sin rastro de que alguien hubiera estado en el día.

-¿Nam?- lo llamó para saber si le respondía desde otro lugar pero no recibió respuesta, caminó hasta la habitación que compartía con el peli rosa, la puerta estaba abierta y al igual que en el resto de la estancia, todo apagado, pero en la oscuridad notó un bulto sobre la cama y sabía que se trataba del menor, lo reconocía por el suave ronquido característico de cuándo dormía.

Se acercó sentándose en el borde de la cama, observo el rostro de su pareja, NamJoon parecía molesto mientras dormía y eso lo hizo soltar una risa suave. Acarició el cabello del menor, ya se estaban notan algunas raíces de su color natural, a pesar de que el moreno se asegurara de retocarlo cada vez que lo necesitaba; vio como el menor destensaba el rostro al sentir la caricia.

-¿Nam?- susurró cerca de su odio, el más alto solo se removió un poco pero siguió durmiendo. No pudo aguantar la risa y eso si fue efectivo en despertar a su pareja.

-¿Qué sucede?- NamJoon despertó algo agitado, sentándose en la cama pero al ver que solo era el mayor riendo, lo miró serio.

-No te molestes- Jin le dio un casto beso en los labios. –¿Tienes hambre?-

-Si- el peli rosa lo miró extrañado. -¿Por qué actúas como si no hubiera pasado nada?-

-¿Vale la pena perder el tiempo en una discusión que no tenía sentido?-

Su pareja lo miró por unos segundos, como tratando de analizar lo que había dicho y luego soltó un suspiro. –Tienes razón-

-Vamos a comer, te traje un poco de Manduguk- tomó la mano del menor para guiarlo a la cocina. NamJoon solo se dejó llevar mientras bostezaba de vez en cuando, tratando de desperezarse.

-Hey, Jinie- lo llamó. –Lamento comportarme como un idiota-

-Está bien- le restó importancia y comenzó a preparar las cosas para la cena del menor.

-Hoseok, ¿se fue, verdad?-

-Sí, decidió que era lo mejor- preparó café para los dos y se sentó junto al peli rosa.

-¿Crees que estará bien?- el castaño notó la preocupación en los ojos del moreno, le sonrió y le acarició la mejilla.

-Lo estará. Hoseok es fuerte- NamJoon le devolvió la sonrisa y bebió un poco del café que había preparado. –Pero me has demostrado que serias un buen padre-

Vio como el peli rosa se ahogaba con el café y comenzaba a toser, rió ante la reacción de su pareja y se levantó para servir la comida.

-Jin, yo… no creo que…-

-Tranquilo, es solo un broma- le sonrió y el más alto lo miro confundido, se acercó a él y deposito un pequeño beso en la nariz. –En verdad lo serias-

Vio el leve sonrojo en el rostro de NamJoon, el menor no lo miro, solo trato de concentrar  toda su atención en el humeante Manduguk que tenía en frente.

 

Su primo lo miraba seriamente mientras comían, no entendía cuál era la insistencia por preguntar qué había sucedido hace unos días, entre YoonGi y él. El menor estaba empeñado en conseguir una respuesta coherente sobre el tema porque, como él decía, no era común ver al mayor llorar.

Durante días había estado con el menor tras él haciéndole preguntas sobre que había pasado con el pelinegro ese día que lo encontró en el sofá y estaban los dos solos.

-¿Y bien, TaeHyung?- no quería mirar al menor a los ojos porque JungKook tenía un extraño poder que siempre lo hacía hablar de las cosas que pasaban, o tal vez no era el menor y solo era su culpa por no saber guardar silencio.

-¿Bien qué?- trataba de mantener la atención en la comida, pero de todas formas sabía que su primo no le quitaba la mirada de encima.

-¿Qué paso entre hyung y tú ese día?-

-Ya te lo dije, Kookie. No pasó nada- cuando termino su plato, se iba a levantar para dejar las cosas en la cocina, pero el menor lo tomó de la mano, deteniendo su escape.

