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Saudade. por RocketFran

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La mañana estaba fría y sentía que las cobijas no eran suficientes, aun se sentía somnoliento, así que buscó el calor del mayor apegándose más a él y abrazándolo por la cintura, restregó su mejilla en el brazo del otro chico y escuchó una leve risa.

-¿Qué haces?- la voz sonaba divertida y familiar pero no era la de su pareja. Se levantó asustado y el chico pelinegro lo miró confundido. -¿Qué pasa, Jimin?-

-¿Hoseok?- miró al mayor que solo lo veía confundido, luego se dio cuenta que estaba desnudo, al igual que él. Recordó todo lo que había pasado la noche anterior, recordó que casi había caído en una crisis al ver al mayor en su antiguo departamento y también recordó que engañó a YoonGi con su ex. –No, no, ¿Qué hice?-

Se levantó rápido de la cama, buscando su ropa y poniéndosela sin ningún cuidado.

-Jimin, ¿Dónde vas?- volvió su vista al más alto que lo miraba desde la cama.

-¿Por qué no me dijiste que habías salido del coma?- estaba molesto, molesto con todo lo que estaba pasando.

-¿Qué? Tu ni siquiera te preocupaste por preguntarle a los demás, todos lo sabían- el mayor frunció en ceño. Vio cómo se levantaba para ir a su dirección pero puso una mano en frente para que no se acercara ni un paso más, todo era muy confuso.

-¿Todos?- preguntó incrédulo, siempre mantenía  contacto con Tae y le preguntaba sobre el estado de Hoseok a lo cual su amigo le respondía que no había ni avances ni retrocesos.

-Sí, todos-

-¿Y no fuiste capaz de decírmelo tú?- escupió con rabia, porque Hoseok lo estaba dejando como un desinteresado.

-¿No estabas muy ocupado con tu nuevo noviecito?- espetó el más alto, mirándolo con el ceño fruncido.

-Hoseok…-

-Sí, te vi, los vi. Eres feliz con él, ¿no?- lo interrumpió y eso le molesto más aun, la prepotencia en la voz del más alto, hablando solo desde su punto de vista.

-¿Nos viste? ¿Cuándo?- no quitó la vista de los ojos del pelinegro.

-Al poco tiempo que desperté, él y tú, paseando por el parque, ¿bonita escena, no?- nunca antes había escuchado tanta rabia en las palabras de Hoseok. Ese Hoseok que había despertado no parecía el de antes, el que él recordaba. Solo sentía las palabras cortantes y frías del más alto.

-¿Y no fuiste capaz de acercarte?- preguntó con voz dolida.

-¿Para qué? Eres feliz y ni siquiera me recordabas, solo te quedabas con lo que te decían los demás, ¿no?- el pelinegro se acercó quedando a pocos centímetros de él. –¿Me olvidaste rápido gracias a YoonGi?-

No supo en que momento reacciono de esa manera, pero lo único que atinó hacer su cuerpo fue darle un puñetazo en la mejilla que giró el rostro de Hoseok.

-¿Jimin?- lo llamó el chico, lo vio tocándose la mejilla impactada mientras lo miraba incrédulo.

-¡Eres un idiota egoísta Jung Hoseok! ¿Cómo te atreves a decir ese tipo de cosas?-gritó, sentía que sus ojos se aguaban por la impotencia. -¿Olvidarte rápido? ¡No tienes ni la más mínima idea de todo lo que he sufrido éste tiempo!-

-¿Y lo que yo he sufrido? ¿Tú lo sabes?- preguntó con voz fría, Hoseok parecía mirarlo con ira, sus ojos oscuros no tenían ningún rastro de brillo.

-Solo eres un maldito egoísta- escupió y salió de la habitación  para dirigirse a la entrada, ponerse sus zapatos y tomar su abrigo.

-¡Vuelve aquí, Park Jimin!- el grito del mayor fue lo último que escucho antes de cerrar con un portazo. Caminó al ascensor con lágrimas de impotencia rodando por sus mejillas; de repente sintió una vibración en el bolsillo de su chaqueta, era su móvil, lo sacó para encontrarse con llamadas y mensajes de su pareja. YoonGi debía estar preocupado pero no podía mirarlo a la cara sabiendo que se había acostado con su ex que ni siquiera sabía que había salido del coma.

 

Hace minutos que tocaba el timbre con insistencia sin obtener  respuesta, pero sabía que su mejor amigo estaba ahí y no iba a dejar de tocar hasta que le abriera.

-¡Ya voy, ya voy!- escuchó que gritaban desde dentro y la puerta se abrió enseguida. -¿Cuál es el apuro?-

TaeHyung lo miró sorprendido mientras sostenía una toalla en su cadera, el peli gris no dijo nada, solo entró empujando levemente al más alto, escuchó cerrar la puerta. Caminó sin decir nada hasta la sala del departamento, donde se cruzó de brazos y espero a que amigo apareciera tras él.

-¿Cuándo pensabas decírmelo?- TaeHyung lo miraban confundido.

-No te ves bien, Jimin- sabía a lo que se refería su amigo, su ropa desordenada, el cabello despeinado y aun sentía el rastro de sudor seco en su cuerpo.

-Responde lo que te pregunte- le ordenó con voz demandante. El peli naranja se rascó la nuca y Jimin sabía que eso era sinónimo de que no estaba entendiendo la situación. -¿Por qué no me dijiste que Hoseok había salido del coma?-

El rostro del peli naranja se puso pálido en segundos, lo miraba con nerviosismo, abría y cerraba su boca, tratando de darle una explicación que no salía. Soltó un suspiro, estaba cansado de no tener una respuesta sincera.

-Jimin…-

-¿Me puedes prestar tu baño y ropa?- interrumpió a su amigo antes de que le diera una mala excusa, porque sabía que TaeHyung no respondía bien en situaciones de mucha presión. Además, quería quitarse la sensación de sudor y el aroma de Hoseok del cuerpo.

-Sí, claro- vio al menor desaparecer por el pasillo que daba a su habitación, caminó hasta el baño, espero a que regresara con una toalla y la ropa que le había pedido.  Decidió que empezaría con la ducha que necesitaba, de seguro su amigo le dejaría todo en el baño. Talló su cuerpo tratando se quitarse la sensación de  Hoseok en de todos lados, aun sentía el aroma del pelinegro.

Sabía que su cuerpo había reaccionado con Hoseok, lo reconocía como el complemento que fue hace años. Bastó un simple beso por parte del mayor para que su cuerpo respondiera como si  nunca se hubiera separado, su mente se nubló y todo volvió a ser como antes, como si fuera un día común en la vida que llevaban juntos antes de que el accidente sucediera.

Cortó el agua y abrió la puerta de corredera de la ducha, se encontró con una toalla y ropa de cambio cuidadosamente doblaba. Se secó el cuerpo y se miró en el espejo, al menos no tenía ninguna marca de lo que había sucedido la noche anterior, Hoseok no tenía la costumbre de dejar marcas. Se vistió con la ropa que le había dejado su amigo, le quedaba un poco grande pero estaba bien para él, tendría que lavar la suya antes de ir a casa. Buscó su celular y le envió un mensaje rápido a YoonGi donde le decía que había pasado la noche con TaeHyung, que se le olvido avisarle antes, que lo perdonara. Sabía que con eso solo estaba empeorando las cosas y probablemente tendría que involucrar a su amigo en todo.

Terminó de acomodar su cabello y salió buscando al peli naranja para hablar con él, lo encontró en la cocina con una taza de humeante chocolate. Al salir tan molesto de su antiguo departamento no sintió el frío que hacia esa mañana, después de la lluvia de la noche anterior, el ambiente se sentía frío y húmedo. Cuando su amigo lo vio aparecer por la puerta le sonrió  y le hizo una seña para saber si quería chocolate, algo que acepto, le sentaría bien algo para mantener el calor. Se sentó frente a su amigo y el menor puso una taza frente a él.

-Hyung- la voz grave del menor le llego a los oídos. TaeHyung nunca usaba honoríficos con él, solo cuando sentía miedo de que se enojara.

-¿Dime, Tae?- revolvió el líquido espeso con la cuchara, concentrado en el remolino que se formaba.

-Lamento no decirte antes lo de Hoseok hyung, yo… debí hacerlo, porque eres mi amigo- levanto la vista de la taza para encontrarse con peli naranja algo encogido, mirándolo con cautela. –Todo pasó muy rápido y…-

-Han pasado siete meses, Hoseok me lo dijo- lo interrumpió, no quería excusas tan vagas, TaeHyung podría esforzarse un poco más ¿no?