-Tae, se lo que sientes por YoonGi hyung y hasta ahora pensé que tu tenías claro que no puede suceder nada entre ustedes mientras esté con Jimin- el castaño lo mirada serio y su voz sonaba como si lo estuviera regañando. El peli naraja se soltó del agarre con suavidad.

-Lo sé, nunca le haría algo así a Jimin-

-¿No será que todo tiene que ver con Hobi hyung?- la pregunta del menor lo paralizó por unos segundos, no podía haberlo adivinado, no había dicho nada sobre Hoseok.

-¿De qué hablas, Kookie? ¿Qué tiene que ver Hoseok en todo esto?- trató de parecer lo más calmado posible, pero sentía un leve temblor en sus manos, que intentó de controlar.

-Nada, supongo que no tiene nada que ver- escuchó como el menor soltaba un suspiro y lo ayudo a llevar las cosas a la cocina, lo quedo mirando por un tiempo. –Te admiro, hyung. A pesar de que sabes que no conseguirás mucho de YoonGi, siempre estás  ahí cuando él te necesita, al igual que lo estás para Jimin. Aun sabiendo que duele-

JungKook salió de la habitación, de seguro iba a la sala para jugar videojuegos porque tenía la tarde libre. Se apoyó en un mueble cercano tratando de tranquilizarse, se sentía atrapado. Sabía que como el mejor amigo de Jimin le correspondía hablar con el peli gris y contarle todo lo que había pasado, pero hizo un voto de silencio, como todos los demás y era un tema que iba más allá, no quería que sus amigos sufrieran, pero era inevitable que alguien saliera herido en ese tipo de situaciones.

-Tae ¿no vienes a jugar?- el grito de su primo lo saco de sus pensamientos. –Dijiste que jugarías conmigo esta vez-

-Sí, dame unos minutos- terminó de lavar y ordenar las pocas cosas que habían usado; y se dirigió dónde JungKook, sentándose a su lado en el suelo. El menor le tendió uno de los controles.

-¿Estás listo para perder?-

-Tú eres el que siempre pierde, hyung- dijo el menor eligiendo un personaje para iniciar la partida.

TaeHyung rió ante lo competitivo que era el menor en temas de videojuegos, le alegraba que JungKook pudiera tener un tiempo para distraerse de tanto estudio, era una carrera larga y difícil por eso trataba de acompañar al menor en sus tiempos libres. Para él, el castaño seguía siendo un niño a sus ojos y a veces deseaba tener la tranquilidad que tenía su primo en la vida, porque el menor no solía tener más preocupaciones que sus estudios. 

Por otro lado, pensaba en YoonGi, desde lo que paso el día en que le confesó que había hablado con Hoseok, no volvieron a tocar ese tema y el tampoco trato de  indagar más en los sentimientos del mayor, solo tenían conversaciones cortas ya que no tenían tiempo para perderse en temas triviales, haciendo como si nada hubiera pasado. A TaeHyung le hubiera gustado que el mayor le confiara todo, se conformaba con ser el pañuelo de lágrimas para YoonGi, para él, eso estaba bien.

 

No se dio cuenta que tan rápido pasaron los días, ya llevaba alrededor de tres semanas viviendo solo, no era tan malo. En un principio se le hizo algo solitario y evitaba estar mucho tiempo en el departamento, solía quedarse haciendo horas extras o bailando con Kai y en eso se le iba mucho tiempo, porque el chico era incansable cuando se trataba de bailar.

Cuando no tenía donde salir, se quedaba en el departamento y escuchaba música o pasaba la tarde viendo alguna película, había comprado algunas plantas que tenía en el balcón y leía en internet como cuidarlas, era uno de sus nuevos pasatiempos y esperaba que dieran resultado porque las veces anteriores sus plantas se habían marchitado, olvidaba regarlas.