-NamJoon nos hizo prometer que no te diríamos, incluso le mintió a Hoseok en un principio, diciendo que te habías ido a estudiar a Europa- dijo finalmente, TaeHyung. Agachó la cabeza con culpabilidad. –Fue una especie de pacto que hicimos entre todos, Jimin. Por el bien de Hoseok, por el bien de su recuperación. Si sabía que estabas con YoonGi, hyung nunca se hubiera recuperado tan rápido-

Podía escuchar el arrepentimiento en la voz de su mejor amigo, la culpa no era de Tae, ni de los demás y él lo sabía, hacía mucho tiempo que no iba a ver al pelinegro al hospital, solo se limitaba a preguntar. El también había sufrido y esos recuerdos aún se mantenían intactos en su memoria; sintió las lágrimas agolparse nuevamente en sus ojos, no quería llorar frente al peli naranja pero se sentía como un idiota. Tapó su rostro con ambas manos porque ya no podía sostener más las lágrimas y soltó un sollozo.

-¿Jimin?- escuchó como el menor se acercaba a él y en pocos segundos sintió los brazos de TaeHyung, envolviéndolo en un abrazo.

-No es justo, Tae. Me habló como si a mí no me hubiera importado lo que pasaba con él- soltó en el llanto, quería sacar toda la frustración que tenía. –Nunca me había hablado con tanta rabia, solo me saco en cara que yo no me acerque a él cuándo despertó, que no estaba ahí-

-¿Cómo lo encontraste?- sentía las suaves caricias que el peli naranja dejaba en su cabello y eso ayuda a calmar los sollozos.

-Fue… fue una coincidencia- se limpió las lágrimas con el dorso de sus manos. Separándose un poco de la cercanía de TaeHyung porque el calor lo estaba asfixiando. –Ayer tuve ganas de visitar el viejo departamento, no sé porque, solo tuve el deseo de hacerlo y fui-

-Hobi empezó a vivir ahí hace unas semanas- escuchó el susurro del menor, sabía que era más un recordatoria para el mismo que una confesión.  Alejó a su amigo, entendió que el único idiota era él, porque era el único que había vivido en la ignorancia en todo ese tiempo. TaeHyung sabía los más mínimos detalles sobre Hoseok, al igual que sus demás amigos pero todos lo ocultaron.

-¿Y nadie fue capaz de decírmelo?- se levantó de la silla, su taza aún tenía la mitad del chocolate pero no quería seguir ahí, se sentía traicionado por todos y no quería descargarse con el menor. Caminó hasta la salida con rapidez.

-Espera, Jimin- TaeHyung lo tomó del brazo en el momento en que había tomando el pomo de la puerta.

-No, Tae. Ya basta-tiró de su brazo para que el menor lo soltara. –Ya no me dijiste, si lo hubieras hecho las cosas hubieran sido diferentes y no me hubiera acostado con Hoseok-

El rostro de su amigo paso de súplica a sorpresa. -¿Qué?-

Jimin se quedó en silencio, no debía decir eso pero solo se escapó de sus labios producto de la rabia. Suspiro rendido porque ahora su amigo también sabía lo que había pasado. –Lo que escuchaste, Tae-

-¿Hoseok y tú? ¿Pero cómo?-

-No lo sé, Tae. Ni siquiera yo entiendo lo que paso, todo es muy confuso y… necesito pensar- se digirió a la salida, sabía que su amigo no lo iba a detener. En ese momento su mayor preocupación era YoonGi, el solo hecho de pensar en mirar al mayor a los ojos, sabiendo lo que había pasado con Hoseok hace unas horas, lo hacía sentir inmensamente culpable.

 

El sonido que hacia la vibración de su móvil contra la madera de la mesa de noche lo terminó por despertar pero no iba a responder. Ese fin de semana había decidido dormir hasta tarde, era el fin de semana que su pareja se tomaba libre y acordaron pasara tiempo juntos, le costaba convencer al mayor de que se tomara días libres, al menos el sonido no era suficiente para despertar a su pareja; se acercó a Jin abrazándolo por la cintura y pegando su pecho a la espalda de este, el castaño se removió acercando su cuerpo al del más alto. Sonrió ante la acciones de su pareja y se acomodó en la almohada para volver a dormir pero su teléfono volvió a vibrar, dejo que el aparato timbrara lo que quisiera, ignorándolo pero a la tercera vez no entendía por qué tanta insistencia.

Se giró quedando de espaldas, tomó su móvil sin mirar el visor y contesto.

-¿Diga?- habló cabreado.

-NamJoon-

-¿Hobi? ¿Por qué llamas a esta hora?- no había hablado mucho con Hoseok desde que se había marchado a su departamento. Jin lo obligó un par de veces a ir de visita pero aun no consideraba que hubieran resuelto las cosas.

-NamJoon necesito que hablemos- la voz del menor sonaba algo nerviosa.

-¿Ahora?- su pareja se removió en la cama, apoyando su cabeza en el pecho del más alto, lo que le saco una sonrisa al peli rosa.

-Si-

-Hoseok, este es el fin de semana libre de Jin y quede de estar con él- explicó mientras acariciaba el castaño cabello del mayor.

-Es importante, Nam- la insistencia del pelinegro lo estaba haciendo dudar, sabía que Hoseok no solía insistir en algo si alguien se resistía.

-Me estas asustando, Hobi-

-No te llamaría con urgencia si no necesitara hablarlo contigo- esa frase fue suficiente para convencer a NamJoon de que su amigo no estaba bromeando.

-Está bien, en una hora estoy allá- su instinto protector se puso en alerta y sabía que por muy herido que estaba con el pelinegro no podía ignorar lo que le estaba pidiendo.

-Gracias, Nam- luego de eso la llamada termino. Suspiró algo cansado y movió a su pareja para que se acomodara en la almohada pero solo consiguió que el mayor se despertara. Jin lo miró con ojos adormilado y el peli rosa solo sonrió en señal de saludo.

-Buenos días- balbuceó el mayor mientras trataba de desperezarse.

-Buenos días, amor-depositó un pequeño beso en la frente de Jin y se levantó.

-¿A dónde vas?- vio como el chico lo miraba confuso. –Aún es temprano para levantarnos-

-Jin… Lo siento, bebé. Hoseok me acaba de llamar y necesita verme con urgencia- no quería dejar al mayor solo después de haber esperado tanto tiempo por ese fin de semana.

-¿Le paso algo a Hobi?- el mayor el castaño se alarmó y la somnolencia desapareció de su rostro.

-Espero que nada grave-

Entró a tomar una ducha, vestirse y comer algo porque Jin no lo dejo salir sin haber tomado un desayuno rápido. Besó al mayor en los labios antes de irse y le prometió volver a penas terminara con Hoseok, pero el castaño le dijo que podría invitar al pelinegro a almorzar.

Se subió al auto y manejó hasta el departamento de su amigo. Como le había dicho, se demoró alrededor de una hora en llegar; se estacionó y llego al piso en el ascensor. Tocó el timbre, porque ya no podía entrar como si tuviera el derecho, respetaba la privacidad de su amigo.

La puerta se abrió a los pocos minutos, mostrando a un Hoseok algo molesto, estaba en pijama y tenía el cabello alborotado. Se hizo a un lado, haciéndole una seña para que entrara pero no dijo nada. Cuando estuvieron ambos dentro, el más bajo se dejó caer en el sofá, con desánimo; el piso no se veía arruinado, todo estaba en su lugar e impecable, no entendía que era lo que tenía a su amigo así. Volvió a mirar al pelinegro y esta vez se percató de algo que no vio cuando le abrió la puerta, tenía el labio inferior hinchado y con rastros de sangre seca.

-¿Qué te paso en el labio?- se sentó a un lado de su amigo, tomándolo del mentón para mirar mejor la herida.

-¿Qué tengo?- preguntó el mayor con voz apagada.

-¿Cómo que qué tienes?- se extrañaba de que no sintiera algún rastro de dolor. –Hermano, tienes un corte aquí-

Tocó el lugar de la herida y Hoseok saltó en su sitio por el dolor que provocó el tacto, alejando de inmediato la mano del peli rosa.

-Iré por algo para limpiar eso- fue por algodón y algún desinfectante que hubiera en el botiquín de su amigo y un poco de agua tibia. Volvió a la sala y dejo todo en la mesa de centro. –Bien, tal vez duela un poco, pero te aguantas-

Mojó un paño con agua tibia y lo acercó para limpiar la sangre seca, Hoseok hizo el ademán de quitar el rostro cuando vio que el más alto acercaba el paño al labio herido.