Por otro lado, aún tenía la habitación de Jimin que usaba como estudio, desde el día que vio todo vacío no volvió a entrar, no sabía qué hacer con ese espacio que se veía tan grande.  Los chicos le decían que era mejor transfórmalo en un espacio agradable para él, algo que lo relajara o que tuviera las cosas que más le gustaban, tal vez generar otro pasatiempo como coleccionar cosas le podría ayudar, pero últimamente había pensado en montar una biblioteca y sentarse ahí a leer todos los libros que aún tenía pendientes y que se había prometido terminar algún día, pero nunca tomaba cartas en el asunto, solo quedaba como un proyecto al aire y que se prometía hacer cuando tuviera tiempo pero al final nunca lo hacía, porque dentro de él, ese lugar aún era de Jimin, no podía llegar y destruirlo. Kai siempre le decía que debía dejar ir el pasado y una buena forma de hacerlo era remodelar todo ese espacio que le generaba recuerdos dolorosos. Le había contado todo al más alto porque lo consideraba un amigo, le daba buenos consejos y siempre se preocupaba por él, además de compartir la misma pasión por el baile.

Esa tarde la lluvia por fin había comenzado a caer en la ciudad después de días amenazando con el cielo cubierto por nubes de gris profundo, en un momento fue una suave llovizna pero a esa altura ya era casi como un diluvio. Se alejó del ventanal que daba al balcón del departamento, olvidando la idea de tomar un café ahí, encendió el televisor y comenzó a buscar algún programa con contenido que le llamara la atención, se quedó mirando un programa donde famosos participaba en un concurso de baile, sabía que podía encontrar algo mejor pero las nulas habilidades de algunos lo hacían reír y otros lo impresionaban con el talento que poseían.

Luego de ver programa y a pesar de la taza de café que había bebido para capear el frío, termino vencido por el cansancio y no supo en qué momento se durmió, aunque no del todo, era como un estado entre el sueño y la consciencia, de vez en cuando aún sentía los sonidos que venían del televisor, en algunos anuncios que pasaban. Estaba entrando a un sueño profundo cuando sintió un sonido que venía de la puerta principal, el sonido que hacia cuando se introducía la contraseña, tenía que despertar pero solo consiguió sentarse con dificultad mientras miraba a la entrada. Nadie más que él sabia la combinación de números para entrar, ni siquiera NamJoon y SeokJin la sabían, de todas formas ellos jamás irían sin avisarle antes.

Quedo paralizado con la persona que entró, debía tener mucha mala suerte o dios, si es que existía, definitivamente lo odiaba. El chico había entrado como si nada, tal vez pensaba que el departamento estaba vacío como siempre pero nadie le dijo que solía visitarlo. Abrió y cerró la boca tratando se articular alguna palabra pero el otro no se había dado cuenta de su presencia, solo estaba concentrado en sacarse los zapatos y dejar su chaqueta en el perchero de la entrada, hasta que se fijó en los otros zapatos que habían en la entrada y miró con rapidez en dirección a Hoseok. Sus miradas chocaron y sintió que nada había pasado, que el accidente fue solo una pesadilla por quedarse dormido en el sillón; parecía una escena tan cotidiana que aún no la asimilaba.

-¿Ho-Hoseok?- veía la confusión en la cara del menor. –No, es imposible, debe ser un sueño, no puedes ser real-

Se quedó mirando a Jimin que paso una de sus manos por su cabello de manera nerviosa, sonrió de manera nerviosa y comenzó a balbucear algunas cosas que no llegaba a entender, como tratando de auto convencerse de que solo era producto de su imaginación. El mayor se levantó con cautela, sin llamar la atención del chico, tratando de acercarse con cuidado para no alterarlo más de lo que ya estaba. Pero el peli gris se dio cuenta de sus movimientos y se puso alerta, retrocediendo.

-¿Quién eres? ¿Qué haces en mi departamento?-

-Jimin- al fin el nombre salió de su boca, con voz suave. El menor seguía alejándose a cada paso que daba.

-¿Por qué luces como él? ¿Por qué tu voz suena como la de él?- los ojos del menor comenzaban a verse cristalinos, como si fuera a llorar en cualquier momento. El peli gris chocó con la puerta, ya no tenía donde escapar. –Se supone que estabas en coma-

-Se supone, pero no-  algo dentro de él había cambiado cuando escucho las últimas palabras del menor. –Desperté y tú no estabas ahí-

Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas del menor y algo se rompió dentro de él al verlo. Jimin solo deslizo su espalda por la madera, sentándose en el suelo mientras tomaba su rostro.