-Vamos, hombre. No seas cobarde- sujetó al más bajo por el mentón, ejerciendo un poco se fuerza para que no se moviera y paso el paño, limpiando los restos de sangre. Hoseok soltaba leves quejidos cada vez que NamJoon tocaba la herida, aunque fuera un toque superficial. Luego puso un poco de desinfectante con ayuda del algodón, la herida se comenzaba a ver mejor, era un corte el labio, estaba algo amoratado e inflamado pero nada grave. –Terminé-

-¿Auch?- se quejó su amigo, tocando con cuidado la zona inflamada.

-No seas llorón y dime como te hiciste eso- Hoseok se quedó en silencio por unos minutos y luego se acomodó en su lugar. –Estás particularmente serio hoy y no creo que sea por la discusión que tuvimos la otra vez-

-Sí, bueno… Pasaron un par de cosas anoche y…-

-¿Un par de cosas, Hoseok?- alzó una ceja mirando a su amigo. El pelinegro rascó su nuca, nervioso, evitando la mirada del más alto.

-Bueno, anoche… Jimin estuvo aquí-

-¿Qué?- creía que no había escuchado bien, el pelinegro frotó sus manos.

-Que Jimin estuvo aquí, anoche- volvió a repetir Hoseok sin ganas de volver hacerlo pero NamJoon había escuchado perfectamente bien.

-¿Tu lo invitaste?- no podía entender como Jimin había aparecido en el departamento. Esperaba a que su amigo le explicara mejor las cosas.

-No, solo abrió la puerta como si nada. ¿Por qué no me dijiste que él venía de vez en cuando al departamento?- el hecho de recordar lo que pasó la noche anterior le causaba molestia al más bajo, que frunció el ceño.

-Porque no lo sabía, pensé que Jimin no había vuelto al departamento desde que decidió dejarlo. De hecho, saco todas sus cosas- estaba confundido y preocupado,  ahora entendía porque la seriedad en su amigo. –Espera… ¿Jimin te hizo eso?-

No podía creer que el menor se atreviera a reaccionar así con Hoseok.

-Si-

-Wow- no podía imaginar a un Jimin tan cabreado como para golpear a alguien, menos si ese alguien era Hoseok.

-No tomaste una buena decisión en no contarle, estaba muy molesto y sobre todo, herido. Nunca había escuchado a Jimin hablar con la rabia de la mañana- Hoseok se veía confundido y herido, más allá del golpe físico que había recibido, pero había algo que al más alto no le calzaba.

-¿En la mañana?- preguntó confundido. –Pensé que todo había pasado anoche-

-Si… bueno… verás, Nam- el pelinegro empezó a tartamudear y notó un ligero sonrojo en sus mejillas. –Jimin pasó la noche aquí-

El peli rosa no terminaba de entender a lo que se refería el mayor. -¿Cómo que paso la noche aquí?-

Hoseok pasó las manos por su rostro en señal de impaciencia. –Se acostó conmigo, me acosté con él… Nos acostamos-

-¿QUÉ?- gritó la pregunta, no podía creer lo que estaba diciendo su mejor amigo. –Hoseok… ¿Me estás diciendo que primero Jimin aparece en el departamento como si nada, luego te golpea y después terminan teniendo relaciones?-

-La verdad es que no fue en ese orden exactamente- no estaba entendiendo lo que su amigo estaba diciendo.

-Explícate, Hoseok-

El más bajo soltó un suspiro pesado y luego susurró unas palabras que no pudo llegar a entender, vio cómo se masajeaba la sien antes de empezar hablar.

-Ayer estaba aquí viendo televisión cuando comencé a sentir sueño y me dormí en el sofá. No sé cuánto tiempo estuve dormitando pero escuche unos sonidos en la puerta principal, alguien entrando, pensé en quien podía saber la clave para desbloquear la puerta y de la nada entró, era Jimin, estaba ahí y todo parecía una escena de antes, cuando todo estaba bien- Hoseok miró al suelo, como si estuviera confundido. –Por un momento creí que era uno de los sueños recurrentes que tengo, pero no, era real. En un principio Jimin tuvo miedo, se alejó mientras yo trataba de acercarme a él, me miraba como si fuera un fantasma pero logre llegar a él… Nam… es como si al tocar a Jimin, al verlo a los ojos… el accidente nunca hubiera pasado. Nuestros cuerpos se reconocieron de inmediato-

El peli rosa se quedó en silencio por uno momento, gran parte de él entendía a su amigo, si estuviera en su situación no podría vivir con el hecho de que Jin ya no estuviera a su lado, además entendía el tipo de atracción de la que el más bajo le hablaba, era como si su corazón hablara y tomara las decisiones, siempre le pasaba eso con el castaño.