-No puede ser, nadie me lo dijo-

-Todos lo sabían, Jimin- desde su punto de vista el peli gris se veía pequeño e indefenso, no dejaba de sollozar. No podía ver al menor en ese estado, se agachó para quedar a su altura, el chico solo escondía su rostro entre sus brazos y lloraba.

-¿Ha-hace cuánto de-despertaste?- Jimin hablaba entre hipos.

-Hace unos siete meses, creo-  las lágrimas del menor volvieron a caer con violencia por sus mejillas, no pudo evitar acariciar el cabello de Jimin. Se sentía tan suave entre sus dedos, había olvidado esa sensación.  –Creo que deberíamos sentarnos y hablar-

Le tendió una mano al menor para ayudarlo a levantarse, el peli gris la tomó con un poco de miedo pero de todas formas se dejó guiar hasta la sala. Sentó al menor en el sofá, Jimin lo miraba como si nada fuera real.

-¿Quieres un algo? ¿Agua, café?- ofreció algo dudoso, todo era muy surreal e incómodo en ese momento.

-A-agua estaría bien- la voz del más bajo sonaba apagada.

Fue a la cocina y se acercó al lava platos para mojar su cara, su cabeza dolía como nunca dolió desde que había despertado. Tomó uno vaso y lo lleno con agua para Jimin, tenía que mantener la calma. Volvió a la sala y le tendió el vaso al peli gris, el menor lo tomo y bebió un poco para calmarse. Se sentó a su lado, mirando a sus pies porque no sabía cómo iniciar una conversación luego de cuatro años sin verlo.

-¿Hace cuánto despertaste del coma?- el menor rompió el silencio, volviendo a repetir la pregunta. Hasta ese momento no se había percatado que la voz de Jimin sonaba más adulta, pero seguía siendo suave.

-Siete meses- paso las manos por sus muslos, secando el sudor que tenían por el nerviosismo. Miró a Jimin, el peli gris lo estaba mirando con un deje de incredulidad; el chico acercó las manos al rostro del pelinegro, tocando con delicadeza. Hoseok sonrió al sentir, nuevamente, las manos suaves del menor.

-Hobi, estas aquí, volviste- Jimin lo abrazo, sorprendiéndolo, paso los brazos por su cuello mientras apoyaba la cabeza en su hombro. Hoseok se aferró a la espalda del menor; no supo en que momento las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

-Lo siento, lo siento mucho. Todo fue mi culpa- sintió un rastro de humedad en su hombro derecho, donde Jimin estaba apoyado.

-Tranquilo, Jiminie- acarició con suavidad la nuca del peli gris, sabía que eso lo tranquilizaba. El calor que emanaba el menor lo estaba relajando. Era como si nunca los hubiera separado, como si tan solo hubiera estado de viaje por un largo tiempo. –No sabes cuánto te extrañe-

-Creí que te había perdido- confesó el menor sin soltarlo y él tampoco lo alejaría, ahora que por fin estaban juntos.

-Nunca lo harías- susurró en el oído del menor. Sintió una risa suave salir de Jimin y no pudo evitar sonreír. –De alguna forma, encontraría la manera de volver a ti-

Se separó un poco de Jimin para mirarlo a los ojos, el menor tenia restos de lágrimas en sus mejillas, así que las limpio con sus pulgares; se quedó mirando el rostro del más bajo unos segundos. Aunque aún tenía rasgos adorables, debía reconocer que había cambiado en esos cuatro años, la línea de la mandíbula estaba más marcada y ya no tenía las mejillas regordetas como cuando lo conoció, ahora parecía un joven adulto pero no dejaba de ser hermoso.