-En la mañana discutimos, Jimin se molestó porque no sabía que había salido del coma y porque yo nunca lo busque. Nos dijimos muchas cosas hirientes, Nam. El maltrato fue mutuo-

-No dudo eso, no creo que fuera una conversación tranquila-

-Si… Al final, Jimin terminó golpeándome y se marchó- terminó de hablar el peli negro.

-¿Qué le dijiste para que te golpeara?- sabía que su amigo no le estaba detallando la discusión y las cosas que le dijo al menor.

Hoseok guardo silencio un momento, removiéndose con incomodidad en su lugar, mirando hacia otro lado. –Le pregunte si me había olvidado rápido gracias a Min, que se había conformado solo con lo que ustedes le contaban de mi-

NamJoon no sabía qué hacer, si golpear también a su mejor amigo o tratar de ponerse en su situación. Nunca imaginó a Hoseok diciendo ese tipo de cosas a Jimin e imaginaba lo mal que se debió haber sentido el menor al escuchar esas palabras, sobre todo si era el pelinegro el que se las había dicho. –Hoseok… eres un idiota-

-¿Qué?- el más bajo lo miro impresionado. -¿Yo soy el idiota?-

-Sí. ¿Acaso has pensado en el peso de tus palabras? ¿En el daño que le hicieron a Jimin?- el peli rosa apretó su mano, haciendo que sus nudillos se pusieran blancos por la fuerza que estaba ejerciendo.

-¿Y el daño que me ha hecho a mí? NamJoon, Jimin me cambió por ese enano de papel- se quejó su mejor amigo, casi de manera infantil y no podía creer lo poco empático que estaba siendo.

-¿Y tú sabes cuánto ha sufrido Jimin?- se contuvo de no gritar la pregunta.

-Yo fui el que perdió cuatro años, NamJoon-

-No puedo creer que estés siendo tan infantil y egoísta, no eres así, hermano- se levantó del sofá, caminando hasta la puerta, si se quedaba más tiempo con Hoseok no sabía que pasaría. –Estas victimizándote mucho con ésta situación… Eres mejor que eso, Hoseok-

Salió del departamento de su amigo dando un portazo, se quedó apoyado en la puerta unos minutos, controlándose para no volver a entrar y ser blando con su amigo. Luego de un rato, caminó hasta el ascensor para volver a su hogar, no sabía que le diría a Jin, porque le preguntaría porque no había vuelto con Hoseok a casa. ¿Cómo explicarle que todo parecía haber empeorado?; fue cuando pensó en YoonGi, en Jimin con Hoseok. ¿Cómo se sentiría el profesor de música cuando se enterara de lo que había pasado? Por más que intentó en que las cosas fueran lo menos dañinas para todos, era inevitable que alguien saliera herido y tenía miedo, miedo por sus amigos. Por YoonGi, por Jimin y sobre todo, por Hoseok.

 

Hacía unos quince minutos que estaba parado frente a la puerta de su hogar sin las ganas de abrir, tenía miedo, no quería ver la cara de su pareja. YoonGi siempre lo recibía feliz cuando llegaba, con un beso, preguntando como estuvo su día, el mayor siempre se daba el tiempo de tener una conversación con él y escuchar las cosas buenas o malas que hubiera tenido su día.

La paciencia que YoonGi había tenido con él desde el principio, preocupándose por su salud, por su estado de ánimo; entregándole el tiempo y cariño que necesitaba, y ahora él le pagaba con esa moneda toda la dedicación que el pelinegro había puesto para disipar todo el rastro de dolor y culpabilidad que arrastraba.

Ingresó la clave numérica y entró, la sala estaba vacía y aún era temprano para encender las luces, no era un día en que YoonGi trabajaba así que sabía que estaba en el departamento, el mayor rara vez salía, solo si eran cosas específicas o si él le pedía salir.

Se sentó en el sofá, sacó todo lo que tenía en los bolsillos y lo dejó sobre la mesa de centro; llaves, teléfono móvil, unas monedas y dos caramelos.

-¿Jimin?-escuchó los pasos de mayor acercándose por el pasillo.

-Hyung- respondió pero no se movió de su lugar en el sillón. YoonGi se sentó a su lado y le beso la mejilla.

-Me tenías preocupado, hace poco vi el mensaje que me enviaste en la mañana- habló el mayor pero no con tono de molestia, más bien cansado, probablemente no había dormido bien. –Te llame muchas veces, debiste avisarme ayer que estarías con Tae-

-Lo siento, sabes cómo es estar con TaeHyung, olvide avisarte antes y no tenía el móvil a mano. En verdad lo siento- no podía mirar al mayor, no quería ver su rostro cansado porque seguro tenía un sonrisa carga de cariño a pesar de la preocupación. Lo hacía sentir culpable.

-Está bien- sintió la suave caricia que el mayor daba en su espalda. -¿Tienes hambre?-

-No, hyung- respondió sin ganas, escuchó un suspiro de parte de YoonGi y luego sintió las manos del mayor tomando su rostro, obligando a que mirara.

-Vamos, Jimin. No llegas así de deprimido cuando pasas tiempo con TaeHyung- cuando su mirada chocó con la del mayor no pudo evitar las lágrimas agolparse en sus ojos.

-Lo siento, YoonGi- apoyó la cabeza en el pecho del mayor, ocultándose y soltando el sollozo que había aguantando desde que se enteró de todo.

El mayor le apretó contra su cuerpo, tratando de calmarlo, acariciando su espalda y depositando pequeños besos en su cabello. Tener al pelinegro cerca era peor, se sentía peor porque YoonGi siempre era tan condescendiente con él , sabía que algo había pasado pero no lo preguntaría porque siempre respetó sus tiempos, siempre esperaba a que Jimin le contara las cosas que le molestaban o le hacían sentir triste; nunca presionaba para sacarle algo. Y eso era lo que más le dolía a Jimin, pensar en cuanto estaba traicionando a su pareja.

-Ojalá te mereciera solo un poco, YoonGi- susurró casi inaudible sobre el pecho del mayor, porque lo dijo más para él que para el mayor y sabía que lo había oído, pero no hizo ningún comentario, solo siguió con las caricias en la espalda, mientras lo atraía aún más a su cuerpo, como si tratara de evitar que alguien se lo llevara.

-Esa ropa no es tuya- la voz el mayor interrumpió el silencio que sea había formado luego de unos minutos abrazados. Se tensó ante la afirmación de su pareja, temiendo que supiera algo de lo que había pasado pero luego se convenció de que era imposible que el pelinegro se hubiera enterado de algo.

-No, es de Tae. Me topé con la lluvia cuando iba camino a su casa y termine empapado-

-Podrías haber pescado un resfrió. Debiste llamarme para que haber ido por ti y dejarte en lo de TaeHyung- no le gustaba involucrar a su mejor amigo en una mentira, menos cuando sabía que el pelinegro le tenía cariño a TaeHyung y viceversa.

-No quería molestarte, hyung. Supuse que estabas ocupado con tus clases y de verdad no creía que la lluvia sería tan fuerte-

El mayor solo soltó un suspiro de cansancio pero no indago más en el asunto, algo que Jimin agradeció porque con un poco más de presión le hubiera contado a YoonGi todo lo que había sucedido.

-Tengo que preparar un par de evaluaciones pero no quiero dejarte solo-

-No te preocupes, estaré bien, trabajare en algunos proyectos para la universidad- mentira, no debía ningún proyecto en la facultad pero sabía que su pareja creía todo lo que decía. Necesitaba un tiempo solo, lejos de YoonGi, lejos de todos, todo era tan confuso para el menor y las mentiras se iban agrandando cada vez más.

-Claro, te aviso cuando termine-YoonGi se levantó con lentitud, como si no tuviera ganas de marcharse, como si sospechara que algo malo sucedía con él y desapareció por el pasillo. Entonces el peli gris entendió que la situación lo estaba superando, que la culpabilidad lo carcomería fácilmente si no solucionaba eso pronto.