El menor  correspondía su mirada, sentía su corazón latir descontrolado como si fuera la primera vez que estaba con el chico que le gustaba, sabía que lo que quería hacer no era lo mejor en ese momento pero no lo podía evitar, no con Jimin ahí después de tanto tiempo.

Tomo el rostro del menor con firmeza y acabo con la distancia juntando sus labios en un beso, en un principio solo se quedaron así, pero a los segundos Jimin comenzó a mover los labios sobre los suyos y entendió que el peli gris también había ansiado eso. Se besaron sin apuro, recuperando el tiempo que habían perdido, como si se estuvieran reconociendo, tomo a Jimin por la cintura, recostándolo en el sofá mientras se acomoda sobre él. El menor lo apego a él abrazando su cadera con un brazo mientras que enredaba la mano libre en su cabello.

En ese momento Hoseok se olvidó de todo y se dejó llevar por la situación, por la normalidad de lo que estaba viviendo, estaba en su departamento, estaba con Jimin, era como si nada hubiera pasado. A medida que el tiempo pasaba, el tacto se hacía más pasional, los besos ya no eran tímidos, estaban cargados de deseo y no se dio cuenta cuando sus manos se paseaban por el cuerpo del menor. Jimin soltaba leves suspiros entre besos pero tampoco se detenía, el espacio se estaba haciendo pequeño e incómodo.

-Jimin- lo llamo separándose de sus labios, el menor soltó un gruñido en forma de queja. –Creo que deberíamos ir a nuestra habitación-

Se puso de pie, esperando una respuesta del menor, tenía miedo que se negara y que todo terminara ahí, pero el peli gris se levantó quitándose su sudadera y quedando con una polera sin mangas que dejaba ver sus clavículas; volvió a estampar sus labios con los de Hoseok y se dirigieron a la habitación que solían compartir, chocando con las murallas de vez en cuando. Al llegar Jimin tomo al mayor por el cuello de su polera y  lo acorraló contra el lecho, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera de espalda sobre las cobijas. Volvieron a fundirse en un beso, mientras el menor se acomodaba sobre él, el pelinegro metió sus manos dentro de la polera del menor, acariciando su piel, era suave y caliente, como la recordaba. Jimin no se quedó atrás y le quito el sweater que traía, dejando su pecho desnudo. El menor paso sus manos por el torso del mayor, haciendo que pequeñas descargas cruzaran el cuerpo de Hoseok, porque solo reaccionaba así si se trataba de Jimin.

El peli gris comenzó a lamer y besar el cuello del pelinegro, bajando hasta sus clavículas donde se concentró por un rato, Hoseok  se deshizo de la polera del menor mientras  dejaba que tomara el control por el momento. Repartía caricias por su espalda y de vez en cuando pasaba sus manos por su trasero y piernas, Jimin soltaba suaves suspiros en su oído y eso lo incitaba a seguir con más, el menor volvió a besar sus labios comenzando una lucha entre sus lenguas. El pelinegro podía sentir el miembro del menor sobre sus pantalones.

Tomó a Jimin por la cadera y lo giró para quedar sobre él. –Creo que ya te divertiste demasiado-

El menor sonrió de lado y lo miro desafiante; Hoseok se tomó un momento para admirar el cuerpo del menor. Había crecido un poco y ya no estaba  tan marcado como hace un par de años atrás pero seguía teniendo un vientre plano. Acarició con suavidad su torso hasta llegar al borde de los pantalones de mezclilla del peli gris, que desabotonó sin problemas. Ahora él se encargó de devorar el cuello del menor, mientras introducía una de sus manos en los boxers para tomar el miembro de Jimin. El chico soltó un suave gemido mientras se abrazaba a la espalda de Hoseok, buscando más contacto, luego bajo una de sus manos al pantalón de chándal que llevaba el mayor, introduciendo su mano y acariciando su miembro sobre la ropa interior. El pelinegro mordió la clavícula de Jimin para ahogar un gemido.

Jimin alejó al mayor y Hoseok lo miro confundido, pero el peli gris solo se quitó sus pantalones con su ropa interior quedando desnudo frente a él. Volvió a tomar al mayor por el cuello y se fundieron en un beso cargado de deseo, sintió como el más bajo quería dejarlo en igualdad de condiciones y lo ayudo a quitarse lo que restaba de ropa. Se acomodó entre las piernas de Jimin, acariciando su cuerpo con delicadeza, sintió el calor de sus cuerpos incrementándose y solo podía pensar en cuanto había deseado eso, cuanto extrañaba la cercanía del menor, porque Jimin no podía estar lejos de él.

Comenzó a acariciar el miembro del más bajo, con un ritmo constante. Escuchaba los suspiros y suaves gemidos que soltaba Jimin, veía sus mejillas sonrojadas y como intentaba ocultarlas con su brazo pero lo quitó y depositó un beso en los labios del menor.

-Hobi… Hazlo-dijo entre gemidos el menor.

-Pero no tengo lubricante-

El menor se sentó en la cama y pasó la mano por su miembro, humedeciéndola con liquido pre seminal. Luego tomó el miembro del mayor, untando por la longitud el fluido. Hoseok entendió lo que el menor quería, se acomodó entre sus piernas y comenzó a adentrarse con cuidado de no herir a Jimin, sentía los suspiros que el menor daba cada vez que estaba más adentro y terminó soltando un gemido cuando lo estuvo por completo. Beso al menor para que se relajara, el chico le correspondió mientras se aferraba a sus hombros.

Comenzó un vaivén suave, tomándose el tiempo de disfrutar el cuerpo del peli gris, para Hoseok no era simplemente sexo, estaba volviendo amar a Jimin, estaba recordando lo que se sentía tenerlo solo para él. Cada estocada que daba arrancaba un gemido desde lo más profundo de su garganta al igual que el menor le correspondía con jadeos y gemidos. Jimin enredó sus dedos en el negro cabello del mayor, buscando más contacto con Hoseok.

-Hoseok- su nombre se escuchaba bien en la voz de Jimin, el menor lo besó con suavidad, ahogando los gemidos en su boca. Los labios del peli gris eran tibios y dulces, sus cuerpos se acoplaban a la perfección. Sentía como el sudor recorría su espalda, vio como pequeñas gotas caían del cabello gris del más bajo mientras su flequillo se pegaba a la frente.

Siguieron así, con ese ritmo lento y delicioso, mientras se perdían entre besos y gemidos, deseando que ese momento nunca terminara. No sabía cuánto tiempo llevaba adentrándose en el menor, Jimin estaba totalmente entregado a él, gimiendo su nombre, arañando su espalda y eso lo excitaba más aun, sintiendo como la electricidad recorría su espalda, terminando en su pelvis.

Su nombre volvió a salir de los labios del menor, luego sintió sus vientres húmedos y pegajosos, Jimin se había corrido y fue cuestión de tiempo para que el también gimiera el nombre del menor para llegar al clímax dentro de él. Se recostó sobre el menor, recuperándose; su corazón aun latía agitado y podía sentir el de Jimin de la misma manera, luego de unos minutos salió del menor y se acomodó de espaldas a su lado, busco pañuelos desechables en la mesita de noche para limpiar el vientre del peli gris y el suyo. Jimin le sonrió, a lo que el respondió con un corto beso en sus labios.

-Hobi- el menor se había acomodado sobre el pecho del pelinegro, mientras acariciaba su cadera.

-¿Hm?-

-Te amo- escuchó en un susurro débil, miró a Jimin encontrándolo dormido sobre él. Besó el cabello del menor mientras acomodaba las sabanas.

-Yo también te amo- susurró en el oído del menor, para luego acomodarse y dormir. Solo esperaba que todo eso no fuera uno de sus sueños donde recordaba el pasado y como era estar con Jimin.

Notas finales:

Hola! Gracias por continuar leyendo la historia, creo que este es el momento que esperaban, al fin. Pero me demore en llegar aqui porque trato de hacer las situaciones lo más realistas posibles. Pueden dejar un review, con opiniones o algo asi y compartirlo con más personas, por supuesto. Gracias.

Saludos!

 


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