Caminó en dirección al estudio que le había permitido tener su pareja, no era un espacio muy grande pero era mejor que nada. Cerró la puerta con el seguro y se sentó con el suelo, abrazando sus rodillas. ¿Por qué todo tenía que volver a complicarse? Sentía que al fin podría seguir con su vida, que la culpabilidad se hacía cada vez más soportable y tenía al pelinegro con él, que siempre demostraba su apoyo incondicional. Sabía que YoonGi lo amaba y creía que él sentía lo mismo, pero ver a Hoseok otra vez, la forma en como su cuerpo y mente respondieron a al más alto, casi por instinto, y tan solo se dejó llevar de manera inconsciente por las caricias de su ex. Su corazón volvía a latir acelerado como lo hizo el primer día que vio al más alto, en el subterráneo, porque sabía que le había gustado desde el primer momento en que lo vio y juró por muchos años que Hoseok era su alma gemela.

Pero no estaba en paz con eso, porque si bien Hoseok había salido del coma, nadie había sido capaz de decirlo, ni siquiera TaeHyung y eso hacía que su pecho ardiera en rabia y tristeza, se sentía engañado por las personas que habían prometido cuidar de él. Habían pasado meses desde que Hoseok despertó y él no sospecho nada, si no hubiera ido al departamento hubiera sido más el tiempo sin saber sobre el pelinegro y tal vez fuera mejor así, sin enterarse de nada. Seguiría con su vida tranquila al lado de YoonGi, concentrado en su carrera y avanzando con tranquilidad. Pero Hoseok lo cambiaba todo, Hoseok desequilibraba todo, porque a pesar de dormir por cuatro años seguía siendo igual de atractivo que la primera vez que se encontraron, porque ahora lucía más maduro pero no le sentaba mal, porque a pesar de los años sabía que podría caer por él una y mil veces.

Se levantó para buscar un cuaderno de dibujo y un lápiz, bocetando cosas sin sentido al principio, dejándose llevar por los sentimientos que lo agobiaban en cada trazo. Recordó el momento en que comenzó a descargar todo en sus dibujos y pinturas, había sido idea de Hoseok, cuando lo vio frustrado por quedarse estancado, le aconsejo que dibujara o pintara lo que sentía aunque no tuviera sentido, desde ese día se había convertido en su terapia personal o a veces ver bailar a Hoseok también lo era.

Dejó de trazar líneas cuando se sorprendió pensado en su ex nuevamente, miró lo que había en la hoja, asustándose. Era una silueta que mostraba movimiento, como si estuviera bailando y sabía de quien era esa silueta; arrancó la página y la arrugó formando una bola de papel para lanzarla lejos. Volvió a trazar líneas, con rabia, recordando todo lo que le había dicho Hoseok, pensando en todas las cosas hirientes que soltó frente a él, sacándole en cara que no se había preocupado por él en todo ese tiempo, culpándolo por llevar una vida tranquila, culpándolo por darle una oportunidad a Min YoonGi. Sin tan solo supiera que el mayor tenía solo una oportunidad, mientras que el bailarín podría tener miles, sin tan solo entendiera que Jimin solo podía dibujarlo a él de memoria porque nunca había salido de su mente en esos largos cuatro años de espera. Si Hoseok entendiera que en el momento que entró a su antiguo departamento y lo vio ahí, medio dormido, observándolo, llamándolo; su corazón pidió a gritos que todo fuera real, que el mal sueño hubiera sido el accidente que tuvieron en la playa y que nada hubiera cambiado entre ellos. Si tan solo se diera cuenta que, a pesar de hacerle daño a su actual pareja, no se arrepentía de lo que había pasado la noche anterior…

Jimin volvió a enfocar su atención en la hoja y se encontró con el boceto de una mirada que conocía más que bien, los ojos con los que Hoseok solía mirarlo, lleno de amor y complicidad. Era la mirada que le dedicaba cuando estaba bailando, buscándolo entre la gente que acudía a sus presentaciones cuando eran un par de escolares enamorados pero que no se atrevían a decirlo al otro. Cuando se buscan de manera sutil rogando porque el otro no se diera cuenta, porque el rechazo y la distancia serían demasiado dolorosos como para soportarlos. Y también era Hoseok, reclamándole el hecho de dejarlo dormido en una cama, visitándolo cada vez menos, hasta solo preguntar por él en una breve llamada a su mejor amigo.

Abrazó el cuaderno con fuerza contra su pecho, esperando que algún día, el más alto lo entendiera y le perdonara el error de no estar a su lado cuando volvió a abrir los ojos.


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